Todo va a mejorar

Complicada escribir esta reseña. Tan complicado como me ha resultado leer este libro, que he ido apartando a ratitos para que no terminara. Quizás sea algo simbólico no acabar un libro para no tener un final. Inevitable leer y dejar de pensar en la autora, en sus sentimientos mientras escribía este su último libro. No quería despedirme de Almudena Grandes.

Ella para mí, ha sabido reflejar a la España más reciente y actual, pero también ha creado personajes con una amplitud tremenda en sus luces y en sus sombras. En esta ocasión quizás haya demasiados personajes que entran y que salen de la novela, muchos. Y puede que sea fruto del tiempo que le faltaba y las ganas de crear. No soy fan de las distopías, pero esta me ha encantado.

La autora nos plantea un futuro hipotético donde el Estado es una gran empresa dirigida por un solo empresario durante la pandemia. Un libro cargado de una crítica muy afilada y también de una gran esperanza. Siempre hay una resistencia, que aquí me ha parecido muy simbólica. En cuanto al final, es un broche de oro que nos hace un nudo en la garganta el que hace su pareja terminando el libro. Si no habéis visto la entrevista que hizo Luis G. Montero sobre “la biblioteca de Almudena”, os la recomiendo encarecidamente.

En ella nos habla del primer libro de la escritora que le regaló su abuelo en edición para niños. Y como ella se identifica con ese viaje a Ítaca. Con la necesidad de ajustar cuentas en la realidad con todas las cosas injustas. Yo creo que hay mucho de ese viaje en este libro.