La nieta del señor Linh

El lector cree lo que le cuenten. Y he ahí la magia. Tenemos aquí, gracias al Club de Lectura de la Librería Central, La nieta del Señor Linh (2003), una novela corta del autor francés Philippe Claudel.

En esta fábula se trata el tema del exilio del Señor Linh y de la soledad, en esa pelea por preservar la propia identidad, aquello que nos acompañan cuando nos convertimos en migrantes y dejamos todo, todo atrás. En su periplo únicamente lo acompañan una maleta casi vacía y su nieta Sang Diû, que había perdido a sus padres durante la guerra.

A través de sus páginas se transparenta el alma de los personajes, que han perdido y se agarran a diversos objetos para su supervivencia emocional. Hasta que se encuentran. Y, aunque Bark y el Señor Linh no hablan la misma lengua, pronto una suerte de pragmática se instala entre ellos, que se reconfortan, se emocionan y comparten risas, haciendo que las palabras estén de más.

Un libro sobre la amistad. Sobre la ternura. Escrito con una delicadeza que merece la pena acariciar.
Enlace: https://www.instagram.com/mi..

Que libro tan cortito y a la vez tan grande en cuanto a la historia y los temas que de pasada van apareciendo: el desarraigo, la sensación de soledad que, compartida, no lo es tanto, la memoria de nuestra historia y nuestra vida. Es un libro que se lee de una sentada pero que deja poso por días....

Este es uno de los libros más bonitos y conmovedores que he leído nunca.

El señor Linh huye de una guerra que le ha robado todo excepto a su nieta, no sabe a dónde va ni a qué lugar llega, sólo sabe que tiene que proteger y cuidar a ese bebé que le necesita, que se calma cuando él le tararea la nana que han cantado por generaciones en su familia... ella es su única razón de existir y sobrevivir.

Philippe Claudel, que es uno de mis escritores favoritos, describe a la perfección, y en un relato muy cortito, la soledad y sus diferentes caras, la nostalgia, reflexiona sobre la guerra, la pérdida, el desarraigo, la lucha por mantener la identidad, pero también nos habla de la amistad, la resiliencia y la superación.

De verdad, leedlo. No vais a tardar ni dos días y os aseguro que no vais a poder olvidar al señor Linh y su historia.

Enternecedora. La historia que vengo a recomendaros es de las más tiernas que recuerdo haber leído.

Nos narra los distintos sentimientos por los que atraviesa el señor Linh tras desembarcar en un país que no es el suyo, huyendo de una terrible guerra que ha acabado con toda su familia, excepto su pequeña nieta que le acompaña en sus brazos, ayudándole a enfrentarse a esta nueva vida.

Muestra perfectamente lo difícil que es arrancar tu vida en un nuevo lugar, sobre todo siendo tan mayor como lo es el señor Linh, la soledad que sientes y la dificultad que supone aprender y entender un nuevo idioma. Todo eso hace aflorar una serie de sentimientos que el lector comprenderá al instante y hará que empatice desde el primer momento con nuestro protagonista.

En la historia, el señor Linh conoce de una manera casual al señor Bark y es increíble cómo pueden dos personas unirse tanto sin entenderse mutuamente. Toda esta parte de la historia me conmovió profundamente y muestra de maravilla el poder de la amistad.

Los personajes son maravillosos y son de los que se quedarán contigo por mucho tiempo que pase, gracias a sus pensamientos y sus reflexiones en cada párrafo de esta obra.

La historia es una fábula del exilio y de la soledad. Es una historia preciosa y, aunque el final es un tanto extraño y no me ha convencido mucho cómo ocurren los acontecimientos, merece mucho la pena que conozcáis al señor Linh.

"De repente, el Señor Linh levanta la mano y con el dedo señala el mar, la lejanía, el horizonte azul y blanco, y luego pronuncia en voz alta el nombre de su país"

"No es posible volver a lo que se ha perdido"

"...puede que la vida sea también esto. de vez en cuando un milagro, oro y risas, y de nuevo la esperanza cuando crees que a tu alrededor todo es destrucción y silencio."

Creo que es la primera vez que lloro tanto leyendo un libro. Llorar de emoción, de tristeza, de cariño a ese hombre mayor, que lo ha perdido todo, que necesita seguir fuerte no por él, él ya no importa, sino por su nieta. No es que sea una historia triste o amarga, es sencillamente de las que te tocan el alma, que te hacen pensar, te hacen reflexionar.

Con el desenlace me partí en dos, sin más, me derrumbé. Conocer toda la historia, tanto del Señor Linh como del Señor Bank, lo que ambos han pasado, y ese desenlace...es simplemente arrollador. Aún escribiendo esto, tras un rato largo de haber acabado el libro, me vienen lágrimas a los ojos con esta historia. No sólo lo volveré a leer, sino que desde ahora se convierte en uno de mis libros de referencia, uno de mis imprescindibles que se va a venir conmigo al fin del mundo.

El señor Linh deja su pais natal atras debido a la guerra, llevando consigo nada mas que un saquito de tierra, una fotografía y a su nieta.

Llega a un país desconocido para él, un pais que no tiene ni olor, y todo le resulta muy extraño, pero en el que si va a encontrar un amigo con el que conecta a traves del amor puro ya que ninguno habla el idioma del otro.

Un libro que me ha sorprendido para bien. Donde se refleja amor, coraje y supervivencia.

He empezado el año con un libro muy corto pero muy intenso. Una historia muy bonita con mucho transfondo,es un libro para disfrutar,para parar poco a poco y pensar en el mensaje que va transmitiendo. Conoceremos a señor Linh que huye de una guerra que ha acabado su familia,huyendo solo con poca cosa en su maleta en una mano y en la otra abrazando a su nieta Sang Diu que solo tiene unos pocos meses. Llegan a un ciudad diferente,sin hablar el idioma,perdidos en esa inmensa ciudad. Los instalan en un piso de acogida,donde el mismo se refugia en un pequeño colchon abrazando a su nieta. Lo único que lo mantiene en pie es su nieta,esa bebe que le hace la vida mas fácil. Conocerá al señor Bark y sera un bálsamo para su tristeza. No hablan el mismo idioma pero da igual,porque esta historia te demuestra que no hay limites para la amistad,que solo con una mano en el hombro,ese cariño que se transmite es lo que te hace apreciar a la otra persona. Una historia muy emotiva,donde alguna lágrima a caído.

“Abandonar el barco es como abandonar definitivamente lo que todavía lo une a su tierra” ~ La nieta del señor Linh de Philippe Claudel.

El señor Linh huye de la guerra que asola su país, donde vivía en un pueblo y era campesino. Allí asesinaron a su hijo y a su nuera así que se lleva a su nieta de seis semanas, la pequeña Sang Diu, siempre pegada a su pecho. No sabemos de qué país sale — uno cargado de aromas y colores— ni cuál le aloja —un país sin olor pero con ajetreo— pero sí sabemos que la travesía en barco son seis semanas y que en su nueva condición de refugiado, el señor Linh se siente solo y perdido. Mirar el mar es ver el único nexo de unión que le queda con su antigua vida.

Un día conoce a un hombre sentado en un banco del parque. No entiende su idioma ni el desconocido el suyo pero entre ambos se forja un lazo especial de amistad, respeto y de compañía que ayuda al señor Linh a abrigar esperanza en el futuro. Son esos encuentros los que animan el día a día de Linh.

Poco más puedo contar de esta breve y magnífica historia. Me ha sorprendido por su sencillez y como, de manera clara y directa, el autor ha sabido plasmar los sentimientos de Linh y contagiarlos en la lectura. La frase con la que he querido encabezar esta entrada es un claro ejemplo de lo que quiero decir.

La historia del señor Linh empieza cuanto tiene que abandonar su país con su nieta en un barco, donde no sabemos ni la procedencia ni el destino, por las descripciones puede ser un país como Vietnam. Cuando llegan a su destino, le trasladan a un piso de refugiados con dos familias. Durante la trama vemos como el señor Linh cuida de su nieta y cómo la protege, todo lo hace por ella.
Durante un paseo conoce al enorme señor Bark y en seguida se desarrollará entre ellos una amistad verdadera y que provoca mucha ternura aunque no se entiendan. Con este libro, Claudel nos muestra la importancia de los pequeños gestos, de la educación o el respeto a los mayores.
Es un libro muy breve que se lee muy rápido pero que se disfruta mucho con las descripciones del autor. Es una narración que nos habla de la soledad, de la amistad verdadera, los pequeños gestos, el respeto, la pérdida trágica, la familia.

Una historia, muy dura y triste, en la que se narra la supervivencia de un señor y su nieta, que llegan a un país desconocido, no conocen la lengua, ni la cultura, ni las costumbres, su pueblo ha sido destrozado tras la guerra y el ha tenido que escapar con lo único que le ha quedado, su nieta, ya que los demás familiares mueren en esta.

El señor Linh, viaja con su nieta y con una maleta, en la que únicamente guarda una fotografía antigua y un saquito de tierra, de su tierra, cuando llega al país con otros cuantos refugiados se siente un extraño con la única meta de cuidar a su nieta pase lo que pase. Pero un día conocerá a un hombre, el señor Bark, con el que mantendrá contacto todos y cada uno de los días aunque ni siquiera se entiedan ya que hablan idiomas diferentes.

Es una historia que se narra en presente, en la que puedes leer la soledad, la tristeza que se desarrolla a través del libro, una historia muy emotiva desde el principio, donde se muestra una dura realidad como es la soledad y una historia de amistad, preciosa, entre dos personas que ni siquiera pueden entenderse.

Una novela con muy pocos personajes pero para mi gusto muy bien estructurados, fácil de seguir ya que el lenguaje es muy ágil y muy sencillo, con escasas descripciones que hace que el libro se lea muy rapido.

Quizá me esperaba otro final, tal y como se iba planteando la historia, pero me ha gustado mucho y la recomiendo mucho mucho.