El cerdito de Navidad

Jack es un niño como cualquier otro: vive con sus dos padres, va a la escuela y tiene un juguete favorito: Dito, el cerdito. Un peluche de tela de toalla que por las aventuras vividas junto a Jack ha perdido su color original y ahora en vez de ojos lleva dos botones negros en las cuencas de su cara.

Un día, con la separación de sus padres, el rehacer de la vida y las nuevas cosas que estos emprenden, Jack tendrá que aprender a sobrellevar todas estas nuevas cosas y afrontarse a la pérdida de Dito. Una pérdida que no está dispuesto a aceptar de buenas a primeras y que, aprovechando la magia en el ambiente de la Nochebuena, podría no ser definitiva.

Esta es la historia de como Jack viaja a través del Mundo de las Cosas Perdidas durante la noche de Navidad para encontrar a su fiel compañero de aventuras Dito, con la compañía del Cerdito de Navidad, un sustituto que, pese a conocer su lugar al lado de Jack; está dispuesto a darlo todo para conseguir el deseo de su niño.

Para mí fue una completa sorpresa enterarme de que este libro iba a salir, pero no debo negar que me llamó bastante la atención y que quería leerlo durante la época navideña —porque claramente para eso son las historias sobre la navidad—. Siento que Rowling, pese a todo el estiércol que le cae encima por estos días por el simple motivo de ser firme en sus posiciones, es una gran contadora de historias con una imaginación increíble y esto queda demostrado nuevamente acá.

Es una historia de navidad bastante atípica. Acá no nos encontramos con un viaje para salvar la navidad, rescatar a Papá Noel o encontrar el árbol de navidad que alguien se robó. Es la historia de un niño bastante contemporáneo que tiene sus propios problemas y que encuentra en la magia que rodea esta fecha la oportunidad justa para recuperar a su cerdito. Esto hace que los personajes que aparecen en la historia sean originales y no tengan que encajar en cierto estereotipo del folclor navideño. Ese es uno de los principales aciertos de la historia, pues da muchos grados de libertad a la hora de imaginar los personajes y hacen que sus acciones sean completamente imprevistas.

Sin duda, lo primero que se me vino a la cabeza cuando Jack emprende su viaje junto al Cerdito de Navidad por el Mundo de las Cosas Perdidas fue Alicia en el País de las Maravillas, ambos lugares se rigen por sus propias leyes, están vedados a la gente de Arriba y están llenos de magia. El Mundo de las Cosas Perdidas es un mundo secundario al cual, como su nombre lo indica, van a dar todas las Cosas que los humanos perdemos en algún momento de la vida. Allí hay lugar para las más reemplazables de todas, a las que se les tenga algún cariño, las más valiosas e incluso para los sentimientos y hábitos que vamos perdiendo con el correr de la vida.

Es un mundo lleno de magia, colorido y que exhibe un notable nivel de desarrollo desde el punto de vista literario. Es sencillo, pues los lugares que presenta son pocos, están bien definidos y cada uno tiene su sello personal; son fáciles de recordar pues todos tienen una impronta muy particular tanto en los ambientes como en sus habitantes. Todo este juego de luces, colores, escenarios y personajes es una muestra de lo buena creadora de mundos que es Rowling, solo a una persona que tenga la suficiente destreza en el worldbuilding es capaz de lograr un mundo tan prolijo con detalles tan sencillos y bien puestos.

El Cerdito de Navidad es un personaje entrañable, que poco a poco se va ganando la confianza de Jack y va mostrando su nobleza, desprendimiento y un altruismo increíble. al principio no parece tener mucho sentido el hecho de que siendo el recién llegado y luego de semejante bienvenida que le da Jack este decida acompañarlo a través del Mundo de las Cosas Perdidas, pues resulta muy contrario a lo que el sentido común dictaría. Poco a poco las razones que llevan a que el Cerdito acompañe a Jack en su aventura por el Mundo de las Cosas Perdidas quedan claras y ayudan en la comprensión del viaje, de la actitud que toman los protagonistas en él y los motivos que los impulsan, que en el caso del Cerdito no son tan claros a primera vista.

De manera global, la historia es el típico viaje a través de un reino mágico con una meta clara. En este viaje —que como ya lo dije recuerda las aventuras de Alicia e incluso las de Dorothy en la tierra de Oz— aparecen personajes variopintos que acompañan a los protagonistas en partes muy específicas del viaje y que ayudan a delimitar cada uno de los lugares que se visitan. No por esto la historia es aburrida o predecible, por el contrario, se aprovecha de los elementos clásicos, del terreno ya recorrido y se permite crear una historia bastante contemporánea en medio de un ambiente bien conocido por todos. Sobre esto, es muy interesante encontrar al Perdedor como el mal que asecha al Mundo de las Cosas Perdidas y que aparezca cada tanto en la historia, que no se limite a ser un terror distante y que su gobierno sea solo a base del miedo que provoca en los habitantes del mundo, sino un enemigo real, que persigue a los protagonistas y con el que tienen sucesivos encuentros a lo largo de la historia.

La historia creada por Rowling, que involuntariamente me recuerda a otro juguete perdido en una playa de Inglaterra a principios del siglo XX, viene acompañada de las ilustraciones de Jim Field, quien le ha dado una identidad única a cada personaje y ha creado paisajes bellísimos del Mundo de las Cosas Perdidas. Muero por ver sus ilustraciones a todo color, pues lastimosamente para la presente edición las han impreso a una sola tinta.

Si lo que están buscando es una historia para leer por estos días El Cerdito de Navidad es el libro que deberían de leer. Lo único que les advierto es que deben de estar listos para entender la forma en que el Cerdito de Navidad actúa, así se haya vuelto tan entrañable que cueste entenderlo.

Un hermoso cuento tanto para niños como para grandes, con la magia que J.K. Rowling sabe darle a sus obras. Lleno de sentimientos de amor y amistad, de reflexiones sobre situaciones de vida que algunos ven grandes otros le verán pequeñas, pero que crean impacto en las vidas de todos.

Te has preguntado que pasa con las cosas que se pierden, aquellas de las que nos olvidamos por completo o aquellas que te preguntas “donde se habrá metido”. También están algunas que son más que añoradas, que amas con fuerza pero que debes aprender a dejar ir a pesar de que sigan en tu corazón. Pues todo va Allá Abajo, al Mundo de las Cosas Perdidas.

Es así que realizamos un viaje de aventuras con Jack, un niño que enfrenta duros cambios en su vida, y que ha tenido por siempre a Dito (un chanchito de tela y relleno de bolitas) que por circunstancias especiales se ha perdido. al ir en busca de Dito, Jack aprende que niños y adultos no solo pierden cosas, también pierden sentimientos, hábitos y valores, y que todo eso influye en quienes somos Allá Arriba.

Un hermoso cuento para navidad y para todo el año. Leído en diciembre de 2022

Estamos ante una propuesta que a priori parece ser original, pero con un poco de perspicacia encontramos muchas similitudes con películas como “toy story” o “del revés”. Me han venido con frecuencia a la cabeza estos dos largometrajes mientras me adentraba en esta historia.

Estaba deseando leer este libro porque me suele gustar todo lo que construye esta autora, normalmente consigue meterme por completo en sus universos e impregnarme con un halo de nostalgia y fantasía. Y en cierto modo vuelve a conseguirlo, pero no del todo.

Es obvio que se trata de una obra dirigida a un público más infantil, pero aún así me ha chocado un poco la narrativa. Por momentos, tenía la sensación de que estaba ante un cuento que había escrito algún niño/niña para el colegio. Aunque la idea, a pesar de las similitudes comentadas antes, es un buen punto de partida, llega en ocasiones a tornarse algo repetitiva.

En mi opinión, Rowling intenta cautivarnos con historias tiernas y plagadas de elementos mágicos pero está claro que ninguno llega a la altura de su más famosa criatura “Harry Potter”.
El Ickabog me pareció una novela bien construida y que me enganchó, aunque tenía sus peros y el cerdito de Navidad se sitúa incluso por debajo de esta última.

Aún así, siempre se percibe ese “algo” con lo que dota la autora sus cuentos para un público más infantil y juvenil. No sabría definir qué es, puede que sea la propia reminiscencia del lector que asocia inmediatamente a la escritora con ese mundo de Hogwarts que nos atrapó y hace que afrontemos sus nuevas publicaciones con muy buena predisposición.

En definitiva, no me ha disgustado pero no convence del todo. Espero que en algún momento, la autora pueda volver a deleitarnos con alguna historia fascinante, original y sorprendente porque el cerdito, aunque por instantes emotivo, se ha quedado a medio gas.

Recomendación: Leer en Navidad.

Un cuento de navidad infantil muy hermoso.
Jack es un niño que desde pequeño se le regalo un cerdito de peluche, han pasado tanto tiempo juntos y se nota en los ojos y el color de Dito (como se llama el cerdito) a medida que va creciendo Jack va cambiando de cosas, la separación de sus padres y el mudarse, es aquí cuando conoce a Holly, quien después de ciertas circunstancias se vuelve en la hermanastra de Jack.
Holly tiene una actitud complicada y termina tratando mal a Jack, tirando un Angel de navidad echo por Jack cuando era pequeño y tirando el árbol de navidad. Creando un gran caos en la vida de Jack, se supone que Holly pasaría la navidad con su madre, pero regresa de la nada enojada, lo que arruina las esperanzas de Jack de pasar una tranquila navidad. Es aquí cuando Holly tira el árbol que necesitan ir a comprar un nuevo Ángel de navidad, tomando el ultimo que había, y Jack siendo consciente de que a su madre no le gustara, regresan en el carro, en medio de una discusión Holly toma a Dito y lo arroja por la ventana, causando que Jack quede desconsolado, al no poder encontrarlo el abuelo de Jack y Holly le compran uno nuevo, pero Jack es consciente de que un cerdito nuevo no puede tomar el lugar de su querido cerdito Dito, así que lo arroja y lo golpea haciendo un gran berrinche.
Al quedarse solo empieza a escuchar unas voces, pensando que son las de sus abuelos se asoma y para gran sorpresa de él se trata de su cerdito y otros objetos hablando sobre que la víspera de navidad es una fecha especial y mágica en la que Jack podría viajar al mundo de las cosas perdidas y así poder rescatar a Dito, el cerdito de navidad, como se le llama a este nuevo cerdito, lo acompaña en esta aventura. Pero no todo es tan fácil, pues en este nuevo mundo existe un monstruo llamado “El perdedor” quien es una criatura malvada que va matando objetos perdidos sin ningún valor para alguien. Así que Jack y el cerdito de navidad se ven envueltos en una serie de aventuras para salvar a Dito.
Es un libro muy bonito, que te invita a reflexionar sobre las cosas que perdimos y la inocencia de los niños, también suena como una combinación de historias ya contadas, como toystory y Alicia en el país de las maravillas, pero con un toque original y lindo.
Si bien el libro cuenta con ilustraciones, la verdad es que son muy poco y esperaba más para algunas escenas

“El Cerdito de Navidad” es historia increíble. Me ha transportado a mi niñez y a esos recuerdos tan felices que pasé junto a mi reno de peluche, a mis juguetes y jugando con mis amigos en las calles de la barriada del “Alto de la Mesa”, lugar donde pasé los mejores años de mi vida.

Casi desde el principio, cada vez que cogía el libro entre mis manos y comenzaba a leer, me embargaba la emoción, no solo por los recuerdos que he escrito arriba, sino, porque la historia de Jack me conmovió desde el principio. Esta es una historia llena de sensibilidad, de ternura, de amor incondicional y puro, como solo un niño puede dar a otros seres vivos y, por supuesto, a seres “inanimados” (realmente lo están).

Sí, Joanne Rowling, Jo, yo también creo que dentro de esos seres inanimados de nuestra infancia se encuentran nuestros más puros y tiernos sentimientos que a lo largo de los años y de nuestro crecimiento, ellos, nuestros peluches y juguetes, han ido atesorando dentro de sus corazones de algodón, de metal o de bolitas de plástico.

En un mundo como en el que vivimos, rodeados de tanta tecnología, de tantas redes sociales y de tantas pantallas que aíslan a los más pequeños de la verdadera esencia de la infancia, la preciosa historia de Jack y Dito es ideal para hacerles llegar esa maravillosa infancia que nosotros tuvimos la fortuna de vivir y que ellos, por desgracia, nunca vivirán por nuestra culpa. Porque los adultos somos así.

¡Dejémosles jugar con sus juguetes o con sus amigos! ¡Dejémosles ensuciarse de barro, de hierba o de harina! ¡Que corran! ¡Que salten! ¡Que exploren! ¡Que lean cuentos! ¡Que imaginen y creen mundos imaginarios!

Pero, sobre todo, ¡que vivan un sinfín de aventuras alejados de los teléfonos móviles y las videoconsolas!

Y que molesten a los adultos, al igual que nosotros lo hicimos ¡ja, ja, ja!
 
PROS Y CONTRAS
-PROS:
· La sensibilidad que desprende la historia.
· al estar construida en capítulos cortos, es ideal para leérselo a los niños o para que ellos mismos lean el cuento.
· Los diferentes personajes hacen de ésta una historia emocionante y, a la vez, divertida.
· Tiene muchas enseñanzas escondidas entre sus líneas.
· Las ilustraciones que la acompañan son maravillosas y ayudan mucho a visualizar como son algunos de los personajes.
 
-CONTRAS:
· Por poner alguna pega… al ser un cuento enfocado al público infantil, me hubiera gustado ver más ilustraciones.

-O-

Muchas gracias, tita Rowling, por esta gran aventura que me has hecho vivir entre las páginas de “El Cerdito de Navidad”.