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Las malas de Camila Sosa Villada
En esa casa travesti, la dulzura puede hacer todavía que la muerte me amedrente. En esa casa, hasta la muerte puede ser bella.
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Calificación promedio: 5 (sobre 88 calificaciones)
/Julieta riega sus plantas, observa su jardín, camina por la orilla de un río mientras recita tres poemas de autoras argentinas que trabajan la temática Abandono. "Nace mi hermano. Estoy feliz pero no lo quiero en casa", de María Malusardi "La herida íntima" (fragmento), de Mirta Rosenberg "Anduve como loca buscando tu olor por la casa", de Camila Sosa Villada
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Las malas de Camila Sosa Villada
En esa casa travesti, la dulzura puede hacer todavía que la muerte me amedrente. En esa casa, hasta la muerte puede ser bella.
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Las malas de Camila Sosa Villada
Es posible que ahí se geste el llanto de las travestis: en el terror mutuo entre el padre y la travesti cachorra. La herida se abre al mundo y las travestis lloramos.
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Las malas de Camila Sosa Villada
El tumor de nuestro resentimiento. La amargura de nuestra orfandad. El lento homicidio cometido sobre las de nuestra especie, las zorras, las lobas, las pájaras, las brujas. Voy a repetirlo a pesar del pecado literario: y también las ganas de matar. Muy fuertes, provenientes de un lugar desconocido y sin nombre, la madre de nuestra violencia, allá en el fondo de nuestra memoria, todo ese registro olvidado en el proceso de desensibilización al que nos sometíamos día a día para no morir.
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Las malas de Camila Sosa Villada
Para morir se debe preparar la casa, recibir al niño que supimos ser. Saber pedirle perdón por tanta traición cometida, por tanta mentira, por tanta sistemática decepción, por el rumbo perdido, por tanta belleza pasada por alto.
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Las malas de Camila Sosa Villada
Pero los milagros existen. Están a la altura de la mano. Es solo que nos cuesta distinguirlos. Quizá nuestro triunfo haya sido ese, que seamos inocentes de ignorar nuestro milagro.
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Las malas de Camila Sosa Villada
Algo comenzó en esa penumbra. Hablo de mi penumbra ahora, hablo de mí misma. Hablo de la sensación de estar tragando puñados de tierra de la mano de Dios.
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Las malas de Camila Sosa Villada
La desidia de la gente ese día me ofreció una revelación: estaba sola, este cuerpo era mi responsabilidad. Ninguna distracción, ningún amor, ningún argumento, por irrefutable que fuese, podían quitarme la responsabilidad de mi cuerpo. Entonces me olvidé del miedo.
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Las malas de Camila Sosa Villada
Si alguien quisiera hacer una lectura de nuestra patria, de esta patria por la que hemos jurado morir en cada himno cantado en los patios de la escuela, esta patria que se ha llevado vidas de jóvenes en sus guerras, esta patria que ha enterrado gente en campos de concentración, si alguien quisiera hacer un registro exacto de esa mierda, entonces debería ver el cuerpo de La Tía Encarna. Eso somos como país también, el daño sin tregua al cuerpo de las travestis. La huella dejada en determinados cuerpos, de manera injusta, azarosa y evitable, esa huella de odio. |
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Las malas de Camila Sosa Villada
Todo puede ser tan hermoso, todo puede ser tan fértil, tan imprevisible, cuesta creer que sea obra de algún dios. El lenguaje es mío. Es mi derecho, me corresponde una parte de él. Vino a mí, yo no lo busqué, por lo tanto, es mío. Me lo heredó mi madre, lo despilfarró mi padre. Voy a destruirlo, a enfermarlo, a confundirlo, a incomodarlo, voy a desplazarlo y a hacerlo renacer tantas veces como sean necesarias, un renacimiento por cada cosa bien hecha en este mundo.
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¿Qué escritor encontraba en el desorden y la forma más incómoda de escribir la inspiración?