La chica italiana

Como opiniones hay muchas, voy a dar la mía.
La primera novela que leí de Lucinda Riley fue 'La carta olvidada'. (Pincha en el título para leer la reseña). de forma inesperada, esa novela se coló en mi lista lo mismo que ha pasado con 'La chica italiana'. Dos lecturas que no habría leído por propia iniciativa y que han llegado a gustarme más de lo esperado.
Sinopsis. Rossana Menici vive en Piedigrotta, uno de los barrios más antiguos de Nápoles donde cuando no está en el colegio, ayuda a su familia en el pequeño bar que regentan. Allí pasa sus dias hasta que en la celebración de un cumpleaños aparece Roberto Rossini, un joven que acaba de terminar su formación en música en una escuela de Milán. Rosanna apenas es una chiquilla cuando se enamora por primera vez de Roberto en aquella fiesta. El amor que sentirá el uno por el otro afectará a las personas de su entorno y a todos aquellos que les rodean.

Las novelas de Lucinda Riley tienen muy presente el amor entre sus historias. En 'La chica italiana' encontraremos un amor, de desencuentros, de comienzos tempestuosos, pero sobre todo se trata de un amor obsesivo y perturbador. Es un ejemplo para darnos cuenta de hasta dónde debemos amar y de los límites en el amor.

La prosa es sencilla y, sin embargo, perfecta. Me ocurrió lo mismo con el libro anterior que leí de esta autora. El estilo narrativo es simple y a la vez hermoso, además posee un buen ritmo como si de una película se tratase donde los hechos discurren sucesivamente a gran velocidad no teniendo tiempo el lector para el aburrimiento. Por cierto, como anécdota lectora, esta novela es de las primeras historias que escribió Lucinda Riley. Olvidada en el trastero de su casa entre un montón de papeles y sin apenas correcciones se ha publicado recientemente. Este dato hizo que no me sintiera muy entusiasmada con su lectura y pesaran serias dudas sobre esta novela pero por llevarme la contraria, como suele ser ya habitual, la novela me ha sorprendido y me ha gustado más de lo esperado.

Los personajes principales son Rosanna Menici y Roberto Rossini pero además hay un personaje que se ha colado entre las páginas de esta historia que me ha gustado bastante. Luca, el hermano de Rosanna, un apuesto italiano que la acompañará en su desarrollo como profesional de la Ópera y que tendrá también su propio espacio dentro de la novela. El trazado que hace la autora de los personajes me ha gustado y la simpatía y la antipatía que he sentido hacia ellos manifiesta que el objetivo de la novela está más conseguido.

'La chica italiana' se desarrolla entre varias ciudades, entre ellas, Nápoles, Milán, Londres e incluso Nueva York teniendo como tema principal además del amor y la intriga el mundo de la Ópera, un escenario lleno de glamour por el que se pasearan algunos personajes. La historia sucede linealmente durante varios años comenzando en el año 1966 y finalizando en el año 1996. Además, hay una parte epistolar escrita en primera persona que cobrará sentido a medida que vayamos avanzando en la historia.

Conclusiones finales. Reconozco que no es una lectura habitual en mí pero que cada vez que tengo la oportunidad de leer disfruto y me sumerjo en ella con todos mis sentidos.

Además, reconozco que se trata de una historia con un fondo más profundo y relevante del que en un principio podamos esperar.


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No es ningún secreto que me encanta Lucinda Riley y que estoy enamorada de su saga "Las siete hermanas" a pesar de que la última entrega (La hermana perdida) no me haya gustado tanto como las anteriores, pero de Lucinda también me han gustado siempre sus libros auto conclusivos y mientras no llega el octavo y último libro de la saga, eso sí, ya de la mano de su hijo, porque ella ha sido otra autora que hemos perdido este año, la última novela que ha llegado a las librerías con su nombre es "La chica italiana", publicada originalmente en 1996 bajo el apropiado título de "Aria" y firmado con el seudónimo de Lucinda Edmonds, aunque eso sí, creo que no se tradujo al español.

La novela nos cuenta la historia de Rosanna Menici y Roberto Rossini. Rosanna es la pequeña de tres hermanos, sus padres tienen un bar en Nápoles y ella sus hermanos ayudan todo lo que pueden aunque los sueños de los tres distan bastante de seguir con la tradición familiar. Carlotta, la bella hermana de Rosanna tiene grandes planes y un novio que le gusta más a sus padres que a ella, Luca, su hermano mayor aun no ha encontrado su camino, pero es un hombre de gran corazón que adora a sus hermanas y que las ayudará en todo lo que pueda y Rosanna canta como los ángeles, aunque en su familia nadie parece darle importancia, pero un día, Roberto Rossini, alumno de la escuela de música de la Scala de Milán e hijo de unos buenos amigos de la familia Menici, la escucha cantar el Ave María y sabe que dentro de esa niña de once años hay una voz que con el tiempo conquistará los grandes escenarios del mundo.

El padre de Rosanna no tiene intención de gastar dinero en educar la voz de su hija, cree que lo que debe hacer cuando sea mayor es casarse y tener hijos...

“Rosanna, cuando seas mayor te casarás y serás una buena esposa. En lugar de perder el tiempo con fantasías, debes aprender a cocinar y a hacer las tareas de la casa”.
... pero su hermano no está de acuerdo y su ayuda será primordial para que la niña comience a descubrir los secretos de su propia voz.

Con el paso del tiempo tanto la pequeña Rosanna como Roberto Rossini se convertirán en estrellas de la ópera, pero hasta que sus caminos se vuelvan a cruzar pasarán muchas cosas y se guardarán muchos secretos que como siempre en algún momento acabarán saliendo a la luz, interviniendo en los destinos de los personajes de esta historia.

Lo primero que quiero decir es que, a pesar de ser una novela de hace 25 años con una trama que no es especialmente compleja y que incluso resulta en algún momento previsible, a mí me ha encantado y me ha atrapado desde el primer capítulo, como todo los libros de Lucinda, porque tanto la historia como los personajes me han resultado muy interesantes (incluso los que no me han caído bien en ningún momento, o sea... Roberto Rossini).

La novela abarca cerca de dos décadas de la vida de los dos protagonistas. Será Rosanna la narradora de la historia, una historia que dejará escrita para su hijo Nico y a través de ella, veremos su amor por la música, pero sobre todo el amor y la pasión por el hombre del que se enamoró siendo una niña, un amor que ha habido momentos en los que me ha parecido más tóxico y dañino que otra cosa y me ha hecho sentir bastante rabia mientras leía, la verdad, hasta me daban ganas de decirle a Rosanna que espabilara. No quiero entrar en más detalles para no hacer spoiler pero no se puede querer a alguien hasta el punto de olvidarte de ti misma.

Rossini también me ha parecido un personaje muy interesante, literariamente hablando, porque, en todos los demás sentidos, es justo el tipo de hombre que a mí me repele directamente. Un gran cantante, cierto pero un crápula como la copa de un pino, un hombre que utiliza a las mujeres a su antojo porque se cree el rey del mundo y de los escenarios... ¡El gran Rossini! Si algo no me ha convencido de este personaje ha sido el cambio de actitud que tiene de la noche a la mañana tras la muerte de su madre.

El resto de personajes que pivota alrededor de estos dos también me han gustado mucho: los hermanos de Rosanna, por ejemplo. Luca, siempre a su lado, esperando paciente a que ella vuele sola para poder dedicarse a la que él cree que es su verdadera vocación; Carlotta, que aunque tiene menos peso, guarda un secreto importante debido a un error cometido tiempo atrás; Donatella Bianchi, una de las mujeres más importantes en la vida de Rossini; Abi, la mejor amiga de Rossana (la historia de amor de Abi, es en mi opinión, más bonita y más sana que la de Rosanna) o Stephen, un buen amigo de Rosanna que estará a su lado en los momentos más delicados de su vida.

Como siempre el estilo de Lucinda Riley me ha atrapado enseguida en esta historia que además de hablar del amor, de la amistad, de la familia, del compromiso y del sacrificio para conseguir el éxito o la facilidad con la que se puede truncar un sueño, también ha conseguido llevarme por los escenarios de los mejores teatros acompañando a los personajes de esta historia, mientras nos va mostrando los entresijos de este mundo e incluso hay lugar para hablar del negocio (y fraude) de las obras de arte.

La verdad es que ha resultado ser una novela muy amena y aunque en ocasiones los actos de los personajes me han enfadado más que otra cosa, he disfrutado mucho con su lectura. Sinceramente pienso que si no has leído nada de Lucinda Riley, "La chica italiana" te puede gustar mucho y si como yo, has leído varios libros de la autora, seguramente no te parecerá su mejor novela, pero te resultará una novela muy entretenida.

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La chica italiana es una de las primeras novelas de Lucinda Riley, aunque no se publicó hasta después de su gran éxito con la saga de Las siete hermanas, cuando junto con sus editores decidió recuperar y reescribir este manuscrito para su posterior publicación.

Creo que es una historia con garra y aunque Lucinda no había desarrollado su máximo potencial como autora al escribirla, hace gala de una pluma impecable y consigue que nos metamos en la piel de los personajes.
Esta es una historia de amor tóxico, que nos traslada de Nápoles a Milán y posteriormente a Inglaterra y Nueva York. A  lo largo de los años veremos como evoluciona la relación de Roberto y Rosanna. Ambos son cantantes de ópera y el amor platónico que ella siente en la infancia por él, la diferencia de edad y los roles de  ambos una vez juntos, nos mostrarán un amor obsesivo, dañino y que deja a Rosanna anulada por la personalidad arrolladora y petulante de su marido. 
Lo mejor en mi opinión es que no romantiza ese amor y aunque sí lo muestra como algo inevitablemente trágico, (muy acorde con la profesión de los personajes), nos muestra las consecuencias de esa relación insana y el precio a pagar por los errores cometidos. A pesar de todo, es una historia bonita de superación, que huye de los estereotipos, "completamente bueno, completamente malo", con una historia secundaria que no es original pero si que está muy bien contada. 
Y sobre todo, siempre es en mi opinión un placer leer a esta autora.

La chica italiana forma parte de la última masa crítica del 2021 de Babelio, una forma de descubrir la última historia publicada por plaza & Janés de esta conocida autora, por lo que agradezco a la plataforma y a la editorial el ejemplar.

Aunque es la última historia editada en nuestro país, la novela es una revisión llamada The italian girl que en 2014 realizó la propia autora de una de sus primeras obras que publicó con el título de Aria bajo el nombre de Lucinda Edmonds.


La verdad es que todas las novelas que he leído de la autora me han gustado, pero en esta ocasión desconfiaba un poco al tratarse de uno de sus primeros escritos y el cual no fue muy retocado según la propia nota de la autora en el comienzo del libro.

Aún así el hecho de que tratase de cantantes de ópera me atraía bastante ya que tiene mucho que ver con mi trabajo por lo que además la lectura iba a estar condicionada por la mirada crítica en este sentido.

La temática es la tradicional en las historias de la autora, en este caso la ambientación se realiza en dos espacios temporales que no distan mucho entre sí, pero con la peculiaridad que uno de ellos es a través de las cartas que escribe la propia protagonista Rosanna Menici a su hijo, donde le cuenta su historia, la cual forma la otra ambientación.

La linea temporal transcurre desde 1966 año en el que comienza la historia de la protagonista hasta 1996 año en el que finaliza la misma y donde se escriben las cartas de Rosanna, esta parte logicamente se narra en primera persona y se dirige a su hijo Nico. Las dos historias se van intercalando, siendo las cartas breves introducciones a lo que es la línea principal y donde descubrimos la auténtica trama, una parte que está narrada en 3ª persona pero donde innumerables diálogos hacen que la lectura sea realmente ágil y sencilla.

Las localizaciones van desde Nápoles hasta Nueva York y Londres, las cuales están muy bien trabajadas ya que puedes ir viendo las diferencias sobre todo en los escenarios italianos más humildes como es donde nació la protagonista hasta llegar a los teatros más lujosos donde ella y Roberto llegarán a actuar.

Uno de los atractivos del libro es que es una evolución temporal muy lineal y sencilla, por lo que verás el crecimiento de la protagonista y su paso de niña a mujer, también junto a ella estará su incansable hermano Luca, un personaje que sin duda te cautivará, su otra hermana Carlotta que a raíz de un acontecimiento tendrá un cambio muy drástico (gran sorpresa la evolución de este personaje), y por supuesto el amor de Rosanna, Roberto, un personaje arrogante, con una personalidad fuerte y corrosiva pero que a pesar de esto en ciertos momentos te conquistará.

Aunque los personajes me han gustado, quizás en alguno he notado que no eran tan elaborados como en otras ocasiones, pero sí lo suficiente para tener fuerza e identidad, además de esta manera se me han parecido menos a los de otras novelas, circunstancia que apuntaba en otras reseñas donde indicaba que los personajes se me parecían demasiado entre novelas.

La temática del libro trata de emociones, de amor con pasión y traición, sobre todo de esos amores que no sacan nada bueno del otro ya que crean cierta dependencia, y donde hay que valorar si en realidad hacen algún bien, generalmente en todos los aspectos hay que mantener ese punto de sensatez.
También se habla del compromiso profesional, de la anteposición del amor entre pareja o hacia la familia, de la amistad e incluso de la elección entre el amor entre hombres y el espiritual.

CONCLUSIÓN:

En definitiva La chica italiana es una novela que me ha gustado mucho, en la línea con todas las de la autora a pesar de estar escrita hace más tiempo, aunque quizás tiene un toque más estilo telenovela.

Mi ojo crítico en el ambiente de la ópera y el teatro no se ha resentido ya que solo he sacado algún pequeño "pero" en el aspecto más técnico pero se ve que la escritora estaba muy bien documentada y tampoco se ha excedido en los detalles no relevantes, los justos para dotar el ambiente de ese halo de glamour.

El único aspecto que no me ha convencido ha sido que en todo momento de la lectura mi sensación era de estar en unos años anteriores a los 60 o 70, es como si todo ese ambiente y recreación me llevase a épocas un tanto anteriores, entre los 20 y los 50, quizás aquí me ha faltado un poco más de detalles para que no te salieses de la época.

Aún así he disfrutado mucho con la lectura y por supuesto seguiré leyendo a la autora porque siempre me convence.

Un libro que recomiendo a los que les gusten los libros con emoción ya que si en la últimas páginas no tienes lágrimas en los ojos, es que estás seco.

Un final con mucha emoción pero que te deja cierta sensación de bienestar.

Un libro con una gran historia de amor, pero de esas que no tienen porqué mejorar a los que lo viven.
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Rosanna Mencini es sólo una niña cuando conoce a Roberto Rossini. Él es un cantante de ópera a la sazón ya bastante conocido. Sus padres son amigos de los padres de Rosanna. En el cumpleaños de la madre, Roberto acude a la celebración y canta para ella. Rosanna se enamora inmediatamente de él y sabe que algún día se casarán. Ella también canta muy bien: de hecho, en esa misma celebración canta una canción que pone a todos los pelos de punta. Roberto reconoce el talento de la niña y le dice que tiene que cultivarlo, dándole la dirección de un profesor de música. Aunque los padres de Rosanna se oponen, el hermano mayor de la niña decide llevarle a clases de canto.

Años después, convertida también Rosanna en una cantante de ópera, los destinos de ambos se cruzarán de nuevo. La suya será una relación apasionada y pasional no exenta de altibajos causados, en la mayor parte de los casos, por los secretos celosamente guardados.

“La chica italiana” es la historia de una pasión. O, mejor dicho de dos: una pasión amorosa y una pasión por la ópera. En el marco de las grandes óperas y los grandes artistas, en escenarios de Italia, Londres y Nueva York, Rosanna y Roberto vivirán la pasión que sienten el uno por el otro y ambos por la música. A su alrededor, una serie de personajes nada secundarios que se verán afectados de un modo o de otro por esa gran pasión. Como Carlota y Luca, hermanos mayores de Rosanna o la amiga inglesa de ésta, todos ellos personajes muy interesantes que dan lugar a tramas secundarias muy relacionadas con la principal. Rosanna es la protagonista principal. La vamos a conocer siendo una niña de once años y la acompañaremos en su crecimiento profesional y personal, a lo largo de unas cuantas décadas. Es, además, la narradora pues es ella la que nos cuenta todo; no, perdón, no nos lo cuenta a nosotros sino a su hijo Nico. Es, por tanto, una narración en primera persona que nos permite meternos en la mente y en el corazón de Rosanna. Un personaje que me ha gustado mucho aunque haya cosas o mejor dicho decisiones que no puedo aplaudir pero sí entender. El que no me ha gustado tanto es el personaje de Roberto, un ser egoísta y egocéntrico. Por el contrario, Luca me ha encantado. Pero, en todo caso, todos los personajes –que no son demasiados- están muy bien construidos, parecen reales y se comportan como personas de verdad.

Los escenarios son magníficos y nos introducen en el mundo de la ópera. Sin grandes descripciones del tema, sí que nos permiten situarnos bien en un mundo tan alejado del nuestro, el de los grandes divos. Hay referencias a las grandes óperas y veremos el camino que sigue una persona para convertirse en un gran cantante.

La historia es sencilla. Si la despojamos de lo fastuoso de la ópera, no deja de ser una historia de amor y de secretos familiares relativamente predecible. Pero Lucinda es una narradora excepcional que hace brillar todo lo que toca con su varita y eso exactamente es lo que hace en esta novela. La suma de unos personajes que llegan, una ambientación maravillosa, una serie de secretos familiares y unos cuantos giros argumentales, hacen que sea un libro cuya lectura se disfruta enormemente y que deja muy buen sabor de boca. Junto a la historia principal que es la protagonizada por Rosanna y Roberto y el mundo de la ópera, tendremos algunas tramas secundarias que se relacionan con la principal y que van a dar lugar historias muy interesantes entre la que destaco, sin duda, la de Luca pero en la que la de Donatella no tiene tampoco desperdicio.

Conclusión final

Si os gusta Lucinda Riley no dudéis en leer este libro. Una historia muy bonita, escrita con la maestría que ella sabe que os hará pasar un rato muy entretenido.
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