El cuento de la criada

Las distopías son complicadas, pero al crear caos en una sociedad ficticia, podemos observar el montón de errores que se cometieron para llegar a ese punto de catástrofe, y observar el camino que llevamos recorrido y en qué punto de la historia nos encontramos nosotros.

Me encantó.

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Cada párrafo, cada situación logra que el lector se quede sin aliento.
Sabía a grandes rasgos de que iba pero a la hora de profundizar en la trama me ha dejado boquiabierta la historia que la autora ha creado.
Toda la sumisión a la que se enfrentan las mujeres, el tema de la natalidad, la falta de libertad, es sorprendente lo bien hilado que está todo, cómo está usado en la trama y la opresión en el pecho que sientes en algunas de las escenas.
La manera en la que está escrita, al principio me hacía perderme un poco ya que, la narradora, entremezcla acontecimientos en el presente con hechos pasados. Las escenas pasadas que le vienen a la memoria, nos servirá para esclarecer el cómo se ha llegado a esa situación, cómo es posible la perdida de libertades.
Esta obra pone sobre la mesa numerosos temas, tales como, religión, maternidad, poder, sexualidad... Condensa grandes temas en una historia que he disfrutado como una enana y que por desgracia, veo muy posible que algo así pueda llegar a ocurrir.
Muy recomendable

Nunca había leído a Margaret Atwood hasta ahora, de hecho me costó bastante coger este libro y leerlo desde que salió la serie y todo el mundo me decía que la mirara que era muy buena y esas cosas...
Entonces ya le cogí recelo, y le tenía unas expectativas bastante altas cuando lo tomé por fin. Pero bueno.

"El cuento de la criada" trata de una distopía que yo clasificaría de género adulto, en donde se describe un mundo futuro en el que las personas han perdido la fertilidad en su mayoría. Entonces, como en muchas otras distopías, las personas están separadas por clases e inclusive se les distingue mediante la ropa y su color. En este caso, hay la gente rica y con poder, que son quiénes mueven los hilos del país digamos. Este grupo está formado por los comandantes y sus esposas, ellos con sus trajes respectivos y ellas vestidas de azul pastel. Hay también la gente que trabaja para el gobierno, serían los funcionarios vestidos con sus ropas, aunque no son los protagonistas de este libro. Las protagonistas en esta distopía son las criadas, vestidas de rojo sangre con una caperuza. Estas mujeres son repartidas por las casas de la gente rica con un único propósito: engendrar una nueva vida, pues son fértiles.

En este libro se relata el día a día desde el punto de vista de una de la criadas, que cuenta en primera persona las órdenes que recibe, en qué condiciones vive en casa de un comandante y su esposa, cómo fue "entrenarse" para ser criada... Todo lo que cuenta es muy pasional y poco objetivo a veces.

Me ha gustado esta distopía porque ha sido distinta a las distopías que había leído hasta ahora, que no son muchas tampoco pero en su mayor parte juveniles o de fantasía. de recomendarlo lo haría a personas adultas o bien a jóvenes adultos/as que tengan ganas de leerla, pues una distopía leída a desgana no se absorbe del mismo modo. También remarco que hay escenas subidas de tono, aunque no mucho, y un poco violentas o sensibles si bien el propósito es engendrar un bebé se habla de cómo eso ocurre usando a las criadas.

Aun no tengo decidido si leeré la segunda parte de esta, ahora, bilogía porque el final me dejó con un sentimiento de que esto ya había terminado.

En mi opinión, es un libro terrorífico para cualquiera, especialmente si eres mujer.

Es un libro que te hace reflexionar sobre la estructura social, el poder, la libertad y en muy particular punto de vista sobre la importancia de defender los derechos de la mujer con mayor fuerza.

La historia es narrada en primera persona por Defred (el cual no es su verdadero nombre, que ya cuando son remitidas al centro rojo y enviadas a sus nuevos hogares les asignan un nuevo) y nos cuenta sus reflexiones desde que el sistema colapsó dejando de ser una democracia para convertirse en un estado totalitario y que debido a este cambio ella es asignada como una “Criada” para cumplir con su propósito de procrear hijos para el Comandante y su Esposa, que una vez dando alumbramiento pasará a manos de ellos olvidándose completamente de quien fue la madre.

Bajo este argumento el libro es aterrador para cualquier mujer ya que las mujeres son clasificadas “en la nueva sociedad” de acuerdo a sus funciones, por lo que pasan a ser nuevamente objetos.

Dentro de las reflexiones de Defred, nos cuenta como las mujeres fueron anuladas y despojadas de su dinero, su empleo, posesiones, independencia y autonomía, por lo que a las mujeres que pasan a ser “Criadas” se les prohíbe leer, escribir, decir o pensar, sólo pueden desempeñar las actividades que marca su nuevo estatus, como son ir por la compras, ir a medico mensualmente para saber si aún son capaces de procrear un hijo, y pasear dos horas diarias para mantener la salud, pero dichas actividades son realizadas siempre en compañía de otra Criada.

Al ir leyendo cada página del libro me daba cuenta que posiblemente ese futuro no está muy lejano de la sociedad actual, ya que volvemos a ver situaciones de feminicidios, patriarcado y utilidad de la mujer.

Está distopía marca rasgos similares al libro de George Orwell “1984” con la variante de que este extremo control es para las mujeres. Llegar a pensar en existir con esas restricciones y controles me produce empatía con respecto a la extrema indiferencia con la Defred narra la historia.

Este libro es una joya, algunos de ustedes opinaran que le hace falta mucho a la historia o que es un poco difícil de seguir (respeto mucho cada uno de sus punto de vista), pero bajo mi percepción creo que si Margaret A. lo hubiera hecho más explícito sería un libro que yo en lo particular le pondría la etiqueta de “terror”.

En cuanto al final, me dejó con bastante incertidumbre al igual que el libro de “1984” por lo que empiezo a creer que todas las distopías me dejarán así, ya que no leí un final concluyente y mi mente no puede cerrar ese ciclo de la lectura así que lo sigo pensando constantemente, lo único que sé es que no espera un “felices para siempre”.

Pero aun con todo y su final yo no podría ponerle una puntuación inferior a la máxima (en este caso 5 estrellas) y con la pequeña posdata de que con "El cuento de la criada" Margaret Atwood se ha convertido en una de mis escritoras favoritas
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Reconozco que mi opinión puede estar algo sesgada porque ME ENCANTA la serie, asi que este libro me tenía que gustar si o si. Y la verdad es que no defrauda.
De la mano de Defred, nos internamos en Gilead, una teocracia super represora que encasilla a las mujeres en diversos y restringidos papeles: Esposa, Cocinera, Criada. Las Criadas sirven para procrear y solo para ello: la natalidad hiper reducida de Occidente en este mundo distopico es la excusa del levantamiento de Gilead. Hay que aumentar los nacimientos como sea.
Sumergirnos en la cabeza de Defred, dónde lucha el instinto de supervivencia, el síndrome de estocolmo y la resistencia a desaparecer como persona (y convertirte en un objeto) es una delicia de leer. Nos sumergimos en un mundo dónde el horror se ha vuelto tan cotidiano, que las ejecuciones dan hambre.
Que este libro fuera escrito en 1985 y que sin embargo hable de temas tan candentes como el puritanismo vs el feminismo, el aborto o la libertad de elección en la natalidad (aun no me creo que en Texas quisieran sacar una ley del aborto que queria obligar a las mujeres a terminar los embarazos de más de 6 semanas, incluyendo la opción de ingresarlas en clínicas de forma obligatoria) tan candentes hoy en día, lo hace un clásico moderno, casi de lectura obligatoria.
Muy recomendado y si, alguien se queda con ganas de más, la serie lo adapta y continua de forma magistral, con una fotografía que es imposible de no mencionar

Sinopsis: Amparándose en la coartada del terrorismo islámico, unos políticos teócratas se hacen con el poder y, como primera medida, suprimen la libertad de prensa y los derechos de las mujeres. En la República de Gilead, el cuerpo de Defred solo sirve para procrear, tal como imponen las férreas normas establecidas. El régimen controla con mano de hierro hasta los más ínfimos detalles de la vida de las mujeres: su alimentación, su indumentaria, incluso su actividad sexual.

Este ha sido el tercer libro que escogimos para leer en Thedarkacademiabookclub. Es un libro que me daba mucho respeto. Me habían contado cosas sobre la serie y me parecía interesante pero se me ha quedado corto. En el sentido que me ha faltado más chicha a la historia.

Está narrado en primera persona, por Defred, desde su pensamiento observamos sus pensamientos y vivencias. Es una historia dura que te hace valorar la libertad que tenemos las mujeres. Está muy bien escrito, la historia bien hilada pero necesitaba algo más. Puede que le dé una oportunidad a los Testamentos.

“There is more than one kind of freedom, said Aunt Lydia. Freedom to and freedom from. In then days of anarchy, it was freedom too. Now, you are being given freedom from. Don't underrate it” 🇨🇦@therealmargaretatwood
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Me encantan las distopías y esta era una que tenía pendiente hace tiempo. Me fascinó, es una de las disponías que veo más plausibles a suceder en un futuro no tan lejano. En la República de Gilead, la nueva sociedad se enfoca en “solucionar el problema” de la baja natalidad. A las mujeres se les divide por funciones, una de ellas —claro, la más importante— por su fertilidad. Las mujeres que tienen la capacidad de tener hijos son las “handmaids” como lo es nuestra protagonista: Offred. Ser fértil no significa que se le deba rendir respeto a ella, sino que ellas deben servir como un medio de embarazo para que los comandantes y sus esposas puedan tener hijos. Los detalles de cómo funciona la sociedad son mil, y no se los quiero describir, sino invitarlos a leer la novela y adentrarse en este terrorífico mundo.
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El libro te estará constantemente cuestionando. Sobre la libertad, sobre lo que significa ser mujer, sobre ser madre y todo lo que esto implica. Sobre el aborto, la adopción, los vientres de alquiler, el sexo y la homosexualidad. Parece un listado de palabras y temas, pero créanme que es solo una parte de los mil temas presentes en Gilead.
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Me parece que la magia de las distopías es que hace que nos cuestionemos el presente, así la historia sea en el "futuro". Les recomiendo mucho esta novela, sobre todo si les gustan las distopías y el feminismo.
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No sabía que había una secuela publicada hace dos años, ya estoy esperando a que llegue para continuar recorriendo Gilead. Mientras tanto, me comencé la serie que no había querido empezarla hasta no leerme la novela. Claramente hay varios cambios en la historia y los personajes, pero para mí lo más rico del mundo de Atwood es cómo funciona la sociedad, por lo que no me importa ver una historia distinta, si sigue encajando dentro del funcionamiento de la República de Gilead. Les recomiendo la novela y la serie. Si alguien por acá ya leyó la secuela: The Testaments, cuéntenme qué tal les pareció 🌊📚🏊🏽‍♀️

Ha sido una lectura placentera y muy peculiar. Si bien la trama no tiene intriga ni un ritmo vertiginoso que enganche, lo que hace que estemos pendientes a la lectura y queramos avanzar es la manera en la que Margaret Atwood nos narra la historia, con un lenguaje sencillo y usando metáforas que nos hace pararnos a reflexionar. La protagonista está muy bien construida y si bien el resto de personajes toman un papel secundario, ya que están presentados desde el punto de vista de Defred, la autora consigue darles forma sutilmente y transmitirnos atisbos su personalidad.

A rasgos generales, es una historia cruda, contada sin tapujos, que nos recuerda ligeramente a distopías como “1984” de Orwell. Algo que no me ha gustado de la novela es que se centra demasiado en el pasado de la protagonista y en acciones cotidianas sin mucha relevancia, e indaga muy poco en el funcionamiento y los entresijos de Gilead. En este aspecto, y desde mi punto de vista, la serie de TV supera a la novela.

El cuento de la criada nos ubica en un futuro cercado, en Gilead, una nación totalitaria y teocrática, situada, en parte, dónde antes se encontraba Estados Unidos. Gilead se erige tras un golpe de estado que rompe con el mundo tal y como lo conocemos. Su sociedad está delimitada en clases, sufre una bajísima natalidad y las mujeres han perdido toda libertad (por ejemplo: incluso las “esposas” de las clases más altas tienen prohibido leer)

La historia se sitúa en los primeros años de Gilead, por ello, quienes pueblan esta nación aún recuerdan el “mundo anterior”. Se nos narra en primera persona por una criada sin nombre, la conocemos como “Defred”, apelativo que toma de su dueño. Las criadas son mujeres fértiles enviadas a las casas de los altos cargos, con el único objetivo de tener hijos para esos matrimonios, para luego ser deshechas.

Me ha parecido una autentica fantasía de libro, durísimo y de lectura obligada por la reflexión que plantea. Margaret Atwood, no me ha decepcionado ni un poco, cualquier cosa que oigáis de ella, se queda corta. Tiene una forma única de analizar la sociedad, de inventar mundos y hacerlos reales… y nos cuenta una historia de supervivencia, que no os dejará indiferentes.

Me ha parecido aterradora por toda la base real que tiene y os animo a leer el prologo donde la autora cuenta como se documentó en la realidad para crear esta distopía que está más cerca de nosotros de lo que pensamos.

¿Merece la pena leer el libro si has visto la serie? SI. de la serie me quedo con la estética, como plasma 100% la importancia de los colores, y, sin duda, me ha ayudado a imaginar Gilead en toda su dureza y realidad. No obstante, hay un punto de inflexión dónde libro y serie se separan y nos encontramos con historias diferentes. ¡Me quedo con el libro una y mil veces!

Esta es una historia sombría de un futuro plausible. Depende de nosotros (as) tomar otro sendero. Margaret Atwood escribe con un estilo que me hace pensar en el siglo XIX, un lenguaje florido que contrasta con la verdad hasta cierto punto cruel de la que habla, una imagen muy gráfica es “una escalera que una vez fue árbol”, nunca había escuchado esta idea expresada de forma tan poética y que a la vez me entristeció. Pero este lenguaje nada tiene que ver con la sociedad que nos presenta, una sociedad opresiva, no solo para las mujeres sino también para los hombres, incluso aquellos de alta jerarquía.
El ritmo de la novela es lento, sofocante, perezoso, pero a pesar de eso no puedes dejar de leer, la mezclas a destiempo te obliga a estar atento a cada detalle, para saber que parte de la historia está contando a cada momento.
Los personajes están muy bien construidos, psicológicamente sólidos, la trama bien hilvanada, es un ensayo feminista bien logrado.
Esta novela me hizo pensar en que lo que se presenta como un futuro es a la vez el pasado, un pasado de falta de derecho, de oportunidades y posibilidades para la mujer, de falta de autodeterminación, y uno se pregunta ¿cómo después de ganar al batalla por la liberación de la mujer caímos en la misma trampa? ¿Es posible este retroceso? ¿Cómo es posible que algunas de las facetas de esta sociedad sean lideradas por mujeres?... en fin por suerte es ficción, pero ojo con las posiciones extremas, nos pueden hacer perder el norte.
La defensa del derecho de la mujer, feminismo, un término traído y llevado, cada uno enarbola la bandera del feminismo para su propio beneficio, en una escena se refleja cómo era el tiempo antes de los derechos de la mujer y antes del sufragio y un personaje dice que ya no es necesario pelear, es la nueva era dice… pero unas páginas más adelante uno se pregunta ¿en qué momento la humanidad dio un paso atrás?, cuidado, porque ese también es un riesgo del feminismo extremista.
Ahora mismo “el feminismo” y la “lucha por la No discriminación” están enfocados casi exclusivamente en temas del lenguaje y ni siquiera es semántica práctica; es desvirtuar la atención de lo que para mí es verdaderamente importante. Las posiciones ultraconservadoras, fanáticamente religiosas, de lucha contra el género opuesto y la autocomplacencia, no aportan a la discusión colectiva de un estado de derechos y sobre todo de reconocimiento de las mujeres así mismas.
Hay fragmentos que me dan mucha pena, tristeza por aquellos seres que están tan agotados física y mentalmente que ya no pueden resistirse a dejar de ser, ni quejarse, “a veces es mejor no pensar”, muestra que el hilo del que pende la esperanza está a punto de romperse.
Ahora mismo, en pleno siglo XXI, pasan cosas en las que pensamos cuando leemos el pasaje “Qué horrible, decíamos, y lo era, pero era horrible sin ser verosímil. Eran demasiado melodramáticas, tenían una dimensión que no era la dimensión de nuestras vidas.” Y es verdad, eso pasa con lo que uno lee en los periódicos o ve en la tele, siempre cree que son cosas que pasan, pero no nos pasa a nosotros, como la muerte, o las desgracias, te condueles de los desgraciados, pero, ¿qué haces de verdad por ayudar?