Todo va a mejorar

La dictadura perfecta tendrá la apariencia de una democracia, una cárcel sin muros en la cual los prisioneros ni siquiera soñarían con escapar. Un sistema de esclavitud donde, gracias al sistema de consumo y entretenimiento, los esclavos amarían su servidumbre

(Aldous Huxley. Nueva visita a un mundo feliz)


No cabe duda de que la influencia de Un mundo feliz ha sido universal y evidente en la novela de ciencia ficción. Es tentador presentar un mundo en el que el Estado controle la totalidad de los movimientos y pensamientos de sus habitantes. Incluso Huxley analizó su propia obra para, en 1958, razonar sobre sus aciertos en las tendencias políticas que amenazaban la libertad del ser humano.
Almudena Grandes también quiso dejarnos una novela que tratara sobre este tema; para ello plantea una distopía en la que el Estado planea la vida de los españoles, gobernados por hombres sin escrúpulos cuyo mayor interés es el poder. Hombres en la sombra que manejan mequetrefes, rostros aparentes que defenderán lo que les ordenen, rostros que no interesa que piensen y quieren también dinero y poder: «…había insistido en ponerle de número uno por Madrid porque parecía un actor de cine y la belleza masculina siempre había dado buenos resultados electorales en España».

Lo curioso de Almudena es que ella, inteligente, sensata, amante del pueblo español en general y del madrileño en particular, defensora de los derechos humanos en cualquier circunstancia, escribió una novela distópica pero no tanto; una novela en la que advierte de algunos peligros que ya estamos viviendo. A lo mejor es que nos encontramos en la antesala de un apocalipsis. No vivimos una dictadura, pero la libertad se resiente al hablar de justicia. Estamos presenciando discursos de gobernantes que sólo quieren dañar esta democracia de forma que la mayoría de ciudadanos no se entere, discursos que pretenden conducir al pueblo a través del engaño y que suponen un ataque a nuestra inteligencia, porque lo que plantean de forma individualista desembocará en una falsa justicia.

En Todo va a mejorar, a través de un virus informático, el Movimiento Ciudadano ¡Soluciones ya! dirigido por el empresario megalómano Juan Francisco Martínez Sarmiento, produce un gran apagón que deja sin internet a la población. A esto se van sumando tres pandemias sospechosas que privan a los españoles de libertad de movimientos. Martínez Sarmiento consigue que esta crisis lo sea para según qué estrato social, por lo que asume, como el Gran Capitán de los Reyes Católicos, reconquistar el reino para aquellos que, seguro, le rendirán pleitesía. Sólo tiene que emplear una fórmula utilizada ya en la antigüedad. El panem et circenses romano se transforma, en nuestro futuro inmediato, en una sociedad de consumo organizada en la que no faltan alimentos, no falta diversión, pero falta libertad.

Da igual, estamos en la era de no pensar y dejamos las grandes decisiones en manos de quienes no están dispuestos a que bajen sus rentas ni su poder. El nuevo gobierno lo tiene todo bajo control, «La disolución por decreto de las oenegés se vio compensada por el anuncio de una institución nueva, El Cuerpo Nacional de Voluntarios para la Repoblación de la España Vaciada»; el ejecutivo está formado por personas que actúan de espaldas a los ciudadanos, personas que mienten pero apenas se nota porque a nadie le interesa cambiar su forma de vivir sin penurias; son falsos “proactivos” que actúan para prevenir los posibles problemas que atenten contra sus intereses.

Pocas mujeres han acumulado tanto éxito literario, en vida, como Almudena Grandes. El paso del tiempo fue tomando cuerpo en sus novelas, la memoria histórica, el recuerdo como parte de un pasado que nos pertenece y sin él no podríamos entender nuestro presente. Esta obra póstuma es una novela coral, los protagonistas son los futuros madrileños que viven las consecuencias de nuestro presente, en el que cada vez hay más usurpadores, corruptos, mala gente que se considera impune a sus fechorías, gente que está por encima del bien y del mal y trata al pueblo como si fuera idiota.

La literatura de Almudena está plagada de personajes complejos, secundarios que nos abren su mente y sus sentimientos a cada paso. Todo va a mejorar no podía ser menos porque la autora, con tanta vida, tan llena de amor por Madrid no podía permitir que una serie de desnaturalizados acaben con ella, por eso tras «una familia de virus mutantes capaz de generar sus propios antivirus que mutan al mismo ritmo», a la que sucedieron varias pandemias que dejan al pueblo como un títere en manos de dioses caducos, aparecen personas que aman, que quieren sentirse libres, que necesitan preocupaciones y conflictos para intentar, al menos, solucionarlos.

Como siguiendo la distopía propuesta en el cronotopo novelado, el narrador expone diferentes líneas informativas que en momentos determinados se unen a la continuidad del presente. Novela y vida van de la mano. El núcleo de la novela es el afán de superación que tienen «los parias de la tierra», pero para vencer hay que luchar unidos contra el sistema, «lo que se había propuesto era una tarea inabarcable, demasiado grande para una sola persona». Sólo en equipo podrán sacar a la luz las barbaridades cometidas por los gobernantes y conseguir que sean los ciudadanos quienes se vayan dando cuenta «y antes de aparcar la furgoneta en la puerta de la pastelería, ya habían descubierto tres pintadas más».

En Todo va a mejorar encontramos una advertencia al ser humano: No podemos dejar que los endiosados dirijan nada porque un dios decide cómo han de vivir los hombres y cuánto y, si algo se complica, sólo ha de mandar alguna plaga que ponga un remedio favorable a sus intereses «Dios creó el mundo en seis días y el séptimo descansó. Él había tardado mucho más tiempo, pero se había ganado el mismo descanso […] Alejandro Fernández sintió un escalofrío […] Su viuda tardó más de un mes en encontrarlo […] Una putada, concluyó el Gran Capitán para sí mismo […] no quedaba más remedio que ir pensando en provocar la cuarta (pandemia)».

También localizamos un consejo: Si queremos seguir viviendo como seres humanos hemos de tener cuidado con la Inteligencia Artificial, porque quien la controle, dominará el dinero, el poder y los movimientos del resto.

Almudena Grandes nos desea un futuro, mejor o peor, construido por nosotros, un futuro en el que los aciertos sean fruto de haber aprendido de los errores.

El estilo de la novela, a pesar de que el ambiente revela cierta ciencia ficción, es realista; el lenguaje mantiene la capacidad comunicativa reflejo de diálogos situacionales actuales cargados de gran fuerza y emoción «—…Todo el santo día dando la murga con la patria de los cojones, como si España fuera el jardín de su casa, como si los demás fuéramos unos parias que no tenemos dónde caernos muertos. Y lo peor es que los tenemos dentro».

Almudena nos conmina a no conformarnos, a luchar por un mundo que estrene cada generación y no deba vivir según los que están en el poder si anulan la capacidad de actuar por propia voluntad, porque «Votar cada cierto tiempo no te hace libre cuando tienes que regresar a casa de tus padres sin trabajo y con treinta años».

¡Qué grande, Almudena, hasta el último momento!

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Qué bonito y qué triste a la vez leer a Almudena Grandes esta vez. He disfrutado mucho el libro, pero saber que Almudena no va a escribir nada más me ha removido mucho. ¡Y eso que aún me quedan muchos de sus libros por leer!

Su última novela me ha resultado muy diferente a todo lo que había leído de la autora. Es un libro de anticipación política, que nos presenta la evolución de España y de la sociedad española desde nuestros días hasta un momento futuro absolutamente distópico. Después de muchos años de inacción e incertidumbre política, los ciudadanos españoles se abandonan en las manos de un nuevo partido político formado por grandes empresarios españoles que desean llevar España hacia un gran esplendor económico. El problema es que, en este caso, la línea entre gobernar un país con mano capitalista (sin que se note) y acabar creando una dictadura es muy fina.

Personajes de nuestra actualidad política, pandemias, secretos ocultos, asesinatos silenciados, burbujas sociales… un libro futurista que sigue subrayando algunos de los grandes problemas de nuestra sociedad, como la desigualdad de clases o el engaño político.

El final del libro lo ha escrito Luis García Montero, pareja de Almudena Grandes, guiado por las anotaciones y directrices que dejó la autora. El final me ha parecido idílico, ligero, suave… un final que seguro que Almudena hubiera querido para sí misma.

Ojalá hubiéramos podido disfrutar más de su tinta y, sobre todo, ojalá nunca tengamos que vivir lo que Almudena imaginó.
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Tras el COVID se suceden una serie de cambios en el panorama político de nuestro país que desembocan en que España se convierta en una empresa privada que para que sea rentable se deben coartar los derechos y libertades de unos ciudadanos que viven engañados y sometidos tras varias pandemias.

A veces hablar de un libro se hace un poquito difícil y esto es lo que me ha pasado con este libro. Cuando llevaba 70 páginas ya sabía que iba a ser una de mis mejores lecturas del año y a medida que lo iba leyendo me iba dando cuenta de lo mucho que voy a echar de menos a Almudena Grandes y como, en los últimos dos años se ha convertido en mi escritora favorita. Era única creando historias, personajes…da igual si es novela histórica, contemporánea o una novela como esta en la que a mi parecer se sale de su zona de confort con una historia digna de una novela distópica pero que, a la vez resulta totalmente creíble.

Con Almudena siempre aprendes, gracias a ella descubrí capítulos de nuestra historia que yo desconocía y que me han sorprendido. He conocido personajes increíbles, nadie los creaba como ella y ahora he llorado con esta novela, con su nota final de Luis García Montero, llena de amor.

Leed a Almudena Grandes, no os va defraudar.

Primera vez que leo a esta autora pero, sin duda, no será la última.

Nunca me había animado a leerla ya que lo que solía publicar no era demasiado mi estilo pero cuando me enteré que su última novela era de ciencia ficción y que, además, era una distopía, no pude resistirme y menos mal.

Lo que sucede en esta historia es tan cercano, se sentía tan real, que daba hasta miedo, no es una locura pensar que la pandemia podría haber derivado en algo similar, cosas más raras hemos visto ya. Además, esta absolutamente todo tan bien explicado, contextualizado y descrito que me sentí como si estuviera leyendo una situación real.

La narrativa de Almudena ha sido maravillosa, tan inteligente, locuaz, irónica, certera, feminista, novedosa, original... que no podía parar de leer y leer.

Los protagonistas, a pesar de ser tantos, se han ganado un hueco en mi corazón ya que podríamos ser cualquiera de ellos, es demasiado fácil identificarse con la mayoría.

El mensaje final de la novela me ha calado muy hondo, la importancia de la libertad, de no ceder, de luchar... y, por supuesto, ese final tan esperanzador, tan necesario, que me dejó con la sensación de que si, que es posible que todo vaya a mejorar.

No sabía la situación en la que la autora había escrito este libro y si que es cierto que el final se me quedó un poco flojo en comparación con el resto del libro pero, tras leer la nota final y entenderlo todo, no puedo ponerle ni una sola pega, es el final que el libro se merecía y las circunstancias lo hacen hasta más especial si cabe.

Antes de finalizar, quería hacer un apunte sobre el hecho de que yo lo escuché y al tener tantos personajes e ir moviéndonse en el tiempo de una forma no lineal, se me hizo algo confuso, requirió algo más de concentración por mi parte.

Sin duda, lo releeré cuando me lo compre en físico porque si, este es uno de esos libros que merece la pena tener en papel para poder adentrarte en él siempre que quieras.

Complicada escribir esta reseña. Tan complicado como me ha resultado leer este libro, que he ido apartando a ratitos para que no terminara. Quizás sea algo simbólico no acabar un libro para no tener un final. Inevitable leer y dejar de pensar en la autora, en sus sentimientos mientras escribía este su último libro. No quería despedirme de Almudena Grandes.

Ella para mí, ha sabido reflejar a la España más reciente y actual, pero también ha creado personajes con una amplitud tremenda en sus luces y en sus sombras. En esta ocasión quizás haya demasiados personajes que entran y que salen de la novela, muchos. Y puede que sea fruto del tiempo que le faltaba y las ganas de crear. No soy fan de las distopías, pero esta me ha encantado.

La autora nos plantea un futuro hipotético donde el Estado es una gran empresa dirigida por un solo empresario durante la pandemia. Un libro cargado de una crítica muy afilada y también de una gran esperanza. Siempre hay una resistencia, que aquí me ha parecido muy simbólica. En cuanto al final, es un broche de oro que nos hace un nudo en la garganta el que hace su pareja terminando el libro. Si no habéis visto la entrevista que hizo Luis G. Montero sobre “la biblioteca de Almudena”, os la recomiendo encarecidamente.

En ella nos habla del primer libro de la escritora que le regaló su abuelo en edición para niños. Y como ella se identifica con ese viaje a Ítaca. Con la necesidad de ajustar cuentas en la realidad con todas las cosas injustas. Yo creo que hay mucho de ese viaje en este libro.

No es la distopía la temática habitual de la autora y sin embargo se desenvuelve con soltura, dejando su sello con sus subordinadas eternas y su gran elenco de personajes cuyas historias se entrelazan entre sí.

Un libro que demuestra los graves riesgos que corre una sociedad desideologizada que cae con facilidad en el populismo.

Y a pesar de todo, me ha parecido un libro flojo, bastante más flojo de lo que suele ser habitual en ella, que parte de una buena premisa pero cuyo desarrollo no me convence.

El profundo amor que le profeso a Almudena no es óbice para no ser sincera: este libro no me ha gustado, y se salva por su trasfondo y su maravillosa capacidad narrativa.

Me resistía a leer esta última novela de Almudena Grandes, por aquello de tener algo pendiente de ella de leer. Uns historia interesante que da mucho que pensar. Un ejercicio de buena escritura para disfrutarlo. Siempre recomendaré a esta gran autora.

El libro es una novela coral en tono distópico sobre España en un futuro, y que tiene como punto de partida la pandemia de la COVID-19. A partir de ahí se inicia una nueva etapa política caracterizada por la manipulación social con la que se instaura un nuevo régimen dictatorial.

Tengo que decirlo: me declaro FAN de las novelas corales. Me encanta cómo se me van presentado los personajes con la sensación de que no me entero de nada para que al final encaje todo.

Por otro lado, reconozco que no soy demasiado fan de las distopías. Me parecen exageradamente antagónicas a lo que vivimos, y eso me quita realismo en la lectura y me saca a menudo de ella. Así que para mí no ha sido de los mejores libros precisamente por eso. Pero con todo, el estilo de Almudena está y se reconoce: la calidad literaria es impecable. Me gusta mucho de ella cómo va introduciendo los personajes, los sucesos y la historia sin apenas darte cuenta.

También valoro mucho de este libro las circunstancias en la que fue escrito. Almudena ya estaba enferma, el último capítulo incluso fue escrito por Luis García Montero bajo sus directrices. Creo que no hay mayor entrega a la literatura y a los lectores. También me ha encantado la nota final escrita por su marido explicando cómo se había escrito.

Y destaco el final. Esperaba un final en tonos muy fantásticos y peliculeros, pero no ha sido así y por eso la novela, aun siendo una distopía, me ha gustado mucho.
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Fue un buen libro debido a que combinaba los tipos de géneros q me gustan, además de que la idea del autor para crear este mundo hecho de pura ficción es realmente original. También me gustó el hecho de q no fuese para nada cliché y que hay ciertas cosas que te sorprenden.

No es un libro típico de Almudena, por muchos motivos.Principalmente porque es el último, que no pudo acabar y que escribió mientras la enfermedad acababa con ella.Porque contrariamente a sus otros libros, preparados , meditados y muy investigados, éste surge de una idea en pleno confinamiento desarrollada sobre la marcha.Porque es una distopia, en una autora que se dedicó a enseñarnos nuestra historia real reciente. Pero aun con todo eso sigue siendo ella. Un montón de personajes que se entrecruzan en el relato y una distopia demasiado realista, que miedo da, da la impresión que nos dejó escrita una advertencia, que tengamos cuidado, que esto no pinta nada bien y que no dejemos de luchar y estar alertas.Se ha perdido una gran escritora. Disfrutemos de sus libros.