 |
Una historia de vocación. Furukura Keiko es dependienta en una Konbini a quien todos acusan de ser rara y no tener aspiraciones. Si bien Keiko es especial a su manera, tiene las ideas claras y sabe a qué le gusta dedicar sus días. Y es que no todo el mundo tiene el propósito de hacerse rico o tener hijos. No es que Keiko se conforme con poco, es que su vocación es ser dependienta y vivir una existencia tranquila. Trabaja mucho y lo hace bien, es muy competente en su terreno. Sin embargo, a ojos de la mayoría, esa clase de vida no es suficiente y consideran que Keiko debería cambiar, buscar otro trabajo y casarse, como hace «la gente normal». Esta novela breve y de lectura ligera plantea temas peliagudos, como lo es cambiar nuestra esencia por miedo al «qué dirán» o intentar encajar en una sociedad en la que es difícil moverse si no se cumplen ciertas normas o estereotipos. Si bien creo que peca de ser un tanto repetitiva en algunos momentos, lo atribuyo a la narración en primera persona por parte de un personaje que le da demasiadas vueltas a la cabeza, tal y como hacemos todos más de una vez. Keiko me ha parecido un personaje muy humano. Una mujer que nada contra corriente en una de las sociedades más tradicionales y herméticas del mundo. |
>
