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He necesitado reposar La piscina seis días, cinco más de lo que me costó leerla, para ser capaz de verbalizar por qué esta obra de Yoko Ogawa, la primera que leo de esta autora, me ha resultado tan bella como turbadora. La piscinatiene como protagonista a Aya, una adolescente que acude a escondidas a la piscina para ver el cuerpo de Jun saltar desde el trampolín y zambullirse. Ambos viven en el Hogar Hikari, pero Aya es la única huérfana que nunca podrá abandonarlo. "Desde que nací, en cada día de mi vida había escuchado algún llanto en el Hogar Hikari. Siempre había un niño llorando entre burlas, riñas, risas y chillidos. Me esforzaba por amar aquellos llantos porque yo era una huérfana a la que nadie nunca podría acoger. La única huérfana que no podría abandonar el Hogar Hikari." Ogawa es capaz a través de su prosa de proyectarnos bellísimas imágenes, de zambullirnos en un ambiente hipnótico, pero perverso. Y es que hay en la forma de pensar y sentir de Aya una crueldad que cuesta asimilar. Principalmente, porque no estamos preparados para reconocer pensamientos y actitudes perversos en una niña. Y de forma secundaria porque estos contrastan con la belleza general de la prosa de Ogawa. Resulta inevitable preguntase en la segunda mitad de este libro hasta donde ha podido influir la soledad de Aya en su forma de sentir. Y cómo es posible que alguien que reconoce y admira la bondad en otros puede ser capaz de actuar de forma cruel con un tercero. La piscina es una lectura que deja poso pero que sigo sin tener claro como valorar. + Leer más |
La novela que lanzó a la fama a Yoko Ogawa. Un canto a la amistad, el amor y el respeto, y una apasionante introducción al mundo de los números.
Una madre soltera entra a trabajar como asistenta en casa de un viejo y huraño profesor de matemáticas. Sin embargo, no es un profesor cualquiera: antaño fue un reconocido matemático pero, tras un trágico accidente, solo recuerda lo ocurrido en los últimos ochenta minutos. Aunque siguen apasionándole los números y la resolución de problemas matemáticos, debe apuntar las cosas importantes en post-its para repasarlas todos los días, incluida la identidad de quienes lo rodean; una situación que lo vuelve muy vulnerable. Sin embargo, el profesor irá aceptando en su vida la irrupción de la asistenta y de su hijo, Root, de diez años, con quien comparte una pasión: el béisbol. Poco a poco se irá fraguando entre los tres una hermosa relación fundada en el afecto y la transmisión del saber. Una novela que devuelve la fe en el alma humana.