Expiación es un libro diferente, una novela dentro de otra novela, dividida en tres partes muy diferenciadas y un epílogo.
La primera parte transcurre en una casa de campo en Inglaterra durante el verano de 1935, y está narrada desde el punto de vista de distintos personajes, lo que nos ayudará a conocerlos mejor.
La segunda transcurre en Francia durante la Segunda Guerra Mundial, y en ella seguiremos a un soldado inglés que intenta, junto con otros compañeros, llegar a un punto de evacuación.
La tercera parte nos llevará a Londres y en ella continuaremos conociendo los horrores de la guerra (esta vez desde el punto de vista de los sanitarios que trataban a los soldados heridos) y descubriremos cómo es la formación de la protagonista como enfermera y su cargo de conciencia por lo ocurrido en 1935.
Y por último, nos encontramos con un epílogo ambientado en 1999, que dará un giro total a esta triste historia.
Un libro muy distinto a lo que me esperaba y menos complicado de leer de lo que creía. Aunque al principio me costó un poco entrar en la historia y su ritmo lento hizo que en algunos momentos me costara avanzar y sintiera que la historia se estancaba.
Aún así, esta novela que habla de la culpa, los remordimientos, el amor, la guerra, las consecuencias de nuestros actos y la necesidad de expiarlos, me ha gustado bastante. Una triste historia de amor, vidas rotas y
expiación, con un final en el que seguí pensando días después de acabarla, que tal vez habría disfutado más si mis expectativas no hubieran sido tan altas.
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