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Críticas sobre La policía de la memoria (18)
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Eldesvandellector
 22 June 2022
Hace poco leí (no recuerdo en donde) que el mejor souvenir es un recuerdo, y no puedo estar más de acuerdo. Los recuerdos son los suvenires de la vida. Y no solo de momentos importantes como un viaje o un gran acontecimiento, también de los pequeños detalles: un paseo matutino, el canto de ciertas aves o ese olor tan característico que nos transporta a determinados lugares. Recordar es el motor de la vida, y este libro es toda una metáfora a la importancia de recordar y al peligro de olvidar.

En esta novela, Yoko Ogawa aborda el tema de la memoria de una manera muy peculiar y original. En una remota isla comienzan a desaparecer cosas, y a la par que desaparecen fisicamente también lo hacen de la mente de los habitantes de la isla, de manera que con el paso de los días acaban olvidando por completo dicha cosa. Pero hay algunas personas que no olvidan, y para encontrarlas y capturarlas está la Policía de la Memoria, que es el organismo encargado de asegurar que las desapariciones ocurren de manera correcta. En este escenario desesperanzador, Ogawa construye una historia en la que ahonda en la importancia de los recuerdos y la lucha diaria de los habitantes de la isla por hacer frente a las desapariciones.

Pero esta novela va mucho más allá. Es una análisis profundo de la volatilidad de las cosas materiales y de la poca importancia que le damos a la memoria. Cada vez más, lo material carece de importancia, el mundo virtual está ganando mucho peso. Almacenamos información en bases de datos y memorias virtuales, si queremos consultar algo recurrimos a Wikipedia antes que a un libro, y cada vez somos menos conscientes de que, como la protagonista de esta historia, estamos comenzando a olvidar cosas. Dentro de 3 o 4 generaciones, nuestros descendientes posiblemente no sepan lo que es una enciclopedia, y aunque es el curso natural de las cosas reemplazar unas cosas por otras, Ogawa nos recuerda que llegados a cierto punto puede ser algo realmente peligroso.
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ihortal
 04 May 2023
Si bien esta autora es una de las más famosas y pródigas en publicaciones en nuestro país, yo aún tenía pendiente leer algo suyo. Creo que en alguna Feria del libro ojeé la información de cubierta de alguna de sus obras y me pareció demasiado surrealista, pero, en cualquier caso, ya era hora de resarcirme.

La acción nos sitúa en una pequeña isla (que suponemos del archipiélago japonés) que se encuentra aislada de cualquier otro lugar porque, desde hace tiempo, desaparecieron los barcos. Y no solo ellos, también los pájaros, las flores o las fotografías, y junto con ellas desaparecerán también los recuerdos que tienen los habitantes de la isla de esos elementos. La protagonista es una joven escritora cuya única compañía es la de un antiguo marino que ahora vive en un barco que ha perdido su función principal y un perro. En ocasiones ella se acuerda de su madre, que era escultora, y de los múltiples objetos que guardaba en los pequeños cajones de un armario y cuya utilidad ya no recuerda.

La isla se encuentra controlada por la policía de la memoria, encargada de este extraño status quo. Porque no toda la población es capaz de olvidar aquello que desaparece, de modo que esos individuos son perseguidos para quitarles de la circulación. al saber que su editor es una de estas personas, la protagonista decidirá crear un refugio en su casa para mantenerle a salvo y así también poder seguir desarrollando juntos su nueva novela, que trata sobre una mecanógrafa que es encerrada por su amante y profesor en una torre tras haberle robado su voz.

Ha resultado ser una lectura muy interesante a la par que desasosegante, esa sensación de ir perdiendo la memoria poco a poco, sin poder hacer nada para evitarlo, genera desazón y da mucho qué pensar (no deja de ser un ejemplo de lo que hacen los gobiernos totalitarios). Todo un alegato a favor de la memoria y la importancia de los objetos y elementos que conforman nuestro entorno.
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Laubythesea
 03 June 2021
La policía de la memoria” ha supuesto mi reencuentro con una de mis temáticas favoritas y que tenía abandonada desde hace tiempo, las distopías, porque con la que está cayendo siento que vivimos en un capítulo de Black Mirror constante. Sin embargo, me animé y he disfrutado muchísimo esta obra.

La policía de la memoria” nos traslada a una isla donde “desaparecen cosas”: seres vivos, objetos, arte, los pájaros, las piedras preciosas, la música, los perfumes… todo puede ser sujeto de extinguirse. Con cada desaparición, la población olvida la existencia de lo desaparecido, tanto los recuerdos vividos como el propio concepto. ¿Me puede parecer más apasionante esta premisa? ¡No lo creo! Además, hay personas que no olvidan, que son buscados y perseguidos por la policía de la memoria.

Aunque se trata de una distopía, ya que es una sociedad ficticia donde suceden cosas que producen la alienación de las personas, no encontraremos una crítica directa a un régimen o una obra con tintes políticos (quizá incluso lo que he echado en falta es más información sobre ese estamento policial) pero sí, de forma sutil, plantea la idea de que quien controla la memoria, controla a un pueblo.

A pesar de momentos puntuales de cierta tensión, no se trata de una obra trepidante. Una narración tranquila, donde la autora se vale de las descripciones para transportarnos a esa isla y contarnos con naturalidad absoluta los extraños sucesos que allí ocurren. Tanto que llegas a creerlos. La trama está fuertemente centrada en los personajes (una protagonista y dos potentes personajes secundarios) que nos ayudarán a reflexionar sobre el tema principal de la obra, la memoria. ¿Qué somos sin nuestros recuerdos? ¿la memoria nos hace fuertes o nos debilita? Un “extra” es que hay una novela dentro de la novela, ya que la protagonista es escritora. Esa narración es sumamente simbólica y da mucho que pensar.

Un libro de esos que deja poso y cierta melancolía. Cuya “lectura” dura mucho más que el propio libro. Si os gustan las novelas donde todas las preguntas tienen respuesta, olvidaos. Creo que es un buenísimo libro para leer en compañía y comentar impresiones y teorías.
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raprebeca83
 14 April 2023
La premisa de esta novela es muy estimulante: cada cierto tiempo todas las personas pierden de golpe la noción de algún objeto, y deben deshacerse de él. Existe una Policía de la Memoria que hace redadas para comprobar que efectivamente el objeto en cuestión ha sido desterrado de la faz de la tierra. Esta policía tiene otra gran labor entre manos más turbia, si cabe: aunque la mayoría de la gente acepta sin cuestionamientos las reglas de este juego, hay personas que conservan el don del recuerdo, Por ese motivo, son perseguidos y encerrados.

Mi gran problema con este libro ha sido lo frustrante que me resultó notar cómo las reglas de este mundo distópico parecen no importarle en absoluto a la autora. No necesito que me expliquen los porqués de estas desapariciones, pero al menos me hubiera gustado que se mantuviera cierta lógica y coherencia internas. A veces olvidan la palabra que designaba al objeto, otras no. Desaparece algo y poco después alguien quiere usarlo. El mismo hecho de que el libro se narre en primera persona por una mujer afectada por estos olvidos, me parecía pelín contradictorio.

Quizá estoy siendo algo quisquillosa, porque creo que la novela no fue pensada como una distopía, sino que es una alegoría del autoritarismo y sus mecanismos de control, las persecuciones a los “disidentes” y la creación de refugios, la obediencia ciega y el conformismo... Todo ello nos retrotrae a prácticas habituales de las dictaduras y la Alemania nazi.

Otra lectura que se me ocurre, más simbólica y existencial, es el sentido de la vida, y el papel que juegan nuestras experiencias y recuerdos a la hora de formarnos como personas. ¿Qué somos sin nuestras vivencias, nuestra voz propia, nuestra capacidad de narrar? ¿No es acaso algo intrínseco del ser humano crear cosas? Si nos quitan eso, si nos dedicamos a destruir en vez de construir, ¿seguimos siendo humanos, o solo un trozo de carne?

En fin, una lectura no del todo satisfactoria si nos centramos exclusivamente en la trama, pero muy sugestiva si la pensamos a un nivel abstracto por todas las reflexiones que nos genera.
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piedadrs96
 18 February 2021
Cuándo pedí la colaboración esperaba un libro que me gustase por la sinopsis y porque lo comparan con las distopías de Orwell. Sin embargo, no me imaginaba que me gustase tanto. He dado, sin proponerme buscarlo, con un tesoro. Entenderías por qué cuando lo leáis, pero, mientras, os dejo con mi reseña para que os hagáis una idea.

Yoko Ogawa nos traslada a una isla extraña dónde lo importante no es recordar si no olvidar. Las desapariciones van sucediéndose progresivamente: las cajas de música, el perfume, las esmeraldas... Los habitantes de la isla lo van aceptando porque es como ha ido siempre. Dejan que los objetos caigan en el olvido sin rechistar y vuelven a su vida como si nunca hubiesen existido. Los problemas surgen cuando empiezan a descubrirse personas que aún pueden recordar, que no ceden al olvido. Para controlarlos, la policía de la memoria los persigue.

Lo más destacable de esta historia son las sensaciones que te crean. Conforme lees las desapariciones, te embarga cierta angustia y cada vez que los personajes deciden no pelear porque es "inevitable" te invade una profunda desesperación. Te hace pensar en lo que sería un mundo sin memoria donde día a día las cosas van desapareciendo o si eso que ocurre entre los que recuerdan y olvidan es similar a lo que sufren las familias de las personas con Alzheimer y estas. También te hace plantearte la importancia de objetos cotidianos que hoy por hoy damos por hecho. Me hizo imaginar un mundo sin ciertas facilidades que tenemos y no he sabido ver cómo se continuaría sin ellas. Es de esas historias que a partir de las sensaciones que genera, van planteando una serie de reflexiones de las que no puedes escapar.

Más allá de las sensaciones y las reflexiones que genera, el estilo de la autora es delicado. Usa descripciones que evocan imágenes constantemente: lagos, inviernos helados, vacío, campos de flores, pájaros... Los pintores podrían sacar muchos cuadros a partir de fragmentos de esta historia. El hecho de que la narración vaya despacio combina bien con la idea de desmemorización y pérdida. Además, esto apoya esa evocación de imágenes dejando que puedas recrearte en cada línea. Mi libro está completamente relleno de post it que marcan esas imágenes que tanto me han gustado y los diálogos o fragmentos que me hacían pensar.

En conclusión, ha sido un libro muy interesante que me ha trasladado a un mundo de desesperación. He disfrutado mucho con cada reflexión que me hacía tener y con las descripciones que me hacían cerrar los ojos e imaginar sus palabras de forma muy visual. Entiendo por qué la califican como "una novela digna de Orwell", tiene los mismos tintes y te deja con la misma sensación pensativa. Sin duda, lo recomiendo para todo aquel que quiera una distopía que te cale profundamente.
Enlace: https://www.goodreads.com/re..
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Pianobikes
 26 July 2021
“Sucede sin que apenas te enteres. No sentirás dolor ni fatiga. Una mañana de un día cualquiera, al despertar, algo se habrá esfumado de tu vida, dejando intacto lo demás, y, entonces, tan solo percibirás un tibio desajuste con respecto al día anterior.” ~ La policía de la memoria de Yoko Ogawa.

Una isla en el medio de ninguna parte sufre desapariciones; esto es, las cosas desaparecen y al mismo tiempo se desvanecen de la memoria de los habitantes. Una joven escritora es la que nos narra la historia de estas desapariciones pero, claro, ella también va perdiendo los recuerdos de las cosas que desaparecen. Existe, además, una Policía de la Memoria que se encarga de asegurarse de que se pierden los recuerdos porque hay una parte de la población que no se ve afectada por estas desapariciones y sigue conservando la memoria.

Una de estas personas es el señor R, editor de la joven que, viendo el peligro al que se expone su amigo, decide esconderlo en su casa. En esta aventura le acompaña un anciano con quien la joven mantiene amistad. El señor R se afana en que sus amigos recobren los recuerdos y a ello contribuye la joven poniendo a disposición objetos que su madre, quien también tenía la facultad de recordar, escondía y evitaba que desapareciesen.

Este libro es de los que te encantan o te provoca hastío y aburrimiento. La premisa de la que parte es fantástica y a mi me atrapó desde el primer momento y he disfrutado de la lectura del libro completo aunque a veces le ha faltado un poco más de ritmo y de contundencia y me han quedado algunos flecos por explicar. Además me ha pasado una cosa curiosa con esta historia y es que no he podido dejar de ver un paralelismo entre lo que le sucede a esta población de la isla con lo que le sucede a tantas personas que conocemos que sufren de Alzheimer y eso sí que me ha puesto la piel de gallina.

Me he puesto a pensar en lo que significan los objetos para nosotros y en qué pasaría si desapareciesen de nuestra vida. Posiblemente habría muchos que no echaríamos de menos y podríamos vivir sin ellos –lo que nos da una muestra de la cantidad de cosas que acumulamos que no sirven para nada– pero otros que son esenciales –léase libros o las palabras en si–. En el libro la población se va adaptando a la pérdida pero porque tampoco recuerdan qué es lo que se ha perdido pero ¿nos adaptaríamos si mantuviésemos la memoria? La verdad es que el debate sobre el trasfondo con este libro está asegurado y nos lleva a otro concepto y es hasta qué punto son importantes las palabras para que los objetos existan. O sea, ¿es posible tener algo en la memoria si no tiene un nombre asociado? Ahí lo dejo.
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Lourdesmlg
 23 May 2023

En una remota isla sin nombre empiezan a suceder fenómenos provocados por los llamados: policías de la memoria. Primero desaparecen los pájaros, después los peces, los árboles y los calendarios hasta sumir a sus habitantes en un profundo invierno. La gravedad más importante es que al mismo tiempo verán como su memoria, sentimientos y sensaciones también desaparecen.

En este libro me he encontrado con una de las distopias más claustrofóbicas que jamás pude imaginar. La angustia y la incertidumbre al ir leyendo todo lo que les iba ocurriendo a cada habitante de la isla me ha mantenido en un constante agobio. Gran parte del libro me ha recordado a la enfermera de Alzheimer, la que desgraciadamente he vivido de muy cerca y sé cuanto duele ver como un ser muy querido va perdiendo su vida a través del olvido.

El ritmo de la historia es muy pausado, pero en ningún momento se me ha hecho lento o aburrido. Los personajes, junto con su impotencia al ver todo lo que les va sucediendo, está también descrito que me ha sido muy fácil meterme en la piel de cada uno de ellos.

Leyendo todo lo anterior puede parecer que no me ha gustado, pero es todo lo contrario. Me ha gustado mucho y será un libro que recomiende, pero solo a ciertas personas. No es para todo el mundo y puede depender el estado de ánimo para que en el momento que lo leáis os guste o no.

"Tú eres la misma que eras cuando escribías novelas. Nada ha cambiado. La única diferencia es que los libros han ardido y han desaparecido. Las palabras, sin embargo, permanecen. Las historias siguen vivas".
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srtarico
 30 June 2022
No tenía ninguna referencia de esta novela antes de leerla. Llegó como novedad a la biblioteca y su sinopsis me generó mucha curiosidad: una isla, en un tiempo indeterminado, en la que, algunos días, desaparecen elementos de la realidad (las rosas, los caramelos, etc.), que no regresan y no solo eso, sino que su recuerdo y las sensaciones y emociones asociadas a ellos también se olvidan. Sin embargo, hay excepciones: personas cuya memoria permanece intacta, razón por la que la policía de la memoria las busca, se las lleva y desaparecen. Esta atractiva sinopsis me hizo llevarme el libro a casa y anteponerlo a mi lista de lecturas pendientes. Siendo una novela extensa (sobre 400 páginas), se lee con mucha agilidad, ya que la atmósfera que recrea la autora produce tal inquietud, curiosidad y expectación que quieres avanzar en la lectura para saber qué pasa en esa extraña isla, qué será lo próximo que desaparezca, cómo actúa la policía de la memoria, cómo se pierden los recuerdos, por qué algunos recuerdan... La acción narrativa está centrada en una joven escritora que mantiene una entrañable amistad con un anciano y ambos intentarán proteger al editor de esta, uno de esos pocos que conservan la memoria -esta información viene en la cubierta del libro. No es spoiler-. A la vez, se alternan capítulos de la novela que está escribiendo la protagonista, en la que una joven mecanógrafa es encerrada contra su voluntad por su profesor -y pareja- en una torre del reloj. Aunque estos capítulos son minoritarios, en comparación con la trama principal, ambas historias transcurren, de algún modo, en paralelo y de forma inversa (quien la lea o la haya leído entenderá a qué me refiero). Pese a lo interesante que resulta el planteamiento y a que la obra mantiene la tensión y la incógnita prácticamente hasta el final, no ha sido una novela que me haya gustado. Con ello no me refiero a que sea una mala novela, ni mucho menos. Es más, creo que técnicamente es realmente destacable lo bien que maneja la autora la intriga y la tensión narrativa. Sencillamente, creo que Yoko Ogawa y yo no perseguimos los mismos objetivos al enfrentarnos a esta obra y, así, mientras yo esperaba una enigmática y original distopía con un desenlace tradicional, la escritora japonesa buscaba originar una profunda reflexión acerca de la memoria, la existencia, la muerte y la esperanza. Me quedaron tanto interrogantes sin resolver..., pero creo que realmente Ogawa ni quiso ni pensó resolverlos porque su propósito con esta inquietante novela era otro, que a mí, en el momento de su lectura, me generó desasosiego, algo de tristeza y una reflexión demasiado profunda que no me apetecía tener.Creo que, debido a que no quise destripar la novela, también me ha quedado una reseña bastante enigmática... Si alguien lee La policía de la memoria, lo invito a que comparta sus impresiones conmigo, ya que, desde luego, da para hablar.
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AvalleRei
 17 March 2024
Esta novela es bastante rara en muchos aspectos.
En una isla de Japón existe la Policía de la memoria, cada cierto tiempo los habitantes de la isla se despiertan con una sensación extraña y descubren que un objeto ha sido borrado de su memoria, por lo que deben deshacerse de los objetos que tienen en sus casa y que a partir de ese momento dejarán de existir en sus memorias. Pero la policía de la memoria está para controlar de que no haya personas que guarden esos objetos o incluso esos recuerdos.
La protagonista es una mujer que perdió a su madre a manos de la policía de la memoria cuando era niña y no hace mucho que perdió a su padre. Ella se dedica a escribir novelas que apenas nadie va a leer y es aplicada con los objetos que deben desaparecer.
Pero cada vez es más difícil vivir en la isla, cada vez desaparecen objetos más cotidianos, alimentos y personas. Por eso, cuando descubre que un amigo recuerda los objetos olvidados decide ayudarle aunque ella se ponga en riesgo. Ella, junto aun anciano amigo suyo del pueblo, lo organizarán todo para hacer un refugio que resista las, cada vez más seguidas, revisiones de la policía de la memoria.

Es una novela extraña, por momentos me recordaba ligeramente a 1984. En esta novela no hay nombres, esta narrada en primera persona por la mujer y se evitan todos los nombres, aparecen unas iniciales y un apellido.
Es un libro interesante porque mantiene la curiosidad de saber como van a terminar las cosas, aunque tiene un ritmo lento que a veces cuesta estar en él.
Creo que la idea que quiere transmitir es la de la perdida de las palabras y conceptos porque alguien lo diga. La poca resistencia a los cambios y a las ordenes. También en referente a la lectura, si no se lee se pierden conceptos, vocabulario y la capacidad de argumentación con la que poder plantar cara a las imposiciones.
Estas son los temas que creo que la autora quiere transmitir, pero seguramente haya más o sean otros, porque no es un libro fácil a la hora de extrapolar los temas a tratar.
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LaraRomero
 04 December 2023
"La Policía de la Memoria" nos sumerge en un intrigante y misterioso mundo donde la fragilidad de la existencia se convierte en una realidad palpable. En una pequeña isla, un fenómeno desconcertante desencadena una cadena de eventos que desafían la lógica y la comprensión humana. La desaparición de los pájaros marca el inicio de una serie de pérdidas, donde no solo los objetos y seres vivos desaparecen, sino también sus memorias y las emociones que las acompañan.

"La Policía de la Memoria" es una obra única que fusiona la fantasía con la reflexión filosófica, sumergiéndonos en un viaje introspectivo sobre la fragilidad de la memoria y la resistencia ante la pérdida. En palabras de la protagonista, "recordar es resistir", y esta novela nos invita a explorar el significado más profundo de esa afirmación.
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