En los zapatos de Valeria

Valeria está cansada. Cansada de que su marido no quiera acostarse con ella. Cansada de que su segunda novela no avance. Cansada de mirarse cada día al espejo y verse, pero no ser capaz de reconocer a esa chica que le devuelve la mirada. Cansada de todo. Por si esto fuera poco, Adrián – su marido – pasa más tiempo en el estudio de fotografía que en casa y, cuando aparece, es como si realmente no estuviera. Ahora bien, nuestra protagonista tiene un pequeño as en la manga. Sus amigas. Sus tres maravillosas amigas. La descocada Lola, la recatada Nerea y la impulsiva Carmen. Tres mujeres maravillosas que harán que los días de Valeria sean mucho más… divertidos.


Tenía mis dudas. Veréis, el primer libro que leí de la autora no fue precisamente de sus primeras publicaciones. Comprenderéis, entonces, que tuviera algo de miedo. Miedo de que me decepcionara. Miedo de que no fuera lo suficiente. Qué tonta he sido, ¿verdad? Elísabet Benavent es, a mi juicio, una señora de lo más divertida escribiendo. Sí, divertida. Con esto no quiero decir que sus libros sean de humor, sino que cuentan con una base de lo más pintoresca. Prueba de ello es el maravilloso elenco de personajes que nos presenta.


Si bien Valeria está abocada al desastre, Lola no está para tirar cohetes. A fin de cuentas, ¿qué hay de bueno en estar enamorada de un tío que tiene novia y que, para colmo, la trata como a poco más que un polvo fácil? Pero esperad, que hay más. Nerea la fría, Nerea la recatada… la chica que envía correros electrónicos excesivamente impersonales para decir que no acudirá a una fiesta, que no podrá ir a tomar una copa… la chica que se enamora de un hombre, digamos, especial. ¡Un último apunte! Carmen. Ay, Carmen. Lo que me he llegado a reír con las cosas que le pasan a esta chica, y es que nuestra pequeña publicista está enamorada de un compañero de trabajo, trabajo que dirige un jefe de trato imposible, un hombre cuyo único objetivo es amargarle la existencia.


¿Aún no os he convencido? Bueno, entonces seguiré esforzándome. Veréis, En los zapatos de Valeria es una novela divertida, uno de estos libros que arrancan alguna que otra sonrisilla, muchas carcajadas y más de un resoplido. Porque sí, amigas y amigos, Valeria tiene la paciencia de una santa. Paciencia que empieza a desmoronarse el día en que se entera que Álex, la personita que ayuda a su marido en el trabajo no es Alejandro, sino Alejandra. Una chica guapa, divertida y… joven.


Debo decir que me han maravillado muchas cosas del libro, pero, ante todo, he disfrutado de ir descubriendo las cosas poquito a poco. El hecho de que Elísabet Benavent nos vaya dando la información sin prisas, me ha parecido enternecedor. Digo esto porque, siendo objetiva, estaba cantado que Valeria conocería a alguien, ¿sí? Pues bien, debo deciros que si esperáis que eso pase en las primeras veinte páginas, este no es vuestro libro.


Vamos a ponernos en antecedentes. Valeria les cuenta a sus amigas que Álex es una chica muy guapa. Una chica que parece entender a su marido mejor que ella. Así que Lola, que está harta de ver cómo su mejor amiga se mina a sí misma la moral, decide sacarla de fiesta con unos amigos. Lo que nuestra protagonista no sabe – y todas nosotras, todos nosotros, intuimos – es que ese día será el punto de inflexión, el momento en que nuestra escritora por fin se dé cuenta de que su vida no está estancada.



Y ahora, bienvenidas y bienvenidos a la Zona Spoiler



Me ha gustado. Me ha gustado mucho. Ver cómo Valeria, poco a poco, se da cuenta de que su relación con Adrián está muerta. Ojo, ella le quiere mucho. Mucho más de lo que él la quiere a ella, si queréis mi opinión, porque el hombre rechaza a su mujer una y otra vez. Ya que hablamos del tema, debo decir que incluso yo me ponía nerviosa. Ver a Valeria sentirse inferior, humillándose una y otra vez… me pareció horrible. No digo que Adrián le hable mal – aunque sí hay un par de comentarios que me pusieron especialmente enferma –, sino que la trata con condescendencia, alegando una y otra vez que “está cansado”. ¿Tanto pedir era un poco de tiempo para su mujer? ¡Por Dios, ni que le estuviera pidiendo la luna!


Supongo que es un buen momento de hablar de Víctor. No esperaba gran cosa de él, la verdad. Él, tan encantador, tan simpático… tan de todo; y, pese a todo, es un amor. Un amor que la acaba cagando, por supuesto. Imaginaos que el hombre es consecuente y sale todo un poco mejor. En fin. Dejando ese tema de lado, os diré que me encantaron esos pequeños tira y afloja que manejan a lo largo de toda la novela. La forma en que ambos se acercan, sabiéndose entendidos por el contrario; pero se alejan por miedo a convertir sus tonteos en algo serio, algo de lo que tener que arrepentirse.


Mención especial a Lola y Carmen. Empezando por la segunda, os diré que me encanta su arrojo. La mala leche que se gasta me ha arrancando montones de carcajadas. La forma cómo tortura a Daniel, su jefe, usando la información que le da Nerea de él; el modo cómo intenta superar que Borja parezca no quererla, para luego darse cuenta de que ambos están gestionando de forma errónea la situación. Sobre Lola… qué deciros. Tenía miedo de que la liara, de que aceptara las disculpas de Sergio. Casi lloro de alegría cuando le dio una patada. ¡¡Bien merecida se la tenía, el muy desgraciado!! Ojo, me imagino que en las siguientes novelas volverá y… la liará. Así de sencillo. Pero, hasta entonces, estaré agradecida de que Lola haya hecho lo correcto.


Entrando en temas más serios, os diré que Adrián y Valeria no acaban bien. Algo evidente, porque la situación no se sostenía ni con pinzas. ¿Cómo es posible que sigan juntos, si ni siquiera quieren estar en la misma habitación? Pero eso no es lo peor, por supuesto. Valeria dejó su trabajo para dedicarse a tiempo completo a escribir. Hasta aquí bien, ¿sí? Adivinad entonces qué tiene que decir su señor marido de esto. Mejor os lo digo yo. La tacha de vaga, de persona “eternamente de vacaciones” y, básicamente, de futura mantenida. Una joya, ¿eh? ¡Eso es apoyo, sí señor! Qué vergüenza.


Hay un mensaje que me ha parecido realmente bonito, incluso inspirador. El modo en que Valeria recupera las ganas de escribir, la forma cómo no puede dejar de teclear, contando lo que de verdad quiere contar. Escribir por el placer de hacerlo, porque la historia le quema, porque necesita expresarla. Hablar así de la pasión por la escritura es… precioso. Precioso, porque hace que nos enamoremos un poco más de la literatura. Chapó.


El final es… difícil. Digo difícil porque, sinceramente, no me esperaba la reacción de Víctor. No digo que haya sido injusto, pero sí algo decepcionante. Me explico. Víctor decía “querer estar con ella” y “dejarle espacio si lo necesitaba”. Palabras bonitas. Palabras fáciles. Palabras que caen por su propio peso a la hora de la verdad. No diré nada más.

Cómo resumir al máximo la novela: un ‘Sexo en Nueva York' patrio.

Nos encontramos con Valeria, el personaje central y vértice de las subtramas que encontramos que protagonizan sus tres grandes amigas.

Todo se gesta despacio, descubriendo al detalle lo que va ocurriendo en la vida de las cuatro mujeres y sus relaciones con el sexo contrario. En el caso de Valeria, no empezamos a leer quién se convierte en su interés prohibido hasta pasada la mitad del libro, pero eso no significa que todo transcurra de un modo apresurado y abrupto para dar paso al desenlace.

Los personajes están bien construidos y son bastante verosímiles. Sin embargo, Sergio está lleno de clichés: hombre atractivo, bien posicionado que va de flor en flor hasta que cambiar después de enamorarse perdidamente de una mujer.

A pesar de que todo lo que envuelve a la relación de Valeria y Sergio me resulta muy estereotipado, su autora sabe darle un giro de tuerca para no caer en tópicos.

Elegí leer este libro porque lo tenía tiempo en mi lista de pendientes y encima había oído que iban a sacar una serie basada en él. ¡Y es que sale la semana que viene! Así que tenía que ponerme las pilas si quería verla sin hacerme spoiler del libro.

¿Es lo que me esperaba del libro? No del todo. No me malinterpretéis. Sería el cuarto libro que leo de Elísabet Benavent, es una autora que me gusta mucho como escribe. Me imaginaba que sería un poco como su trilogía Mi elección y más después de verlo siempre en la misma mesa en la sección de libros. Pero no es que me decepcione. Para nada, y más sabiendo que es el primer libro que publicó, por lo que con los otros se nota la evolución en su escritura. Aunque ha sido buscando información para rellenar arriba cuando me he enterado de ese dado. Es que siempre que voy a leer un libro me imagino qué va a pasar y luego pasa lo contrario. Y más si no he leído la sinopsis y me guío solo por los primeros capítulos.

He tardado nada y menos en devorarlo, ya el primer día había leído el 26% del mismo y dedicándo el mismo tiempo que le dedico a otras lecturas; pero es que me resulta tan amena la pluma de la autora. Es fácil seguirla y adentrarte en la historia. Me ha tenido en vilo todo el tiempo. de acabar de leerlo y tener que ir corriendo a contar lo que sentía, sobre todo en ciertos momentos algo frustrantes. Este libro me ha hecho sentir de todo. Me he reído, me he cabreado, he estado en tensión.

Me ha gustado mucho la forma en que está narrada la historia, siendo Valeria quien cuenta tanto su parte como la de sus amigas, teniendo de por medio sus comentarios con los que no he podido evitar reírme.

En la historia podemos ver relaciones sentimentales totalmente dispares, al igual que lo son las cuatro amigas entre sí. Te pueden gustar más o menos, pero es que en la vida real pasa lo mismo, o si no es lo mismo se le podría acercar bastante. Analizando el grupo de amigas puedo decir también que he empatizado con ellas, en algunas podía ver hasta reflejada a alguna de mis amigas; tengo que decir que me han caído bastante bien.

En cuanto a Adrián, creo que en alguna ocasión le hubiera dado alguna torta, no le he cogido cariño ni nada. Y en cuanto a Víctor, sí que tiene el cielo ganado, me he reído con sus momentos con Valeria. Aunque creo que todavía queda mucho por descubrir.

Con respecto a ciertas cosas que pasan en la historia tengo que decir que hay cosas que no me han gustado del todo como se han desarrollado, pero no es porque esté mal narrado ni nada de eso; si no porque imaginándome en esas situaciones muy probablemente yo lo hubiera abordado de otra manera o eso creo. 

Como valoración global, me ha gustado bastante el libro. Este es solo el comienzo de la historia y todavía queda mucho por averiguar y vivir. Os lo recomiendo totalmente, porque para mí un libro que te hace sentir algo merece la pena, sobre todo si he disfrutado la lectura (si no fuera por mis responsabilidades... me hubiera durado dos días). Así que si decidís leerlo espero que os guste. ¡Hasta la próxima!

Valeria es una mujer de 28 años enamorada de la vida. Lleva seis años casada Adrián, el amor de su vida. Tiene tres amigas, a cada cual más peculiar, con las que pasa unos ratos buenísimos entre copas, risas y cotilleos. Ha dejado el trabajo para dedicarse a su gran pasión, la escritura, y su primera novela, Oda, ha tenido un gran éxito. Pero algo ha cambiado en los últimos meses. Adrián pasa mucho más tiempo con su cámara de fotos que con ella es fotógrafo y la inspiración que le llevó a escribir Oda le ha abandonado por completo. ¿Qué ha pasado? Su vida perfecta ha dejado de serlo. Lo único que le consuela son Lola, Carmen y Nerea, sus mejores amigas con las que queda muy a menudo para ponerse al día y hacer una especie de terapia de grupo bastante fuera de lo común que le ayuda a tener una visión más positiva de la realidad.
Sin embargo, ni con esas consigue saber que ha ocurrido en su matrimonio. Adrián prácticamente no le habla, no le abraza, no le besa, no le hace el amor... Valeria no entiende qué es lo que ha podido ocurrir. Solo sabe que su marido pasa casi todo el día en el estudio con su ayudante Álex, revelando fotografías a la antigua usanza.
Pero Lola, la mejor amiga de Valeria, no va a consentir que su amiga se pegue las 24 horas del día delante del ordenador escribiendo y borrando párrafos sin sentido. Así que organiza una noche de fiesta con tres amigos suyos; Juan, Carlos y... Víctor. Éste último es un chico moreno, alto y con unos ojazos verdes impresionantes. Tal y como dice la protagonista, Víctor es un pecado con patas.
Paralelo a esto podemos conocer las vidas de Lola, Carmen y Nerea, con las que no hay tiempo para aburrirse.

La historia está narrada en primera persona y pasado. Valeria es la que nos va contando lo que le sucede en su vida, intercalando capítulos con las vivencias de sus tres amigas. Hasta ahora no había leído nada de Elísabet Benavent y su pluma me ha gustado mucho. Es sencilla y directa. Sabe como conectar con el lector y mantenerlo pegado a las páginas todo el tiempo.

Debo decir que las primeras 150 páginas de la novela se me hicieron un poco lentas e introductorias. al principio conocemos a los personajes y en que momento de su vida se encuentran. No puedo decir que me aburriera, porque no me aburrí, pero sí es cierto que no sentía la necesidad de coger el libro y no soltarlo, tal y como me ha ocurrido con otras novelas. Pero a partir de la aparición de Víctor, la historia coge un ritmo totalmente diferente, enganchando al lector y obligándole a seguir leyendo para saber más y más.

Valeria, por suerte, ha sido un personaje que me ha gustado. Es romántica, amiga de sus amigas, y una chica que persigue sus sueños. Tiene miedos e inseguridades, cosa que me ha encantado, ya que últimamente solo leo novelas con personajes femeninos que carecen de las dos cosas. No todas las protagonistas tienen que saber aceptar sus complejos y vivir sin inseguridades, en la vida real las cosas no son así. Ya por eso Valeria ganó muchos puntos. Otra punto a favor es su facilidad para responder a los tira y afloja que tiene con Víctor. Aunque a veces le pille desprevenida, otras muchas contesta de forma divertida e ingeniosa.
Lola por su parte es una burra. Así, sin más. Tiene una forma de hablar bastante peculiar. No se calla nada. Y nada es nada. No tiene filtro mente-boca. Pero no en el mal sentido. Puede hablar de cualquier tema sin tapujos, especialmente del sexo, su favorito. Aparentemente es una chica fuerte, que no sabe lo que es sufrir por amor, que solo quiere divertirse. Pero la realidad es muy diferente. Y es que ya se dice, los sentimientos no se pueden controlar por mucho que uno se empeñe... Y más si es traductora en una editorial (de la que se escaquea en cuanto puede) y tiene con su jefe una relación un poco más allá de lo profesional.
Carmen podríamos decir que es un poco la pesimista del grupo, muy a su pesar. Tiene una relación amor-odio con su jefe, pero sin el amor y con el doble de odio. No se soportan. Los dos hacen lo imposible por putear al otro con el fin de salir vencedores de su interminable pelea. Ella no sabe cuando empezó todo, pero tiene muy claro que no va a dejar el trabajo de sus sueños por su culpa. Por otro lado está Borja, un compañero de su oficina que le gusta, aunque él parece no tener ojos para ella más allá de una simple y bonita amistad.
Y por último tenemos a Nerea. Ella es la responsable y sensata que aporta al grupo los modales que hacen falta. Es de buena familia. No tiene fama de salir con muchos chicos precisamente. Sus tres amigas bromean con su asexualidad, hasta que ésta les presenta a Daniel, un chico con el que empieza a tener algo más serio que un rollete, y que puede que traiga algún que otro problema al grupo.

En cuanto a Víctor, Adrián y los demás personajes, prefiero que los conozcáis y juzguéis por vuestra cuenta.

El final, para ser el cierre del primer tomo de una saga, está bastante bien porque deja varios cabos sueltos, uno por cada una de las cuatro historias paralelas. Si os soy sincera el desenlace que menos me convence es el de Valeria. No entendí la actitud de uno de los personajes y me descolocó un poco. Espero que se solucione de buena manera en Valeria en el espejo, la segunda parte.
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La novela cuenta la vida de Valeria, una joven de veintisiete años, escritora, casada y sin hijos. Tiene tres amigas intímas: Carmen, Lola y Nerea, las cuales son muy diferentes las unas de las otras. Valeria, a pesar de su juventud lleva ya casada con Adrián, su primer amor, unos cuantos años. Valeria ha escrito su primer libro que ha tenido un éxito considerable, sin embargo, para el segundo está bloqueada, nada de lo que escribe le gusta. Además, ha dejado su anterior trabajo para dedicarse exclusivamente a escribir. Con todo esto, Valeria ha llegado un momento en el que no le va bien con su marido entrando en un bucle rutinario, pues más que un matrimonio paracen amigos que comparten piso, también, le da lo mismo su aspecto, sale a la calle con cualquier cosa, ha dejado a un lado los zapatos de tacón que tanto le gustan y no se dedica tiempo a ella misma. Lo único que no ha cambiado en la vida de Valeria es la relación con sus tres amigas. Una relación de confianza, cómplice y de una gran y sincera amistad. ¿Qué le esperará a Valeria en su vida?
La novela se centra en la vida de la protagonista, Valeria, que es la que tiene más peso en la trama, pero también son importante otros personajes, creándose un relación muy especial entre todos, lo cual es interesante.
Los personajes son los que se pueden esperar en este tipo de novelas:
Valeria, la protagonista. Llega casi a la treintena, es escritora a tiempo completo, pues dejó su anterior trabajo en un impulso, debido a que el primer libro que ha escrito ha tenido éxito. Ya tiene apalabrada su segunda novela, sin embargo, lo le convence ni la historia, ni lo que está escribiendo. Todo le parece una basura. Está casada con Adrián, un fotógrafo de éxito, el cual realiza trabajos para imporntantes publicaciones y hace exposiciones en importantes galerías de arte, es por esto que, según él, siempre llega cansado a casa y se va derecho a dormir. La pasión entre ambos está prácticamente apagada. Con todo esto a su alredor, Valeria ha perdido la autoestima y no es la persona que era.
Carmen, es una de sus mejores amigas. Tiene problemas en su trabajo debido a su insoportable jefe, Daniel, el cual le hace la vida imposible. Carmen, está enamorada de su compañero Borja, pero parece que esta relación no avanza y simplemente se queda en un buena amistad.
Nerea, otra amiga de Valeria. Es como ella dice "la pija", es elegante, con clase, muy perfeccionista, guapa, pues todos los hombres se giran cuando ella pasa, pero es fría y distante, es por esto, que si ella decide salir con algún hombre, sus amigas piensan que roza la perfección.
Lola, otra de las tres amigas de Valeria. Es traductora en una editorial, pues habla varios idiomas. Es una persona sin complejos, muy desinibida en el sexo. Está tonteando con su jefe, Sergio, el cual es un poco como ella, sin embargo, éste tiene pareja, cosa que a Lola no le sienta muy bien.
Victor, es el "él" en este libro, trabaja de arquitecto en la empresa de su padre. Valeria conoce a Victor porque los presenta Lola una de las veces que sale con ella. Automáticamente los dos se atraen mutuamente, pero Valeria es una mujer casada y quiere a su marido ¿qué es lo que está pasando?
Es la propia Valeria quien nos cuenta lo que va aconteciendo en su vida en primera persona, como si fuera una especie de diario. También sabemos por su boca y pensamientos lo que le ocurre a sus amigas, aunque ella no haya estado, pues es de suponer que ellas se cuentan todo con todo detalle.
Aquí está uno de bastantes ejemplos del poder de difusión que tienen las redes sociales, pues la Elísabet lo autopublicó en Amazon y en pocos meses se convirtió en un fenómeno virtual del que todas las plataformas literarias hablaban, hasta que ha llegado a convertirse en fenómeno editorial publicado por Suma de Letras.
Es un libro del llamado género "chick lit", el cual se encuadra dentro del género de la novela romántica, escrito y dirigido para mujeres, con un carácter fresco y afrontando sin tapujos ciertos temas tabú. No es que sea muy original, pero desde el principio engancha, además, nos recuerda un poco a la serie "Sexo en Nueva York".
Es una novela de lenguaje sencillo, actual y descarado, con alguna palabra mal sonante desperdigada, algunas incluso hasta ingeniosas, con lo que me he reído bastante, no sólo por los "palabros", sino también por las situaciones y los divertidos diálogos jocosos entre amigas, que hacen más ligera su lectura.
A pesar de esto, la escritora cuida los detalles, pues a las situaciones divertidas se le suman toques eróticos en puntos concretos de la novela, habla sin tapujos, pero no resulta ni empalagosa ni grosera, sino más bien elegante.
Es un libro fresco y divertido, muy ligero a la hora de leer, pues aunque supera las 450 páginas, se lee en un suspiro. Amistad, amor, humor, sexo... y personajes con los que se conecta automáticamente. Si quereís desconectar de lecturas más pesadas o leer algo ligero en vacaciones es la lectura ideal.
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