Ella no deseaba morir. Le resultaba una idea inimaginable. La muerte era para los demás. |
Ella no deseaba morir. Le resultaba una idea inimaginable. La muerte era para los demás. |
Todos habían cenado bien. Estaban satisfechos de si mismos y de la vida. Las manecillas del reloj señalaban las nueve y veinte. Reinaba un silencio confortable y profundo. En medio de aquel silencio llegó la Voz. Sin previo aviso, inhumana, penetrante... |
seis personas que se comportaban normalmente en el desayuno
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De ahora en adelante el deber nos ordena sospechar los unos de los otros.
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De ahora en adelante el deber nos ordena sospechar los unos de los otros.
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Blancos o negros, todos los hombres son hermanos.
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A su pesar los invitados se fueron a sus habitaciones. Si hubiesen estado en una vieja casona con las escaleras y los suelos cimbreantes, con rincones llenos de sombras por todas partes y paredes artesonadas y oscuras, hubiesen podido sentir siniestros temores, pero no se encontraban en tal caso. En esta vivienda ultramoderna, exenta de oscuros rincones, con luz eléctrica derramada a chorros, todo era nuevo, brillante, resplandeciente, nada podía esconderse de malo, faltaba por completo el ambiente de los viejos caserones atormentados. Y, sin embargo, inspiraba a los reunidos un temor inexplicable. Se desearon las buenas noches y entraron en sus respectivos dormitorios. Casi inconscientemente todos echaron la llave a su puerta. |
¿Cuántas novelas policíacas publicó Agatha Christie?