Si hubiera sido una vivienda antigua, con tablas que crujen, sombras oscuras y paredes adornadas con sombríos tapices, podría haberse sentido una sensación misteriosa. Pero la casa era la esencia de la modernidad. No había nada oculto, nada escondido. Nada que pudiera enrarecer el ambiente. Sin embargo, eso era lo que más asustaba a todos…
|