Todo es ahora, y ahora es la oscuridad.
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Todo es ahora, y ahora es la oscuridad.
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Es cuestión de tiempo que las hienas de Twitter encuentren otro cadáver que roer hasta dejar los huesos mondos y blancos.
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¿Quién puede saber lo que ocurre tras las puertas cerradas, en los salones y en los dormitorios? ¿Quién puede saber lo que pasa entre dos personas, día tras día, año tras año, en un millar de madrugadas?
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Sus despedidas suelen ser breves y concisas, nada de largos y emotivos discursos, ni cenas hasta la madrugada con borrachera y exaltación de la amistad. Un par de palmadas en el hombro, tanta paz lleves como descanso dejas. Sin miradas tristes, sin ojalás que esconden nuncas, sin nostalgia por anticipado.
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Por supuesto, donde hay amor hay ingentes, interminables, cantidades de sufrimiento. El que causas, el que te causan. |
Cuanto te quitan el tiempo, te quitan el velo de delante de los ojos
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El tiempo mismo se vuelve un sedante que nos anestesia acerca de la única realidad indiscutible
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Antonia Scott sólo se permite pensar en el suicidio tres minutos al día. Para otras personas, tres minutos pueden ser un período minúsculo de tiempo. No para Antonia
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Esa señora, como usted la llama, no es policía, ni es criminalista. Nunca ha empuñado un arma, ni ha llevado una placa, y sin embargo ha salvado decenas de vidas.
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Tiene, más bien, un pie en la tumba y otro en una piel de plátano.
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10 negritos