El cuento de la criada

Me ha gustado. No sabía bien a lo que me iba a enfrentar más allá de que era una distopía (me encantan) focalizada en las mujeres cuya única función va a ser parir. Con esta premisa ya tenía todos los alicientes para ser una buena lectura y lo ha sido aunque no completa. Un final inacabado que te deja con bastantes dudas y con un epílogo (gracias) que explica cosas que no ves a primera vista a lo largo de la novela.

Cuándo Gilead cambia a un gobierno autoritario por razones no del todo claras, Defred ya es una criada que tiene que ser violada una vez al mes por su patrón para quedarse embarazada y así darle al fruto de su vientre que criará junto a su esposa y perpetuar así, la especie humana que poco a poco va mermando por la falta de bebés. Existe la esterilidad (palabra prohibida) y con las criadas es la mejor forma de perpetuar la especie, en caso de que no puedan quedarse embarazada o el niño nazca con algún problema, se las condena a ser No mujeres y las mandan a la Colonia donde sabrán lo que es el verdadero tormento. Defred es fiel, acata las ordenes y cumple con su función aunque sufra, aunque no le duela, porque sabe que lo que hay después de ser criada es mucho peor. No puede dejar de pensar en su vida, la pasada la que ya no existe pero que un día la tuvo.

Nos encontramos aquí una historia muy bien escrita pero para mí modo de ver, inacabada, que te deja con un sí pero no al final. Quieres saber más, qué pasa o qué pasará pero no, lo deja abierto al lector para que saque sus propias conclusiones y es aquí donde me quedo con ese sabor agridulce que me hace catalogar ésta como una gran novela pero con lagunas. Nones hasta el final del libro, en ese epílogo que menciono cuando empiezas a atar cabos y entender un poco esa sociedad en la que ninguna mujer quisiera vivir.

Está explicación no vale para quien haya visto la serie porque ahí se ve bien explicado poco a poco lo que va pasando, no tienes que esperar al final.

La recomiendo mucho, es una buena obra aunque me hubiera gustado cerrarla de otra forma más clara. Aún así ¡Leedla!

No suelo leer sinopsis ni comprar recomendaciones o bestsellers. Todo lo que cae en mis manos es por impulso, o bajo recomendación de algunas —pocas— personas. Por eso me sorprende haber encadenado (en este orden) a George Orwell y Margaret Atwood, por un lado, y a William Faulkner y William H. Gass, por otro. Después de terminar 1984 (Ed. Austral), El cuento de la criada (Salamandra), Mientras Agonizo (Alianza Editorial) y En el corazón del corazón del país (Ed. La Navaja Suiza), tengo menos esperanza en la humanidad —más bien en la sociedad— pero en parte sobrevivo gracias a literatura como esta. Paradójico.

En este post, hablaré de los dos primeros, de la pérdida gradual de derechos, del control político de la vida y el deber, la cosificación, del racismo y la misantropía y la misoginia y el utilitarismo que mata y nos mata. de la deshumanización del ser humano, del no derecho a réplica, del miedo de quienes escriban a que su propia historia llegue a hacerse realidad algún día. Cuando lees a Orwell y a Margaret Atwood sientes rabia, impotencia, asco y pena.

Basta una pizca de sensibilidad para caer en la cuenta de que estamos degenerando poco a poco en algo que no es democracia ni libertad, tal y como fueron concebidas. El atraso social rasca cada día un poco más el muro de derechos que otros construyeron para defendernos de los bárbaros; pero lo rasca desde dentro. Somos nosotros —o parte de nosotros— los que con silencio alimentamos esa cerrazón, esa vuelta al origen primitivo donde la virtud es perseguida y se somete por derecho, y no existe más ley que la fuerza divina de un ente suprapersonal, que bien puede ser Dios, el Gran Hermano o una escopeta cargada. Todo vale cuando los límites se pierden en la orgía mental de los tiranos.

Orwell plantea una distopía de control social y mental absolutos en la que muy pocos recuerdan la fecha en la que dejaron de ser libres, porque la maquinaria de poder es capaz de alterarlo todo, incluso el lenguaje, las instituciones o incluso la lógica matemática. No voy a decir nada nuevo que otros ya no hayan escrito. Atwood recoge ese testigo y siembra sobre terreno ya abonado, del que extrae un genial relato de supervivencia revestido de desastres medioambientales, fervor religioso extremo y retroceso moral como formas de modernidad de una sociedad cínica y putrefacta bajo vestidos victorianos. Son brillantes las introspecciones de Offred, la protagonista de El Cuento de la criada, al evocar su pasado antes de convertirse en una persona sin alma ni conciencia ni sentimientos. Un ente vivo que no tiene más valor que su vientre, pero que sobrevive porque mantiene una esperanza.

Pero debo reconocer que me cansa en ocasiones tanto paralelismo con el universo creado en 1984. Una sensación de impostura me persigue durante todo el relato: la invención de neologismos, la psicosis social ante un espionaje permanente, la inseguridad y la falta de respeto a la vida y a la integridad eran originales en 1984, pero no en El Cuento de la criada, que vive de Orwell, de Huxley, de Farenheit 451. A pesar de todo —y para ser justos— Atwood compensa la trama con lucidez aportando un punto de vista femenino y sensible de la podredumbre que Orwell no alcanza.

No queda mucho lugar para el optimismo. El mundo es un lugar infestado de vicio y corrupción, donde la justicia es arbitraria —si la hay— y la vida es una farsa de odio, miedo, hipocresía y desprecio. Y no sé si hablo del mundo real o del literario. Las peores pesadillas son las que tienen un aspecto familiar. Sobrevivimos porque el instinto nos enmudece; porque somos máquinas perfectas de adaptaptación, y porque nuestra memoria es frágil. Por eso no hay lugar para el optimismo en ninguna de las dos historias. Tanto Winston Smith como Offred sucumben al yugo totalitario, y deja un escalofrío inolvidable a quien les lee. Por eso, la pregunta no es cuándo lo veremos, sino por qué no dejamos de rascar desde dentro.
Enlace: http://manifiestorevolver.co..

La verdad que me ha encantado leer el Cuento de la criada, me ha enganchado muchísimo y he tardado muy poco en leerlo. También me ha gustado el tipo de narración que emplea la autora, ya que te introduce más en la historia. Definitivamente, merece la pena leerlo.

"El cuento de la criada" de Margaret Atwood es una novela distópica en la que unos políticos teócratas se hacen con el gobierno, eliminan la libertad de prensa y los derechos de las mujeres, que pasan a ser simples máquinas de procrear.

Es una novela realmente buena, escrita con destreza, aunque en algún momento se hace algo pesada.
La temática es bastante realista, a pesar de ser una distopía escrita en los años 80. Por desgracia, muchos detalles de la novela no van tan desencaminados de nuestra sociedad actual.
Hay una segunda parte llamada "Los testamentos" que ya tengo muchas ganas de leer.

¿Habéis leído a esta autora?

Se trata de una distopía en el que un gobierno totalitario, en un futuro hipotético, quita de un día para otro todos los derechos de las mujeres, tratando a las que son fértiles como propiedad de la clase dominante. Es tal la eliminación de sus derechos que incluso les tienen prohibido leer, moverse libremente o hablar entre ellas. La historia es contada en primera persona, a través de Defred, una de las criadas, así es como llaman a las mujeres que han sido esclavizadas, tras haber sido separada tanto de su esposo como de su hija. Consideradas objetos, son obligadas a tener relaciones sexuales con el único fin de concebir un hijo. Son esclavas de los hombres y de la sociedad bíblica y patriarcal en la que viven. Existe un continuo ambiente vigilado en el recinto donde conviven, donde lo prohibido se castiga severamente incluso con la muerte y su posterior exhibición en un lugar conocido como el Muro, a la vista de todos. El libro va dando saltos entre el presente y el pasado de la protagonista, y así vamos conociendo los motivos y la transformación de la sociedad donde hubo un gran aumento de infertilidad y esterilidad, y ante esta emergencia plantearon que las mujeres solamente tenían el derecho de procrear nuevas vidas, esclavizando a las que consideran fértiles. Habiendo sido publicada en 1985, Margaret Atwood hace hincapié en la importancia de la igualdad de derechos entre hombre y mujer, además de tocar temas muy presentes en la actualidad como el uso de vientres de alquiler; una pesadilla feminista en la que te hace reflexionar ya que este hipotético mundo podría suceder en la realidad debido a la mentalidad que aún hoy en día existe en el mundo. Un gran libro que no te deja indiferente ante las acciones que se van descubriendo en cada página.

Me pregunté si darle tres o cuatro estrellas, al final fueron tres porque no conecté con el libro. Me costó leerlo y terminarlo. Pero se me hizo muy interesante la introducción que da la autora, es la idea general de lo que va el libro.

Mi parte favorita fue del capítulo 29 al 37, la historia es más fluida y te resuelve muchas dudas que se arrastran de los primeros capítulos.

Es un libro muy interesante, te confunde al punto de no saber si lo que se narra es real, si ya pasó o va a pasar; describe tan bien las problemáticas y como los grupos de poder utilizan la misma base de control que se ha utilizado por años.

Un buen libro para conmemorar el día internacional de la mujer.

“Quiero cualquier cosa que rompa la monotonía, que subvierta el respetable orden de las cosas”.

“Sabía que el orden establecido puede desvanecerse de la noche a la mañana. Los cambios pueden ser rápidos como el rayo. No se podía confiar en la frase: Esto aquí no puede pasar. En determinadas circunstancias puede pasar cualquier cosa en cualquier lugar.”

👁️‍🗨️ Comencé a leer “El cuento de la criada” tras terminar la última temporada de la serie basada en el libro y que aún está en desarrollo. Las ansias por saber qué ocurriría con sus personajes y la curiosidad por leer a su autora pudieron conmigo. Ha sido una sorpresa descubrir que libro y serie eran tan diferentes.

👁️‍🗨️ Criada, martha, esposa. Las únicas aspiraciones de una mujer en Gilead. Estados Unidos ya no existe, en su lugar una nueva nación ha surgido de las ideas retrógradas de grandes masas de población dando lugar a un gobierno teocrático. Libertad de prensa suprimida. Gran brecha entre ricos y pobres. Mujeres que han perdido sus derechos: nada de trabajar; prohibido leer; divertirse, un pecado; vivir, una condena. El único fin: parir, pues gran parte de la población es estéril. Estéril, palabra prohibida que nada tiene que ver con los hombres. Los hombres, por supuesto, tienen todo el poder.

👁️‍🗨️ Una criada, aunque esta palabra esconde un significado diferente al que conocemos. Defred no es su nombre. Tan sólo un apodo formado por dos palabras: “de” como símbolo de posesión y “Fred” el nombre de su comandante. de su mano nos adentraremos en la historia de Gilead, aprenderemos las normas y nuevas costumbres de la sociedad sufriendo las injusticias y continuos abusos que padece la protagonista.

“Me gustaría creer que esto no es más que un cuento que estoy contando. Necesito creerlo. Debo creerlo. Los que pueden creer que estas historias son solo cuentos tienen mejores posibilidades”

👁️‍🗨️ Defred nos cuenta su historia en primera persona. La autora, Margaret Atwood, emplea abundantes descripciones de lugares, acciones, sensaciones y sentimientos. Sobre todo sentimientos. Nuestra protagonista se pierde en ellos continuamente. Miedo, angustia, resignación, pérdida. Recuerdos de un pasado que parece demasiado lejano y a veces incluso demasiado obsceno, demasiado corrupto. ¿Hasta qué punto el habituarse a determinada situación puede hacernos cambiar de mentalidad o hacernos más dóciles?

👁️‍🗨️ Sin embargo, el empleo de estas descripciones no nos aclara la trama que puede resultar complicada al inicio. Saltos de una escena a otra que nada tiene que ver con la anterior, aclaraciones importantes hacia la mitad del libro que en ocasiones resultan escasas. Formarse una idea global de lo que ocurre es complicado. A esta historia le han faltado páginas para precisar más en los detalles, para adentrarse en otros personajes.

👁️‍🗨️ Y aquí viene el problema pues al leerlo tras terminar la serie, el libro me ha resultado incompleto. A continuación y como curiosidad dejaré una lista de diferencias entre ambos formatos:

〰️En el libro conocemos a unos Fred y Serena más ancianos. En la serie son jóvenes y esto cambia totalmente la trama. No leeremos en el libro nada parecido a uno de los últimos capítulos grabados de la serie que en mi opinión resulta precioso.

〰️El carácter de Defred es menos vengativo en el libro. Se muestra como alguien habituada al nuevo estilo de vida que le ha tocado vivir. Conformista. No encontraremos a una protagonista valiente o luchadora, con esa capacidad para rebelarse, ni esa astucia a la hora de tratar a su comandante.

〰️ Se relatan pocos intercambios entre Defred y los demás personajes. Apenas se desarrolla la relación con otras criadas ni con la familia que la aloja. Un punto que se explota mucho en la serie y da lugar a grandes momentos.

〰️ El destino de muchos está en el aire.

👁️‍🗨️ Sin embargo también existen similitudes, muchas frases que aparecen en la serie se han tomado directamente del libro, el ambiente, la sensación de aislamiento y soledad es la misma.

👁️‍🗨️ Llegar al último capítulo del libro es desconcertante. de pronto todo cambia de perspectiva y es aquí cuando puede entenderse la falta de datos sobre otros personajes, los continuos saltos temporales y el empleo de un único punto de vista. Inconcluso, sí, pero muy bien pensado. Me ha dejado con una sensación de inquietud, de vacío, de luto. Esperanza también aunque parezca extraño.

👁️‍🗨️ Novela distópica escrita en los años ochenta que como muchos dicen da miedo, que muestra un futuro plausible, temible y perturbador. Novela feminista hasta cierto punto ya que no trata la igualdad de derechos entre géneros. En ese sentido ningún aspecto de esta nueva sociedad denominada Gilead es feminista, solo existen hombres malos, enemigos con los que jamás se podrá dialogar. Totalitarios. Antifeministas. Maltratadores. Y aun así, esta obra resulta feminista por crear esa necesidad de luchar contra un mundo que pueda convertirse en Gilead. Por provocar en el lector sensaciones de asco por las acciones que se relatan en él.

Escogí leer esta novela por las buenas reseñas y comentarios que leí, no tenía un conocimiento exacto del argumento y no tenía noticia de la serie de TV. Empecé a leer y se me hacía difícil conectar con el texto, lo encontraba todo muy inconexo, no encontraba el hilo argumental. La dejé relegada porqué había otras lecturas que me interesaban más.

Fui leyendo a ratos en diferentes días. al llegar casi a la mitad empecé a hacerme una composición de lugar, las piezas del puzle iban encajando y empecé a ver la novela como un todo, me empezó a interesar de verdad y quería seguir leyendo para saber más de la historia vital de la protagonista y... para llegar al final he tenido que hacer un maratón de lectura, no podía dejarlo a medias.

Me gustó poder acercarme a la lectura sin ninguna expectativa, con la mente abierta y sin ningún prejuicio. La he disfrutado más, sobre todo después del ecuador de la novela. al final le encontré el punto a la manera tan especial de escribir de la autora y me recreé en la lectura y la reflexión que la acompañaba; si me convenía, volvía atrás y releía lo que me interesaba. Ha sido una lectura difícil y profunda pero ha valido la pena. Me ha provocado sentimientos encontrados, algunas situaciones (pocas, por suerte) no diferían tanto de la realidad que ha acontecido años después de ser escrita la novela.

No quisiera ni imaginar que una situación para las mujeres como la que se describe, después de lo que ha costado llegar hasta hoy en cuanto a la igualdad de derechos y oportunidades, se pudiera producir en un futuro. Prefiero que siga siendo una gran distopía y que ni siquiera se acerque a ninguna realidad posible.

Leer "El cuento de la criada" me ha permitido descubrir a una gran escritora y ya tengo preparada otra novela suya, "Alias Grace", para leer próximamente.

Considero esta novela altamente recomendable.

¡Feliz lectura!
Reseña escrita en junio de 2021

Escrita en los años 80, describe una sociedad en la que, tras un conflicto armado se ha impuesto una república de ideología puritana y trasfondo bíblico. Las mujeres pierden sus derechos por completo: no pueden trabajar ni tener bienes propios. Su función es servir y someterse a la voluntad de los hombres.

La novela es el diario de la protagonista, que es una de las escasas mujeres fértiles que quedan, por lo que se ve obligada a convertirse en la “criada” de una casa, con la obligación de procrear con el cabeza de familia.

No solo narra la rigidez, la desposesión de derechos, la represión de ese nuevo régimen. También recordará su vida anterior, como todo se fue gestando, las señales de que algo así podía ocurrir.

Se dice que “El cuento de la criada” es una distopía, una crítica social, y un alegato feminista.
A mí me ha parecido una novela de terror. Da miedo ver lo que se parecen ciertas ideas extremistas con los alegatos de algunas corrientes políticas actuales. Y es que parece posible…y eso es lo que da miedo.

Me ha parecido un libro imprescindible. Está excelentemente narrado, y propone una importante reflexión.

Ahora voy a por la segunda parte, “Los testamentos”

Es una historia dura, axfisiante, pero también reflexiva, es un viaje introspectivo porque el mundo distopíco que crea Margaret Atwood tristemente no esta tan alejado de la realidad de algunos países en la actualidad, donde las mujeres son vistas como simples objetos sin derecho a la educación y a elegir su propio destino, una lectura obligada para todos, con personajes que nos transmiten su desasosiego y su falta de esperanza a una vida mejor, con giros en el tiempo (presente - pasado) mientras Defred nos explica las nuevas reglas de esta sociedad autoritaria que usa a la religión como fachada para su tiranía, hace comparaciones con su vida anterior antes que este grupo tomara el poder.