La dependienta

LA DEPENDIENTA, de Sayaka Murata.
Una novela que transcurre en Tokio, de lectura fácil y amena, en momentos hasta curiosamente divertida, aunque en realidad el mensaje es mucho más profundo. Su protagonista, Keiko, refleja lo complicado que es a veces encajar en la sociedad. Una sociedad, la japonesa, muy hermética, en la que las mujeres solteras de cierta edad no tienen cabida. Es una crítica a la sociedad actual, a no dejar salirse de la norma establecida por la costumbre.
Nos permite conocer aspectos super cotidianos de la sociedad actual japonesa. de verdad, una joyita.
Se lee super rápido.

'La dependienta' que gran libro

Con esta novela escrita por Sayaka Murata empecé a leer literatura japonesa, y sin duda si he de deciros algo es que voy a seguir leyendo este género.

La historia de Keiko me ha hecho reflexionar sobre ciertas situaciones que también podrían estar en nuestro día a día. En la novela conoceremos la rutina diaria de Keiko y todo lo que conlleva vivir como ella ha decidido.

Sin ir mas lejos de nuestra realidad podremos ver como la cultura, la sociedad en la vive Keiko,la gente que conoce, su familia y amigos, y un largo etc... de factores que pueden llegar pasar inadvertidos, veremos que es una historia para replantearnos hasta que punto la sociedad donde vivimos influye en nuestras vidas. Como la gente que nos rodea llega a formar parte del cómo somos y como nuestras decisiones se ven afectadas por factores que ni somos conscientes que nos influyen

Me ha gustado mucho leer una historia desde una perspectiva tan diferente a la que estamos acostumbrados ya por protocolo social, ver los patrones y los convencionalismos que tenemos tan arraigados... Verlos desde fuera y pensar: ¿son necesarios? ¿Tooodo el mundo tiene la obligación de hacer lo mismo? ¿A todo el mundo le tiene que gustar? ¿Tienes que hacer feliz?

Mi conclusión es NO, cada uno debería ser libre de elegir como vivir su vida, como ser feliz.

LA DEPENDIENTA es una lectura ágil, sencilla que nos describe el día a día de una mujer que vive por y para su trabajo de dependencia de un 24 horas en Japón, porque le encanta su trabajo y con él ha encontrado su lugar en la sociedad ( ser parte del engranaje que mueve todo)... cuando creía que no había un sitio para ella en el mundo.

La narración es sutil, con crítica a la sociedad que no acepta aquello que es diferente o se sale del patrón establecido, tiene ironía en muchas ocasiones y es llevada de forma muy inteligente, porque deja claro que la protagonista NO es una mujer normal y actual. ... Sino que finge ser normal, imitando a otras mujeres de su entorno para no desentonar, para no llamar la atención y ser rechazada por los demás.

Nos deja caer que tiene algún problema psicológico, tal vez de espectro autista o de desarrollo de comportamiento... algo que tampoco ha sido nuca diagnosticado o tratado con terapia, medicación o lo que sea conveniente; por lo que podemos pensar que, ella por su cuenta, intenta adaptarse a la sociedad con las pocas o casi ninguna herramientas que tenga... y que no resultan ser muy eficaces.

El único sitio donde encaja es en esa tienda donde desde el primer día se le dio bien interpretar el papel de "dependiente", donde existe un protocolo de actuación estricto, donde hay un orden, dónde es FELIZ.

Aunque terminaron estudios universitarios no aspira a nada más que ser dependiente, no lo necesita para ser feliz. Tampoco tener pareja o formar una familia... Estas son solo exigencias de la sociedad que la rodea.

La historia se complica cuando ella intenta adaptarse a lo que se espera de ella, cuando intenta cumplir con las expectativas de la sociedad (familia, amigos y compañeros de trabajo) lo que se espera para una mujer de más de 30 años, soltera. Y

ahora qué da el paso, descubre lo que de verdad importa, lo que de verdad le interesa a ELLA y lo que de verdad le merece la pena.

VIDEO RESEÑA

Enlace: https://youtu.be/LGt2nUJ5XPo..

Una historia de vocación. Furukura Keiko es dependienta en una Konbini a quien todos acusan de ser rara y no tener aspiraciones. Si bien Keiko es especial a su manera, tiene las ideas claras y sabe a qué le gusta dedicar sus días. Y es que no todo el mundo tiene el propósito de hacerse rico o tener hijos. No es que Keiko se conforme con poco, es que su vocación es ser dependienta y vivir una existencia tranquila. Trabaja mucho y lo hace bien, es muy competente en su terreno.

Sin embargo, a ojos de la mayoría, esa clase de vida no es suficiente y consideran que Keiko debería cambiar, buscar otro trabajo y casarse, como hace «la gente normal».

Esta novela breve y de lectura ligera plantea temas peliagudos, como lo es cambiar nuestra esencia por miedo al «qué dirán» o intentar encajar en una sociedad en la que es difícil moverse si no se cumplen ciertas normas o estereotipos.

Si bien creo que peca de ser un tanto repetitiva en algunos momentos, lo atribuyo a la narración en primera persona por parte de un personaje que le da demasiadas vueltas a la cabeza, tal y como hacemos todos más de una vez.

Keiko me ha parecido un personaje muy humano. Una mujer que nada contra corriente en una de las sociedades más tradicionales y herméticas del mundo.

Novela breve que vale la pena leer.
Plantea temas interesantes como los mandatos sociales en la vida de todas las personas, especialmente para con las mujeres.
La protagonista es un tanto extraña, peculiar.
La autora es una destacada autora japonesa.

En comunidad, la desviación con respecto a lo establecido supone convertirse en el foco de atención. No habrá silencios en las conversaciones porque siempre rondará una pregunta incómoda, un consejo no solicitado y un dedo que señala el camino a seguir. Pero no todos, no todas, estamos aquí para recorrerlo.
En “La dependienta”, Sayaka Murata nos presenta a Keiko Furukura, una mujer que supera con creces la treintena, que nunca ha tenido pareja y que trabaja por horas en una “konbini” (un supermercado japonés) sin ningún tipo de aspiración laboral. Furukura vive por y para esa tienda. No hay nada ni nadie que la motive. Pero, aunque carece de empatía, hace mucho que aprendió que la única forma de pasar desapercibida es actuando como una persona “normal”. La normalidad, en la novela y en la sociedad, la aprendemos desde pequeños: matrimonio, hijos y trabajo estable. Con los años, si no vamos subiendo esos peldaños, los que están arriba no cesarán de preguntarnos cuándo. Keiko inventa excusas e incluso una vida que la ayude a “curarse” ante los ojos de los demás. Lo peor es que ella misma llega a pensar que necesita esa curación.
“La dependienta” nos habla de las imposiciones sociales y de la presión que ejercen los demás sobre nuestras vidas, en un juego donde el individualismo tiene todas las de perder: un cuerpo extraño, tarde o temprano, debe abandonar el lugar que ocupa. Y lo hace con una prosa sencilla y sarcástica, sin florituras. Tal vez no sea fácil entender a Keiko desde nuestro lugar en la sociedad; tal vez algunos de sus pensamientos sean demasiado excéntricos incluso para el más liberal; pero, a través de su historia, oiremos esa vocecilla interior que, como un susurro, de vez en cuando, nos pregunta si estamos donde queremos estar.

Primer encuentro con Sayaka Murata, escritora japonesa que tenía muchas ganas de leer.

En La dependienta, conocemos a nuestra protagonista, Keiko, una mujer que ha adaptado un “papel” en la sociedad como trabajadora a tiempo parcial en una tienda de 24 horas sin ningún interés amoroso y desafiando a las expectativas de éxito profesional en esa sociedad.

A través de la historia de la protagonista, nos muestra cómo, a pesar de encontrarnos en un siglo en el que aparentemente hemos avanzado mucho, aún persisten actitudes "prehistóricas". Murata nos hace reflexionar también sobre cómo, inconscientemente, juzgamos a aquellos que se alejan de las “normas preestablecidas”. Uno de los puntos clave en el libro para ésto son los diversos personajes que se nos presentan, todos marcados de una forma u otra por la sociedad: su hermana, sus compañeras de trabajo, el chico que conoce en la tienda...

Por otra parte, decir que es un libro breve y la autora no se detiene en excesivas descripciones, lo que permite una lectura ágil y dinámica. Bien es cierto, que no ahondar demasiado en algunos puntos de la historia puede que me dejase con las ganas de conocer más íntimamente algunos personajes o algunas situaciones, pero aún y así creo que consigue transmitir el mensaje propuesto sin perderse en divagaciones.

Otro elemento que destaco son los toques de humor e ironía que utiliza Murata a lo largo de la novela.

Libro cortito, historia sencilla, trasfondo universal. Me encantó la manera en que trata la alienación de los japoneses y su cultura, que indudablemente puede ser aplicada a casi cualquier parte del mundo.

Deja una sensación de amargura recordar, mediante el relato, que en esta vida "hay que cumplir". Y permite reflexionar sobre cuántas acciones que creemos que nacen de nuestra voluntad, se ven reconducidas por ese deber casi innato de tener que encajar en sociedad. O formas parte del juego, o estás condenado al ostracismo.

Hay que resaltar y abrazar la mediocridad inherente al ser humano, y que nos dé igual, sin que eso impida llevar una vida virtuosa. Porque, ¿qué daño hace Furukura al resto de sus congéneres? Pues resulta que no hay más daño que el que se hace a ella misma. Bueno... eso dicen los demás.

Me explota la cabeza,una joya de relato, me ha sorprendido como en tan pocas páginas que se leen de un tirón se puede decir tanto. al comienzo me ha resultado cómico, hasta que caí en la cuenta de que la protagonista puede padecer algún tipo de trastorno según van sucediendo las cosas. Nos hace ver como la sociedad aparta a las personas que no entran dentro de lo establecido como es tener hijos, pareja y trabajo estable porque tienes ya ciertos años y se te pasa el arroz.El nivel de exigencia es igual para todos independientemente de si se tiene alguna carencia o si se quiere vivir de distinta forma. Nos sentimos obligados a mentir,actuar, imitar, inventar,copiar ....y todo ello para formar parte del circo . En el único lugar donde nuestra protagonista se siente normal y realizada es como dependienta, podría ser porque dispone de un manual donde explica como actuar,ser y hacer dentro de la tienda, es todo muy mecánico y repetitivo ,fuera de ahí la protagonista se siente perdida.

bastante sosita la historia.

todo muy estereotipado y un tanto monótono. supongo que la literatura japonesa no es mi estilo y su modo de vida, ideales y comportamientos también difieren bastante de Occidente.

No lo recomiendo especialmente por todo lo dicho antes.