Una promesa de juventud

La sinopsis explica bien de qué trata el libro, pero me gustaría hacer un aporte más. Caroline está preparando su tesis y para ello busca a Charlotte, una mujer que vivió en el internado Santa Ursula para mujeres y que tiene verdades ocultas y mucho que contar. A raíz de su historia, Caroline irá hilando todas las piezas y descubrirá toda las luces y sombras que hay tras el pasado de Charlotte. Por lo que podéis comprobar, este libro tiene dos líneas temporales: la parte del presente que trata las investigaciones de Caroline y la línea del pasado gracias a la visión de la infancia de Charlotte. Asimismo, todas las historias cuentan con subtramas que si bien me han gustado, no todas me han fascinado en su totalidad.

La ambientación es uno de los puntos fuertes de esta novela. Hay abundantes descripciones y mucho contexto histórico, por lo que nos transportarnos de forma natural a todos estos lugares descritos del siglo XX. En este aspecto la parte que más me ha gustado ha sido la que narra las vivencias en los internados; conocer la vida, las acciones y las decisiones de los estudiantes es algo que me ha entretenido y me ha resultado muy curioso e innovador.

Por supuesto, esta historia tiene su toque dramático debido a la época en la que está ambientada. También nos aporta una pincelada de misterio por varios sucesos que ocurren en las dos líneas temporales.

El ritmo del libro no es muy constante porque hay partes más lentas que otras y a veces no es fácil continuar la historia por falta de gancho. El avance de la trama es pausado y en ciertos momentos la lectura se me ha hecho un poco pesada. Por este motivo, siento que le sobran páginas a este libro (aunque esto es a gusto del lector). Además, los capítulos son muy largos y me ha sido imposible terminarlos de una sentada. A pesar de estas «dificultades», he podido terminar el libro y no me arrepiento de haberle dado una oportunidad.

La recta final de la historia me ha encantado, pero tengo que confesar que el epílogo ha desinflado un poco todo lo que la trama había conseguido. Me ha dejado con una sensación agridulce, aunque es cierto que los acontecimientos anteriores me han convencido y los he disfrutado.

A continuación, voy a comentar un poco qué me han parecido los personajes. La verdad es que son bastantes (y sería muy confuso e innecesario hablar de todos ellos), así que os hablaré de los personajes principales. Charlotte es una mujer que tiene mucho que contar. No es que tenga una personalidad amigable, pero se entiende después de lo que ha vivido. Caroline es un personaje que no se rinde y que quiere llegar hasta lo más profundo del asunto que tiene entre manos y luchar por sus sueños de forma independiente. Me ha gustado su forma de ser y de actuar, aunque no considero que sea un personaje destacable.

La pluma de la autora es muy descriptiva y detallada. Además, se nota que ha realizado un gran trabajo de documentación. al final del libro nos encontramos con una nota de la autora donde explica el contexto y en qué datos se ha basado para crear los internados y esta historia. En general he quedado satisfecha con el libro, por lo que probablemente leeré su anterior novela titulada Papel y tinta.

Una promesa de juventud es una novela histórica con toques de ficción que nos sitúa en la Segunda Guerra Mundial. Nos narra una historia de forma paulatina a través de pequeñas piezas que se van uniendo hasta dar forma a la historia de verdad.
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Nos encontramos en Suiza en el año 1939. La guerra ha comenzado y el país pretende permanecer neutral pero no sabe si lo conseguirá. En este contexto, tenemos un prestigioso internado para señoritas: el St. Úrsula. Allí, niñas y adolescentes de diferentes nacionalidades –y, por tanto, razas, creencias religiosas y políticas, etc…- conviven en armonía. Un nuevo curso comienza y la española Sara Suárez se incorpora al mismo tras haber vivido con su familia en África. le tocará compartir habitación con una de las más veteranas, Charlotte. Aunque los principios son malos, finalmente se convertirán en grandes amigas.

Por otro lado, en la década de los setenta tenemos a la inglesa Caroline Eccleston que está preparando una tesis sobre la vida en los internados suizos durante la Segunda Guerra Mundial. Sabiendo que la mayoría de ellos siguieron su andadura a pesar de la guerra pero que uno de ellos, el St. Ursula, cerró inesperadamente sus puertas, decide trasladarse unos días a Suiza para entrevistarse con una de las que en su día estudiaron allí e intentar averiguar qué pasó.

A través de estas dos tramas temporales íntimamente relacionadas, María Reig nos va contando una preciosa historia llena de amistad y secretos. Sin duda, la trama del pasado tiene más peso que la del “presente” (entendiendo por presente el año 1970). En este tipo de novelas casi siempre pasa igual, que la trama del pasado es más interesante que la del presente. Por eso me ha parecido un acierto el hecho de que la del presente esté por completo al servicio de la del pasado. Por supuesto, conoceremos a Caroline Eccleston, cómo es y algunas cuestiones de su vida personal y familiar. Pero no es lo importante ni pretende serlo. Caroline y su historia no son más que el instrumento para contar la historia que la autora realmente quiere contar –y los lectores queremos leer-: ¿qué pasó en el Sr. Ursula en el curso 1939-1940?. Por eso, no se lía la autora con historias paralelas relativas a Caroline (seguro que muchos autores hubiesen aprovechado para inventarle un novio o alguna otra cuestión similar). A Caroline sólo le interesa su tesis y en ello se centra. Y, por ello, la novela se centra también en el pasado. El presente simplemente apoya, completa y complementa al pasado. Como digo, me parece un completo acierto.

No me canso de repetiros lo mucho que me gustan las historias sobre la segunda guerra mundial. Además de por ser muy emotivas, porque suelen ser muy originales. Casi cada novela que he leído sobre el tema tiene algún punto que la diferencia de las demás. Pues bien, ésta es de las más originales que he leído. Para empezar, porque se desarrolla en un país neutral como es Suiza. No hay batallas, no hay soldados, no hay bombardeos…, sí referencias, sí aires de guerra pero no guerra propiamente dicha. Por si fuera poco, el escenario donde se desarrolla casi toda la novela es un internado para señoritas. Y eso da pie para muchas cosas.

Da pie para que la autora nos cuenta cómo era la vida en ese tipo de internados a los que iban los hijos de la élite mundial. Tienen fama de estrictos y probablemente lo fueran pero las chicas que vivían en el St. Ursula no vivían nada mal. Quizás al principio no les hiciese gracia que sus padres les metiesen allí pero al final, el internado era su hogar y sus compañeras sus hermanas. La autora nos cuenta una preciosa historia de amistad entre mujeres en las que, evidentemente, no pueden faltar los secretos. Y así, toda la novela gira en torno a lo que pasó aquel año. Un pequeño o gran secreto flota entre las páginas, elemento que hará –junto a otros- que no podamos parar de leer.

Muy interesante también el hecho de que las estudiantes fueran de diferentes países, creencias religiosas y políticas, etc... En un contexto bélico, ¿cómo se llevarán, por poner un ejemplo, una inglesa y la hija de una familia alemana que apoya a Hitler?

Con esta novela he descubierto a una gran narradora. Me ha sorprendido muchísimo el buen hacer de María Reig. Lo bien documentada que está la novela, lo bien que introduce en la trama todo lo que ha aprendido sobre el tema, lo bien escrita que está, el equilibrio entre narración cuidada y entretenimiento, lo bien que mantiene la tensión narrativa, lo bien perfilados que están los personajes… En fin, me ha gustado absolutamente todo y ello hace que esta novela esté entre mis mejores lecturas del año. Y que, obviamente, vaya a seguir la pista muy de cerca a su autora.

Conclusión final

“Promesa de juventud” es una preciosa novela, muy bellamente escrita, que me ha convencido por completo. Una historia muy bonita con unos personajes inolvidables escrita por una gran narradora. Sin duda, muy recomendable.
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Creo que los personajes son un poco forzados, pues aparecen desarrollados con una actitud poco creíble y unos actos bastante previsibles.

Además de que la autora emplea capítulos muy largos, lo cual ya favorece que la lectura se haga algo pesada, en ocasiones los registros lingüísticos de los personajes me han parecido un poco inverosímiles.

Afirmo que la ambientación ha sido mi aspecto favorito. He viajado a Suiza, a los bosques y a los internados con una gran facilidad, y me ha encantado hacerlo.

Valorando los pros y los contras, prevalece mi disfrute de la historia, que ha sido positivo. Me ha encantado conocer a estos personajes y averiguar los secretos de su pasado tan misterioso.

Hay miles y miles de libros sobre la segunda guerra mundial contada desde ambos bandos. Pero este libro nos muestra una parte de la guerra desde una zona autodefinida como neutral y las dificultades que ello conlleva.
Caroline, una joven inglesa de los años 70 decide hacer su tesis del docotrado sobre como afectó la guerra a los internados internacionales en la zona neutral. al principio no encuentra mas que baches y puertas cerradas hasta que consiguen contactar con Charlotte una mujer suiza que estudió en el internado internacional de St. Ursula. Internado que cerró sus puertas misteriosamente en el curso del 39-40.
Charlotte será la encargada de llevar a Caroline por los pasillos del St Ursula durante el curso del 39-40. Pero no todo será color de rosa para Caroline; se encontrará en muchos momentos con secretos que no quieren ser desvelados y con historias silenciadas a base de fuerza.
Debo admitir que me ha sorprendido gratamente el libro. Está muy bien escrito y consigue no aburrirte a pesar de su extensión. María consigue hacerte entender a cada uno de sus personajes y sus inquietudes. Debo decir que a pesar de ser un libro de la segunda guerra mundial no es el típico libro que te esperas no parar de llorar. Además no se trata en practicamente ningún momento el problema judío. Si es esto lo que buscando, este no es tu libro.
Esta novela se centra mas en enseñarnos las dificultades de vivir en un pais neutral y más concretamente en un internado con alumnos de todos los bandos.

Estamos ante la segunda novela de María Reig. A muchos nos sorprendió con su anterior libro Papel y Tinta. Me gustó muchísimo y desde que se publicó me apetecía leer Una promesa de juventud. He tardado en leerla, sí, pero es que esas más de 700 páginas me hacían tener que buscar el momento. No me apetecían grandes tochos. Pero por fin le ha llegado el momento. En general me ha gustado. Sobre todo la ambientación histórica y el internado. María nos da una visión totalmente diferente de la Segunda Guerra Mundial. Nunca había leído nada ambientado en Suiza, ese país que todos sabemos que fue neutral pero que no por ello dejó de pasarlo mal. El miedo que se vivía, la división de las personas según su procedencia, el posicionamiento ante la guerra...También me ha gustado cómo nos ha trasladado al internado, a esas normas rígidas de los años 30 y 40 donde las chicas se educaban para ser esposas y señoras de su casa y a pesar de ello siempre hay almas que se revelan ante ese destino impuesto.
Pero también ha habido un gran "pero". En muchas ocasiones, al hablar propiamente de la guerra con datos históricos, batallas... me ha dado la sensación de estar leyendo un libro de historia no una novela por lo que me hacía que me saliera de la trama.
Lo más interesante de la novela ha sido ver cómo se vivió dentro de un internado internacional de chicas el avance de la guerra, sus miedos, sus esperanzas pero también sus confrontaciones, sus peleas y su unidad.
Lo menos bueno, creo que le sobran muchas páginas o bien que la parte en la que se trata únicamente la guerra se aborde de otra manera, más amena, que no nos haga olvidar la trama principal del libro.
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Tratando la época que trata evidentemente tenia que leerlo.
Tenemos una historia que estaba contada en dos líneas temporales, ambas contadas en primera persona. Por un lado, tenemos la trama contada por Caroline en su presente, es decir a final de los años 70, donde nos contará que esta estudiando y preparando una tesis que estudiará los internados de la Segunda Guerra Mundial. Y por el otro lado tenemos la historia de Charlotte, que contara su historia (se la contara a Caroline) en los años 39 y 40, en el internado de Sta Ursula.
La historia en su mayoría esta basada en Suiza, en los años 1939 y 1940 , se centra en el internado Santa Ursula, un internado de chicas, de todos los lugares, y que únicamente tienen relación entre ella y con los chicos del internado masculino que hay cerca de ellas.
Por lo tanto, los personajes serán la mayoría chicas y chicos adolescentes y profesores de ambos internados, cada uno con su historia y cada uno con sus ideales y pensamientos sobre la Guerra. Algo que me ha gustado mucho, porque vemos como aunque la manera de pensar de cada uno es diferente por encima de todo son amigos. Todos los personajes me han parecido que están super bien estructurados, y haciendonos saber que no todo es lo que parece.
Creo que es una historia que esta muy bien documentada, además algo sorprendente es que se ambienta en Suiza, un país que fue neutral durante la Segunda Guerra Mundial, un libro con muchos datos que quizá a veces fueron demasiados, pero con un final que sorprende. Me hubiera gustado saber alguna cosita sobre varios personajes, pero en general es un libro que me ha encantado, que he disfrutado y en momentos hasta sufrido.
Super recomendado, aunque sea un libro largo, creo que merece la pena darle una oportunidad.

"Una promesa de juventud" de María Reig nos narra la historia de una estudiante de la universidad de Oxford llamada Caroline la cual tiene una ferviente pasión (inculcada por el profesor Burrell) sobre la historia que ocurrió en el Instituto Santa Úrsula en Suiza en los años 1939-1940 y que derivó en su clausura.

Esta es la premisa de esta historia que promete desvelar muchos misterios y en parte es lo que me sedujo a leerla.

La novela comienza en el año 1977 con Caroline continuando la investigación del profesor Burrell y trasladándose a Zúrich para entrevistar a un contacto facilitado por su amiga que le ayudará a entender de primera mano que ocurrió en St. Úrsula. Allí Charlotte le irá narrando a través de los distintos capítulos los sucesos que ocurrieron ese fatídico año.
Por lo que la novela juega como tantas otras con la narración entre el presente y el pasado.

Entrando en mi opinión personal sobre el libro debo alabar la escritura de la autora. A pesar de ser la primera novela que leo de Maria Reig, es una delicia ver como describe las situaciones lo cual produce en el lector la sensación de estar allí, por lo que le da una ambientación muy buena. A pesar de eso, creo que la historia peca de ser excesivamente larga, lenta y por momentos algo repetitiva.
Yo soy de aquellos lectores que le encanta leer descripciones pero los pasajes del instituto en 1939 son muy muy exagerados, te cuentan demasiado al detalle lo que hacía cada alumno en todo momento y luego en su conjunto eso tampoco aporta demasiado a la historia, al contrario, la ensucian al volverla demasiado árida y llena de paja.

Los capítulos también pecan de ser muy largos, lo que me provocó largas sentadas cada vez que me ponía a leer, sin saber muy bien donde parar.
El glosario final que introduce la autora para no perderte con tanto personaje y los mapas me resultaron todo un acierto.

En conjunto, creo que a la trama le falta algo de fuelle y más a sabiendas en el contexto histórico que transcurre, algo a lo que se le podía haber sacado muchísima más enjundia.

Le doy 3/5
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Cuando leí la sinopsis de una promesa de juventud, no pude evitar que mi mente volara a esas novelas de Enid Blyton que discurrían en aquellos internados ingleses: Santa Clara, Torres de Malory… se que quienes tengáis edades similares a la mía recordareis las aventuras de esas adolescentes separadas de sus familias para vivir la amistad entre estudios y “aventuras”.
Al comenzar la novela, las semejanzas pronto desaparecen, alejándose esta trama de la ligereza de la de aquellas que acompañaron mis tardes infantiles. Porque en esta novela las circunstancias son especiales, y lo son por el momento en que se desarrolla la historia, por el lugar donde se encuentra St Úrsula y por la idiosincrasia de las propias protagonista, hijas de las mayores eminencias internacionales en el ámbito social, político y económico de los años 30.
Nos encontramos con una novela a dos voces. La de Caroline, contando su presente en los años 70, un presente que desea indagar en un pasado concreto. Y la de Charlotte, que a través de sus recuerdos del pasado consigue, a su manera, dar respuesta a las preguntas que se agolpan en la investigación y en la mente de Caroline.
Y es que es lo que tiene investigar, que tiras de un hilo, pero ese hilo se desenhebra y te lleva a menudo por otros derroteros, que cada respuesta conseguida genera una nueva pregunta y a veces, no conseguimos ver el tapiz completo, sobre todo cuando esta imagen depende de los recuerdos y sobretodo de los deseos de recordar de una sola fuente.
Caroline y Charlotte son dos personajes fuertes, perseverantes, controladores… pero una solo tiene preguntas y la otra tiene las respuestas y dárselas o no depende de la voluntad y sobretodo de una atadura moral debida a la promesa de salvaguardar secretos ajenos.
La trama ha conseguido mantenerme alerta y la historia me ha parecido coherente y bien hilada, pero no ha sido una lectura ágil, y no solo por sus más de setecientas páginas, sino por esa profusión descriptiva que a ratos me ha sacado de la novela. Y es que es un hecho que la autora ha manejado una amplísima documentación y ese trabajo se traslada a la novela, por lo que a menudo nos encontramos con multitud de datos que expone, tal vez, demasiado detalladamente. Los paisajes, los escenarios urbanos, e incluso los personajes cuya multitud de nombres y nacionalidades abruman al principio de la novela y que son fruto, supongo, de su afán por revelarnos todos los datos posibles. Reconozco su trabajo y su maestría pero siento, que en algunos casos, queda poco margen a la imaginación del lector al darle todo, hechos y escenarios demasiado "masticados".
Es cierto que no es una novela fácil, que aunar la adolescencia, la guerra y sus implicaciones, la vida personal de todos los protagonistas, la literatura e incluso el arte no es “pecata minuta”, pero tal vez, ese abarcar demasiado, esos relatos de los avances de la guerra, esos extensas párrafos descriptivos han conseguido en algunos momentos desviarme de la trama principal, del fin de la historia, del conflicto real.
Tal vez debido a lo anterior la parte de Caroline, siendo, supongo, la trama “complementaria” me ha resultado a menudo más atractiva que la trama del colegio que, supongo, la trama central.
E insisto, es una novela que me ha gustado, que me ha parecido original en su planteamiento y coherente en su desarrollo, escrita sin un pero en cuanto a calidad literaria, de la que María Reig va sobrada, y que considero una autora a la que, estoy segura, aun le queda mucho que contar y a la que confío en volver a leer de nuevo.

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La sinopsis del libro no es precisamente lo más atractivo del mismo, porque en principio no dice gran cosa y aparenta ser algo anodino, sin grandes sobresaltos y desde luego sin la intriga de ningún crimen que resolver.
Sin duda se debe a que lo que realmente nos va a meter de lleno en la historia son sus personajes, las historias que corren. No tanto las de la historiadora que en la década de los setenta investiga los sucesos que tuvieron lugar en el internado, sino la de las chicas que en él vivieron y de paso nos va a permitir conocer uno de los interrogantes que la historiadora tenía y que la llevó hasta Suiza:
¿Cómo se habían vivido los primeros momentos de la contienda en las escuelas internacionales ubicadas en un país neutral? ¿Qué papel había jugado Suiza en la Segunda Guerra Mundial?

Dos preguntas que al menos mi desconocimiento del tema hizo que me resultaran interesantes, porque aparte de considerar a Suiza de siempre como un país neutral, poco conocía de ello. Y por otro lado, también resulta atractivo ver los diferentes comportamientos y actitudes de un grupo de amigas de diferentes nacionalidades enfrentadas entre sí en una guerra y la repercusión que ello pudiera tener en su relación.

Tras unas primeras páginas en las que conoceremos a la historiadora que v a dar pie a que conozcamos toda la historia, entraremos en lo que realmente es el meollo del libro: El internado de St. Ursula y la de las chicas que en él estudian. Además, próximo a él también hay un internado para chicos. La interacción entre los chicos y las chicas de esos internados en sus paseos dominicales por el pueblo junto al que se encuentran será inevitable y forma parte de otro de los atractivos de esta novela.
Tendremos así un mayor número de personajes al sumar ambos centros, a los que hay que añadir las historias de los profesores, constituyendo también una novela con profesores como protagonistas. Imposible no recordar El club de los poetas muertos en uno de esos profesores desvelado por traer al buen camino a uno de sus alumnos.

De fondo el comienzo de la segunda guerra mundial y lo que eso supone para unos jóvenes que las ven a sus puertas, sin saber hasta qué punto va a afectarles y enfrentando sus sentimientos de amistad con los de la nacionalidad, pues entre ellos hay alumnos de países beligerantes.



OPINIÓN PERSONAL

Tenía muchas ganas de leer Una promesa de juventud tras lo mucho que me gustó papel y tinta, la primera novela de esta jovencísima autora. Muchas expectativas, lo cual siempre es un riesgo, que no se han visto defraudadas, porque las más de setecientas páginas de Una promesa de juventud (sí, tan tocho como la anterior), me las he devorado a un ritmo muy rápido.
Y ello a pesar de que la protagonista, tanto como cuando era joven en el internado, como luego de mayor, no eran precisamente santo de mi devoción, vamos, que no terminaba de empatizar con ese carácter un tanto prepotente que tiene.

Le dije a la autora en el encuentro virtual que tuvimos gracias a Suma de Letras y el Club de Lectura de Pepa Muñoz, que no podía dejar de sorprenderme cómo una novela protagonizada por chicos y chicas de diecisiete años en dos internados, no era una novela juvenil (por más que pueda acceder a ella un público juvenil), ni que me hubiera enganchado tanto pese a como comentaba antes no empatizar con la principal protagonista.
Porque aunque pueda en algunos momentos parecer una novela coral, el hecho de que esté narrada en primera persona y ella esté casi siempre presente, hacen que en realidad esta sea la historia de Charlotte.

Por cierto, una narración en primera persona que como lector me chocó en muchos momentos, porque narraba en primera persona hechos en los que no estuvo presente. Es verdad que lo justifica en la misma novela, pero resultaba algo chocante.

Sin duda el éxito se debe a tratarse de un grupo de jóvenes a los que vemos madurar bajo circunstancias muy difíciles. Porque pocas cosas pueden ser más difíciles que estar lejos de los tuyos, en algunos casos sabiendo que están pasando por serios problemas y con la amenaza de una guerra encima.
Dicho de otra forma, tiene el atractivo de tratarse de una historia de crecimiento y además de ser una de esas novelas (y no hay tantas) que refleja un mundo académico. Dos institutos internacionales de Suiza.

Por otra parte, también me resultó muy atractivo el hecho de hablar sobre un tema por lo menos para mí muy desconocido, como el de la neutralidad suiza, algo que damos por hecho, pero que no resulta serlo tanto, pues varios países también neutrales (lo de España en la segunda guerra mundial es otra cosa totalmente diferente), fueron invadidos por Alemania o Rusia.

Una buena narración histórica unida a unos personajes en muchos casos entrañables, hacen posible que te sientas atado a esta historia, que quieras saber que va a pasar con ellos y no puedas despegarte de las páginas de ellos.
Todo ello a pesar de que la búsqueda que mueve a la mujer que está haciendo su tesis tratando de averiguar por qué cerró aquel internado y no volvió a abrir hasta muchos años después, en el fondo carecía para mí de interés.

Si has leído Papel y tinta, no tendrás ninguna duda para animarte a leer esta nueva historia de María Reig. Y si no la has leído, es una buena oportunidad para conocerla.
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Conocí a esta autora no hace mucho, gracias a su obra Papel y tinta, la cual me encantó.
Yo llegaba con las expectativas altas, y quizás esto no jugó a su favor.
Está muy bien redactado, documentado con minuciosidad pero no he logrado conectar con la historia y personajes como me gustaría, quizás tampoco era el momento por diferentes asuntos personales.
Está basado en una época que personalmente me encanta, la segunda guerra mundial.
Aunque no me ha entusiasmado reconozco su calidad y lo emplazo a releerlo pasado un tiempo.