Una chica como ella

Uno de esos libros sencillos, en los que no ocurren grandes cosas, pero cuya historia tiene un encanto especial que consigue pegarte a sus páginas sobre todo por ese aire de comedia romántica que desprende.

En la Quinta Avenida de Nueva York, concretamente en el número 12, convive una pequeña comunidad de vecinos algo variopinta, unos más simpáticos que otros, unos más solitarios que otros, pero cada uno de ellos con una historia.

El viejo ascensor del edificio, al que considero personaje principal de la historia, es uno de esos ascensores antiguos que aún se manejan con manivela y que, por lo tanto, requiere de un ascensorista para su uso. Y ese es un trabajo que Deepak se toma con mucha responsabilidad y en el que tiene depositada su esperanza de conseguir llevar a cabo una hazaña.

Así que cuando el ascensorista del turno de noche sufre un accidente, y ante la posibilidad de que se planteen reformarlo y automatizarlo, la casual llegada de Sanji (sobrino de Deepak) a Nueva York, se plantea como la única salida ante la inminente pérdida de empleo de Deepak.

Comencé a leer el libro pensando que encontraría una novela romántica y, aunque no deja de tener su pequeña historia romántica, para mi se trata más de una novela feelgood, de esas que se leen a gusto, entretienen, no plantea situaciones complicadas y mantiene un tono positivo durante todo el libro.


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