El duque y yo

Era muy sencillo. si no la besaba, si no la devoraba, moriría.

Tus acciones, tus decisiones... no tienen nada que ver contigo, con lo que quieres o lo que necesitas.

Siempre he sabido que no era la mujer por la que los hombres suspiraban, pero nunca pensé que alguien prefiriera morir antes que casarse conmigo.

— "Ahora" no tiene comparación con mañana. Y mañana no podrá competir con el día siguiente. Tal y como me siento en este momento, mañana va a ser mucho mejor. ¡Ah! Daff, cada día voy a quererte más, te lo prometo.

—Antes de conocerte solo estaba vivo a medias.

— ¿Y ahora?

—¿Y ahora? De repente, ahora significa felicidad, alegría y una mujer a la que adoro.

—Te quiero. En toda mi vida, solo has existido tú.

—Sabes mejor que nadie que yo no quería nada de esto. No quería una esposa, no quería una familia y, sobretodo, no quería enamorarme. [...] —Pero lo que me encontré [...] Para mi desgracia, es que era casi imposible no quererte.

Decir que los hombres son tercos como mulas sería insultar a las mulas.

Y Simón tuvo la extraña sensación de que acababa de firmar su destino.

Pronto aprenderás que, ante una situación en que quedan en ridículo, todos los hombres tienen la imperativa necesidad de echarle la culpa a otra persona.