Es un libro precioso, encantador, dulce, entrañable.
Una auténtica delicia para los sentidos; un homenaje a Londres, a su literatura, a esas librerías mágicas que tienen asegurado un billete hacia la felicidad.
Una narración sencilla, pero a la vez llena de belleza, con frases que no podrás olvidar nunca y que te calarán hondo.
Desde la primera hasta la última página no puedes dejar de sonreír, de enamorarte de cada uno de los personajes, sin excepción, de reír a carcajadas con los chascarrillos literarios envueltos en el peculiar humor inglés.
Esta autora ha sido un descubrimiento para mí, su prosa está llena de ternura y en estos tiempos que corren que caiga en tus manos una novela feelgood, llena de optimismo, de cosas bonitas, te arropa y te reconforta.
Una lectura para quienes amamos la magia de la literatura.