Un relato que te zambulle en muy pocas páginas en un estado de ánimo( el de la turbación), donde te encuentras con una línea ondulante que separa por muy poco la pureza de la perversión, donde te salpican palabras sencillas pero con la capacidad de crear imágenes que son agua, son nieve, son carne y mientras flotas te lleva a acompañar a Aya, una adolescente que es cruel pero admira la bondad y que quizás esté perdida aunque no lo sepa o muy sola aunque esté siempre rodeada de gente o quizás todo a la vez o nada de todo eso. Un balanceo continuo de contrastes y ambivalencia y un ambiente que consigue ser al mismo tiempo oscuro y luminoso. Se lee en una tarde pero el runrún de la historia te sigue acompañando el tiempo que le dejes. ▫️ «Deseaba lamer lentamente aquellas lágrimas. Agrandar las heridas, y con mi lengua rozar allá donde el corazón humano es más frágil, y supura». ▫️ |
La novela que lanzó a la fama a Yoko Ogawa. Un canto a la amistad, el amor y el respeto, y una apasionante introducción al mundo de los números.
Una madre soltera entra a trabajar como asistenta en casa de un viejo y huraño profesor de matemáticas. Sin embargo, no es un profesor cualquiera: antaño fue un reconocido matemático pero, tras un trágico accidente, solo recuerda lo ocurrido en los últimos ochenta minutos. Aunque siguen apasionándole los números y la resolución de problemas matemáticos, debe apuntar las cosas importantes en post-its para repasarlas todos los días, incluida la identidad de quienes lo rodean; una situación que lo vuelve muy vulnerable. Sin embargo, el profesor irá aceptando en su vida la irrupción de la asistenta y de su hijo, Root, de diez años, con quien comparte una pasión: el béisbol. Poco a poco se irá fraguando entre los tres una hermosa relación fundada en el afecto y la transmisión del saber. Una novela que devuelve la fe en el alma humana.