Cuando fuimos huérfanos

Cuando fuimos huérfanos del ganador del premio Nobel de Literatura 2017, Kazuo Ishiguro, es una novela bien diferente a las que yo había leído del mismo autor, Los restos del día y Nunca me abandones. Está dividida en siete partes, cada una de ellas lleva un lugar y una fecha. Las dos ciudades involucradas son Londres y Shangai en un período que va desde 1930 hasta 1958. El narrador y protagonista es Christopher Banks quien nos lleva mediante sus memorias a su niñez en Shangai cuando era Colonia Internacional. Christopher niño vivía con sus padres en una residencia otorgada a esta familia inglesa por la compañía del padre. Christopher describe el lugar, las actividades con sus padres y los juegos de detectives con su vecino Akira, su pequeño vecino japonés. También la admiración por su madre quien era parte de un grupo de extranjeros en contra de ciertas acciones llevadas a cabo por importantes compañías en China incluyendo Morganbrook and Byatt, lugar de trabajo del padre de Christopher. Esto traerá como consecuencia un hecho que cambiará la vida del pequeño Puffin, llamado así por su madre. Primero la desaparición del padre y posteriormente, la madre. Christopher es llevado a Inglaterra con su tía quien se hará cargo de su educación en adelante. En Londres, Banks es un eminente detective, reconocido por la alta sociedad por lo que participa de sus reuniones y conoce a Sarah Hemmings, una mujer muy atractiva y en búsqueda de un excelente partido. Christopher y Sarah se encuentran en una última reunión londinense y ella le comenta sobre su partida a Shangai al lado de su nuevo marido sir Cecil Medhurst. Cuando ella está en Shangai, su marido es alguien completamente diferente a lo que era en Europa, ahora ama los juegos de mesa, las apuestas y el alcohol; el trato que recibe Sarah no es lo que se espera de un marido. Sarah toma la decisión de huir a Macao, le pide a Christopher huya con ella; sin embargo, el propósito de Banks en Shangai era localizar a sus desaparecidos padres, recibe un mensaje sobre el paradero, Sarah lo espera y él no llega por lo que ella parte a su nuevo destino. Otro personaje importante para Banks es la jovencita adoptada por él, Jennifer, quien estará con él hasta su vejez. Cuando Banks dudaba de su eficacia como detective, recibe información sobre lo ocurrido con sus padres y el posible lugar donde están. Me agrado mucho la secuencia de sucesos en la segunda mitad del libro, una acción tras otra como en una película. Lo que encontré en común con las otras dos novelas, son los finales de tono agridulce e inesperado. Muy recomendable esta historia, creo que seguiré explorando la obra de este autor.

Esta lectura me dejó algo perpleja. Primero, el estilo, muy lento, acompasado, pero una prosa de gran calidad.
Enseguida, la historia de Christopher Banks, inglés que vivirá en Shanghai con sus padres en los años 1930. La desaparición misteriosa de los padres hará que Christopher tendrá que volver al Reino Unido.

Tras brillantes estudios en Cambridge, Christopher será detective y casi 20 años después partirá hacia Shanghai en búsqueda de sus padres.
El padre trabajaba para una empresa británica que traficaba con opio y la madre, que desaprobaba esto, había fundado una asociación que luchaba contra este tráfico.

Qué viaje más irrealista. Sobre todo que Christopher es el padre adoptivo de Jennifer, una niña de la cual se ocupa con diligencia y devoción.
A Shanghai se reencontrará con Sarah Hemmings que había cruzado en Londres en los mejores salones.

Casi todos los personajes del libro están marcados por la soledad y todos buscan algo : Christopher a sus padres, Sarah un gran amor, Jennifer una mejor vida.

El libro resulta interesante por la descripción del Shanghai de los años 30, dando la perfecta impresión de una agitación de noche y de día, en una ciudad viciosa y decadente. Es el final de la época en que los europeos vivían en un espacio protegido y cerrado, lejos de los problemas del momento. Se presiente la próxima guerra mundial.
Y en contraste está la descripción de la vida burguesa londinense con la importancia de las relaciones que pueden establecer desde Cambridge.

En el plano psicológico, el trabajo sobre la memoria de Ishiguro es brillante. Esa transformación que la memoria inflige a la realidad et las influencias sobre las percepciones de la gente.
El meollo del libro es la infancia de Christopher, sus recuerdos, los lugares comunes, sus amistades, su entorno, los miedos de la imaginación, los acomodos de los adultos con sus traiciones y cobardías.

Una lectura especial que mezcla varios géneros : novela de época, novela de aprendizaje, novela policial.
La personalidad del personaje principal me pareció extraña, como desvinculada de la realidad. También me extrañó la carencia de emociones, de afecto.
Y encontré una discordancia entre el éxito rotundo de Christopher en Londres como detective, lo que presume una mente muy racional. Esto tan opuesto a la opciones que él tomará en el relato.
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