no era capaz de sentir nada (…) en cualquier sitio estaría debajo de la misma campana de cristal, fermentándome en mi propio aire malsano. (…) El aire de la campana de cristal se espesó a mi alrededor y no pude moverme
|
no era capaz de sentir nada (…) en cualquier sitio estaría debajo de la misma campana de cristal, fermentándome en mi propio aire malsano. (…) El aire de la campana de cristal se espesó a mi alrededor y no pude moverme
|
Nos abrazamos y nos despedimos antes de irnos a la habitación cada una en una punta del pasillo. No hay nada como vomitar con alguien para sellar una amistad.
|
Para la persona encerrada en la campana de cristal, vacía y detenida como un bebé muerto, el mundo mismo es la pesadilla.
|
Later Buddy told me the woman was on a drug that would make her forget she'd had any pain and that when she swore and groaned she really didn't know what she was doing because she was in a kind of twilight sleep. I thought it sounded just like the sort of drug a man would invent. Here was a woman in terrible pain, obviously feeling every bit of it or she wouldn't groan like that, and she would go straight home and start another baby, because the drug would make her forget how bad the pain had been, when all the time, in some secret part of her, that long, blind, doorless and windowless corridor of pain was waiting to open up and shut her in again. |
Donde quiera que estuviera sentada - en la cubierta de unbarco o en la terraza de un café en París o en Bangkok - estaría sentada bajo la misma campana de cristal, agitándome en mi propio aire viciado.
|
Me sentía muy tranquila y muy vacía, como debe de sentirse el ojo de un tornado que se mueve con ruido sordo en medio del estrépito circundante.
|
Respiré profundamente y escuché el antiguo estribillo de mi corazón. Yo soy, yo soy, yo soy.
|
Vi mi vida extendiendo sus ramas frente a mí como la higuera verde del cuento. De la punta de cada rama, como si de un grueso higo morado se tratara, pendía un maravilloso futuro, señalado y rutilante. Un higo era un marido y un hogar feliz e hijos y otro higo era un famoso poeta, y otro higo era un brillante profesor, y otro higo era Europa y África y Sudamérica y otro higo era Constantino y Sócrates y Atila y un montón de otros amantes con nombres raros y profesionales poco usuales, y otro higo era una campeona de equipo olímpico de atletismo, y más allá y por encima de aquellos higos había muchos más higos que no podía identificar claramente. Me vi a mí misma sentada en la bifurcación de ese árbol de higos, muriéndome de hambre sólo porque no podía decidir cuál de los higos escoger. Quería todos y cada uno de ellos, pero elegir uno significaba perder el resto, y, mientras yo estaba allí sentada, incapaz de decidirme, los higos empezaron a arrugarse y a tornarse negros y, uno por uno, cayeron al suelo, a mis pies.
+ Leer más |
“No hay nada como vomitar con alguien para llegar a ser viejos amigos". Sylvia Plath, |
Si no esperas nada de nadie,nunca estarás decepcionado.
|
Es un poema épico griego compuesto por 24 cantos, atribuido al poeta griego Homero. Narra la vuelta a casa, tras la guerra de Troya, del héroe griego Ulises