Los diarios secretos de Miranda de Julia Quinn
Aún así, lo había mirado. Lo seguía queriendo. Lo querría siempre. Era el hombre que le había hecho creer en sí misma. Turner no tenía ni idea de lo que le había hecho, de lo que había hecho por ella, y seguramente nunca lo sabría. Sin embargo, ella seguía deseándolo. Y seguramente siempre lo desearía.
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