Rebeca

Maxim de Winter, viudo, viaja a Montecarlo para olvidar su pasado. Allí conoce a una mujer más joven que él con la que contraerá matrimonio y, tras la luna de miel, regresa con ella a Manderley, la mansión de los Winter. Todo es perfecto hasta que la memoria de la esposa fallecida, Rebecca, aparece continuamente como un fantasma entre la pareja.
La ama de llaves de Manderley, la señora Danvers fue la niñera de Rebeca y está obsesionada con su memoria. Desde el primer momento muestra su hostilidad contra la protagonista, que para ella está intentando "ocupar el sitio de Rebeca" y pretende romper el nuevo matrimonio.
La historia la contará la actual señora de Winter, no conoceremos su nombre, solo sabemos que es una joven tímida, de clase media y que se esforzará por saber lo que pasó con la anterior señora Winter, el misterio que envuelve a Rebeca.

Al leer este libro estuve ocupadísima así que no hubo mucho tiempo para la lectura. Cansancio, trabajo, compromisos personales… todo conspiró para que yo leyera a paso de caracol.
Todo el tiempo mientras leía este libro, la actual señora de Winter me recordaba a una amiga de hace muchos años. Era como si estuviera leyendo acerca de ella cuando de pronto… tuve que asistir a una fiesta de la alta sociedad y entonces comprendí un poco mejor a la señora de Winter: la timidez, la torpeza, la falta de desenvoltura… todo.
Personaje favorito: No tengo uno favorito ya que me gustaron por turnos.
Personaje que no me gustó: ¿Rebecca? ¿La señora Danvers? ¿Favell? ¿Triple empate?
Me gustó mucho este libro.

Creo que “Rebeca” es un libro que absorbe al lector tanto como la película cautiva al espectador. La atmósfera recreada por Daphne du Maurier permite al lector introducirse en Manderley, detalladamente descrita por la autora, además de sentirse en todo momento cómplice de la psicología de la protagonista, cuyas sensaciones, miedos y pensamientos aparecen retratados de un modo muy real, con mecanismos como el de suponer e imaginar lo que podría pasarle en determinados momentos. Además, Daphne du Maurier logra amplificar la sensación de que es la difunta Rebeca la verdadera protagonista con el recurso de no mencionar en ningún momento el nombre de la protagonista y narradora, a la que sólo se le conoce por el tratamiento de señora de Winter una vez casada.
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Bonita nóvela. Combina una ambientación casi gótica con unas descripciones fabulosas. Todo ello contado en primera persona por la misteriosa protagonista, de la que no sabemos ni su nombre.La introspección del personaje nos hace ver continuamente su punto de vista, para lo bueno y lo malo, a veces llega ser irritante y otras sufres con ella y deseas que se libere del lío en que se ha metido.La parte de "misterio" no es lo más importante, las descripciones de Manderley, la casona en la que viven los personajes, la convierten en el verdadero protagonista de la narración junto con el personaje que da título al libro y que no aparece, en persona, en ningún momento de la historia.Para mi gusto , el mejor personaje del libro es la Señora Danvers, ama de llaves de la mansión, una auténtica malvada de manual, cuya sola aparición en escena provoca la incomodidad del lector.Este es un libro que merecidamente se puede considerar ya un clásico.

Altamente recomendable. Un libro que te mantiene enganchado, por la trama misteriosa, y que está maravillosamente escrito. Tiene una ambientación magistral, y es muy visual. Unos personajes muy bien construidos, que nos generan todo tipo de sentimientos. Me gustaría releerlo algún día.

Como he disfrutado está lectura. Es uno de esos libros que sabes que existe y nunca te decides a leerlo. Pero cuando de verdad te pones con él y al acabarlo, te sientes vacía.

La historia es sencilla, una muchacha joven conoce a un viudo millonario. Pasan unos pocos días juntos, increíblemente se enamoran, se casan repentinamente y vuelven al hogar de éste. Un caserón increible llamado Manderley y nuestra protagonista pasa a ser la señora de Winter. Pero ¿qué es lo que está novela hace que enganche?

Nuestra protagonista, sustituye a la antigua señora de Winter, la cual murió ahogada. No sólo se siente insegura en un mundo que le viene grande, si no, que en cada rincón, en cada detalle de la casa, la presencia de Rebeca sigue presente. Nuestra protagonista se siente perdida e incapaz de llevar la situación.

Me encanta como juega la autora tanto con la protagonista como con el lector. La protagonista no tiene nombre, me parece fascinante, porque la hace de menos en todo momento. Rebeca siempre está presente, impone en todo momento sin estar en la casa. Pero siempre está. En cada lugar, en cada historia, en cada recuerdo, en boca de todos. Esto nos hace pensar, ¿Podemos crear nuestros propios fantasmas.?

Está historia es fascinante. La manera cómo está escrito hace que te metas de lleno en la historia. Empatizas totalmente con la protagonista. A veces es algo pava, hay que decirlo pero es la gracia de la novela y ves su evolución.

Ayer vi la versión cinematográfica de Hitchcock, y tengo que reconocer que está muy lograda la sensación de incomodidad a lo largo de la historia, pero en este caso el libro te atrapa más.

Si buscáis un ejemplar del género gótico, coged Rebecca, no os decepcionará.

La protagonista sin nombre, huérfana, trabaja como dama de compañía de la Sra. van Hopper. Durante su estadía en Montecarlo, conoce al atractivo viudo de Winter, rodeado por un halo de misterio y desolación, con quien entablará una relación apresurada y al llegar a una encrucijada, aceptará su propuesta de matrimonio.

Tras la luna de miel en Europa, se encaminan para Manderley, una hermosa mansión rodeada de una vegetación pintoresca y lúgubre al mismo tiempo. La nueva Sra. de Winter deberá luchar contra su timidez, los cotilleos de la comarca, los sirvientes, en especial con la gélida Sra. Danvers y la antigua Sra. presente en cada rincón, mueble y memoria circundante.

La historia tiene un cariz bastante similar a “Jane Eyre”, creo ambas señoritas podrían juntarse a tomar el té, pasar un rato agradable; no obstante, quien nos atañe no tiene tanto carácter como Jane, se siente fuera de lugar, le cuesta amoldarse a su nuevo papel.

Ella se obsesiona con la difunta Rebeca, irá recopilando información a cuentagotas, reconstruyendo los aspectos de su personalidad y aquel día fatídico. de pasar a ser un secreto a dos veces, su nombre se vuelve placer, liberador para descubrirse como un veneno corriendo bajo Manderley, volcándose en el mar.

Du Maurier destaca por la ambientación, tan pronto como te encuentras tomando sol en el Valle Feliz oliendo el aroma de las azaleas, a unos pasos transitas bajo árboles muy espesos, escuchando de fondo las olas romperse y llegas a playas con guijos, merodeada por un discapacitado mental, descubriendo una casita esperándote.

Los acontecimientos pasan, no así las costumbres de Manderley, funcionando como los engranajes de un reloj suizo. Una ventana del ala Poniente se abre, una ráfaga de viento frío se cruza en el camino, habitaciones cerradas con el camisón y las chinelas listas para usar. La oscuridad se alimenta de la devoción, el sufrimiento y ríe con sarcasmo, el rugido del mar y las tormentas que se avecinan en el horizonte no vaticinan nada bueno.

Me gustó mucho la narración, las descripciones son exquisitas. El relato no era el que yo me había imaginado en mi cabeza, tuve que lidiar con mis expectativas, sin embargo, me encontré leyendo hasta las dos de la mañana para terminarlo, no creo haya mejor prueba que esa a la hora de decir cuánto me enganchó.

Totalmente tedioso. He sufrido porque no veía la hora de acabarlo. Se me ha hecho muy largo, demasiado descriptivo y muy aburrido. Es decir, pasan muchas cosas, pero a mí no ha conseguido engancharme de ninguna manera, ni siquiera cuando llega la parte más importante de la trama. Tengo la sensación de que Daphne du Maurier encaja conmigo en los relatos, pero en historias largas como esta, no. Ha sido una pena, la verdad.

"Anoche soñé que volvía a Manderley"

Esa voz en off de una muchacha sin nombre forma parte de mi vida desde la primera vez que vi la película de Hitchcock. Y como la sombra de Hitchcock siempre ha sido alargada (y no solo redondeada), me ha costado horrores sacar esta vieja edición de la estantería y leerla. Me alegro de haberlo hecho.

La historia es bien conocida: dos mujeres enfrentadas, incluso a través de la muerte y el tiempo, a causa de una casa, unos espacios comunes, un mismo marido y los recuerdos de una inquietante señora Danvers que se ha propuesto mantener vivos los recuerdos de la primera señora de Winter.

No lamento haberlo dejado tanto tiempo en la estantería, pues llegó a mi vida en su momento justo, pero una cosa os diré: leedlo

Primero de todo, decir que lo he disfrutado. Me parece que la autora escribe bastante bien, y que genere tantos sentimientos al leerlo (exasperación, no vamos a engañarnos, me he pasado el libro entero gritándoles a los personajes) es síntoma de que sabe implicar al lector en la historia.

La trama en sí me ha parecido bastante previsible, aunque lo que más se recalca comúnmente del libro es que era sorprendente. Tampoco me ha importado demasiado, porque la historia está bien llevada. Maravilloso que el libro sea circular, es decir, que al acabarlo podamos releer los dos primeros capítulos a modo epílogo y darnos cuenta de cosas que antes no habíamos visto.

Destaco del libro lo asombroso de la manera de mostrar la falta de amor propio y autoestima de la protagonista, que, por no tener, no tiene ni nombre para nosotres. Un libro que nos muestra mucho sobre los celos, los secretos, las inseguridades y sobre recuerdos que convertimos en fantasmas. Entretenido, sin duda.
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