No sabía si leerlo, Cara de pan no me terminó de convencer. Pero venga, va, que gente que me gusta como lee dice que está muy bien... Y tienen razón. La protagonista de la historia es Nat, que decide cambiar la vida-de-ciudad por una casa con bastantes deficiencias en un pequeño pueblo... A través del casero, de su nuevo perro y de los vecinos, la autora nos describe los rincones más vulnerables de la mente de Nat (de la mente humana). Una mente que no descansa y que consigue que la acompañemos en una historia a ratos opresiva, donde una simple gotera puede desplegar comportamientos nunca pensados. Muy muy buenos personajes los de Sara Mesa. La seguiré leyendo. |