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ISBN : 8420482951
Editorial: Alfaguara (31/01/1996)

Calificación promedio : 4.16/5 (sobre 294 calificaciones)
Resumen:
La obra maestra de Julio Cortázar. Una novela que conmocionó el panorama cultural de su tiempo y marcó un hito insoslayable dentro de la narrativa contemporánea. «Contranovela», «crónica de una locura», «el agujero negro de un enorme embudo», «un feroz sacudón por las solapas», «un grito de alerta», «una especie de bomba atómica», «una llamada al desorden necesario», «una gigantesca humorada», «un balbuceo». Con estas y otras expresiones se aludió a Rayuela tras ... >Voir plus
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Críticas, Reseñas y Opiniones (37) Ver más Añadir una crítica
Zairamec
 10 September 2020


Desconcierto, desazón, tristeza, aburrimiento, sufrimiento, tedio, sí, todas estas cosas las sentí cuando en mi adolescencia me acerqué por primera vez a "Rayuela" y sí, la odié con todo mi corazón, tenía una edición de bolsillo donde las hojas se despegaban y estaban mal númeradas, era como si el fantasma de Cortazar tómase posesión de libro y me estuviera dando una forma adicional de leerlo. Casi 20 años después volví a el, esta vez con esta preciosa edición que, como no había llegado a Colombia, la compré en una librería en España hace unos años y estaba cultivando polvo en mi librero, viajando en cajas en cada uno de mis trasteos porque dentro de mí tenía de forma inconciente un miedo, un profundo miedo a empezar a leerla y mas que no entenderla, tenía miedo que al pasar mis ojos por sus letras no llegará a sentir nada, pero entonces, por un lado, llegaron la Maga y Talita que me desordenaron el corazón y por el otro, Horacio, Traveler y el club de la serpiente que me saturaron el intelecto y al final, llegó él, sí, él, Cortazar, (¡Oh, Cortazar!) quien confortó mi alma y me ayudó a experimentar lo que se siente leer literatura. 

Entonces, mis ojos no pudieron despegarse de las palabras y cada párrafo buscaba un espacio en mi interior, las dosis fueron pequeñas, diarias y suficientes, porque aunque un alimento sea de provecho y te nutra fisicamente, todo exceso puede convertirse en enfermedad, en dolor, en sufrimiento, asi que este libro, a mi criterio, es para dosificarlo, para digerirlo poco a poco, para que cada capítulo que estes leyendo lo vayas asimilando, sopesando, analizando y que cada frase se abra espacio poco a poco, porque algunas palabras, algunos diálogos son tan potentes que pueden destruir barreras de prejuicios y temores, conocimientos mal adquiridos y ensoñaciones mal alimentadas y el golpe es duro y puedes sentir que te destruyé, que el orden que hace tanto tiempo has establecido empieza a desaparecer y el caos se apodera de tí, pero luego, vas caminando poco a poco de la mano de Cortazar, (¡Oh, Cortazar!) y recuerdas la famosa frase que "del  caos nacen las estrellas" y aquí estas tú llenándote de costelaciones, del universo, después de ese big Bang llamado "Rayuela". 

Pero, ¿Qué es "Rayuela"?, bueno, como su palabra lo dice, es un juego y no solo literario, sino intelectual y emocional, en sus capítulos puedes encontrar poesía, cuentos, teatro y novela, algunos argumentos matizados de ensayo y otros de filosofía, es un gran crucigrama donde te entretienes y aprendes y los personajes te guían, pero tambien te desorientan, es, en el sentido más literal de la palabra, un gran libro abierto que a pesar de sus posibles formas de lectura, cada lector lo asimila de forma distinta, no es un libro para todos los gustos, pero no significa que no pueda ser leído por todos, tampoco esta en solo "glíglico", sino que el lenguaje es accesible, solo que no penetra en el alma de todos por igual y al final, contrario a lo que todo mundo cree, leer "Rayuela" y amarlo (porque entedenderlo en su totalidad es tarea de titanes y la vida creo no nos alcanzaría para descifrar todos sus secretos) no te hace superior a los demás, en mi interior no puedo percibir este libro como un símbolo de intelectualidad, porque para mí la Maga es el contrapeso a esa enfermiza y desorientada y en ocasiones, carente de propósito mal llamada intelectualidad; porque para mí la literatura como el cine, más allá de hacerla bien, tiene que buscar sacarte de tu zona de confort y ponerte a pensar y a pensar duro, porque a veces la realidad puede ser un gran guion donde la historia solo sucede, las cosas no cambian, siempre pasa lo mismo y es ahí donde entran las artes cargadas de sentimiento, guíando el pensamiento, conectando el alma y la razón y siendo el combustible para que esta vaina que llamamos vivir, la empecemos a tomar en serio. 


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Guille63
 16 May 2023
En una entrevista, Cortázar exponía que su mayor sorpresa después de publicar la novela fue que esta encajó más con la juventud que con los lectores de su generación (medio siglo llevaba ya a sus espaldas cuando se publicó en 1963). Lo que a mí me sorprende es que esto le sorprendiera. Yo me enamoré de Rayuela en mi juventud. Después he cuestionado muchos de sus planteamientos, pero ello no ha impedido que me siga magnetizando su libertad, su pasión, y la forma tan maravillosa de exponerlas que tenía, que tiene Cortázar. Rayuela es una novela inclasificable, que se escapa de cualquier análisis, un libro que se lee con la piel. Algo así como esto (parafraseando a Cortázar y su cuento "Hay que ser realmente idiota para..."):

En realidad no pasa nada grave pero ser idiota lo pone a uno completamente aparte, y aunque tiene sus cosas buenas es evidente que de a ratos hay como una nostalgia, un deseo de cruzar a la vereda de enfrente donde amigos están reunidos en una misma inteligencia y comprensión, y frotarse un poco contra ellos para sentir que no hay diferencia apreciable y que todo va benissimo. Lo triste es que todo va malissimo cuando uno es idiota, por ejemplo con Rayuela, yo leo Rayuela con amigos y es seguro que apenas empiece a leer voy a encontrar que todo es una maravilla. Me divierto o me conmuevo enormemente, los diálogos o las digresiones del autor me llegan como visiones sobrenaturales, y a veces me lloran los ojos o me río hasta el borde del pis, y en todo caso me alegro de vivir y de haber tenido la suerte de encontrarme con este libro que me muestra cosas que jamás se habían imaginado antes, inventando un lugar de revelación y de encuentro, algo que lava de los momentos en que no ocurre nada más que lo que ocurre todo el tiempo.

Y así estoy deslumbrado y tan contento cuando llega el momento de comentarlo entusiasmado, y digo a mis amigos que el libro es una maravilla y que la escena en la que la Maga, o cuando Oliveira dice. Mis amigos también han disfrutado, pero de pronto me doy cuenta (ese instante tiene algo de herida, de agujero ronco y húmedo) que su diversión no ha sido como la mía, y también me doy cuenta de que están diciendo con suma sensatez e inteligencia que el libro es meritorio y que los personajes están muy bien caracterizados, pero que desde luego no hay gran originalidad en las ideas y cosas y cosas. Cuando mis amigos dicen eso -lo dicen amablemente, sin ninguna agresividad- yo comprendo que soy idiota, y comprendo perfectamente cuánta razón tienen y cómo el libro no ha de ser tan bueno como a mí me parecía (pero en realidad a mí no me parecía que fuese bueno ni malo ni nada, sencillamente estaba transportado por lo que ocurría como idiota que soy, y me bastaba para salirme y andar por ahí donde me gusta andar cada vez que puedo, y puedo tan poco). Y jamás se me ocurriría discutir con mis amigos porque sé que tienen razón y que en realidad han hecho muy bien en no dejarse ganar por el entusiasmo, puesto que los placeres de la inteligencia y la sensibilidad deben nacer de un juicio ponderado y sobre todo de una actitud comparativa, basarse como dijo Epicteto en lo que ya se conoce para juzgar lo que se acaba de conocer, pues eso y no otra cosa es la cultura y la sofrosine.

Rayuela es dos personajes, la Maga y Horacio Oliveira.

Horacio es un ser egotista, angustiado por encontrar su centro de gravedad permanente,

“Se puede matar todo menos la nostalgia del reino, la llevamos en el color de los ojos, en cada amor, en todo lo que profundamente atormenta y desata y engaña"

alguien cuya alma quiere, intuye, y su razón, su inteligencia, no puede, no alcanza. Oliveira es la pura contradicción, es la intelectualidad que, sin embargo, desde que era un niño y

"se me cae algo al suelo tengo que levantarlo, sea lo que sea, porque si no lo hago va a ocurrir una desgracia, no a mí sino a alguien a quien amo y cuyo nombre empieza con la inicial del objeto caído".

La Maga, con ese aire como de unicornio, vive en un mundo simple, intuitivo, primario, un mundo en el que uno se puede mover "como un caballo de ajedrez que se moviera como una torre que se moviera como un alfil"; es la libertad, la que encuentra sin buscar mientras que Oliveira busca incansablemente sin encontrar. La maga es una posible luz para Horacio pero también el espejo donde Horacio ve su terrible verdad.

Horacio envidia y desprecia el mundo de la Maga. No le vale la lotería que te otorga o te niega el poder creer sin ver,

"el estar dentro de la pieza, el ser pez río abajo, hoja en el árbol, nube en el cielo, imagen en el poema. Pez, hoja, nube, imagen: exactamente eso, a menos que..."

Horacio ama a la Maga y tiene miedo de ese amor que encasilla, como tiene pavor a todo lo sentido por otros, a todo lo que les vale a los otros, únicamente porque es de otros. Horacio necesita a la Maga y se aleja de ella porque sería “una traición vestida de trabajo satisfactorio, de alegrías cotidianas, de conciencia satisfecha, de deber cumplido”. No le valen ninguna de las “verdades” ya inventadas. Sentir, actuar como los otros le parece sospechoso, le parece que no es sentir ni actuar sino ser empujado por caminos ya abiertos y por tanto artificiales, no sinceros, moldes que otros han construido y utilizado innumerables veces. Y siempre, siempre, siempre con la amarga intuición de que quizás solo sea necesario quedarse arrobado delante de la cola de un modesto 3.
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percanta82
 08 October 2020
La Maga y la personificación del fantasma de una duda metafísica.

«Yo quiero acabar con los sistemas y las relojerías para ver de bajar al
laboratorio central y participar, si tengo fuerzas, en la raíz que prescinde de órdenes y sistemas», pronunciaba Cortázar en una de sus cartas, tras abandonar el cuento como escritura cerrada y lanzarse en la búsqueda de una forma diferente de escribir y de leer el texto. Lo que se propuso hacer Cortázar con este intento suyo de desestructurar cualquier orden, anunciaba ya algunos de los cimientos de un proceso estético que va más allá de la organización textual y tiñe la literatura y a la sociedad contemporánea. Su manera de escribir en Rayuela, de representar metafísicamente a sus personajes, de indagar en el desorden como hito, nos llevará a formular su estilo como un precedente de una generación latinoamericana de escritores contemporáneos que juegan visiblemente con los procesos y términos antitéticos para romper con las dicotomías en su proceso de escritura, renovando una estética de vanguardia.
Rayuela, protagonizada por un personaje masculino, Horacio Oliveira, ha destacado por la crítica por la fuerza con la que profundiza en la introspección de su personaje, quien se dibuja con distintas voces y tonalidades, presentándose al lector como un ser rico en facetas psicológicas: Rayuela nos permite situarnos en ese espacio que busca precisamente romper con estas
dicotomías y reconciliarlas.

Remitiendo brevemente a las teorizaciones de Barthes. La reflexión de Barthes sobre lo neutro contiene un matiz filosófico. Su objeto de estudio tiene como pretensión general la ambición de disolver el carácter antinómico y binario del pensamiento occidental. Lo neutro es este estado de placer estético en la escritura. Con esta noción, Barthes ambiciona una especie de deconstrucción del pensamiento antitético de nuestra cultura occidental, interesándose en la desincronización de binarios y de binarismos. Así pues, lo neutro en Barthes designa una intención de traspasar las oposiciones.
A nivel de la significación, no se trataría de buscar el sentido de lo neutro en la palabra, habría que buscarlo en el discurso mismo. Esta categoría nos conduce a renunciar al sentido literal y a llevarnos hasta un nivel de entendimiento más complejo y alejado de nuestra percepción y del pensamiento occidental. Esto produce una apertura de significación, otra lógica que es externa a lo que «es dicho» en el texto o en el habla. No se trata de considerar lo neutro como un tercer término sino como el segundo término de un nuevo paradigma capaz de ir más allá de lo que es comprensible por el pensamiento:
Lo Neutro no es pues el tercer término –el grado cero –de una oposición a la vez semántica y conflictiva; es, en un eslabón distinto de la cadena infinita del lenguaje, el segundo término de un nuevo paradigma, del cual la violencia (el combate, la victoria, el teatro,
la arrogancia) es el término pleno.

Es notablemente hacia el sentido filosófico que se orienta la caracterización de los personajes protagonistas de Rayuela, la Maga y Horacio Oliveira. La Maga no sabe
de delimitaciones. Ella parece mirar a través de otros ojos, de unos anteojos que no necesitan alimentarse con información superflua, como lo sugiere el propio Horacio: «No aprendas datos idiotas —le aconsejaba—. Por qué te vas a poner anteojos si no los necesitas». Cierto, la Maga no posee los conocimientos metafísicos que tienen los otros personajes masculinos, pero es precisamente esto lo que hace que ella pueda ver el mundo desde una óptica que, para Oliveira, con tanto como ha leído y aprendido, le resulta imposible. Y así, podríamos sugerir cómo esta falta del orden epistemológico permitiría a la Maga defenderse de caer en una visión organizada del mundo: «Era insensato querer explicarle algo a la Maga. Fauçonnier tenía razón, para gentes como ella el misterio empezaba precisamente con la explicación...
La Maga y la personificación del fantasma de una duda metafísica.

«Yo quiero acabar con los sistemas y las relojerías para ver de bajar al
laboratorio central y participar, si tengo fuerzas, en la raíz que prescinde de órdenes y sistemas», pronunciaba Cortázar en una de sus cartas, tras abandonar el cuento como escritura cerrada y lanzarse en la búsqueda de una forma diferente de escribir y de leer el texto. Lo que se propuso hacer Cortázar con este intento suyo de desestructurar cualquier orden, anunciaba ya algunos de los cimientos de un proceso estético que va más allá de la organización textual y tiñe la literatura y a la sociedad contemporánea. Su manera de escribir en Rayuela, de representar metafísicamente a sus personajes, de indagar en el desorden como hito, nos llevará a formular su estilo como un precedente de una generación latinoamericana de escritores contemporáneos que juegan visiblemente con los procesos y términos antitéticos para romper con las dicotomías en su proceso de escritura, renovando una estética de vanguardia.
Rayuela, protagonizada por un personaje masculino, Horacio Oliveira, ha destacado por la crítica por la fuerza con la que profundiza en la introspección de su personaje, quien se dibuja con distintas voces y tonalidades, presentándose al lector como un ser rico en facetas psicológicas: Rayuela nos permite situarnos en ese espacio que busca precisamente romper con estas
dicotomías y reconciliarlas.

Remitiendo brevemente a las teorizaciones de Barthes. La reflexión de Barthes sobre lo neutro contiene un matiz filosófico. Su objeto de estudio tiene como pretensión general la ambición de disolver el carácter antinómico y binario del pensamiento occidental. Lo neutro es este estado de placer estético en la escritura. Con esta noción, Barthes ambiciona una especie de deconstrucción del pensamiento antitético de nuestra cultura occidental, interesándose en la desincronización de binarios y de binarismos. Así pues, lo neutro en Barthes designa una intención de traspasar las oposiciones.
A nivel de la significación, no se trataría de buscar el sentido de lo neutro en la palabra, habría que buscarlo en el discurso mismo. Esta categoría nos conduce a renunciar al sentido literal y a llevarnos hasta un nivel de entendimiento más complejo y alejado de nuestra percepción y del pensamiento occidental. Esto produce una apertura de significación, otra lógica que es externa a lo que «es dicho» en el texto o en el habla. No se trata de considerar lo neutro como un tercer término sino como el segundo término de un nuevo paradigma capaz de ir más allá de lo que es comprensible por el pensamiento:
Lo Neutro no es pues el tercer término –el grado cero –de una oposición a la vez semántica y conflictiva; es, en un eslabón distinto de la cadena infinita del lenguaje, el segundo término de un nuevo paradigma, del cual la violencia (el combate, la victoria, el teatro,
la arrogancia) es el término pleno.

Es notablemente hacia el sentido filosófico que se orienta la caracterización de los personajes protagonistas de Rayuela, la Maga y Horacio Oliveira. La Maga no sabe
de delimitaciones. Ella parece mirar a través de otros ojos, de unos anteojos que no necesitan alimentarse con información superflua, como lo sugiere el propio Horacio: «No aprendas datos idiotas —le aconsejaba—. Por qué te vas a poner anteojos si no los necesitas». Cierto, la Maga no posee los conocimientos metafísicos que tienen los otros personajes masculinos, pero es precisamente esto lo que hace que ella pueda ver el mundo desde una óptica que, para Oliveira, con tanto como ha leído y aprendido, le resulta imposible. Y así, podríamos sugerir cómo esta falta del orden epistemológico permitiría a la Maga defenderse de caer en una visión organizada del mundo: «Era insensato querer explicarle algo a la Maga. Fauçonnier tenía razón, para gentes como ella el misterio empezaba precisamente con la explicación...
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Caronte
 12 May 2020
¡Mis queridos seres míticos! Yo de nuevo por aquí. Como lo dije, no estaré el resto del año de forma frecuente,pero jamás los dejaré. Sigo editando el blog, las entradas cuyas imágenes se cayeron, errores de dedo, redacción y sintaxis; ese tipo de cosas. Todo para que ustedes tengan reseñas de calidad y que les gusten. Pero entremos en materia. Como pueden ver, esta reseña es de un libro que, los que me siguen en Instagram, saben que llevaba mucho tiempo en mi estantería. El motivo de la reseña tardía es que, francamente, tenía mucha preocupación por leerlo y que no me fuera a gustar. Es un clásico que todos halagan pero, bueno, hablaré de eso más adelante. Por lo pronto, comencemos de lleno con la reseña.



"No renuncio a nada,

simplemente hago todo lo que puedo

para que las cosas me renuncien a mí."



Julio Cortázar, Rayuela*. Penguin Random House,

Barcelona, 2019, pp. 238.


Debo de iniciar hablándoles, primero que nada, de la edición. Como pudieron ver en la "sinopsis" de esta ocasión, más que hablar del texto, les puse el listado (mismo que aparece en la contraportada) de todas las instituciones que colaboraron dentro de la edición y recopilación de los textos. A muchos les parecerá que quizá lo puse para presumir mi edición, pero lo cierto es que quiero que vean el trabajazo editorial que hizo la RAE para generar esta colección. Porque no sólo se trata de este libro, pero ya hablaré un poco más de las otras ediciones cuando pueda conseguirlas. Retomando Rayuela, he de decir que me gustaron los comentarios al inicio de personalidades tan grandes como Gabriel García Márquez o el mismo Vargas Llosa. Además, si esto les parece poco, también aparecen copias escaneadas del manuscrito de la novela. Como ya dije, para los que me siguen en Instagram, seguro notaron que subí una de las imágenes al respecto. Sólo una pequeña degustación de lo mucho que pueden encontrar dentro de esta edición. Pero, es momento de centrarnos en el texto y no en lo bonito que se ve el libro.


Ya que en la sinopsis de arriba no puse de qué va la historia, es momento que se los diga en un párrafo. Esta es la fábula de Horacio Oliveira, un argentino que se fue a París en búsqueda de algo. Por momentos parece que ni siquiera él está seguro de qué es lo que le falta, pero para eso tiene a un grupo de personas que él conoce como "El Club" y un par de mujeres con las que suele tener relaciones (sexuales y afectivas), una delas cuales se hace llamar la Maga. En realidad, todo se trata de la segunda. Las situaciones a las que Horacio se enfrenta y por las que suele sufrir -en cuanto a amor se refiere- llevan el nombre y apellido de Maga. Desde el problema que significa para él que ella tenga un hijo pequeño y todo lo que tenerlo en su departamento implica; hasta el simple y sencillo hecho de que a veces no esté cerca suyo. Aquí hay una situación extraña y ambigua: Horacio la quiere, le gusta; pero también le fastidia porque se trata de una mujer ignorante en el ámbito escolar. Emocionalmente, a veces la Maga parece mucho más madura que el mismo Horacio, incluso por momentos se nota que ella sabe lo que busca, aunque le cueste llegar a ello, mientas que él no tiene ni una idea de qué es lo que quiere. Esta historia se divide entre dos sitios, como ya mencioné, París, y Argentina.



"La razón sólo nos sirve para disecar

la realidad en calma, o analizar las futuras tormentas,

nunca para resolver una crisis instantánea"



Ibid, pp. 215.


Del personaje tengo unas cuantas cosas qué decir. Sé que a muchos les parecerá extraño Horacio, que creerán que tiene muchas particularidades que lo pueden hacer mejor visto ante tales o cuales personas. Pero lo cierto es que yo lo veo como un personaje basado en Hemingway y sus amigos. Estas personas que buscan la iluminación por medio de la sabiduría, que se pasan las tardes bebiendo, fumando y hablando de filosofía, ejemplificando con libros. También tiene ese lado bohemio de Hemingway, ese no saber cuál es tu lugar en el mundo, de no tener las cosas claras, y aún así sentir que sabe mucho más que los demás. En este caso, Horacio siente que sabe mucho más que la Maga, pero no suele pasar de esa manera, al menos no en lo que a la vida generalizada respecta. Es por esto que quizá en otra época el personaje, además de entendido, era aplaudido; pero en la actualidad parece un poco aburrido y, más que otra cosa, desesperante hasta el punto del fastidio. No digo con esto que sea un mal personaje, sólo que su recepción entre la gente joven no es la mejor que se pudiera tener. Lo peor de la situación es que este efecto suele traspolarse al resto de los personajes, haciendo de la lectura un aspecto a veces tedioso. En su momento, claro, este tipo de personajes y textos eran relevantes porque las Vanguardias acababan de pasar y muchas de sus técnicas las tomó en cuenta Cortázar para crear Rayuela. Sería necesario que volviéramos a esas cuestiones para entender -incluso- la manera en que el autor dispuso los capítulos y el porqué.



"Del no al sí, ¿cuántos quizá?"



Ibid, pp. 481.


Lo realmente relevante del libro -a mi ver- es la forma en que está dispuesto para los lectores (lo que en jerga literaria conocemos como dispositio). En primer lugar, los capítulos están distribuidos de manera que se puedan leer sin orden. Literalmente. Cortázar propone una manera de leerlo por medio de un cuadro numerado con los capítulos a seguir, existen ediciones que te explican lo que encontrarás si lo lees en orden, si lees primero los capítulos pares y luego los nones, con qué te toparás si lo lees de atrás para adelante, y muchas maneras más; y esa es toda la finalidad del libro: que como la rayuela (ese juego infantil de donde la novela obtiene su nombre) el lector pueda brincar de un capítulo al otro o regresar dentro de los mismos. Claro que la maravilla no termina ahí. Los capítulos, al ser independientes, también tienen sus juegos. Los hay que alternan las líneas. La 1-3-5... y así sucesivamente, te cuentan una historia, mientras que las líneas pares, te cuentan otra. Hay capítulos con palabras inventadas (o que lo parecen, pues suele unir morfemas -más jerga literaria- con desinencias particulares que generan nuevos significados mezclando los anteriores), tal como existen capítulos en los que habla con un lenguaje sencillo que todos podemos entender. Además, está este cambio de persona, el pasar de la primera a la tercera, del narrador específico al omnipresente, que le da todavía más complejidad a la lectura porque es necesario identificar quién dice el texto para poder interpretarlo lo mejor posible. Ahora, uno de los motivos por los que creo que Cortázar no tuvo tanto problema para poner los capítulos "desacomodados" es porque muchos de los capítulos tratan de cosas que poco tienen que ver con la trama romántica. A veces parecen una serie de ensayos del autor sobre determinados temas expuestos a través de sus personajes. Hay capítulos en los que habla sobre la función de la literatura dentro de la vida, de las palabras por sí mismas. Incluso habla sobre la existencia de las personas. Así, el único hilo conductor de todos estos temas son sus personajes, mismos que dan voz o debaten tal o cual teoría.


En términos generales, creo que no se trata de una novela para cualquiera. No quiero ser snob, pero dudo que un muchacho de preparatoria -por ejemplo- pueda leerla. El tema de la trama es tan simple por momentos, incluso tan aburrido y trillado, que todo lo que queda de bueno en la novela es su distribución y los juegos que Cortázar. Los que me leen con frecuencia saben que siempre quiero encontrar este punto medio que humanice la lectura y haga de los libros un asunto de todos, pero creo que en esta ocasión se los quedo a deber. La verdad es que se requiere de mucho conocimiento teórico, filosófico, morfológico y sintáctico para encontrarle el gusto a este libro. No digo que no puedan intentar leerlo, pero sí digo que sin todo ese bagaje a sus espaldas, tendrán una mala experiencia al respecto y, lo que es más, pueden llegar a odiarlo. Así que, con toda la tristeza de mi pútrefacción, recomiendo este libro sólo a aquellos que tengan una noción -por básica que sea- sobre teoría literaria, sobre morfología y sintaxis -como mínimo- y sobre algunos idiomas tales como el francés, italiano y latín. Por lo demás, creo que este libro no es para todos, pero no por eso se demerita la genialidad con que fue escrito.


Saludos enormes,


Enlace: https://librodeultratumba.bl..
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_Lau_
 14 November 2018
No es sencillo escribir sobre Rayuela porque éste definitivamente no es un libro común ni para todo el mundo. Por empezar, hay dos formas posibles de lectura: siguiendo la guía del principio del libro que nos hace saltar de atrás para adelante entre los 155 capítulos, o leyendo de corrido (y en versión más breve) del 1 al 56.
Me pareció una genialidad el sistema y un lío bárbaro también. Es muy original e inteligente, y me gustó aún más cuando, mirándolo con más atención, me di cuenta de que ese desorden de la guía no es tan desordenado como creí (pero parece).
Lo leí dos veces seguidas primero de forma ordenada y luego desordenada. La versión más extensa ayuda a comprender algunas cosas, como por ejemplo el por qué este libro está compaginado así. Hay un personaje que me pareció que podría ser el mismo Cortázar participando de su novela: un escritor llamado Morelli que le pide al protagonista que reuna los fragmentos de su libro que están distribuídos en su departamento, y supongo que esa es la razón de que la tabla de direcciones nos haga saltar tanto. Claramente Oliveira y compañía confundieron el orden de los capítulos.

El primer capítulo es maravilloso.
Mi primer pensamiento fue que los ojos se deslizaban sobre el texto como si fuera seda. Nos encontramos junto a Horacio Oliveira recorriendo las calles de París y pensando en La Maga.
Con ella hay una relación de amor-odio que nunca queda clara, aunque en la versión extensa parece un poco más profundizada o explicada. al leer los "capítulos prescindibles" que aparecen a partir del 56 da la sensación de que Oliveira realmente estuviese enamorado de ella. Leyendo la versión breve no parece tan así.

No hay un esquema verdadero en este libro y por eso es dificil hablar de un argumento, además de que cambia de tipo de narrador constantemente. Lo dice Morelli: «Intentar en cambio un texto que no agarre al lector pero que lo vuelva obligadamente cómplice al murmurarle, por debajo del desarrollo convencional, otros rumbos más esotéricos.» y «Provocar, asumir un texto desaliñado, desanudado, incongruente, minuciosamente antinovelístico (aunque no antinovelesco).»
Este libro es un caos organizado. Pero para encontrar lo organizado hay que traspasar el caos, y eso puede costar, especialmente el capítulo 34 donde intercala la lectura de un libro con los pensamientos de Horacio y que produce un efecto similar a un licuado cerebral.

Algunos capítulos son un terrible delirio y mezcla de frases extrañas que contra todo pronóstico tienen sentido y atrapan. le da sentido a lo inconexo.
Otros son diálogos o narraciones normales que mas o menos llevan una historia que nos muestra melancolía, jazz, alcohol y sensualidad. Oliveira, La Maga y los extraños miembros de El Club de la Serpiente son mentes solitarias y perdidas intentando ignorar el paso del tiempo y eligiendo que parte de la realidad contemplar. Hay conversaciones tan intelectuales en un punto como incoherentes pocas frases después. Es terrible lo que Cortázar divaga, se enrosca y se desenrosca para ciertos conceptos, y sin embargo hay algo atractivo y lleno de melancolía que no es sencillo ignorar.
Por momentos incluso tuve la sensación de que simplemente se estaba riendo de los lectores, haciéndonos leer algunos de los recovecos de su mente en la voz de Oliveira. Es interesante y desconcertante por partes iguales. Pasa del delirio inconexo a la poesía tan abruptamente que hay que hacer un sacudón/despeje mental para darse cuenta de que el texto volvió a tener sentido. Es raro el efecto de esos capítulos, ahora comprendo por qué a este libro o lo aman o lo odian.
Tardé sus buenas páginas en darme cuenta de que los momentos más delirantes pertenecían a la mente de Horacio. Cuando uno piensa lo hace de forma caótica y desordenada, y eso es precisamente lo que está escrito, muchas veces sin comas ni ningún otro signo de puntuación. de forma inesperada intercala frases en inglés, francés y pedazos de canciones. Todo es posible en esta contra-novela surrealista.

Tiene algo que hace caer el ánimo y me costó mucho darme cuenta de qué era, pero creo que finalmente lo entendí.
En principio creí que era porque están todos los personajes sumidos en la melancolía, porque ninguno realmente parece saber qué hacer con su vida o porque en el fondo son un grupo de no-adaptados que se juntan para hablar y no hacer mucho más que quejarse y opinar sobre todo pero sin que nadie realmente se mueva. Lo dice en el texto mismo: «Bueno, él era un argentino que llevaba un tiempo en parís, tratando de... Vamos a ver, ¿qué era lo que trataba de?»
Pero finalmente llegué a la conclusión de que Rayuela es como un tango, y que lo que Cortázar buscó transmitir fue la melancolía porteña. Es curioso el efecto, te va volteando de a poco con melancolía, sentimentalismos de macho y una visión considerablemente negativa de todo. Hubo momentos en que tuve que cambiar de libro y leer algo más liviano porque mi ánimo se estaba cayendo de forma considerable.
Además está lleno de argentinismos, cosa que me resultó muy raro al principio. Hay mucho lunfardo y una enorme cantidad de referencias a costumbres nacionales que a un extranjero le pueden resultar un poco desconocidas. Me pregunto cómo será la versión traducida a otros idiomas.

Me gustó haberlo leído en orden primero, es interesante la sensación de infinito que produce releer lo ya leído. No pasa como con otras novelas porque ésta es tan compleja y desestructurada (en sentido de que no hay realmente una linea cronologica demasiado palpable) que es dificil recordar qué había en cada capítulo. Además ahora ya conocía a los personajes y entendí mejor algunas de las cosas que dicen, o que se dice de ellos.

Y así como hay dos formas de leerlo, también hay dos finales. Uno está en el capítulo 55 y es tan extraño como el resto del libro, y el otro... el otro es una especie de broma que una vez más nos juega Cortázar. Noté que en la versión extensa nunca pasamos por el capítulo 55, aunque ese mismo texto está incluído (o casi todo) en otro de los capítulos "prescindibles" y sigue adelante.

Decidirme por una nota fue complicado.
Mi gran conflicto interno se generó por lo siguiente: objetivamente no cabe duda de que Rayuela es un libro excelente. Desde el sistema extraño hasta la forma de escribir es magnífico, tiene pasajes y frases maravillosas (muchas de las cuales me guardé)... pero por alguna razón no me logré conectar realmente ni con la historia ni con los personajes... así que opté por promediar.

Y paf, se acabó.
Enlace: http://libros-fantasia-magic..
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Las críticas de la prensa (1)
jotdown19 July 2022
No es ningún misterio que la publicación de Rayuela en los años sesenta significó un cambio crucial en la narrativa contemporánea.
Leer la crítica en el sitio web: jotdown
Citas y frases (123) Ver más Añadir cita
EmilianoPDEmilianoPD04 June 2023
en un aire donde las últimas ataduras iban cayendo y el placer era espejo de reconciliación, espejo para alondras pero espejo, algo como un sacramento de ser a ser, danza en torno al arca, avance del sueño boca contra boca, a veces sin desligarnos, los sexos unidos y tibios, los brazos como guías vegetales, las manos acariciando
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EmilianoPDEmilianoPD04 June 2023
Era el tiempo delicuescente, algo como chocolate muy fino o pasta de naranja martiniquesa, en que nos emborrachábamos de metáforas y analogías, buscando siempre entrar. Y ese pez era perfectamente Giotto, te acordás, y esos dos jugaban como perros de jade, o un pez era la exacta sombra de una nube violeta… Descubríamos cómo la vida se instala en formas privadas de tercera dimensión, que desaparecen si se ponen de filo o dejan apenas una rayita rosada inmóvil vertical en el agua.
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EmilianoPDEmilianoPD04 June 2023
Entonces mis manos buscan hundirse en tu pelo, acariciar lentamente la profundidad de tu pelo mientras nos besamos como si tuviéramos la boca llena de flores o de peces, de movimientos vivos, de fragancia oscura. Y si nos mordemos el dolor es dulce, y si nos ahogamos en un breve y terrible absorber simultáneo del aliento, esa instantánea muerte es bella. Y hay una sola saliva y un solo sabor a fruta madura, y yo te siento temblar contra mí como una luna en el agua.
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EmilianoPDEmilianoPD04 June 2023
Era una noche rara, mirando a lo alto como le daba siempre por hacer a esa hora, Oliveira veía a Sirio en mitad del agujero negro y especulaba sobre los tres días en que el mundo está abierto, cuando los manes ascienden y hay puente del hombre al agujero en lo alto, puente del hombre al hombre (porque, ¿quién trepa hasta el agujero si no es para querer bajar cambiado y encontrarse otra vez, pero de otra manera, con su raza?
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EmilianoPDEmilianoPD04 June 2023
tampoco entendería nada. Pero sabría muy bien que es otra cosa. Increíble, parecería que cuando él se junta con nosotros hay paredes que se caen, montones de cosas que se van al quinto demonio, y de golpe el cielo se pone fabulosamente hermoso, las estrellas se meten en esa panera, uno podría pelarlas y comérselas, ese pato es propiamente el cisne de Lohengrin, y detrás, detrás…
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En palabras del Nobel de Literatura hispanoperuano, «Cartas a un joven novelista» (Alfaguara) «no es un manual para aprender a escribir, algo que los verdaderos escritores aprenden por sí mismos», sino que se trata de «un ensayo sobre la manera como nacen y se escriben las novelas». Para poner de nuevo en valor la obra y la figura de uno de los mayores exponentes del «boom» latinoamericano, en LENGUA recuperamos ese título para reproducir íntegramente el capítulo dedicado al estilo del novelista, un texto que es en realidad una lección magistral del oficio de escribidor y por el cual transcurren algunos de los nombres que han marcado tanto la literatura latinoamericana del siglo XX como su propia experiencia lectora: Jorge Luis Borges, Gabriel García Márquez, Julio Cortázar, Rubén Darío...
Narrado por Julio García. Fragmento del audiolibro Cartas a un joven novelista de Penguin Audio.Imagen ilustrativa: Getty Images.
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Laura Esquivel
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