Los fuegos de otoño de Irène Némirovsky
Durante cuatro años, los hombres se habían habituado a muchas cosas nuevas: la angustia, el dolor, la desesperación, la familiaridad, heroica o vulgar, con la muerte... En cambio, habían perdido la vieja y sana costumbre del aburrimiento. Se hablaba mucho del aburrimiento de las trincheras, pero estaba basado en la angustia y la esperanza.
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