El último día de la vida anterior

Mientras una mujer realiza unas rutinarias labores de limpieza y mantenimiento de una de una de las casas que tiene encargadas para su venta, un suceso cambiará su percepción de la existencia y hará que se replanteé muchas cuestiones relacionadas con su propia vida.

La súbita aparición de un niño de siete años, en una extraña casa grande con un estilo con muchas pretensiones pero más apropiado para otra época, despertarán en ella una serie de sorprendentes reacciones. Desde la sorpresa inicial al estupor, de la inquietud y el miedo a un deseo inquebrantable de acudir al lugar y descubrir el misterio que allí se esconde.

Hay una insólita y extraordinaria atracción hacia esa vivienda y su pequeño ocupante, que por primera vez hará que tome la decisión de saltarse las normas y realizar un duplicado de las llaves y cancelar varias de las citas asignadas a personas interesadas en su compra. Ella, que llevaba la palabra honestidad como si fuera un estigma, una marca de nacimiento a la cual su jefe y compañeros hacían referencia con cierta sorna.

Reconozco la pericia de Andrés Barba para conducir la obra hábilmente en su desarrollo, con una prosa cuidada y precisa, que nos sumerge en la trama y que nos mantiene expectantes y deseosos de continuar leyendo hasta llegar a la resolución del enigma.

En una primera parte, más extensa y desarrollada, se nos presenta a la confundida agente inmobiliaria y los hechos relacionados con el niño y la casa. En la parte final y decisiva se relata el desenlace del libro y todo lo que concierne al pequeño y su misterio.

Se agradece que el autor ofrezca respuestas a las preguntas que nos atañen respecto a los extraños hechos presentados, aunque a mí personalmente no me han acabado de cuadrar 🤔, pero este tipo de valoración personal es subjetiva y consciente de la dificultad que entraña cerrar un caso de tantas incógnitas por resolver.

No es un género que acostumbre a leer, pero considero que es recomendable para personas interesadas en relatos con unas buenas dosis de intriga y suspense con un toque de fenómenos extraordinarios, y hasta ahí puedo contar 🙂😉

Muy en la línea del resto de libros de Andrés Barba, esta novela es turbia y extraña. Si bien no es una lectura desagradable, te atrapa de una manera un tanto perturbadora, es como si te envolviera y no te dejara escapar. Ese efecto hace que no puedas dejarla, por lo que termina siendo muy fluida y rápida. Además, es una novela breve, lo cual hace que esa sensación efímera perdure durante toda la lectura.

Hay pocos personajes en esta historia, pero los que más nos interesan son la protagonista, una mujer que se dedica a vender casas para una inmobiliaria, y el niño que aparece en una de esas casas. La mujer tiene una vida que a simple vista parece completa, pero que hace aguas por algunos puntos. El niño, una especie de aparición, es como cualquier otro, destila inocencia y cautela a partes iguales.

No hay una ambientación como tal, todo transcurre en una ciudad que tiene una sierra cerca, pero no se dan más datos ni tampoco tiene demasiada importancia para la historia. al fin y al cabo se trata de una novela breve y este tipo de detalles harían que la lectura resultara farragosa y se alargara sin sentido.

Este libro no encaja en una temática concreta, es una historia surrealista, a veces parece que muestra la realidad y otras que se aparta de ella y se acerca mucho a la fantasía. Incluso llegando al final no queda del todo claro, pero la sensación que queda es brutal. Es de esos libros que es mejor leer para vivir la experiencia lectora.

"¿Qué es una convicción? No es más que un pensamiento que se detiene".

La novela empieza con una premisa muy original, incluso diría que arriesgada. Una agente inmobiliaria se encuentra en la cocina de una casa que quiere vender con un niño que no debería estar ahí. La historia atrapa mi atención como si fuera yo quien se encontrase con ese niño.

Luego todo entra en bucle y comienzan mis dudas. El autor escribe muy bien y construye reflexiones que llegan, pero siento que la trama se ralentiza, casi se detiene, y no sé adónde quiere ir a parar.

Pero con el final me reconquista. No sé si es un final cerrado que se abre o un final abierto que se cierra, pero me ha parecido un gran final en cualquier caso.

Hace dos años y medio aproximadamente leí República luminosa y aunque el tiempo hace de las suyas instaurando entre memoria y realidad un velo viscoso en el que palabras y sensaciones se confunden, sí que recuerdo que me pareció que la escritura de Andrés Barba era mágica, evocadora, apartada de lugares comunes.

En El último día de la vida anterior apenas puedo encontrar conexiones con esa lectura pretérita, lo cual me hace agradecer haber podido acercarme a esta novela con el sabor de lo desconocido.

Sin ser una historia de aquellas que nunca podríamos olvidar (incluso puede que ciertamente extraña) cumple con el hecho de ser un placer verbal para la vista.

Nos cuenta el encuentro de la protagonista, empleada de una inmobiliaria, con un misterioso niño en una de las casas vacías que más le está costando vender. No es una historia fantasmal al uso, pero sí que guarda ecos de lo que verdaderamente esconden ciertos encontronazos con lo espeluznante: la imposibilidad de balbucear lo insólito y de recuperar la estabilidad tras la visión de aquello que nos falta.

Más allá de ese hilo principal, el libro nos muestra la vacuidad de algunas relaciones personales, contado con un preciosismo alejado, por suerte, de lo arrogante.

Si hay algo que me ha sorprendido es la capacidad del escritor de trazar un personaje femenino que no resulte una impostura o una amalgama de clichés, que se centre en lo verdaderamente importante para la historia: ser y estar en la fina línea que separa la locura, el trauma y lo inexplicable.

En la repetición de los sucesivos encuentros entre la mujer y el niño se nos enseña la doblez del tiempo y el bucle de la obsesión; la clave fantástica desde la que poder disfrutar de una curiosa novela o, por el contrario, cerrarla con la sensación del desapego que producen los relatos en donde el final no termina cuando llega el punto.

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📚 El último día de la vida anterior
♂ Andrés Barba
📕 Físico

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¡Ay! Qué libro tan extraño... Cuando leí la sinopsis me llamó mucho la atención. Una historia fantasmal hoy en día ¿cómo se desarrollará para que al lector le enganche?

La protagonista de nuestra historia es una empleada de una inmobiliaria. Un día como otro cualquiera cuando va a enseñar una casa a una de esas muchas parejas que ni quiere ni puede comprar, se encuentra un niño que no debería estar ahí mirándola fijamente, sin pestañear.

Así es como arranca esta novela extraña y perturbadora. A medida que iba leyendo quería saber cómo iba a acabar, ya que en todo momento ha hecho que sienta un desasosiego extraño, pero sin llegar a ser desagradable. La lectura me ha gustado, pero hasta el segundo capítulo nos cuenta la versión del niño. Y acabé el libro confundida. XD El autor da respuestas pero a mí no me cuadra nada.

Es cortito e interesante así que si quieres una novela rápida ésta esta muy bien, ahora, no busques sentido a la trama. Sinceramente no he entendido el final. Me hubiera gustado que fuera más cerrado y no tan interpretativo pero bueno, eso es opinión personal.

Nunca había leído al autor, si se cruza en mi camino otro libro suyo, no dudaré en darle una oportunidad, me ha gustado mucho cómo escribe.

✴¿ Conocíais al autor?
✴ ¿ Qué novela os dejo confundidxs?

Obra de Andrés Barba (Madrid, 1975) escritor y traductor premiado con algunos de los reconocimientos más representativos de la literatura contemporánea como el Premio Nord-Sud, Premio Torrente Ballester, Premio Herralde de Novela, ..etc. Con una calidad literaria ampliamente patente, ha desarrollado su carrera tanto en el campo de la narrativa como del ensayo y la poesía. Es, además, co-editor y fundador de la editorial "El cañón de Garibaldi". Su dilatada obra ha sido traducida a numerosos idiomas, convirtiéndose en un autor referente de la literatura española actual tanto a nivel nacional como internacional.
La preparación de una casa vacía para su venta se convierte para la empleada de una inmobiliaria en el punto de partida de una extraña y adictiva relación con la figura de un niño de siete años que aparece y desaparece en la vivienda. Atraída por su presencia y confundida por su propia existencia, comienza a explorar en la conexión entre ambos, creando un bucle atemporal y siniestro en el que todo parece estar al otro lado.
Un texto que sucede a las grandes historias sobrecogedoras y propias de la narrativa espectral, sirviendo de ejemplo moderno de las novelas con tintes sobrenaturales de finales del siglo XIX y principios del siglo XX. Una sutil búsqueda del yo entremezclada con una atmósfera nebulosa creada de manera impecable que nos envuelve y nos atrae de principio a fin. Una obra de un autor talentoso que como contador de historias nos deleita con su saber hacer.
Sin embargo, no es una lectura recomendable para todo tipo de lectores/as debido a las características de la obra y las propias del subgénero. Eso sí, si eres amante de las historias fantasmales y el misterio probablemente podrás disfrutar de este título.
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“Es como tirar de un hilo y comprobar en el otro extremo el aleteo de algo que se resiste. También como descubrir un sentimiento: la forma en que perfora el cerebro y adquiere inercia contra la propia voluntad, la energía con que se apodera de los músculos y se vuelve humillante, pero también un destino”.

La empleada de una inmobiliaria que va a enseñar una casa a unos clientes se ve sorprendida por la aparición en ella de un niño de siete años que no pestañea y que no debería estar allí. El suceso la cambia de formas que no espera, llegando a obsesionarla.

“Un niño la ha sacado de la vida. Un niño la ha devuelto a ella”.

¿Qué harías si de repente ves algo que no debería estar ahí? Pensarías que ha sido un efecto óptico, o tu mente jugando contigo porque has dormido poco la noche previa. Pero… ¿y si la experiencia se repite al día siguiente y acabas involucrada en ella? ¿Cómo te cambiaría?

Andrés Barba nos presenta una historia perturbadora y por veces desasosegante llena de reflexiones acerca de los vínculos entre el pasado y el presente, la culpa y las consecuencias de las acciones más simples. Te atrapa desde las primeras páginas, por su prosa cuidada y limpia, vacía de datos superfluos y a la vez llena de omisiones que dejan que tu imaginación vuele, haciéndote rellenar los huecos hasta un final sorprendente y redondo, aunque en parte inconcluso (si queréis finales bien ataditos, esto quizás no es para vosotros).

“Solo los vivos tienen la posibilidad de ser incoherentes, piensa ella, la muerte condena a la coherencia”.

De nuevo, el autor me ha conquistado. Creo que no tardaré en empezar otra novela suya ;)

Hoy os traigo una novela de prosa brillante y llena de recovecos por los que perderse. Cualquier aspecto de la novela podría haber tenido una historia propia. Sin embargo, su autor decide con mucho acierto reunir todos sus ingredientes bajo el mismo paraguas.

El peso del tiempo
Una novela que bebe de la extrañeza. En El último día de la vida anterior encontramos una línea narrativa dividida entre lo que es y lo que fue. Personajes construidos y pulidos con mimo que interpelan al lector. Una atmósfera perturbadora en la que nadie puede ver más allá. El autor consigue incomodar y enternecer a partes iguales con una propuesta brillante y concisa en la que sus personajes buscan redimirse.
Sentiremos el peso de la rutina, lo que puede doler el tiempo y sus consecuencias, a través de personajes profundos llenos de aristas y contradicciones. Un gris con el que cualquier lector puede empatizar.

Lo que esperamos encontrar en los demás
Otro aspecto fundamental en la novela es comprender lo que sus personajes anhelan. La comercial buscando en el niño algo que debería aterrarle, y que sin embargo no consigue. El niño ansiando una redención que parece no llegar nunca.
Barba utiliza el recurso del fantasma de forma magistral, construyendo un bucle que se repite en el tiempo. Y es que, ¿qué es un fantasma si no esto? Un hecho del pasado, inconcluso o incompleto, y la imposibilidad de alguien para conseguir justicia, redención o culminar algún propósito.

Como aficionado del terror: un libro soberbio.

Como lector: una novela imprescindible.

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El último día de la vida anterior tiene una buena escritura, pero no me sedujo el contenido. ¿Se trata verdaderamente de una historia de fantasmas? Si al principio pensé que la aparición del chico en la cocina de una casa, podría ser un fantasma, continuando la lectura, estuve algo perdida. Y detrás de una historia fantasmal, el autor aborda temas como el entorno afectivo en las familias, o la crisis en la pareja.

Una mujer de 36 años trabaja en una inmobiliaria: prepara las casas para la venta. Es una profesional muy pulcra, nunca ha cometido una falta profesional. Y un buen día, limpiando la cocina de una casa que no se logra vender, aparece un niño extraño sentado en una silla, está vestido de manera algo anacrónica y tiene una mirada fija, no parpadea nunca.

La mujer le pide que se vaya porque gente acudirá a visitar la casa y no quiere historias. La mujer quedará intrigada con esto y empezará a provocar las oportunidades de volver a ver a este niño fantomático, incluso mintiendo a su patrón. Con tretas, conseguirá inmiscuirse en el mundo del niño y experimentar otra realidad en esta casa : otra época y otro estilo de vida.

Es la mujer la protagonista de la primera parte del libro y ella nos hace partícipes de lo que siente, de su angustia ante lo que no tiene explicación. En la segunda parte está el encuentro con el niño, pero en otro tiempo y con los problemas de la familia en aquel entonces.

El final no me pareció nada claro, quizás los dos protagonistas regresaron a sus mundos respectivos, cada uno cargando con su propia historia. Es lo que llaman un final abierto, al lector de cerrarlo como quiera.

Esta novela fue escrita durante la pandemia y en un momento de crisis para Barba, quien debió moverse de EEUU a España y luego a Argentina, con un sentimiento de enajenación por el desarraigo. Leí también que el autor quisiera abandonar la autoficción (o literatura del yo) y pasar a otra cosa, como a la ficción absoluta, que le parece representar mejor la realidad.

Y es sabido que las novelas de fantasmas están llenas del miedo de los lectores.

«El último día de la vida anterior» es efectivamente una clara heredera de las novelas de casas encantadas, de fantasmas y secretos… con un giro de tuerca más abstracto, más onírico, menos sobrenatural.

Pero, ¿de qué trata exactamente esta novela? Tenemos una dupla de protagonistas muy curiosa: por un lado, una agente inmobiliaria con una actitud apática hacia la vida. Por otro lado, un misterioso niño que no pestañea y que parece atrapado en la casa que la mujer está tratando de vender.

A partir de estos dos seres que se entremezclan y se gravitan sin remedio, Andrés Barba construye un relato intimista existencial, con un tono profundamente lírico, que trata tantos temas que a veces parece que no trata ninguno. Nos habla de identidad, sobre la muerte, sobre la necesidad de tener a alguien a tu lado.

Es un relato sobrenatural y no lo es al mismo tiempo. Como he dicho, es un relato onírico que transmite una nostalgia profunda. Casi parece uno de esos sueños raros de los que te despiertas sintiendo que realmente has viajado a otro lugar.

Y aun así, llegó un momento en el que me pareció tan abstracto y enrevesado que me llegué a aburrir. Es un relato de sensaciones más que de hechos, que se recrea en cada momento y ese estilo no suele ser para mí. Es una pena, porque tenía pinta que me iba a fascinar.

Aun así, tampoco puedo decir que fuese un relato que me disgustara. Me quedo con esa sensación nostálgica que quedó impregnada en mí y con una parte final (la contada por el niño) que me dejó relativamente satisfecha