El vizconde que me amó de Julia Quinn
Era aquella chispa. Aquella maldita chispa que nunca parecía apagarse entre ellos. Aquel espantoso hormigueo de reconocimiento que le consumía cada vez que ella entraba en una habitación, tomaba aliento o movía la punta del pie. Aquella desazón de saber que él seria capaz, si se daba la oportunidad, de amarla. Que era lo que más temía en el mundo. |