Una chica como ella

Marc Levy es un autor de novela romántica que me gusta mucho, porque en la gran mayoría de sus novelas tiene un toque "especial". Esta no es de esas, es una historia sencilla y amena que aunque tiene romance no es la trama principal del libro.

La novela esta dividida en 26 capítulos y un epílogo, que son muy cortos y se leen casi sin darte cuenta. La trama está ambientada en Nueva York, y gira en torno a una comunidad de vecinos, los 2 ascensoristas del edificio, la mujer de uno de ellos y el sobrino de ésta que llega para pasar una temporada en Nueva York....

Me ha gustado como el autor integra la historia de Chloe, al final de algunos capítulos. Y el romance es muy bonito nada empalagoso.

Aunque no es uno de mis libros favoritos del autor, me ha gustado más que otros que le he leido como por ejemplo; Las cosas que no nos dijimos, Siete días para una eternidad y La primera vez.

Una chica como ella de Marc Levy. Este libro yo no lo hubiera escogido para leer, si no hubiese sido por la lectura conjunta. La verdad me ha sorprendido bastante porque es muy diferente a lo normal. Normal en este sentido, quiero decir que al final luego son todas las novelas iguales. Este autor se la juega con temas delicados, pero hablamos de amor y siempre es delicado y polémico.... Se lee rápido, se le bien, yo le hubiera dado algo más de bola a la historia de amor. Aunque la historia de alrededor también me gusto. Los personajes me gustaron, aunque no hay evolución de ninguno de ellos ni grandes sentimientos ni grandes historias. La historia de Chloe contada en el final es desgarradora. Sanji tampoco tiene una vida fácil. Tengo que destacar un personaje secundario Laly encantadora y con buenos consejos para su sobrino, Sanji. La actitud de Chloe no me ha gustado es un poco soberbia y orgullosa. Y sus problemas no son escusa para su actitud. Comentaría más cosas pero no quiero destripar el libro a nadie.

Novela romántica, sin duda entretenida que nos muestra un gran espíritu de superación y un optimismo desbordante por parte de nuestros protagonistas.
Sin hacer spoiler, por un lado nos encontramos a Chloé, que tras un trágico suceso queda postrada en una silla de ruedas, lo que no le impide que siga adelante superando los distintos obstáculos y miedos que surgen a cada paso.
Por otro tenemos a Sanji, que llega desde Bombay a Nueva York buscando escapar de la situación familiar que atraviesa, e intentando superarse profesional y personalmente sin depender de lo que ha dejado atrás, recurre a familiares que ni tan siquiera conoce, Deepak y Lali, sus tíos, para conseguir el visado y desde el momento en que se encuentran su vida dará un giro de 180º.
El punto de conexión es a través de su tío Deepak, ascensorista de un pequeño edificio en la Quinta Avenida, donde reside Chloé, por circunstancias Sanji debe ayudar a su tío, convirtiéndose en sustituto para manejar dicho ascensor, a partir de ese momento la trama se va complicando mostrando como la vida puede cambiar en un simple parpadeo.
La trama se desenvuelve de forma ágil, es de lectura rápida, y nos presenta además del espíritu de superación, que mencionábamos antes, el respeto a nuestros mayores, los prejuicios sociales, la lucha por los sueños, y especialmente las decisiones que el ser humano toma por amor, decisiones en la que debe optar por cuánto está dispuesto a arriesgar para lograr su objetivo.
Me la habían recomendado mucho pero sinceramente, me ha faltado chicha.

Las novelas de Marc Levy no son románticas al uso. Se podría decir que son más de relaciones entre personas con un toque romántico.
En esta nos presenta a Deepak, un ascensorista de Nueva York, lleva trabajando en el mismo edificio desde hace treinta y nueve años y tiene un sueño que está a punto de truncarse.
Por otro lado está el sobrino de su mujer al que no conocen y que se va a quedar en su casa, Sanji, que viene para expandir un negocio que sus tíos no saben que tiene.
Y la otra parte fuerte de la historia es Chloé. Ella es la nota alegre, valiente y de superación de la historia, entre ellos tres, la comunidad del edificio, la mujer de Deepak y el amigo de Sanji crearan una trama digna de una novela de enredo.
Los personajes secundarios son los que llevan gran parte de la trama, ya que es gracias a ellos a los que se mueven con agilidad todas las escenas.
Es una novela corta, ágil, entretenida y con toques de humor. Tiene algo que atrapa de una forma sencilla pero encantadora y te hace seguir leyendo.

No había leído nunca un libro de Marc Levy, sobre todo porque hace tiempo que no me llama la romántica por lo que sólo leo este tipo de libros para cumplir con algún reto de lectura. En este caso en el club de lectura de la Cafetería de Audrey en Goodreads nos tocó leer este libro.

Cuando empecé su lectura me temía la típica historia melosa, acaramelada, de a chico le gusta chica y que si te quiero, si no te quiero, que.... Pero no ha sido así. La parte romántica es muy light, pasa casi por encima en el tema ñoño, y se queda con la historia que en principio parecía secundaria.

El libro alterna dos escenarios muy distintos, lo que le da frescura al libro.

Un primer escenario, es la historia secundaria que toma protagonismo en la trama. Deepak es un viejo ascensorista/portero del turno de día atendiendo el antiguo ascensor de un vetusto bloque de edificios habitado por un cúmulo de personajes de clase media a cada cual más pintoresco. Cuando el ascensorista del turno de noche sufre un accidente, Deepak ve como peligra su modo de vida si no consigue un sustituto a tiempo. Y ahí aparece su sobrino, Sanji, que sin saber siquiera cómo, se encuentra atrapado en una situación surrealista de la que no quiere salir por conocer a una de las vecinas, Chloe.

El segundo escenario es cómo Chloe acepta y hace frente a las consecuencias terribles de un horrible suceso que la ha marcado para el resto de su vida. Y no digo más para que vayáis descubriéndolo vosotros mismos.

Según iba leyendo más me iba gustando el personaje de Chloe, su historia, su fortaleza, su espíritu. Y es lo que para mí ha salvado el libro. La historia del primer escenario aunque entretenida no da para mucho, resulta incluso algo cansino la obsesión con ese ascensor, pero me encanta como el autor ha dibujado el personaje de Chloe.

“Veinte horas de avión para acabar teletransportado a una versión puertorriqueña de Bombay, y el golpe de gracia fue tener que llamar al Plaza para anular su reserva, justo antes de meterse en el metro.” ~ Una Chica Como Ella de Marc Levy.

Antes de comenzar a hablar de este libro quiero dejar claro que no es mi estilo. Lo cogí en la biblioteca un día que me apetecía un poco de buen rollo y pensé que quizá podría gustarme pero vaya por delante que es difícil que me guste un libro así y que, sin embargo, es muy probable que sea un libro que le encante a quien acostumbre leer estos libros ligeros con toque romántico.

A mi, como ya podéis suponer, no me ha dicho nada. Sí, está bien escrito pero me ha resultado igual que una película de sábado tarde que ves en modo automático sin esperar grandes cosas. Lo mismo, lo he leído sentada en un parque y en esperas en el coche, así que ligero, ligero y de los que “todo se ve venir”. Para leer, evadirte, entretenerte y no pensar mucho.

¿La trama? Es la historia de un edificio en Central Park, de sus habitantes, desde Chloé, la joven minusválida que vive en el octavo, hasta Deepack, el ascensorista de origen indio que lleva toda la vida manejando el ascensor. Pero un día necesita ayuda porque el ascensorista del turno de noche se ha lesionado y entra en escena su sobrino Sanji recién llegado de la India que, además, es multimillonario. Sanji ve en la oportunidad que se le presenta una manera de acercarse a Chloé por quién se siente atraído. Bueno, el resto ya sabéis: sota, caballo y rey... sacad las palomitas.

Un libro increíble que te cuenta una historia muy bonita.

Te empieza contando la historia de un hombre que lleva años trabajando en el ascensor de un edificio al que todo el mundo conoce. Tiene un compañero que trabaja en el turno de noche que ha sufrido un accidente y tiene que estar de baja un tiempo.

Entonces tienen que encontrar un suplente que haga su turno. Y deciden contratar al sobrino de este para que haga ese turno. Y con el paso del tiempo este chico se enamora de Chloe, la chica que vive en el octavo y que va en silla de ruedas.

Es mi primer contacto con el autor y, la verdad, no es lo que esperaba.
Buscaba una lectura ligera, tipo #feelgood y encontré esta.
A todas luces parecía una delicia y las críticas que había leído eran muy buenas.
Quizá iba con demasiadas expectativas.
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No ha sido una mala lectura pero me ha resultado un poco insulsa.
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Se desarrolla en un mítico edificio de la ciudad de Nueva York con Deepak, como protagonista y su sobrino Sanji, llegado desde Bombay.
Deepak es uno de los pocos ascensoristas tradicionales que quedan y su trabajo en el edificio es esencial.
Todo se complicará cuando su compañero del turno de noche sufra un accidente y tenga que ser su sobrino quien ocupe el puesto.
Sin embargo, Sanji, tiene otros planes en la ciudad de Nueva York y tendrá que compaginar ambas cosas en su vida diaria.
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Otro personaje muy destacado y que hará de la novela la parte amable y tierna es Chloé y su padre.
Para Chloé el trabajo de Deepak es esencial, sin él su vida se limitaría a su piso y no podría salir de casa puesto que en su silla de ruedas es el único camino posible.
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Es una novela amable y sencilla, con momentos cómicos y otros muy tiernos.
Pero se me ha quedado corta. No me ha llegado a transmitir esa serenidad y paz que me suele quedar tras leer una novela de este tipo.
Eso sí, una vez que empiezas a leer su historia te atrapa.
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Es una novela perfecta para desconectar de novelas más densas.

Uno de esos libros sencillos, en los que no ocurren grandes cosas, pero cuya historia tiene un encanto especial que consigue pegarte a sus páginas sobre todo por ese aire de comedia romántica que desprende.

En la Quinta Avenida de Nueva York, concretamente en el número 12, convive una pequeña comunidad de vecinos algo variopinta, unos más simpáticos que otros, unos más solitarios que otros, pero cada uno de ellos con una historia.

El viejo ascensor del edificio, al que considero personaje principal de la historia, es uno de esos ascensores antiguos que aún se manejan con manivela y que, por lo tanto, requiere de un ascensorista para su uso. Y ese es un trabajo que Deepak se toma con mucha responsabilidad y en el que tiene depositada su esperanza de conseguir llevar a cabo una hazaña.

Así que cuando el ascensorista del turno de noche sufre un accidente, y ante la posibilidad de que se planteen reformarlo y automatizarlo, la casual llegada de Sanji (sobrino de Deepak) a Nueva York, se plantea como la única salida ante la inminente pérdida de empleo de Deepak.

Comencé a leer el libro pensando que encontraría una novela romántica y, aunque no deja de tener su pequeña historia romántica, para mi se trata más de una novela feelgood, de esas que se leen a gusto, entretienen, no plantea situaciones complicadas y mantiene un tono positivo durante todo el libro.


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Mi primera lectura de este autor, y me gustó mucho. La protagonista es una chica a la que le amputaron las piernas alrededor de las rodillas, y si bien es una novela -que yo estaba por dejar a la segunda hoja- el autor, comprometido con el tema seguramente, hizo una historia sin demasiadas pretensiones, pero abordó su valentía en el día a día y su compromiso con otras situaciones en el hilo de la novela. Aunque difícil de creer es una historia romántica. La trama en cuestión, ronda alrededor de un ascensor antiguo, a manivela, y un joven indio en EE.UU. de manera que también estalla el tema de la discriminación. Un hallazgo en 250 páginas.