Una chica como ella

“Veinte horas de avión para acabar teletransportado a una versión puertorriqueña de Bombay, y el golpe de gracia fue tener que llamar al Plaza para anular su reserva, justo antes de meterse en el metro.” ~ Una Chica Como Ella de Marc Levy.

Antes de comenzar a hablar de este libro quiero dejar claro que no es mi estilo. Lo cogí en la biblioteca un día que me apetecía un poco de buen rollo y pensé que quizá podría gustarme pero vaya por delante que es difícil que me guste un libro así y que, sin embargo, es muy probable que sea un libro que le encante a quien acostumbre leer estos libros ligeros con toque romántico.

A mi, como ya podéis suponer, no me ha dicho nada. Sí, está bien escrito pero me ha resultado igual que una película de sábado tarde que ves en modo automático sin esperar grandes cosas. Lo mismo, lo he leído sentada en un parque y en esperas en el coche, así que ligero, ligero y de los que “todo se ve venir”. Para leer, evadirte, entretenerte y no pensar mucho.

¿La trama? Es la historia de un edificio en Central Park, de sus habitantes, desde Chloé, la joven minusválida que vive en el octavo, hasta Deepack, el ascensorista de origen indio que lleva toda la vida manejando el ascensor. Pero un día necesita ayuda porque el ascensorista del turno de noche se ha lesionado y entra en escena su sobrino Sanji recién llegado de la India que, además, es multimillonario. Sanji ve en la oportunidad que se le presenta una manera de acercarse a Chloé por quién se siente atraído. Bueno, el resto ya sabéis: sota, caballo y rey... sacad las palomitas.