Nadie lo sabe

En vísperas de la celebración del V Centenario de la Primera Vuelta al Mundo, llega hasta nosotros esta novela de ficción histórica, que fue autopublicada por su autor el año pasado, con tintes de thriller y una buena dosis de aventura, con espías incluidos. Una historia que convierte al lector en testigo silencioso de una travesía extraordinaria que lo llevará hasta el siglo XVI, a uno de los momentos más atractivos de nuestra historia, cuando nos disputábamos con el reino de Portugal la conquista de nuevos territorios, el dominio del mundo.
Valladolid, 1524. Diego de Soto, tras finalizar sus estudios en la universidad y demostrar su valía, logra convertirse en discípulo de Pedro Mártir de Anglería, el cronista más importante del reino de España. Será enviado a Sevilla para completar las crónicas de las expediciones a ultramar, pero sin pretenderlo se verá envuelto en una aventura que le viene demasiado grande, marcando su vida y borrando su inocencia, al descubrir ciertos aspectos opacos en la crónica oficial que escribió Antonio Pigafetta sobre la expedición capitaneada por el portugués Fernando de Magallanes. Una gesta que culminó Juan Sebastián Elcano y fue la primera en dar la vuelta al mundo.
A caballo entre las ciudades de Valladolid y Sevilla transcurre la aventura de Diego de Soto, con la que el autor intentará dar respuesta a unas cuantas preguntas relacionadas con una expedición que fue financiada por la corona española, que tenía el propósito de encontrar una nueva ruta comercial con las islas de la Especiería. Partió en septiembre de 1519 y regresó tres años después una sola nave capitaneada por Juan Sebastián Elcano y dieciocho supervivientes a bordo. Una investigación que tarda un poco en arrancar, pero es necesario para ponernos en antecedentes y conocer a sus personajes, narrada en primera persona por su protagonista principal, a la que se suman una serie de flashbacks que nos llevan hasta momentos puntuales de la expedición de Magallanes. Nada en esa expedición era como lo habían contado, podría haber otra versión de aquellos hechos y junto a Diego tendremos que descubrirla. A él le tocará reescribir esa nueva verdad que demostraría que Magallanes, el héroe caído, pudiera no ser el monstruo que todo el mundo pintó. Una expedición que empezó con ciertas reticencias por parte de los capitanes españoles y sufrió el duro revés del abandono de una de las naves, la que guardaba los víveres en su bodega.
"Nadie lo sabe" articula su argumento en cuatro grandes bloques, tiene un estilo narrativo muy cuidado, una prosa efectista y una cadencia lineal. Cuenta con un nutrido friso de personajes entre los que se entremezclan a la perfección los históricos con otros de ficción, los que menos. En ella se pone de relieve la ardua documentación llevada a cabo por su autor, que se va a materializar en la contundencia con la que ha elaborado la magnífica ambientación de los distintos escenarios, otro de los aspectos más reseñables de esta publicación. Tony Gratacós consigue que el lector se pasee sin apenas esfuerzo por Sevilla, entre sus calles angostas y desordenadas cuya limpieza dejaba mucho que desear. Quedando atrapado por su olor a basura y azahar, el jolgorio de sus gentes y los colores de esa mágica luz que la inunda, percibiendo la magnificencia de su zona más noble, distinguida por las casas señoriales y los palacetes, o la pobreza de la zona del Arenal. Un sencillo barrio de pescadores, de numerosas tabernas y casas de juego, donde se concentraba un nutrido crisol de culturas que llegaba a diario atraído por las posibilidades que prometía su puerto a los comerciantes, navegantes y hombres de negocios. Y donde proliferaban los pícaros y buscavidas, así como todos los delitos imaginables.
Me ha gustado ser testigo de la inquina que hubo entre Anglería y Juan Rodríguez de Fonseca, el obispo de Burgos. Pero uno de los sucesos que más he disfrutado ha sido el que se desarrolla en la isla de Cebú, donde hizo un alto la expedición de Magallanes para abastecerse y tuvo lugar la batalla de Mactán.
Sintetizando: "Nadie lo sabe" es una novela de ficción histórica de entretenida lectura, mechada con algo de thriller y mucha aventura. Una épica aventura con la que viajaremos en el tiempo hasta 1524 para descubrir las luces y las sombras de un naciente imperio. Todo de la mano de un joven aprendiz de cronista, ambicioso e inteligente, que tiene una enfermiza obsesión por la verdad hasta el punto de poner su vida en peligro. Un título que recomiendo porque una vez que empiezas a leer no podrás parar hasta dar con las respuestas sobre la expedición de Magallanes-Elcano, la primera circunnavegación de la Tierra y la mayor hazaña marítima de todos los tiempos, que cambió la concepción geográfica del mundo y el curso de la historia.

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“La historia la escriben los que regresan”. Una frase que es más que puro marketing cuando se habla de aventuras y de viajes en busca de fortuna y gloria. El mundo de los descubrimientos y las exploraciones abre todo un escenario a grandes epopeyas y posibilidades literarias.

Nadie lo sabe, escrita por Tony Gratacós, es tal vez una de las novelas históricas con las que más he disfrutado en este 2022 que llega a su fin. Qué tiene para que me atreva a decir semejante osadía lectora. En el siguiente orden: una historia ambiciosa, pues pretende dar una nueva visión o enfoque a la versión de la historia que todos tenemos presente sobre la vuelta al mundo de Magallanes y Elcano; y un misterio bien presentado donde, salvo pequeñas licencias, nada hace aguas en una historia que te transporta en el tiempo a la Sevilla de hace ahora precisamente quinientos años a bordo de la Trinidad, la Concepción, la San Antonio, la Santiago y la Victoria.

Y todo comienza con una carta a medio camino entre mensaje premonitorio y una amenaza velada. Empieza así una historia que nos abrirá la imaginación y que nos hará vivir en los escenarios de una época que ha llegado hasta nosotros, nunca mejor dicho, escrita por los vencedores. Una historia que además de leerla, se vive porque huele a intriga y a aventura.

Sevilla, 1524. Firma esa carta Diego de Soto. Aprendiz de cronista con el gran Pedro de Anglería, viajará a Sevilla como parte de su formación, y allí descubrirá cómo funciona el negocio de las expediciones. Conocerá a Juan Sebastián Elcano y quedará deslumbrado por la figura y la personalidad del que ahora mismo y tras su regreso de dar la vuelta al mundo, es uno de los héroes de la marinería de la Península Ibérica. Será tras hablar con gente relacionada con la famosa expedición cuando descubra que hay algo detrás de la muerte de Magallanes, y que en alta mar ocurrieron cosas que, a su vuelta, todos callaron, y que la historia la han escrito quienes regresaron.

Engaños y traiciones, mentiras, espionaje, un poco de amor para darle su toque de picante, investigación, motines y un escenario donde nada ni nadie parece ser quién dice, o que lo que en su momento dijo, no resultó ser verdad. Y para que nadie eche en falta su toque de thriller, tendremos nuestra ración de cadáveres y hasta de duelos en oscuros y fríos callejones.
Una novela que se disfruta de principio a fin, que te atrapa y que te robará horas de sueño. Una verdadera máquina del tiempo que nos transportará quinientos años atrás en el tiempo y que, tras su lectura, sin lugar a dudas, nos hará pensar sí la historia que conocemos es realmente la que sucedió o es simplemente la que han querido contarnos los que ganaron.

A pesar de ser el género histórico uno de mis favoritos, hago memoria y no recuerdo cuándo fue la última vez que mis lecturas me llevaron hasta ninguna que versara, de un modo u otro, sobre el Nuevo Mundo porque tengo que confesaros que el tema y la ambientación me dan una pereza tremenda. Pero esta novela venía precedida por entusiasmo y recomendación y me dije que, de vez en cuando y también en literatura, hay que salir de nuestra zona de confort y si la aventura me iba a llevar hasta la primera vuelta al mundo ¿qué mejor momento que este en el que estamos a punto de celebrar el quinto centenario de la gesta? Hoy os hablo de Nadie lo sabe.
Corre el año 1524 y Diego de Soto, tras finalizar sus estudios en la Universidad de Valladolid, comienza a trabajar para Pedro Mártir de Anglería, cronista real, el cual lo envía a Sevilla a recabar datos que completen las crónicas de las expediciones que parten hacia el Nuevo Mundo. Pero sus investigaciones, sin quererlo, conducirán a Diego por otros derroteros que le llevarán a preguntarse si realmente fue todo tal y como se ha contado.
Partiendo de datos históricos y siendo escrupuloso con los hechos, el autor nos ofrece una alternativa a lo acontecido en la primera vuelta al mundo que culminó Juan Sebastián Elcano. Nos conduce en esta aventura su protagonista, quien en primera persona será el encargado de narrarnos sus razones para poner en tela de juicio la versión oficial del viaje, esa historia que cuentan los que vuelven. Además, numerosos flashbacks nos llevarán hasta esa expedición de Magallanes con todos los problemas e intrigas que surgieron incluso antes de partir.
Con una prosa directa, certera y amena y un estilo en el que prima el dinamismo sin sacrificar la elegancia narrativa, Tony Gratacós, sin perder nunca de vista la verosimilitud, hace convivir en las páginas de Nadie lo sabe personajes históricos con personajes de ficción en una perfecta armonía que impide al lector distinguir cuánto de verdad y cuánto de ficción hay en sus páginas, introduciéndonos de tal forma en la trama que nos plantearemos, al igual que Diego, qué hay de cierto y qué de falso en las distintas versiones de una misma historia.
Mención aparte merece la cuidada ambientación que se respira desde la primera página. Valladolid y Sevilla son sus escenarios principales y a ellos nos trasladamos durante la lectura de Nadie lo sabe para introducirnos en sus calles y mezclarnos con sus gentes, para pasear por sus palacios o arrastrarnos por el primer lodazal que el autor ponga a nuestros pies y para participar en las intrigas y asesinatos que estaban a la orden día. Todo ello no puede ser sino fruto de un ingente trabajo de documentación integrado de forma natural en la narración y es que no se trata de dar lecciones, sino de entretener al tiempo que se despierta la curiosidad en el lector por saber más de aquella época y de aquella gesta.
En definitiva, Nadie lo sabe es una magnífica novela de ficción histórica que se viste de thriller para introducirnos en una aventura plagada de intriga política. Una novela que lo tiene todo para conquistar a cualquier lector, incluidos los que como yo huyen habitualmente tanto del género como de la época. Tony Gratacós con su primera novela lo ha conseguido demostrando que es un gran narrador con un buen dominio del pulso narrativo. Habrá que estar atentos y ver con qué nos sorprende la próxima vez.

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Bueno, he acabado el libro de Tony Gratacós y debo decir que me ha gustado bastante. Si no hubiera sido por tantísimo personaje y tanto salto en el tiempo lo habría disfrutado aún más... aunque esto es culpa mía, que soy de las que les cuesta centrarse en este tipo de libros históricos.
Me ha gustado la sencillez con la que está escrito, que hace que se lea muy fácilmente...pero esa misma sencillez me chirriaba a veces en algunas expresiones demasiado modernas. Pero bueno, nada muy grave.
El final de la novela me ha gustado mucho, la verdad.
Después he leído un anexo que no está en el propio libro sino que lo envía el autor a quien lo pida. El anexo es importante para saciar la curiosidad del lector respecto al contexto de la historia y la verosimilitud de los hechos. Es un fallo tremendo que no vaya añadido en la novela y que te "obligue" el autor a interactuar con él si quieres leerlo. Él dice que lo ha hecho así para evitar spoiler y la verdad, me parece que es una excusa que no se sostiene. Si ese anexo va al final del libro y si le añaden que no se lea hasta acabarlo, no hay destripe involuntario que valga. Para mí que se le olvidó añadirlo en la edición 😃
Bueno, después de este rollo recordaos que sí, que tenéis que leerlo ya que es muy entretenido.

Thriller histórico. Ficción histórica.

Entretenido y bien ambientado.

En 1524, el joven recién licenciado Diego de Soto es enviado por su maestro, el cronista real Pedro Mártir de Anglería, desde Valladolid a Sevilla para recabar datos sobre las últimas expediciones.

Pero la curiosidad del joven e inquieto Diego hará que encuentre alguna incongruencia en la crónica oficial de la expedición de Magallanes, como que no se mencione en ellas a Juan Sebastián Elcano. Esto hará que deje de lado el encargo de su maestro y se involucre cada vez más en averiguar lo que ocurrió realmente en ese viaje, aún a costa de poner en peligro su vida y la de quienes le rodean.

He disfrutado con su lectura, me ha transportado a aquella época, incluso en parte a la propia travesía.

Un libro bien escrito, que no decae, de ritmo ágil, que mantiene la intriga y que partiendo de unos personajes y un hecho histórico pretende dar una visión alternativa de lo que pudo ser o no ser. Tony Gratacós no pretende darte una clase de historia pero te convierte en parte en un pequeño "Diego de Soto": te crea la curiosidad/necesidad para que de forma paralela a la lectura de este libro vayas buscando algunos datos y cotejando/completando lo que nos narra en el libro.

Recomendable su lectura. Primer libro del autor, creo.

Valoración: 8,5/10
Lectura: julio 2022