Un amor

No sabía si leerlo, Cara de pan no me terminó de convencer. Pero venga, va, que gente que me gusta como lee dice que está muy bien...

Y tienen razón.

La protagonista de la historia es Nat, que decide cambiar la vida-de-ciudad por una casa con bastantes deficiencias en un pequeño pueblo...

A través del casero, de su nuevo perro y de los vecinos, la autora nos describe los rincones más vulnerables de la mente de Nat (de la mente humana). Una mente que no descansa y que consigue que la acompañemos en una historia a ratos opresiva, donde una simple gotera puede desplegar comportamientos nunca pensados.

Muy muy buenos personajes los de Sara Mesa.
La seguiré leyendo.

La experiencia de lectura de esta novela de Sara Mesa ha resultado cautivadora a la vez que desconcertante. La historia te adentra en un mundo claustrofóbico, agobiante y amenazador a partes iguales. La protagonista, Nat, se presenta abiertamente como una fracasada. Ni siquiera despierta en el lector un gesto de compasión, pero es tal la intensidad de la narración (a pesar de estar contado en 3ª persona), que nos metemos en su piel y experimentamos el agobiante calor o el frío más paralizador, y sobre todo, las sensaciones más primarias como la amenaza del casero o la soledad en medio de un páramo inhóspito. Los giros inesperados dentro de la monotonía del lugar y de la historia conviven con una narración que es más interior que exterior, a veces sutilmente poética.

El título es igualmente inquietante. Esperas el descubrimiento del amor como vía de salvación en medio de este espacio inhóspito. Pero cuando este aparece, se aleja totalmente de planteamientos románticos o sentimentales. Nat comienza una relación nacida de la sorpresa más desagradable, quizás de la compasión, pero también de la soledad. Es una relación carnal que parece ir despertando otros sentimientos, no siempre puros, pues los celos y la desconfianza empañan los encuentros de la pareja.

Todos los personajes son enigmáticos. Además del amenazante casero, tenemos al Alemán, Andreas, aunque nadie sabe su verdadero nombre. Es un personaje lacónico, igual de enigmático que Píter, por hablador, sociable pero controlador. Los vecinos ancianos, la familia joven…, hasta los animales, como Sieso (nombre provisional que acaba definiéndolo)… todos tienen un fondo oscuro.

Solo la liberación final abre las ventanas a este ambiente cargado e insoportable, que permanece en el recuerdo del lector. Un libro totalmente recomendable por la sorpresa y la vez la contradicción de verte metido en una historia y un espacio que no te acogen, pero de los que tampoco es fácil escapar.

Enlace: https://www.librosymas.site/..

Terminé este libro hace unas semanas, y hasta hoy no me visto inspirada para hablar de él. Desde que salió publicado, lo puse en mi lista de pendientes, a pesar de que no había leído ninguna de las obras de la autora.
Una vez comencé con él, me envolvió una atmósfera triste, desolada e incluso, en ocasiones, angustiante. La autora logra recrear el entorno y te introduce en él de una forma fascinante.
La historia empieza cuando la protagonista, traductora de profesión, decide trasladarse a un pueblo aislado y alquilar una casa para poder trabajar en su último encargo de forma tranquila y sin estrés.
Lo que en un principio parece que va a ser un cambio a mejor para ella, poco a poco, se trasforma hasta que su vida se ve influida por los vecinos y el ambiente.
Desde el propietario de la casa (que te crea una total repulsión), hasta el vecino "hippie" y la dependienta de la tienda, hace que su vida se vea totalmente trastocada e insufrible. Y que salga a la luz una parte de su personalidad hasta ahora desconocida para ella.
Me ha gustado el libro (aunque no tanto cómo esperaba), y creo que probaré a leer alguna de sus anteriores obras.