El cuento de la criada

Una historia muy desconcertante acerca de un cambio en la sociedad donde la mujer vuelve a un retroceso muy vil. Me ha gustado bastante, pero la parte que más disfruté fue la última en que se hace una reflexión sobre esa parte de la historia hipotetica y como es que lo ven en un futuro donde han derrocado a esa sociedad, me pareció muy interesante ese punto de vista dentro de la historia en donde se debate si existieron o no las personas que se describen en el cuento de la criada.

Este libro creo que no llegó a mis manos en un buen momento lector, no llegó a llenarme ni a dejarme satisfecha.
La historia es muy bestia, una distopia en que las personas y especialmente la mujeres han perdido sus derechos. Es muy inquietante.
El problema es que muchas cosas no se explican hasta la mitad del libro, principalmente, como se ha llegado a esta situación. Aunque resulta interesante como la protagonista se siente viva a través del deseo que despierta en un hombre, los personajes son fríos y distantes y me costó mucho empatizar con ellos.
El final también es muy abierto y no sabes si tener esperanza por el principal personaje femenino o no. Tal como he dicho al principio, no me acabó de convencer.

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La verdad es que empecé a leer este libro porque tengo una extraña predilección por los libros que han sido adaptados al cine o la televisión, independientemente de que luego vea o no (casi siempre es que no) la serie o la película. Así de rara soy.

El caso es que, a pesar de no haber visto más que algún capítulo suelto en la televisión, podía intuir que el libro iba a ser una historia dura y cruel pero sobre todo, y esto me hizo dudar de mi lectura, violenta, explícita y terriblemente descriptiva.

Mi primera sorpresa es que no fue así, por lo que si tenéis un corazón sensible como el mío, no os preocupéis, este libro también es para vosotros. Aunque eso sí, no os quiero engañar, no vais a encontraros una lectura alegre y divertida.

El libro cuenta en primera persona y de manera no estructurada la vida de Defren, una mujer que de un día para otro ve como cambia el régimen de gobierno imperante en su país para convertirse en un estado totalitario, sin libertades (para algunos) y donde las mujeres quedan relegadas a un papel totalmente secundario.

Uno de los problemas de esta sociedad es que los índices de natalidad son alarmantemente bajos y la incapacidad para tener hijos es común a gran parte de la población. Es por ello que existen las llamadas “criadas”, donde nuestra protagonista se verá obligada a formar parte. Estas criadas son mujeres en periodo fértil cuya función es exclusivamente quedarse embarazada de sus “dueños” para darles a ellos y a sus esposas un codiciado hijo.

La historia te atrapa desde el primer momento ya que la autora consigue meterte en la mente de Defren viviendo con ella cada momento de desesperación, rebeldía, aceptación o añoranza. La escritura se centra en todo aquello que piensa la protagonista, lo que vive, lo que vivió e incluso lo que se imagina, haciendo que la sensación de agobio y miedo que te trasmite sea muy real. La prosa de Margaret Atwood es además exquisita y sus metáforas son tan originales como expresivas.

No quiero desvelar nada del argumento, pero creo que es un libro que merece la pena leer y reflexionar sobre él después. En él se ven tantos aspectos de la naturaleza humana y que, por desgracia, no son para nada nuevos, que da miedo pensar que pueda suceder una situación como esa.

Escrita en los años 80, describe una sociedad en la que, tras un conflicto armado se ha impuesto una república de ideología puritana y trasfondo bíblico. Las mujeres pierden sus derechos por completo: no pueden trabajar ni tener bienes propios. Su función es servir y someterse a la voluntad de los hombres.

La novela es el diario de la protagonista, que es una de las escasas mujeres fértiles que quedan, por lo que se ve obligada a convertirse en la “criada” de una casa, con la obligación de procrear con el cabeza de familia.

No solo narra la rigidez, la desposesión de derechos, la represión de ese nuevo régimen. También recordará su vida anterior, como todo se fue gestando, las señales de que algo así podía ocurrir.

Se dice que “El cuento de la criada” es una distopía, una crítica social, y un alegato feminista.
A mí me ha parecido una novela de terror. Da miedo ver lo que se parecen ciertas ideas extremistas con los alegatos de algunas corrientes políticas actuales. Y es que parece posible…y eso es lo que da miedo.

Me ha parecido un libro imprescindible. Está excelentemente narrado, y propone una importante reflexión.

Ahora voy a por la segunda parte, “Los testamentos”

Soy consciente de que es un buen libro, de la brutal realidad distópica que describe y que miedo me da que pudiera suceder en la realidad… tal vez por eso y por la realidad que estamos viviendo con el tema de toques de queda, cierres perimetrales y demás restricciones… que se me ha hecho un libro durísimo. Por lo que no lo he disfrutado, más bien lo he sufrido con la protagonista.

En resumen, este libro es un buen libro, no lo pongo en duda. Pero no ha sido un libro que me haya gustado tanto como para volver a releerlo. Tal vez mi mente actualmente no acepte más horror que el que veo a diario en los informativos y los horrores que la pobre Defred sufre se me han hecho bola. de todas formas, os animo a darle una oportunidad. A lo mejor ustedes lo disfrutan más.
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Las noticias con las que nos desayunamos y comemos todos los días en nuestro entorno, son las que oímos más o menos sesgadas por el medio que las difunde, pero nuestra reacción es la de seguir desayunando, movemos la cabeza, a veces se nos quita el hambre, pero nuestra vida sigue, cada día igual al día siguiente:
“Hace 40 años existe en Irán un estado totalitario de régimen islámico que obliga a las mujeres, a vestir de una forma determinada, a no escolarizarse, a no comunicarse, que mata en silencio. Dice una cronista que habla en un video que corre por las redes, que en 2019 cuando cortaron internet, mataron cerca de 1500 personas.
“La muerte de una joven en Teherán desata una oleada de protestas contra la Policía Moral y sus desmanes”
EL PAÍS|23 SEPT 2022 - 05:00 CEST
“según datos de la Agencia de Asilo de la Unión Europea (AAUE) a los que ha tenido acceso EL PAÍS. El éxodo de afganos, sirios, venezolanos y ucranios ha disparado las cifras; si se mantiene la tendencia se superarán las registradas en 2019, el último año de normalidad antes de que la pandemia alterase los flujos migratorios y el propio sistema de asilo. España, con casi 62.300 solicitudes, es, después de Alemania, el país con más demandas de protección. de hecho, el aumento de un 116% respecto...
Kabul|21 AGO 2022 - 05:40 CEST Los talibanes, que financiaron su insurgencia con el tráfico de opio, se enfrentan ahora al problema de más de tres millones de toxicómanos en Afganistán
“AFGANISTÁN Los talibanes celebran ante la Embajada de EE UU en Kabul el primer aniversario de su toma del poder”
LUIS DE VEGA (ENVIADO ESPECIAL)|Kabul|15 AGO 2022 - 16:13 CEST Un año después de expulsar a las tropas estadounidenses de Afganistán, el Emirato Islámico está aislado del mundo, no ha servido para traer la paz y vive una atroz crisis humanitaria y económica
Mujeres enjauladas en Kabul por la dictadura talibán
LUIS DE VEGA (ENVIADO ESPECIAL)|Kabul|14 AGO 2022 - 05:40 CEST Así es la vida de cinco mujeres que han tenido que abandonar sus trabajos bajo el rigor del régimen fundamentalista impuesto hace un año por la guerrilla radical en Afganistán
Guerra ruso-ucraniana 2014-actualidad. Pérdidas estimadas: de Reuters · Última actualización: hace 5 horas; Fallecidos al menos 29.916 personas. Heridas no mortales al menos 53.616 personas. Desplazados Aproximadamente 14 M personas. Edificios destruidos al menos 140.000. Daños materiales Aproximadamente 350 mil.
En nuestro país, las noticias no son menos halagüeñas, la inflación, la desigualdad social, la soledad de los ancianos, la muerte de mujeres a manos de sus parejas.
El suicidio, el cambio climático, la inmigración, seres humanos huyendo en pateras, o saltando vallas fronterizas, o los mejicanos que atraviesan constantemente su país para huir a los Estados Unidos y mueren en el intento. ESTA ES UNA PARTE DE NUESTRA ACTUALIDAD.
Me he apuntado al club de lectura, porque me gusta leer, escribo reseñas en Babelio, y quería conocer a personas con la misma afición, pero no a través de redes, es impersonal. Sin embargo, mis lecturas las escojo con la premisa de pasármelo bien, de evadirme: He dejado la lucha a mis hijos, yo me he jubilado y me he ganado el derecho, (según mi opinión) a pasármelo lo mejor posible.
Teniendo en cuenta lo que encabeza mi argumento, y esto que explico, he de decir que, como primera lectura del club, El cuento de la criada, no cumple mis objetivos,
Lo he pasado mal, y he renegado constantemente, pero lo he leído hasta el final, muy a mi pesar (yo prefiero leer a mi estimado Camilleri, o a mi maravilloso Ruiz Zafón).
Margaret Atwood es magnífica, una literata premiada y con mayúsculas y esta novela ha llegado a millones de lectores, se ha hecho una serie que va por 4 temporadas, pero yo solo pude con la primera. No tengo el cerebro, ni el espíritu para estas realidades. Y no la tengo como escritora de cabecera, porque no me entretiene, como ya he dicho, me hace sufrir.
He tomado muchas notas para lo que imagino, será un debate en el club de lectura, y encuentro que el Epílogo es el capítulo más esclarecedor y sintético de lo que la autora ha imaginado cuando ideó esta sociedad distópica, que no es más que un resumen de todas las atrocidades recogidas a lo largo de la historia de la humanidad: el derecho de pernada, la Inquisición y la quema de mujeres en la hoguera por brujería, la quema igualmente de libros, como Atwood cuenta en la página 70. Y qué decir de la era hitleriana y su gran genocidio, ahí la autora encontró una gran inspiración. Pero la humanidad se las arregla sola para desarrollar atrocidades como algunas prácticas que no dejan de ser denunciadas, ejemplo la ablación del clítoris en algunas culturas, si pensáramos en ello, no dejaríamos de encontrar estas y otras cuestiones terroríficas.
Y ahora, hablando en términos literarios, la narración en primera persona confiere un ritmo muy lento a la novela, te hace pensar: ¿qué es real? La descripción tediosa y monótona de su día a día, o sus pensamientos, a modo de sueño, de su vida pasada, la otra escenografía de la novela que es más dinámica. Esta novela soterrada es mucho más versátil.
No es hasta la mitad, a partir de la página 243, cuando comienza a explicar cómo ha sucedido todo, y empieza lo que podría llamarse el clímax argumental, del que sin duda se hablará en el club de lectura.
En palabras de la propia Defred, página 359, capítulo 41, pero claro, sacándolas de contexto para mis intereses, es una novela en la que se describe el tiempo “Y hay mucho tiempo que soportar, un tiempo tan pesado como la comida frita, o la niebla espesa”.
Así he llegado al epílogo, que, para mí, aunque constituya el anticlímax, ha sido como pagar una deuda a los lectores, la justificación que desde el futuro dan los historiadores a la era gileadiana y a los terrores de la instauración de la nueva sociedad.
Qué me decís, ¿os ha entrado miedo de que esto pueda llegar a ocurrir y no solo en los países donde ya sucede, sino en los llamados occidentales? La verdad es que no estamos muy lejos de ello.

El testimonio escondido de Defred, una "criada", nos muestra el desarrollo de la nación de Gilead, alternando el pasado y el presente. Con recuerdos que muestran cómo la libertad individual se va recortando, los efectos que esto tiene en las mujeres en especial, y un adoctrinamiento rígido en el nuevo sistema con claros tintes religiosos.

Nos abrimos paso en una sociedad en la que la mujer pasa a estar subordinada al hombre en todos los aspectos y en una división por colores en función de su papel de criadas, esposas o Marthas (trabajadoras domésticas). de la mano de nuestra protagonista se nos mostrará un mundo distópico en el que toda disidencia es castigada o con la muerte o con castigos físicos, unidos a los psicológicos inherentes a la situación.

En conjunto, la historia es adictiva, mostrando en cada capítulo una faceta nueva de esta realidad, que te hace acercarte a cómo su protagonista vive en tensión y miedo constantes. La impotencia, la sumisión obligada y el sufrimiento, se muestran de una forma muy clara, aunque en algunos momentos se disocie mentalmente de esa realidad para que percibamos lo mucho que la afecta a nivel psicológico. La crítica social sobre el papel de la mujer como mera reproductora está presente en todo momento, de la mano de teorías que buscan justificar esto y que son muy reales en determinados regímenes políticos.

Todo ello la hace una lectura muy interesante, ocultando una fábula social y moral. La única pega que le pongo es lo corto que es y lo mucho que todavía podría haber explorado la autora este interesante universo.

Colibrí.

Se trata de una distopía en el que un gobierno totalitario, en un futuro hipotético, quita de un día para otro todos los derechos de las mujeres, tratando a las que son fértiles como propiedad de la clase dominante. Es tal la eliminación de sus derechos que incluso les tienen prohibido leer, moverse libremente o hablar entre ellas. La historia es contada en primera persona, a través de Defred, una de las criadas, así es como llaman a las mujeres que han sido esclavizadas, tras haber sido separada tanto de su esposo como de su hija. Consideradas objetos, son obligadas a tener relaciones sexuales con el único fin de concebir un hijo. Son esclavas de los hombres y de la sociedad bíblica y patriarcal en la que viven. Existe un continuo ambiente vigilado en el recinto donde conviven, donde lo prohibido se castiga severamente incluso con la muerte y su posterior exhibición en un lugar conocido como el Muro, a la vista de todos. El libro va dando saltos entre el presente y el pasado de la protagonista, y así vamos conociendo los motivos y la transformación de la sociedad donde hubo un gran aumento de infertilidad y esterilidad, y ante esta emergencia plantearon que las mujeres solamente tenían el derecho de procrear nuevas vidas, esclavizando a las que consideran fértiles. Habiendo sido publicada en 1985, Margaret Atwood hace hincapié en la importancia de la igualdad de derechos entre hombre y mujer, además de tocar temas muy presentes en la actualidad como el uso de vientres de alquiler; una pesadilla feminista en la que te hace reflexionar ya que este hipotético mundo podría suceder en la realidad debido a la mentalidad que aún hoy en día existe en el mundo. Un gran libro que no te deja indiferente ante las acciones que se van descubriendo en cada página.

Los Estados Unidos que alguna vez conocimos han dejado de existir y un grupo de teócratas se han hecho con el poder. Ahora Gilead, un estado sin libertad de prensa y sin ningún derecho para las mujeres ocupa el territorio de lo que alguna vez fue la unión americana. Defred, una mujer que hace parte de la generación que vivió el cambio de la forma más radical pasa sus días intentando hacer lo único para lo que sirve en este nuevo régimen: procrear.

Esta es una historia sobre la cotidianidad de una casa en medio de un régimen que le ha robado todo deje de libertad a todos los individuos que viven bajo su mandato desde el punto de vista de una criada, para unos la más afortunada, para otros la más desdichada.

El cuento de la criada es uno de esos libros que para mí confirma el porqué no debo leer un libro cuando está en boca de todo el mundo. Es un libro que logré disfrutar, pero por motivos muy diferentes a los que todo el mundo menciona y que va en vía diferente a la que uno tiene por expectativa.

Es una historia que se lee fácil, la forma de narración en primera persona —más adelante descubrirán el motivo de esta forma— permite que exploremos la cotidianidad de la protagonista, de los demás miembros de la casa y su pasado, tanto el cercano como el remoto. de esta forma iremos reconstruyendo los últimos días del anterior Estado y los primeros días de este totalitarismo. Esto abre la puerta a que cada tanto se entable un paralelo entre la vida de antes y del ahora de ella; recordará lo que hacía, lo que ha cambiado y para qué se usaban ciertos lugares antes de que todo cambiara.

Lo que más me llamó la atención de El cuento de la criada es la creación del mundo distópico que plantea Atwood. Acá no nos encontraremos con tecnología hiperavanzada o invenciones ajenas para nosotros. Eso no tiene cabida acá. En cambio nos encontraremos con los artilugios cotidianos de los años 80 tal cual se venían usando antes de la instalación del nuevo orden, Creo que este es el principal elemento que diferencia a El cuento de la criada y a su autora de otras distopías. Atwood es capaz de dejar sobre la mesa los elementos actuales que podrían hacer parte de una distopía.

El ambiente de la historia es claustrofóbica, siempre está presente la sensación de encierro y atadura que causa un régimen del tipo. Junto a esto está el hecho de que no nos encontramos con una protagonista que hace parte de las élites del nuevo orden, ni con alguien con ínfulas revolucionarias que quiere que las cosas cambien. Estamos ante una narración de lo coloquial, del día a día de alguien que vive dentro del régimen. Así que, naturalmente, no nos encontraremos con grandes pasajes o hechos. Todo va de la mano con la cotidianidad.

Esto causa que nos quede la impresión de que la forma de vida de Defred es la espera. Parece que es lo único que sabe hacer y que es su rol dentro de la sociedad: tiene que hacer lo propio para darle un hijo al comandante, tiene que esperar para recibir noticias de su amiga, su antiguo amor y su hija. Solo le queda esperar.

La atmósfera de encierro, secreto y tensión constante que se crea alrededor de los personajes hace que la novela se convierta en toda una intriga y que cada cosa que pase solo contribuya al aumento de la intriga. de la nada, Defred tiene secretos con ambos bandos de la casa y ambos bandos parecen estar en condiciones de negociar con ella para que las cosas mejoren. Y de nuevo la intriga aumenta, aumenta y aumenta hasta el punto de querer conocer la identidad del espía y los verdaderos intereses de cada uno de los involucrados.

Como en todas las distopías, en El cuento de la criada siempre está la duda de si la guerra y las noticias que dan de ella de verdad existen o son una treta del gobierno para controlar a su pueblo.

Es demasiado fuerte el asunto que se teje en torno a las caricias y el enajenamiento del cuerpo. El momento en el que Defred llega a desear que la toquen es la cúspide de esta locura. Es el momento en el que fui capaz de distinguir todas las pérdidas que había sufrido y la resiliencia que ahora habitaba con ella.

El final es bastante insípido y la historia, que no parece ir a ningún lado la mayoría de las veces, no va a ningún lado al final. Deja ese sinsabor de querer que pase algo contundente que cambie la vida de todos así sea al final, pero no, ese no es el caso y en vez de respuestas, nos tenemos que conformar con más preguntas y más intrigas al final.

La “conferencia” que hay al final del libro es un detalle de fina coquetería que esclarece algunas de las preguntas —sobre todo en la forma— que como lectores pudimos tener durante la lectura, da sentido a algunas de las cosas y resulta aliciente saber que la dichosa conferencia sucede luego de la caída del terrible régimen de Gilead. A lo mejor, en algún lugar Defred esté a salvo. Eso espero.

Siempre digo que me flipan las distopías, son libros que siempre caen, así que este de mediados de los ochenta no iba a ser menos.

Por mi parte, se hizo esperar porque se puso la serie de moda y –como he dicho alguna vez por aquí- me saturo pronto si tengo algo hasta en la sopa y lo dejo aparcado. Así que le tocó turno hace poco, en una lectura conjunta de instagram.

Nos narra todo, con fina ironía y en primera persona, una Criada, al principio estamos un poco perdidos, ya que se nos va desgranando la información, bien a tiempo real, bien mediante flashbacks al pasado, a la “vida de antes”.

No sabemos exactamente qué ha pasado, solo que la mujer ha pasado a ser algo menos que un cero a la izquierda, aunque cuente con un status alto en la escala social que muestra la historia.

Tenemos a las Esposas, las Econoesposas, las Marthas, las Tías… y las Criadas, que vienen a ser algo así como la mugre; y sí, por supuesto que se nos explica por qué. También están los hombres, el sexo masculino, los que ganan dinero, trabajan, tienen vida aparentemente social (las Esposas quizá también, pero sólo con otras Esposas), los que se encuentran absolutamente por encima de absolutamente todo, sobre todo si tienes vagina.

Es una historia repleta de personajes y escenas muy muy potentes, que se lee súper rápido, pues está contada de manera muy fluida y muy de tú a tú (literalmente), de manera que nos metemos muy bien en la piel de la protagonista, de hecho sufrimos con ella, además de sorprendernos y sentir una angustia espantosa en según qué momentos.

Si bien sabemos lo que ha ido ocurriendo a base de pinceladas, mínimas, no podemos evitar sentir curiosidad por todo: qué ha ocurrido, cómo han llegado a esta situación, el por qué de la misma, con qué fin… Sólo nos dejan ver que hay una especie de guerra, que la información está capada, y que se ha decidido que lo mejor es que la mujer no posea absolutamente nada. Ni su puñetero nombre real.

Me ha parecido un libro brutal, pero a la vez demoledor, con un final horrible y desolador, que me ha dejado con un nudo en la garganta y ganas de gritar “¿¡PERO Y AHORA QUÉ!?.

No puedo más que recomendar esta genialidad.