Reina roja de Juan Gómez-Jurado
Sus despedidas suelen ser breves y concisas, nada de largos y emotivos discursos, ni cenas hasta la madrugada con borrachera y exaltación de la amistad. Un par de palmadas en el hombro, tanta paz lleves como descanso dejas. Sin miradas tristes, sin ojalás que esconden nuncas, sin nostalgia por anticipado.
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