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ISBN : 8466329080
272 páginas
Editorial: Debolsillo (19/05/2016)

Calificación promedio : 4.06/5 (sobre 284 calificaciones)
Resumen:
«Y así como un poeta juega con las palabras, así ella jugaba a su antojo con los ingredientes y con las cantidades, obteniendo resultados fenomenales.» No siempre tenemos a mano los ingredientes de la felicidad. Tita lo había aprendido desde pequeña, cuando crecía en la cocina con Nacha y se le negaba toda posibilidad de vida propia desde su nacimiento. Pero lo que también aprendió Tita es que los ingredientes no son lo más importante para cocinar un buen plato... >Voir plus
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Críticas, Reseñas y Opiniones (91) Ver más Añadir una crítica
Celia_0504
 12 June 2023
Cuando empezó este 2023, como todos los años me hice una lista mental de libros que me gustaría leer en ese año. Una lista que la mayoría de los casos no cumplo del todo. Un ejemplo de esto es que “Como Agua Para Chocolate” es un libro que en años anteriores estaba en la lista, pero nunca me animaba a leerlo pese a las ganas que le tenía. de ahí que cuando se eligió esta novela como lectura conjunta de junio dentro del grupo de Las Chicas Foenkinos me lleve una gran alegría (como se ve no todo va a ser en esta vida David Foenkinos). Además de que leer con estas chicas es un lujazo, estoy muy contenta de haber hecho esta lectura como LC con ellas. La prosa de la autora pide ser leída poquito a poco, saborearla como se hace con un buen plato. Y leer por metas obliga a ello, ha hecho que este disfrutando como creo que se merece esta lectura. Esperaba mucho de ella y ha sobrepasado mis expectativas. Especialmente porque llevaba como tres meses sin leer algo que me emocionase o me gustase especialmente, que lograse prender algo dentro de mí. Y esta especie de sequía ha llegado a su término con esta belleza literaria que es “Como Agua Para Chocolate”.

La novela nos traslada al México de los años de la Revolución, al rancho familiar de los de la Garza. Cuenta la historia de Tita, quien como tercera y última hija de la implacable Mamá Elena, está condenada a no casarse nunca para poder cuidar a su madre hasta que muera. Es por ello que se verá obligada a ver como el gran amor de su vida, Pedro, contrae nupcias con su hermana Rosaura, ya que según él, es la única manera que tiene de estar cerca de su amada. Será en el arte de cocinar; en las recetas que aprendió de la entrañable cocinera Nacha; en los olores y las especias que matizan el ritual de prepara la comida, donde Tita encontrará un refugio y una forma de manifestar todo su fuego interior y sus penas y alegrías, para bien y para mal.

Desde prácticamente la primera hoja, este libro me conquistó irremediablemente. Es una historia muy sencilla, pero que se convierte en algo más complejo y profundo gracias al buen hacer de su autora. Me encanta lo original y sencillo que es a la vez aplicar recetas de comida ya no solo como hilo conductor de la narración, tan bien como medio para hablar de lo que pasa en la historia y de las emociones de los personajes. Cada receta abre cada uno de los doce capítulos en los que se divide la obra, y marcan los momentos vitales más importante de Tita. Todo eso le da a la narración un toque muy personal y a la vez muy cercano, ha hecho que todo lo que he leído me haya permitido conectar tan bien con los personajes.

La autora tiene una pluma preciosa, logra hablar de sentimientos y sensaciones de una forma tan increíble que casi parece que puedes tocar todo eso con las puntas de los dedos. Y no solo eso, también consigue plasmar los olores y los sabores de una forma que es casi plástica. Creo que si no se incidiera en esto, la novela no funcionaría también. Y es que la cocina es un personaje más para Laura Esquivel, ya no solo como el vehículo que tiene nuestra protagonista para expresar sus alegrías y sus penas, o la pasión devoradora que siente hacia un Pedro que, personalmente, me parece indigno de ella (pero eso es otra cuestión que tratare más abajo) y el como se siente oprimida por las convenciones sociales que su madre esgrime contra ella como una vara de acero. Me parece muy inteligente la forma que tiene Laura Esquivel de usar un espacio tradicional y netamente femenino como la cocina y el hogar para hacer que el personaje se exprese, que manifieste a partir de ahí toda su entidad propia y fuerza. Como hace que la historia y la cocina sean una sola gracias a la estructura en la se que articula la novela, la cual es narrada en el futuro por un familiar de Tita a partir del recetario de esta.

Y además, usa un mundo tan humilde y a la vez tan complejo y laborioso para hablar de cuestiones sociales y feministas, para criticar como las convenciones sociales impiden a la gente y ser feliz y las oprimen quitándoles cualquier resquicio de libertad y alegría, y para hablar de la sociedad mexicana y de lo que falta de hacer en ella, incidiéndose en su cultura popular. La brutalidad de los acontecimientos históricos y sociales que asolan el país contrasta con toda la ternura, pasión y la belleza de la forma de ser de Tita y su amor por Pedro y la cocina. El rancho y la cocina son a la vez lugares tan pequeños que no pueden contener las ansias de libertad y la sensualidad de Tita, como entornos tan grandes en los que cabe los mil y un sentimientos que la joven va viviendo a lo largo de la obra. Porque la pasión, el sexo y la represión amorosa son temas que sobrevuelan esta historia en todo momento, y que se expresan o se sofocan de mil y una maneras diferentes y poderosas.

De hecho, esta novela me ha recordado en muchos momentos a “La Casa de Bernarda Alba” de Garcia Lorca. Y al igual que el poeta y dramaturgo granadino, Laura Esquivel logra plasmar un microcosmos que es una representación de la época en la que tiene lugar la novela y que esta articulado por las normas y convenciones sociales, en el que se respira un ambiente asfixiante que reprime salvajemente toda pasión y naturalidad. Pero no mata esas sensaciones, solo consigue que cuando salgan sea de una forma espectacular y llena de potencia. Y es que es un ambiente en el que se masca la tragedia pero a la vez la luz y la esperanza. Porque estamos ante una novela de contrastes, de las ansias de Tita de ser libre y de amar contrapuestas a una figura materna asfixiante y a un mundo hostil.

En este mundo de olores y sabores, el realismo mágico se mueve como pez en el agua. Uno puede creerse que Tita sea capaz de confeccionar una colcha que rodea todo el rancho en el que viven; o que la comida haga que las personas sientan aquello que padece su cocinero; o que los fantasmas se pasen por el mundo de los vivos, con la misma tranquilidad que lo hacían en vida, teniendo igual relevancia que cuando respiraban. Una vez más tenemos que señalar que, por medio de la comida el realismo mágico se convierte en algo tan sobrenatural como cotidiano. El microcosmos mexicano que crea Laura Esquivel y está tan nítida y poderosamente trazado que todo eso tiene sentido, es más, si ninguno de estos aspectos la obra no funcionaría tan bien. de todas formas, reconozco que alguna vez tanta receta me saturo un poco. de ahí que agradeciera que en un capítulo ,hacia la mitad de la lectura, la cocina diera paso momentáneamente a la ciencia por medio de formulas químicas. Porque a fin de al cabo la cocina es una ciencia, y la química es cocinar con productos científicos.

Respecto a los personajes, Tita me pareció un personaje entrañable y profundamente humano, de esos que acompañan a una tras haber leído el libro, y no por su personalidad. Es imposible no empatizar con ella por todo lo que sufre. Ha habido un momento durante la lectura que dan ganas de preguntarle a Mamá Elena si ya está satisfecha por haber destruido anímicamente a su hija. Me ha dado mucha rabia y mucha impotencia muchas de las cosas por las que pasaba la pobre Tita. Mamá Elena es un personaje que tiene el aura de un gigante, algo implacable y de hierro. Casi uno siente al leer como va absorbiendo la alegría de Tita con cada uno de sus actos. Es tan mala que da guerra incluso después de muerta. Pero a la vez, es un personaje que tiene muchos matices, en los cuales se ahonda con el descubrimiento de aspectos de su pasado o cuando le toca sacar las garras para defender lo suyo. Eso ayuda mucho a entender porque es la mujer que conocemos ahora, ayuda a que entiendas mejor porque es tan implacable y veas que todo tiene su explicación.

No acabo de pillar al carácter de Pedro, la verdad. Nunca lo hice. al fin de al cabo Tita y sus hermanas viven reprimidas por su madre y las convenciones sociales de la época. Pero lo que hace Pedro de aceptar casarse con la hermana de la mujer que realmente ama, me parece muy de pusilánime, muy de ser un personaje débil e incluso cobardica. Además, Es un personaje que evolucionó de tener un aurea trágica por no poder estar con la mujer que amaba, a convertirse en un hombre totalmente amargado y muy posesivo, e incluso machista. Francamente se me acabo haciendo muy antipático y me hubiera encantado que Tita le enviase a la porra.

Y Gertrudis, por favor, me parece uno de los personajes secundarios más carismáticos que me encontrado en la vida. Entre lo del caballo y lo de los revolucionarios, yo me declaro fan de esta señora.

Todos ellos, para bien o para mal, son personajes inolvidables que se meten en la mente del lector en cuanto lees sobre ellos por primera vez. Sin creíble la manera en que Laura Esquivel los convierte en la representación de algo, y como ese peso es lo que les condiciona dentro de la historia y su participación en la misma.

De todas formas, debo decir el justo en el último capítulo del libro me he encontrado el gran “pero” que le puedo poner,. Y es que el final me ha parecido un tanto precipitado. Hay un salto temporal tan grande que me ha descolocado un poco, pero en sí mismo no me ha parecido mal una vez me he ubicado. Es una forma de decir que la vida continúa, y que se abre paso pese a todo. Pero a la vez que echo en falta que subiera incidido, por parte de la autora, más en lo que pasó en esos 22 años, en cosas que nos cuenta que pasaron y se dieron en ese tiempo. Me parece que hay muchas cuestiones que se pasan deprisa y corriendo, y que a mí me hubieran gustado, pero manejadas con más pausa.

En definitiva, lo unico de lo que me puedo arrepentir es de no haberme animado antes a leer “Como Agua Para Chocolate”. Y ni siquiera eso, porque creo que ha llegado en el mejor momento y de la manera correcta. Me ha parecido un libro maravilloso, y es admirable como una historia que a priori parecía tan sencilla va avanzando a fuego lento como una buena receta, y fluyendo en cada capítulo. El mino y ternura de Laura Esquivel para hablar de todas las facetas de la vida cotidiana de una familia y sus entresijos más recónditos tiene algo entrañable y devastador a la vez . Es una novelas pequeña pero matona, en la que no paran de pasar cosas y más cosas en cada uno de sus capítulos, y en donde la magia y el costumbrismo se vuelven un todo. Una obra que te remueve en todos los sentidos, que nos permite conocer la alegría y la pena a partes iguales, y que termina volviéndose algo muy especial.
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smartinez143
 06 August 2022
Como agua para chocolate es una novela escrita por Laura Esquivel en el año 1989.
Es una representante del realismo mágico, una corriente literaria hispanoamericana en la que lo cotidiano se funde con lo maravilloso.
La novela está narrada por la sobrina nieta de la protagonista, y está estructura en doce capítulos, uno por cada mes del año.
En ella, Tita, la protagonista, se enamora de Pedro. El amor es recíproco, pero mamá Elena, madre de Tita, prohíbe las relaciones basándose en una injusta costumbre social: las hijas pequeñas no pueden casarse ni tener hijos porque deben cuidar de sus madres hasta la muerte.
Durante la novela, las experiencias de Tita estarán sazonadas con doce recetas mexicanas muy sabrosas.
El tema de la cocina y las recetas está imbricado con el argumento, ya que, aparte de que Tita se ha criado y crecido entre fogones, su estado de ánimo influye en la preparación de las recetas, y estas producen diferentes sentimientos en los comensales.
Me ha gustado mucho la novela, sobretodo las escenas de realismo mágico y los personajes, divididos entre opresores y oprimidos. Aunque a veces le hubiera dado un tortazo a Pedro, por cobarde y egoísta.
La recomiendo ampliamente, aunque creo que la mayoría ya la habrán leído.
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brownchoco
 11 October 2022
Estamos ante un clásico del realismo mágico,ambientada a primeros del siglo pasado en México,en los tiempos de la revolución mexicana.La realidad se mezcla con la fantasía de manera muy sutil. La comida junto con las recetas será el hilo conductor de cada capítulo.Los personajes están muy bien definidos,un libro que sin ser muy extenso es muy intenso:con mucho amor,algo de odio, deseo y mucha pasión.Amor y gastronomía unidas de la mano. Queda muy marcado en esta obra el problema que tenían las hijas menores en aquella época,en la que la mayoría de ellas no se podían casar,tenían que hipotecar su vida en el cuidado de sus padres,ese machismo que aún hoy acarrean en las mujeres en hacerse cargo en el cuidado de los mayores.Una novela recomendable y en la que sin duda se le abre a uno el apetito.
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Keoki
 07 June 2023
Esta es la historia de Tita, contada por una sobrina-nieta. Estamos en tiempos de la Revolución Mexicana en un rancho familiar.

Tita, que es la menor de tres hermanas, tiene que cuidar de su madre, mamá Elena. Lo tiene que hacer aunque no quiera, es una larga tradición familiar. Y eso significa que no se puede casar. ¡Viva la libertad!

Pedro se enamora de Tita, y Tita de él, pero al ser imposible el enlace entre ambos por el motivo más arriba citado, Pedro se casa con la hermana de Tita, Rosaura. Qué maravilla.

Esta novela está está estructurada en 12 capítulos, cada uno de los cuales hace referencia a una receta culinaria. Estos son los platos que Tita prepara con maestría, sazonados en ocasiones con lágrimas.

Qué cariño le he cogido a Tita, y qué pena me da. No se merece tal sufrimiento. Por otro lado, qué tirria le puedes coger a mamá Elena, y sobre todo a Pedro. Pedro es sin duda el que peor me ha caído.

Laura Esquivel nos regala esta original obra escrita con mimo, donde podemos deleitarnos con toques de realismo mágico que maridan perfectamente con el texto. Me ha gustado leer también las recetas, tiene todo una pinta increíble (bendita gastronomía mexicana).

Yo repetiré con la autora, me ha gustado mucho lo que he leído. Imagino que yo era de los pocos que no conocía este título, pero si existe alguien que no conozca esta novela, se la recomiendo.
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TereGM
 06 August 2022
Como buena cocinillas que soy, me encanta leer libros en los que aparecen recetas de cocina, en ellos se aprenden recetitas y truquitos de cocina muy interesantes. En el caso de este libro no he anotado ninguna receta, en todas hay ingredientes que son difíciles de encontrar por aquí (al menos en la zona donde yo vivo), incluso algunos he tenido que googlearlos para saber lo que eran.

Hay varias cosas que han frenado mi ritmo de lectura, a parte de buscar los ingredientes también he tenido que buscar palabras mexicanas que no entendía.
En varias ocasiones leyendo una parte importante de la historia, la autora se pone a describir con mucha calma detalles que para mí no tenían importancia en ese momento y esto causó que esas partes perdieran emoción.
El realismo mágico también me frenó en algún momento, mi cerebro se encontró con cambios bruscos de realidad a fantasía que le costó asimilar.

A pesar de todo lo anterior, y que la historia es muy triste, me ha gustado bastante. Me ha encantado la pasión de Tita por la cocina, descubrir costumbres mexicanas, como era la vida en el rancho y aunque he tenido discrepancias con las decisiones que han tomado casi todos los personajes en esta historia a ninguno he odiado tanto como a mamá Elena... Qué bicha!
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Citas y frases (30) Ver más Añadir cita
JazzzJazzz17 December 2018
“-Como ve, todos tenemos en nuestro interior los elementos necesarios para producir fósforo. Es más, déjeme decirle algo que a nadie le he confiado. Mi abuela tenía una teoría muy interesante, decía que si bien todos nacemos con una caja de cerillos en nuestro interior, no los podemos encender solos, necesitamos, como en el experimento, oxígeno y la ayuda de una vela. Sólo que en este caso el oxígeno tiene que provenir, por ejemplo, del aliento de la persona amada; la vela puede ser cualquier tipo de alimento, música, caricia, palabra o sonido que haga disparar el detonador y así encender uno de los cerillos. Por un momento nos sentiremos deslumbrados por una intensa emoción. Se producirá en nuestro interior un agradable calor que irá desapareciendo poco a poco conforme pase el tiempo, hasta que venga una nueva explosión a reavivarlo. Cada persona tiene que descubrir cuáles son sus detonadores para poder vivir, pues la combustión que se produce al encenderse uno de ellos es lo que nutre de energía el alma. En otras palabras, esta combustión es su alimento. Si uno no descubre a tiempo cuáles son sus propios detonadores, la caja de cerillos se humedece y ya nunca podremos encender un solo fósforo.

Si eso llega a pasar el alma huye de nuestro cuerpo, camina errante por las tinieblas más profundas tratando vanamente de encontrar alimento por sí misma, ignorante de que sólo el cuerpo que ha dejado inerme, lleno de frío, es el único que podría dárselo."
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smartinez143smartinez14304 August 2022
Lástima que en aquel tiempo no se hubieran descubierto los hoyos negros en el espacio, porque entonces le hubiera sido muy fácil comprender que sentía un hoyo negro en el medio del pecho, por donde se le colaba un frío infinito.
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jennybaejennybae24 March 2021
Mi abuela tenía una teoría muy interesante; decía que todos nacemos con una caja de fósforos adentro, pero que no podemos encenderlos solos... necesitamos la ayuda del oxígeno y una vela. En este caso el oxígeno, por ejemplo, vendría del aliento de la persona que amamos; la vela podría ser cualquier tipo de comida, música, caricia, palabra o sonido que engendre la explosión que encenderá uno de los fósforos. Por un momento, nos deslumbra una emoción intensa. Una tibieza placentera crece dentro de nosotros, desvaneciéndose a medida que pasa el tiempo, hasta que llega una nueva explosión a revivirla. Cada persona tiene que descubrir qué disparará esas explosiones para poder vivir, puesto que la combustión que ocurre cuando uno de los fósforos se enciende es lo que nutre al alma. Ese fuego, en resumen, es su alimento. Si uno no averigua a tiempo qué cosa inicia esas explosiones, la caja de fósforos se humedece y ni uno solo de los fósforos se encenderá nunca.
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lujanfraixlujanfraix05 March 2023
Cuando el fósforo que masticaba hacía contacto con la luminosa imagen
que evocaba, el cerillo se escondía.
Poco a poco su visión se fue aclarando hasta que ante sus ojos
apareció nuevamente el túnel.

Ahí,
en la entrada, estaba la luminosa figura de Pedro, esperándola.
Tita no dudó.
Se dejó ir a su encuentro y ambos se fundieron en un largo abrazo
y experimentando nuevamente un clima amoroso
partieron juntos hacia el edén perdido.
Ya nunca más se separarían.
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OLGA_WIMPOLGA_WIMP17 September 2019
Como ve, todos tenemos en nuestro interior los elementos necesarios para producir fósforo. Es más, déjeme decirle algo que a nadie le he confiado. Mi abuela tenía la teoría muy interesante, decía que si bien todos nacemos con una caja de cerillos en nuestro interior, no los podemos encender solos, necesitamos, como en el experimento, oxígeno y la ayuda de una vela. Sólo que es en este caso el oxígeno tiene que provenir, por ejemplo, del aliento de la persona amada; la vela puede ser cualquier tipo de alimento, música, caricia, palabra o sonido que haga disparar el detonador y así encender uno de los cerillos. Por un momento nos sentiremos deslumbrados por una intensa emoción. Se producirá en nuestro interior un agradable calor que irá desapareciendo poco a poco conforme pase el tiempo, hasta que venga una nueva explosión a reavivarlo. Cada persona tiene que descubrir cuáles son sus detonadores para poder vivir, pues la combustión que se produce al encenderse uno de ellos es lo que nutre de energía el alma. En otras palabras, esta combustión es su alimento. Si uno no descubre a tiempo cuáles son sus propios detonadores, la caja de cerillos se humedece y ya nunca podremos encender un solo fósforo.
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