Mujeres del alma mía (2020) es el primer libro de no-ficción de la autora, un ensayo y un ejercicio de la memoria sobre el feminismo, lleno de recuerdos y anotaciones muy personales (recuerdos, reflexiones, poemas), escrito a la manera de esta escritora, es decir, ameno, divertido, lleno de mansedumbre, sinceridad y de sentido común. Me parece que ya había escuchado algunos de sus planteamientos en alguna conferencia internacional, pero es grato poder leerlos. La portada del libro es muy llamativa, predomina el rojo, color de la pasión y con las letras amarillas bailando en el centro como ascuas. Colores vivos y vibrantes como le gusta lucir a Isabel Allende. De alguna manera este libro es una oda al feminismo, sin agresividad ni alevosía, sólo citando algunos hechos concretos que ella denuncia. Isabel Allende sueña con terminar con la violencia de género aún tan presente. Es un libro hecho de capítulos muy cortos, fácil de leer, con dos figuras importantes : la de su madre Panchita y la de su abuelo materno que se erige tal un Comendador; un libro donde Isabel Allende va desgranando su vida y sus experiencias con el feminismo y que fueron muy tempranas. Isabel Allende es una mujer muy vital, intensa, que cree en una fuerza poderosa que aúna las mujeres, cree en una solidaridad de género; también cree en el amor, sin límites de edad y reivindica vivir con pasión. Y termina con una nota esperanzadora tras dos años de reclusión dolorosa para el planeta con la pandemia: espera que salgamos de esta crisis con un mundo mejor, menos consumista, más abierto hacia los otros, más respetuosos hacia la Tierra. Critica a sus compatriotas chilenos que le han negado por años un reconocimiento literario y confiesa que se debe en parte a la nefasta costumbre chilena del « chaqueteo », un deporte nacional que consiste en criticar a todo aquel o aquella que logra destacarse del montón (la envidia, pero no sana) y que equivale a pescar por el faldón de la chaqueta a alguien para tirarlo hacia abajo, para rebajarlo y reducir así su mérito. Y si la víctima es mujer, entonces se le hace un ataque frontal a su género. Entre tanta citación, escogeré una del final, que proviene del escritor uruguayo Eduardo Galeano y que a la escritora le parece confusa, pero que a mi me gusta…"al fin y al cabo, el miedo de la mujer a la violencia del hombre es el espejo del miedo del hombre a la mujer sin miedo"…( es verdad que hay pocas mujeres sin miedo individualmente, por eso es que es necesario agruparse para sentirse invencibles). Enlace: https://pasiondelalectura.wo.. + Leer más |