Bien, no sé si voy a ser capaz de poder expresar todo lo que he sentido con este libro. Todo lo que Kellen me hizo sentir.
El libro comienza con una nota de la autora, en la que nos explica las canciones que acompañarán algunas escenas, pero las que más la marco son Yellow submarine, Let it be Y The night we met.
La historia se divide de enero a diciembre, con las estaciones del año correspondientes de Australia.
Está contando a dos voces, Leah y Axel.
¿El punto positivo a este libro? Los capítulos cortos. Algunos de esos capítulos lo máximo que pueden ocupar para que sean “largos” son algo menos de tres páginas.
A veces, me planteaba dejarlo en un capítulo, pero cuando veía que el capítulo era una sola cara ni me lo pensaba.Podríamos decir que este no fue el primer libro que leí de la autora. Pues el primero fue
Sigue lloviendo, cuya reseña aún no se publicó. Se publicará la última semana de diciembre en un especial. ¿Tenéis ganas? Se trató de un relato.
En cuanto a los personajes, una vez más, Kellen lo ha vuelto a hacer. Unos personajes bien construidos junto a una trama realmente hilada de una manera madura, sabiendo a quién va a dirigirse y qué va a contar.
Leah es una adolescente de dieciséis años, junto a su hermano Oliver, mayor que ella. A veces la vida, hace acto de presencia con un duro golpe. Leah y Oliver han perdido a sus padres en un accidente.
Oliver decide aceptar un trabajo fuera de Bryon Bay, dejando a su hermana pequeña con su mejor amigo Axel. Leah lleva toda su vida enamorada de Axel.
¿Podrá Axel resistirse al amor?
Kellen tiene una pluma única, elegante, detallada y dulce. La historia en sí es preciosa. Todo lo que toca Kellen se convierte en magia.
Nada más acabar la primera parte, decidí no empezar la segunda. La razón sencilla. No estaba preparada para ese comienzo de historia.
La primera parte me encantó y me dejó mal cuerpo, no encajé bien despedirme de los personajes por un espacio breve de tiempo.
Además de Leah, Oliver y Axel, vamos a encontrar otros personajes como Justin, hermano de Axel y Emily, cuñada de Axel, con dos hijos gemelos. Georgia, Max y Connor, sobrinos de Axel. Douglas y Rose, padres de Oliver y Leah.
El caso es que hice esta reseña que leéis, por alguna razón la dejé porque pensaba que no lo estaba expresando del todo bien.
Abrí otro documento sin acordarme de este. al final deseché el nuevo y me quedé con este primero. ¿Dónde soléis hacer vosotrxs los posts? Normalmente suelo usar el mismo post de Blogger o un Word.
Podemos decir que por “culpa” de la autora me he aficionado a The Beatles. Es todo un placer escribir estas líneas al ritmo de las canciones que aparecen en el libro. Las canciones que Axel y Leah hicieron tan suyas en la terraza de la casa de Axel. Esos vinilos. Pinturas. Concentración. Silencio. El humo del cigarro de Axel.
He sentido tantas cosas al conocer a estos protagonistas. Que, a día de hoy, aún recuerdo a Axel, un surfero que dejó de pintar porque no le llenaba lo suficiente.
En muchas ocasiones, me he sentido identificada con Leah. En cierto modo por la ansiedad que padece.
Lo que si es cierto, que una perdida no es algo que debamos tomarlo a la ligera. Si habéis leído el libro sabréis a lo que me refiero.
Axel, desde mi punto de vista, “obliga” a Leah a muchas cosas solo porque él piensa que así lo superará. ¿Os parece bien el método que utiliza Axel con Leah?
Por pequeña experiencia propia, pienso que, el duelo tiene que vivirlo una persona sin obligación. Poco a poco, el tiempo va curando heridas sin olvidar a esas personas que ya no están.
Respetemos el dolor de personas que están de luto.
Enlace:
https://blogdeunalectoraa.bl..