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Críticas sobre La mujer helada (16)
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entresomnis
 23 January 2024
Este es ya el quinto libro que leo de la autora y tal como dije en el anterior, cuánto más la leo más me gusta. En éste vuelve a autoanalizarse repasando su vida desde la niñez hasta la adultez. Una niñez ya contada en otras de sus obras pero que en cada libro le da una dimensión distinta. Aquí se centra en la imagen más positiva que guarda de su madre, como mujer estricta, pero que le dió las herramientas necesarias para alcanzar la independencia y libertad. Y que fue para ella un modelo de mujer que aprecia desde la distancia, pero que en su momento chocó con la realidad de la sociedad del momento y sintió vergüenza al no encontrar en su casa el modelo de madre y esposa que veia en las demás mujeres.

Así llega a una adolescencia llena de deseos y de anhelo de libertad, pero también llena de ingenuidad y contradicciones. Una chica que se resistirá a hacer lo que se espera de ella, que se revelará ante la sociedad del momento, pero que sin darse cuenta irá cayendo en una trampa tras otra hasta verse casada, ama de casa y con dos hijos.

Esa última parte es la que más he disfrutado por no habérmela encontrado aun en ninguno de los otros libros leídos. En ella Annie Ernaux hace una crítica a la sociedad patriarcal del momento reconociéndose culpable de haber caído en ella. Una mujer que había conseguido estudiar y ser brillante, para acabar renunciando a todos sus sueños de realización personal y profesional. Ahí refleja la desigualdad en el rol destinado a la mujer tradicional. Un precio a pagar por haber subido de escalafón social, mujer de un ejecutivo, donde el patriarcado estaba más marcado que en las clases más humildes.

A través de un relato muy íntimo consigue ir desnudándose ante el lector y a la vez hacer un excelente retrato de la sociedad francesa en los años 60. Lo cuenta todo de manera atropellada, tal como le va viniendo, con pocos espacios para hacer una pausa, provocando un ritmo trepidante de principio a fin. Y consigue retratar a la mujer en la que muchas pueden verse expuestas y sentirse identificadas, también en la actualidad, como mujeres a las que les es muy difícil compaginar el rol de esposa, madre y profesional. El retrato de una mujer helada.

De momento, quizás junto a Memoria de chica, uno de los mejores libros que he leído de la autora. Muy recomendable para descubrir a Annie Ernaux y su magistral escritura.
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elymafer
 13 January 2024
Conforme leía este libro iba reviviendo situaciones y experiencias similares a las que cuenta la protagonista. Cuando lo terminé me ha costado escribir sobre él porque en realidad lo que yo pueda decir ya está dicho y con mejores palabras que las mías, pero voy a intentarlo.
Este libro es una ficción autobiográfica con la que Annie Ernaux intenta explicarse a sí misma, y de paso fundamentar ante nosotros cómo pudo llegar a convertirse en una mujer helada.
Con frases claras y concisas nos habla de su infancia en un hogar no convencional donde sus padres no cumplían con los roles de género; de su juventud en la que Annie se ve a sí misma diferente de otras chicas que sólo quieren ser novias, esposas y madres porque tiene un objetivo: estudiar; una epoca en la que habla con naturalidad del deseo, el descubrimiento del cuerpo propio y ajeno, el sexo. También nos cuenta como, camino hacia la madurez, toma decisiones que posponen su objetivo de ser maestra; un matrimonio y unos primeros años de maternidad en los que vemos cómo una mujer, decidida a "ser igual" que el hombre, termina congelada por los roles de madre y ama de casa y es empujada a vivirlo como "lo normal"..
Un libro que muestra a lo que podemos retroceder y todo lo que aún falta por avanzar.
Creo que debiera ser lectura obligatoria en la Secundaria.
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lesbouquinsdepam
 15 December 2023
Ernaux indaga en su idea de la independencia femenina en esta obra en la que da cuenta de su progresiva toma de conciencia acerca de la diferenciación de roles en función del género, una brecha que nunca observó en su propia familia. En su proceso de paulatina pérdida de libertad se da cuenta del papel que sus padres han jugado en esa configuración social tan atípica con la que crece desde niña (sirva como ejemplo el hecho de que suele ser su madre la que sale con ella mientras su padre parece permanecer más en casa), algo que no hace sino ensalzar el papel y la influencia que sus padres tuvieron sobre ella.
Resulta sumamente interesante acompañar a la escritora en ese proceso de indagación y descubrimiento acerca de cómo construye sus concepciones acerca de ser mujer, y como diferentes contextos, en etapas distintas, dan forma a esos esquemas y nociones… así como la forma como ella los interpreta, se rebela frente a ellos o los asume.
La descripción del modo como esa mujer helada toma forma me parece excepcional; y como siempre la escritora logra usar el lenguaje no solo como herramienta expresiva sino como material de construcción en su proceso de escritura…, algo, para mi, admirable. Una vez más…

Enlace: https://instagram.com/lesbou..
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marcapaginas_gallega
 14 November 2023
Es un libro que es una jaula, una evolución, un paso atrás y hacia delante en las decisiones vitales de la autora, desde el instituto, a la universidad, a su matrimonio y los hijos. La maestría con la que nos lleva con ella en su rutina es sofocante. Me gustó, pero sí es verdad que se me hizo un poco lento al principio.
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microleTTera
 12 September 2023
Una mezcla de asombro y rabia. Han pasado treinta años desde su publicación en Francia. Treinta años de este ejercicio de liberación en el que Annie Ernaux nos narra la vida de una mujer que crece en un hogar en el que la madre lee y la anima a estudiar, a progresar. Una niña que se extraña ante las diferencias que ve en su casa, donde la madre no friega ni prepara la comida como las otras madres. Desde pequeña, el terreno abonado para la libertad. Y pese a ello, con los años, el entorno se impone y lo que crece termina por adaptarse a la tierra que la nutre.
Asombro. Pese al estudio y la universidad, la niña que se convierte en mujer lo hace con todas las letras. La caligrafía que termina por escribirla es la de una sociedad en la que las diferencias de género terminan por imponerse: la mujer-amadecasa-quecría-queposterga-queanhela-quenoterminanunca-y, ya si eso, si el deseo es mayor que la presión, profesora a fuerza de estudiar unas oposiciones cuando el niño duerme. Mientras tanto, él, lee le Monde, escucha discos, “se aburre incluso”. La apariencia de libertad esconde otra realidad: la doble jornada, la del trabajo y la de la casa.
Rabia. Han pasado treinta años y las cosas no han cambiado tanto como deberían. La mujer sigue llevando el peso del hogar, de los niños, de la planificación familiar. La mujer helada de la que nos habla Ernaux, más o menos fría, sigue instalada en nuestra sociedad con demasiada normalidad.
En los noventa, la propia autora pensaba que este libro estaría anticuado. En nuestro país, tendríamos que esperar hasta 2015 para que Cabaret Voltarire lo tradujese. Y no, no ha perdido vigencia. Es más, ahora que el feminismo se encuentra en un momento álgido, de unión, es una obra imprescindible.
Nunca subrayo mis libros, pero si lo hiciera, pocas palabras de “La mujer helada” habrían escapado de la marca.
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MaiteMateos
 22 May 2023
A través de un monólogo interior, la ganadora del Nobel de literatura de 2022, nos relata con su característico estilo directo, crudo y punzante, impregnado de una cierta belleza poética, su experiencia como mujer. Nos lleva a recorrer con ella, por la Francia de los años 40, 50 y 60, su infancia, adolescencia y madurez, para indagar en las razones de haber acabado atrapada, congelada en una vida tan alejada de los valores y la libertad en la que la educaron sus padres.
Annie Ernaux, en esta novela autobiográfica publicada en 1981, nos relata como vivió ella ese enfrentamiento de valores y como cayó de lleno en la trampa del amor romántico, donde el ideal de la unión entre iguales se acaba diluyendo en la realidad de un diferente reparto de las tareas domésticas en función del género, algo tan alejado del modelo que había vivido en su infancia.
Annie Ernaux se enfrenta a la reproducción, a la crianza de los hijos, al trabajo doméstico y en resumen a una vida conyugal insatisfactoria abocada al fracaso. Todo recae sobre ella como una terrible carga que la impide realizarse y desarrollar su propia carrera profesional, atrapada como está en una sociedad y en una cultura empeñada en perpetuar los roles de género, la diferenciación entre sexos, donde las mujeres tienen siempre todas las de perder, abocadas a una vida insatisfactoria, congelada, una vida que sin remedio acaba convirtiéndolas en mujeres heladas, atrapadas en un falso estereotipo del que la autora francesa lucha por desembarazarse.

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xenreira
 13 March 2023
"La mujer helada" somos todas, lo hemos sido alguna vez o lo seremos. Heladas por el machismo, por el ideal de belleza que se nos impone y que nunca llegaremos a alcanzar, por las responsabilidades no compartidas, por el miedo a estar solas y a estar mal acompañadas, por los hombres malos que nos tratan como a chicles, por los hijos que tenemos o que nunca llegaremos a tener, por lo malas madres que somos o que nunca llegaremos a ser, por el reloj biológico que la sociedad nos quiere hacer creer que llevamos dentro, por los cuidados que siempre recaen sobre nosotras y la falta de tiempo para el autocoidado, por el sexo que siempre es más un complacer que un placer, por la sociedad que nos dicta como debe ser nuestra vida para que seamos dignas de ella. Heladas por vivir en un mundo hecho exclusivamente para hombres. Heladas y solas.

Gracias Annie Ernaux por decir siempre lo que todas sentimos y no muchas seríamos capaces de exteriorizar.
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Guille63
 06 March 2023
“Yo también caí en la trampa de la mujer total, orgullosa de ser por fin capaz de conciliarlo todo, la subsistencia, un hijo, tres cursos de lengua francesa, guardiana del hogar y dispensadora del saber, superwoman…”

¡Ay, Despentes, Despentes, Despentes! de la misma forma que Borges se enorgullecía más de los libros que había leído que de los que había escrito, tú bien puedes presumir de maestra: Annie Ernaux, nada más y nada menos. Ella quizás escribe con algo más de lirismo, aunque este sea seco, directo, telegráfico, como ella misma dice, “buscar la poesía en el rastro de la leche vomitada, en el pañal sucio”, pero tiene tu mismo descaro, tu misma insolencia, tu misma inteligencia, tu misma valentía para decir las cosas, aunque sean incómodas, aunque molesten incluso a las propias mujeres. No le falta ni el humor.

“Tenía un miedo espantoso a que se me apareciera la Virgen, después habría tenido que ser santa y no tenía ninguna gana.”

La novela retrata una época mucho más dura que la actual para la mujer, ciertas cosas podemos pensar que están ya superadas o que suenan a rancio, pero no nos engañemos, siguen habiendo muchas Brigitte en el mundo y posiblemente siempre las habrá, “chicas dulces, revoltosas pero buenas” que se convertirán en hermosas señoritas bien educadas, instruidas lo justo para encontrar un buen marido, mujeres que deciden recoger la casa, acunar al nene, hacer la comida, mientras el marido trabaja, las que piensan que “cuando se quiere a un hombre, se acepta todo de él, una se comería hasta su mierda”. Y de la misma forma, siempre habrá hombres a los que les guste ese tipo de mujer, e incluso mujeres a las que también les guste ese tipo de mujer como pareja. Esto entra dentro de la elección personal. Lo que sí es necesario, y ahí es donde todavía queda bastante por hacer, es conseguir que cualquier otra forma de vida sea una opción tan viable y sencilla como esa otra pueda serlo.

La novela de Ernaux es un intento de explicarse a sí misma, y de paso fundamentar ante nosotros, cómo una chica lista, universitaria, con unos padres como los suyos, que se sienten orgullosos de sus notas en dictado y cálculo pero que no dicen nada del dos en costura ni del aprobado pelado en conducta, pudo llegar a convertirse en una mujer helada. No es solo la denuncia de una sociedad construida para perpetuar unos roles de género, una diferenciación entre sexos en la que las mujeres tienen todas las de perder y que las aboca a una vida de insatisfacción e infelicidad, sino también una llamada de atención a las propias mujeres para que no se dejen arrastrar, para que sean conscientes de que en ellas recae también una parte importante de la responsabilidad de su estado, de que deben tener no solo voz para condenar sino fuerzas y decisión para dirigir su propio destino.

"Durante años nunca veré a nadie defender la libertad sexual de las mujeres, y aún menos a las mujeres mismas… Libertad, cosa de zorras. No me sentía con fuerzas de ser una zorra."

Ernaux se esfuerza mucho en describir el contexto en el que se produjo su decisión.

Es comprensible la fuerza que tiene la educación, el poder de los dogmas repetidos una y otra vez, incluso por mujeres, el discurso machacón exaltando el “don del sí y el sacrificio. El cuerpo sucio y la inteligencia un pecado”, la santificación del papel de esposa y madre. Es comprensible el poder del entorno, de las amigas que buscan la feminidad que atrae a los hombres y acaban reduciéndose a poco más que una apariencia. Cómo no leer las revistas que te enseñan a tener una tez esplendorosa, cómo no querer saber cómo se hace de una casa un lugar agradable para el esposo.

“La ecuación, bella, factor de gustar y de amor, igual a finalidad de existencia, penetró en mí como si fuera mantequilla.”

Es comprensible el miedo a la soledad, a no tener un hombre al lado, a prestarles toda la atención cuando ellos no muestran ninguna, el pavor a su rechazo, a que piensen ciertas cosas, la humillación de tener que dejarse elegir, del hombre arriba y la mujer abajo ofreciéndose pasiva, de no poder llegar más lejos, como él, a que “cada placer lleve el nombre de derrota para mí, de victoria para él”, el drama de tener que matar “el deseo de ser yo y nada más que yo”.

“…eso o la soledad, el problema era el de siempre. La fealdad de la realidad, la callábamos, las humillaciones a las chicas, las guardábamos para nosotras como si la culpa fuera nuestra, como si hubiéramos merecido la vejación.”

Es comprensible su desconcierto ante todas esas normas aceptadas, llegar a pensar que le falta algo, sentirse mal porque no tiene ningún interés en esmerarse en la limpieza de la casa, porque en la cocina no llega más allá de un filete y una sopa, porque no sabe ni cómo pedir la carne en el supermercado, porque prefiere el estudio y el trabajo o ir al cine o leer un libro, por sentir el embarazo como una úlcera de estómago, por no disfrutar la terrible experiencia del parto, por nunca sentir que criar un hijo fuera el oficio más maravilloso del mundo.

Sí, todo eso es comprensible, pero había señales, las descubriste y te casaste, y aumentaron las señales, la diferencia se hizo abrumadora, y no abandonaste, “la mujer que se larga a los tres meses, qué vergüenza”, y hasta tuviste tu alegría con el primer suflé de tu vida, con esa lámpara en madera torneada española que ahora también tendrás que limpiar, y quisiste un hijo y no te rebelaste cuando a él, muy pronto, le pareció indigno ocupar tu lugar ante el plato de papilla, y conseguiste un trabajo de profesora agregada, y te remordió la conciencia por dejar al niño en la guardería, y seguías siendo tú quién debía ocuparse de casi todo al llegar a casa y…


“Acabaron sin que me diera cuenta los años de aprendizaje. Después se convierte en una costumbre. Una suma de ruidillos en el interior, molinillo de café, cazuelas, profe discreta, mujer de ejecutivo vestida de Cacharel o de Rodier en el exterior. Una mujer helada”.

… quisiste otro hijo.

“Ah, ya veo las risitas de las buenas conciencias, no haberte casado si no querías aceptar las consecuencias.”
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sinoloveo_nololeo
 21 January 2023
Muchas veces las cosas no salen como las habíamos planeado ni como las habíamos imaginado en la adolescencia, y la treintena es el momento de preguntarse “cómo he llegado yo aquí”. Para una joven criada y educada en los años 60-70 el futuro parecía estar ya definido: cásate, ten hijos y cuida de tu familia. ¿Pero qué pasa cuando tu familia nada tenía que ver con las tradicionales de la época? Cuando la madre no es la típica ama de casa, cuando comparte con el padre las tareas del hogar o cuando ambos repiten incansablemente que hay que ser independiente y vivir la vida.

En “La mujer helada”, Annie Ernaux hace literatura de su vida y lo hace de forma muy peculiar: la narración biográfica de su propia experiencia en primera persona. Utilizando frases cortas y un alud de metáforas, el recorrido por sus recuerdos y su vida arranca desde la infancia y la adolescencia, momento en el que empieza a dejarse arrastrar por los estereotipos y roles de género que marcan la sociedad y el entorno que la rodea. Así, y tras la universidad, desemboca en el matrimonio y la maternidad, acabando donde nunca deseó: una vida llena de insatisfacciones donde su identidad se pierde y la ambición personal y profesional se van diluyendo con el paso de los días.

La obra de #AnnieErnaux logra el efecto de vertebrar un discurso de género; como si se tratara de una radiografía sociológica que explica la realidad de la mujer, un ensayo de crítica cultural y de teoría del feminismo. Es una obra sobre la disolución de la personalidad, el empobrecimiento intelectual y la imposición de la sociedad sobre las mujeres a ocupar fundamentalmente ciertos roles en detrimento de sus deseos y su propia realización.
Enlace: https://www.instagram.com/p/..
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La_Elo_lee
 05 December 2022
Un cinco estrellas absoluto. Una narración que abarca desde la Annie niña, hija única nacida en una familia humilde, que regenta un colmado en una localidad normanda, pasa por sus años de escuela, liceo y bachillerato hasta llegar a la universidad, el noviazgo, el matrimonio y la maternidad.
Todo contado desde las entrañas, desde la interpretación adulta de cómo se sentía en cada momento y las conclusiones obtenidas en la observación de otras mujeres. de sus tías y su madre primero, las demás niñas, las demás estudiantes y al final ella misma, que va cayendo en una trampa detrás de otra para convertirse, como las demás, en una mujer helada.
Da igual que sus padres la protegiesen, permitiéndola centrarse en sus estudios sin tener que trabajar. Da igual que brillase en la escuela y consiguiera el ascenso social. al final, se deja atrapar por las redes del patriarcado: matrimonio, familia política, hijos. Y sus necesidades, sus anhelos y ambiciones, a la cola, siempre los últimos, o encerrados en un baúl del que es muy difícil hallar la llave.
He leído 4 libros de esta autora y este me ha parecido el mejor. Preparaos para vivir la angustia de su proceso de transformación en la mujer helada.
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