El testimonio escondido de Defred, una "criada", nos muestra el desarrollo de la nación de Gilead, alternando el pasado y el presente. Con recuerdos que muestran cómo la libertad individual se va recortando, los efectos que esto tiene en las mujeres en especial, y un adoctrinamiento rígido en el nuevo sistema con claros tintes religiosos. Nos abrimos paso en una sociedad en la que la mujer pasa a estar subordinada al hombre en todos los aspectos y en una división por colores en función de su papel de criadas, esposas o Marthas (trabajadoras domésticas). de la mano de nuestra protagonista se nos mostrará un mundo distópico en el que toda disidencia es castigada o con la muerte o con castigos físicos, unidos a los psicológicos inherentes a la situación. En conjunto, la historia es adictiva, mostrando en cada capítulo una faceta nueva de esta realidad, que te hace acercarte a cómo su protagonista vive en tensión y miedo constantes. La impotencia, la sumisión obligada y el sufrimiento, se muestran de una forma muy clara, aunque en algunos momentos se disocie mentalmente de esa realidad para que percibamos lo mucho que la afecta a nivel psicológico. La crítica social sobre el papel de la mujer como mera reproductora está presente en todo momento, de la mano de teorías que buscan justificar esto y que son muy reales en determinados regímenes políticos. Todo ello la hace una lectura muy interesante, ocultando una fábula social y moral. La única pega que le pongo es lo corto que es y lo mucho que todavía podría haber explorado la autora este interesante universo. Colibrí. |