El surcoreano Byung-Chul Han, uno de los filósofos contemporáneos con mayor repercusión, publica ‘Buen entretenimiento’ (Herder). Babelia adelanta un capítulo.
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El surcoreano Byung-Chul Han, uno de los filósofos contemporáneos con mayor repercusión, publica ‘Buen entretenimiento’ (Herder). Babelia adelanta un capítulo.
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En este librito Byung-Chul Han hilvana ideas y, aunque no concuerde plenamente, agradezco que me haya hecho revisitar sus fuentes, los textos madre con los que zurce su discurso dando una y otra puntada parafraseada: sobre todo cuando dialoga con Walter Benjamin. Según Han y Benjamin estamos perdiendo la paciencia para escuchar con atención y para narrar, está desapareciendo la experiencia y por eso también se está perdiendo la transmisión de la experiencia (la narración). Después de todas estas lecturas todavía valoro más la textura narrativa de nuestra existencia: somos seres misteriosos y necesitamos la costura mágica y libre de la narración, que entreteje los materiales de nuestra vida vivida para comunicarnos e intercambiar experiencias, para dar sentido, comprender y construirnos como comunidad. Necesitamos narración para hacer carne lo abstracto, para bordar nuestros huecos. |
En este libro el filósofo coreano sigue su cruzada contra la sociedad capitalista actual, que con una ideología neoliberal predominante, hace del individuo un ser esclavizado con puro consentimiento, enganchado a las nuevas tecnologías, mientras este soma le va quitando la vida, convirtiéndole en un ser productor sin que apenas se dé cuenta de ello. Según Byung-Chul el individuo acepta ser esclavizado, ¿acaso es consciente de qué lo está?, y sin apenas rituales, ya que la religión poco a poco va desapareciendo, se entrega a una vida que no tiene fin, donde los sentimientos se amplifican, distorsionan, donde un "like" sirve para sentirse inmerso en una comunidad inexistente, y donde los datos se convierten en los nuevos dioses. Datos, millones de ellos, hasta para eliminar enemigos, en un macabro juego de guerra que se convierte también en un elemento más de la cadena de producción. Otro magnífico ensayo, muy crítico, una nota discordante ante la globalización, el capitalismo, la sociedad de las comunicaciones... Nada es lo que parece, o tal vez si. + Leer más |
En “La desaparición de los rituales”, el filósofo coreano postula que una y otra desconfían de la ambigüedad y piden significados transparentes.
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Ensayo sobre la importancia de tener en cuenta "al otro" para poder vivir una vida completa. La alteridad es necesaria, y evitarla es un error que llevamos cometiendo demasiado tiempo.
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¿Es más libre el ser humano ahora? ¿Elegir qué contenidos ver, crear, criticar, le hace más libre? Para Byung-Chul rotundamente no. Crítico feroz de la sociedad digital, el neoliberalismo, la cultura de masas, y la masa misma, no deja títere con cabeza en esta sociedad mediocre, igualitaria, e ignorante, que se cree de lo más "cool" cuando en realidad se ha convertido en un batiburrillo sin sentido, inhumano, cuya esclavización apenas si notan algunos, los más espabilados, supongo. Acompaña esta critica despiadada con fragmentos de libros de autores que entienden la vida de otro modo, y que seguramente ni siquiera estarán hoy en los planes de estudios. Novalis, Kafka, Barthes, Blanchot... hasta Momo de Michael Ende, asoma sus deditos por este pequeño ensayo que da para meditar largo y tendido sobre globalización, terrorismo, comunicación, cultura... Si la sociedad se ha vuelto más perezosa, superficial, inhumana, "boba", infantil, dependerá de quién lo cuente y qué argumentos utilice. Lo que a mí no me cabe duda es que los de este filósofo coreano son muy coherentes, y visto lo visto, coherencia es lo menos que se puede ofrecer a quién te intenta convencer de que estás equivocado... ¿o será él el que lo esté? Para esto sirve la filosofía, para dudar, es tan sano. + Leer más |
Me ha gustado bastante. La tesis del libro es simple: el concepto de transparencia, llevado a la práctica, no es tan bueno como parece y lo está inundando todo. Se remonta a los orígenes de lo que llama la sociedad de la transparencia hasta Rousseau, y explica cómo ya en su nacimiento adquiere tintes autoritarios. El francés dice que su ley máxima es "no hagas nada que no puedan saber los demás". De hecho, estuvo en contra del teatro por considerarlo oscuro y falso, y opinaba que era mejor que viviéramos en ciudades pequeñas, donde todos podemos saber todo de todos. Para él, el ciudadano ideal era aquel que hacía su casa no hacia dentro, sino hacia fuera, para que todos pudiesen verlo. Un poco chungo, el Rousseau. Es fundamental el significado que le da a la pornografía, para él cualquier cosa puede ser pornográfica en cuanto pura exhibición, cuando ha perdido cualquier posible lectura personal por carencia de deixis. Está eliminada la libre interpretación, el mensaje es directo entre el objeto y el ojo receptor. La posibilidad de cualquier hermenéutica es totalmente masacrada. La transparencia se ha convertido hoy día en una forma de regulación de la sociedad, en una máquina de hacer iguales. No solo abarca la política o la economía, sino que se adentra en cualquier aspecto de la sociedad, termina con la privacidad, te hace vivir de cara al mundo y no a ti mismo. Pero hay algunos problemas: ni siquiera las personas son transparentes consigo mismas, como Freud indicó con el yo, el ello y el superyó. El humano es incoherente, está en lucha desgarrada continuamente consigo mismo. Me ha encantado esta reflexión: la transparencia es una consecuencia de la desconfianza, de una sociedad donde la lealtad se ha perdido y la única forma de conseguir transparencia es el control. Este control, además, no es visto como algo opresor (que lo es), sino que lo asociamos a nuestra libertad individual porque nos sentimos más informados. Mola, además, que el autor no se pierde en un frenesí de léxico incomprensible como suelen hacer los filósofos. Es simple y va directo al grano. Es guay. + Leer más |
Llevaba un tiempo con gamas de adentrarme en la obra de Byung-Chul Han, por su forma de percibir ciertos problemas sociales y psicológicos de las últimas décadas. Debo decir que a pesar de si escasa extensión, esta no es una obra en absoluto ligera, y conviene detenerse para comprender lo que en esta obra se expone, principalmente porque plantea una serie de cuestiones que a priori podrían parecer contradictorias, pero que cobran sentido una vez se analizan los razonamientos que aquí se plantean. Creo que vale la pena dedicarle un mínimo de tiempo y esfuerzo a este libro.
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Gran libro a modo de ensayo que te hace reflexionar sobre el funcionamiento de la sociedad y la pérdida de visión real de la vida a la que hemos llegado. Un libro necesario para remover conciencias.
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No es la primera vez que tengo en las manos un texto del filósofo surcoreano Byung-Chul Han, pero en aquella ocasión no pude terminarlo, no recuerdo si porque el tema no me era especialmente interesante o porque no era el momento para ello. En las primeras páginas de La sociedad del cansancio tuve una sensación parecida: quiero entenderte, pero no sé si lo conseguiré. Una sensación que se fue aclarando conforme pasaron los capítulos y que, además, se fue convirtiendo en un ímpetu: te entiendo y además estoy de acuerdo contigo. En este ensayo se nos habla, fundamentalmente, de cómo la histeria represiva del siglo XX (que nos obligaba a expulsar de nosotros mismos la otredad, emulando el proceso que siguen las enfermedades inmunológicas) ha dado paso a las enfermedades paradigmáticas de nuestro siglo actual, como son la depresión, el TDAH o el TLP. Ya no somos víctimas de una infección, sino que somos los que, de alguna manera, causamos o potenciamos este sufrir neuronal. Para explicar esta cuestión, conoceremos cómo hemos pasado de estar inmersos en la sociedad disciplinaria a la sociedad del rendimiento. La libertad y la iniciativa acaban volviendo al sujeto posmoderno preso de sí mismo, ya no necesitamos la opresión externa; la posibilidad de hacer siempre más y más acaba siendo la jaula de oro en la que el pájaro de la depresión rompe el cascarón. Esta es la clave que sustenta la disertación a lo largo de la obra, aunque quizá, en los últimos coletazos, tiende a ser demasiado repetitiva. Aun así, creo que es un texto cuya actualidad es razón suficiente para añadirle nuestra propia capa de lectura. Sí, todos sabemos que estamos inmersos en una rueda de hámster eterna y disparatada, todos sabemos que somos más de lo que hacemos, de lo que nos decimos y de lo que pensamos; pero es necesario leerlo, que se nos estampe en los ojos del alma con la suficiente fuerza como para, aunque sea por unos minutos, despertar. Que el cansancio sea la llave que abra la puerta de nuestra mente y no la ventana por la que queramos arrojarlo todo. Enlace: https://www.instagram.com/p/.. + Leer más |
Hacia tiempo que no leía un libro de filosofía, pero gracias a mi querida esposa he tenido la oportunidad de descubrir a Byung-Chul Han, un autor formado en Alemania (doctorándose con una tesis sobre Heidegger). En su ensayo "La sociedad del cansancio", publicado en España por @herdereditorial, se ocupa de las enfermedades emblemáticas de la época actual, las neuronales. Los virus pueden poner en jaque a nuestra sociedad, pero ya sabemos cómo defendernos de ellos, disponemos de técnicas inmunológicas que nos permiten hacer vacunas, y medidas para prevenir su contagio. Sin embargo, la depresión, el trastorno por déficit de atención con hiperactividad (TDAH), etc., no son infecciones, sino que de acuerdo a este autor, surgen como consecuencia de un exceso de positividad. La obra está repleta de ideas y conceptos con los que el autor va construyendo una interesante argumentación que, si el tipo ha necesitado más de 100 páginas de jerga filosófica para desarrollarlas, no voy a ser yo el patán que trate de resumirlas en un par de líneas. Una de mis conclusiones al leer el libro ha sido reafirmar mi convicción en la importancia de estudiar filosofía en la educación secundaria. No puedo negar que en la filosofía hecho en falta cierta objetividad científica a la que estoy más acostumbrado y con la que me encuentro más a gusto. Y aún así, reconozco que en este mundo complejo que nos ha tocado vivir, los filósofos cuentan con herramientas para diseccionarlo, analizarlo, y llegar a conclusiones razonadas, lejos del ruido provocado por la desinformación y las fake news. Este libro es una magnífica prueba de ello. + Leer más |
El libro “La sociedad del cansancio” puso al filósofo surcoreano, Byung-Chul Han, en el panorama de la filosofía y la crítica mundial. En su libro, Han, reflexiona sobre la sociedad actual y el ritmo de vida del ser humano de la modernidad tardía. Según él, el cambio en el modo de vida del siglo XXI, se dio por nuevos avances en la ciencia y la forma en que el enfoque científico y médico pasó de temer a las amenazas del exterior que buscan “contagiar” a un cuerpo, al estudio de las amenazas internas del mismo cuerpo que lo atacan desde su interior. Para probar esta hipótesis, Han recurre a diferentes autores, que van desde Freud y Kant hasta Nietzsche. Dentro de estas fuentes resalta el dualismo entre la negatividad y el positivismo, estos, entendidos como la negatividad a hacer algo o el deseo de hacerlo y el positivismo como el deseo y optimismo de hacer algo. A la par de esta negatividad y positivismo, también se presenta un dilema entre libertad y coerción; la libertad entendida como la posibilidad de no hacer por voluntad propia y disfrutar del ocio; la coerción se entiende como la necesidad del hombre de explotarse a sí mismo para probarse que puede hacer más cosas y a la vez debe producir para encontrar su lugar en la sociedad. Igualmente, a lo largo del libro, el autor se centra en tres enfermedades que representan las condiciones del estilo de vida actual: la depresión, el trastorno por déficit de atención con hiperactividad y el Síndrome de desgaste ocupacional (burnout). Estas tres enfermedades son tratadas en todos los capítulos y observadas desde diferentes perspectivas en las que la relación del hombre con su entorno y la manera en que el ser humano se reconoce frente a los demás, se convierten en la aceptación de la explotación individual para ser reconocido como otro integrante productivo de la sociedad. Finalmente, el libro cuenta con un apéndice de cerca de 40 páginas en las que se trata a mayor profundidad la sociedad del “burnout” y se analiza la necesidad que tienen algunas personas de llevar su esfuerzo al máximo para probarse a sí mismos que pueden rendir y hacer cosas grandes, llegando incluso a sacrificar su salud y su vida, llegando a alcanzar un estado zombie, en el que vive para trabajar y trabaja para vivir, pero no hace nada por brindarse diversión ni cuidarse a sí mismo. En conclusión, “la sociedad del cansancio” es una gran crítica a nuestra sociedad actual, donde se presentan las numerosas consecuencias de tener un modelo de vida enfocado en maximizar la producción y las ganancias, sin tener en cuenta la salud corporal y mental de quien produce. El libro, al estar escrito en un lenguaje entre científico y filosófico, presenta un grado de dificultad en su lectura; sin embargo, el manejo de los términos y la idea central del texto, ayudan a entender mejor sus páginas. Enlace: https://cosimoenlosarboles.w.. + Leer más |
Lector, si crees que en este libro solo vas a encontrar referencias a tomateras, métodos de cultivo, o condiciones de riego, estás muy equivocado, porque el autor es filósofo, y éste siempre mira el mundo desde una perspectiva muy particular, haciendo de lo simple algo complejo y bello, pues el mismo conocimiento es fuente de belleza... ¿Existe algo más bello que la contemplación de la naturaleza? El Byung-Chul Han que escribe este libro vive en Berlín, y un buen día decide dedicarse a la jardinería pues añora la cercanía terrena, ese sentimiento de pertenencia que genera el embadurnarte las manos con mantillo cuando estás con las macetas, vaya. Su experiencia durante tres ciclos estacionales cuidando el jardín que llamaría Bi-Won (Jardín secreto) están narrados en Loa a la tierra, un diario de jardinero (el último capítulo, y más extenso, de hecho se llama así) donde asistimos a la satisfacción por el trabajo manual, la recompensa en forma de fragancia, color, o simplemente ver nacer un pequeño brote en pleno invierno. Si, esto es importante, su jardín es de invierno, las flores y plantas que allí cultiva soportan las heladas y el clima extremo de la ciudad alemana, y él no se cansa de repetirlo, satisfecho por comprobar como ni siquiera las nevadas más grandes tronchan algunas de las flores más hermosas que atesora. ¿Y cómo es el resultado literario de un filósofo metido a jardinero? Una mezcla encantadora de nombres botánicos (prímula, arañuela, forsitia blanca, acónito de invierno, madreselva...) citas literarias (el Hiperión de Hölderlin de manera preeminente), pensamientos filosóficos (algunas flores poseen algo de metafísico) y conmovedoras declaraciones personales (no le gusta viajar, ni el calor, prefiere la sombra, y odia las hojas del roble por ser demasiado toscas), entre las que destaca la crítica al digitalizado mundo en el que vivimos, y al ser humano en general: "Lo único que estropeaba la fragante calma de la naturaleza fue la penetrante pestilencia de lo humano, incluso de lo demasiado humano." Los primeros capítulos son muy hermosos, pero el capítulo final, el diario del jardinero, en algunos momentos resulta un tanto reiterativo. Aún así merece la pena leerlo, resulta apacible y hermoso sumergirse en un jardín, aunque sea de invierno. + Leer más |
¡¡¡AVISO A NAVEGANTES!!! Esta reseña no contiene spoilers como tal pero sí que hago mención a algunas reflexiones planteadas por el autor que han sido de mi interés. El mundo está en constante cambio y el rumbo al que nos dirigimos parece difuso. No es algo propio del ser contemporáneo, sino innato a nuestra especie, con la diferencia de que ahora disponemos de medios, "tiempo" y sobre-información para poder reflexionar al respecto. La propuesta de Byung-Chul Han es sencilla pero te hace mella. Estructurada en breves capítulos de temáticas relacionadas como la inteligencia artificial, las redes sociales o el smartphone, va trasladando al lector por los principales hitos del siglo XXI, haciéndolo pensar sobre cómo ha cambiado la forma de relacionarnos, trabajar o incluso sentir de nuestra especie al valernos de este tipo de instrumentos. La crítica es dura y no te deja indiferente, aunque el tono del mensaje hace que se pueda leer con ligereza (pese a la abundancia de citas que encontramos en el discurso). Según el filósofo, la sociedad está en un momento de deriva social, en una evolución imparable hacia una sociedad lúdica en la que el hombre ya no vive para pensar o actuar sino para disfrutar, dejando a la máquina el poder de objeto pensante que nos permite reinvertir el tiempo, dejar descansar nuestro cerebro y a la vez, altera de forma definitiva nuestra existencia. Son múltiples los paralelismos con otros períodos de la historia de la humanidad, estableciéndose algunos que nunca me había planteado como el papel mitificante del teléfono inteligente que se desarrolla en el capítulo homónimo. ¿El ser humano actual está olvidando la religión o sus deidades son otras? ¿Es una filosofía al uso, práctica, instrumental, o realmente estamos errando al comparar ideas tan opuestas? ¿Cómo puede afectar a nuestras relaciones el ser percibidos como seres online, al acostumbrarnos a delegar en objetos, al sobreexponernos a un mundo virtual que no podemos controlar? Estas son algunas de las cuestiones sobre las que he podido reflexionar gracias a este ensayo, sin duda, una lectura interesante que me ha dejado con ganas de leer más sobre el tema, aunque sí que es cierto que puede pecar de sencilla en algunos momentos y no ser la más idónea para el lector versado. + Leer más |
Ensayo filosófico de Byung-Chul Han en el que se construye una idea sobre cómo la digitalización ha transformado por completo la vida de las personas. Para el filósofo coreano, el mundo ha pasado de una especie de estado corpóreo basado en multitud de objetos (físicos), que en muchos aspectos daban sentido a nuestras vidas, a un mundo basado en datos. Esto, según Han, ha provocado una deshumanización: "La digitalización desmaterializa y descorporeiza el mundo. En lugar de recuerdos almacenamos datos". Su punto de vista resulta muy interesante y ameniza la lectura a lo largo de algunas páginas que pueden resultar un tanto complejas. El capítulo final dedicado a su experiencia con el mundo tangible a través de una vieja grámola, es un excelente resumen de todo el pensamiento que muestra en este ensayo, que en mi opinión se fundamenta en esta idea: "Nuestra sociedad actual vive una continua cadena de estímulos a través de sorpresas, fundamentadas en la falsa necesidad continua de recibir/conseguir nueva información y mediante esta rutina olvidamos las cosas cotidianas que para Han, no nos estimulan, pero nos anclan en el ser." "Las cosas duraderas crean un entorno tangible que habitar mientras que la informatización las desnaturaliza. El mundo se convierte en algo intangible y efímero. La información intangible, que cambia con rapidez, hace que las personas la busquen continuamente. Se busca el estímulo fugaz y la vida se desestabiliza." Lectura muy recomendable. + Leer más |
Somos conscientes de que consumir información (por desgracia no solo información de calidad) se ha convertido en una de las máximas necesidades actuales. En No-Cosas el filósofo más leído de la actualidad reflexiona sobre ello. Merece la pena un acercamiento.
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Este ensayo de 121 páginas, repleto de citas, es una invitación a pensar cómo nos relacionamos con la tecnología, a dar valor al silencio y a la escucha, a dedicar tiempo a los rituales, a la observación larga y lenta, a la memoria, a los vínculos, al corazón—que el ruido de la información (las no-cosas) y del uso excesivo de las redes sociales pueden llegar a suplantar. El mundo se está informatizando y llenando de datos almacenados, se está vaciando de cosas y recuerdos. Según Byung-Chul Han somos Phono Sapiens, inestables, consumistas, selectivos pero inactivos, fetichistas y cazadores de información. Nos volvemos ciegos a las pequeñas cosas, buscando megustear. A punto de acabar el año, estas instantáneas son una oportunidad para parar y reflexionar, sobre todo en estos tiempos actuales en los que nos vemos obligados a dejar aparcado lo físico de nuestras vidas, en los que todo se está volviendo digital, hasta las relaciones y los abrazos. |
Pocos libros pueden resultar más tentadores e interesantes para entender la crisis del coronavirus y la deriva totalitaria de los Estados que Psicopolítica de Byung-Chul Han.
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En “Psicopolítica” el filósofo de Corea del Sur, Byung-Chul Han, nos presenta la evolución del concepto de “Biopolitca” que pasa ahora a convertirse no sólo en una política orientada a los cuerpos y la existencia humana, sino que se concentra en las emociones, sensaciones y sentimientos de esas mentes que se encuentran al interior de los cuerpos que dan origen al Leviatán del poder colectivo que denominamos Estado. Fiel a sus teorías, el autor habla de una explotación autoinflingida por los sujetos a su propio ser; en la cual, el aprovechamiento del tiempo libre, la elección de una carrera y un trabajo, al igual que el éxito o fracaso en las decisiones laborales, sociales, políticas, e inclusive amorsas; terminan convirtiéndose en una responsabilidad individual de cada persona y no una responsabilidad colectiva, bien sea de la sociedad, del Estado o las diferentes instituciones que regulan la vida de los seres humanos. La psicopolítica y el sistema neoliberal, han vuelto al ser humano en su propia fuente de éxito y lo han llevado a una competencia con sus semejantes para alcanzar una estabilidad económica y social a costa de su propia salud mental. Para Byung-Chul Han, la psicopolítica ya no controla al cuerpo a través del panóptico de Bentam, descrito por Foucault en Vigilar y Castigar, ahora todos regalamos nuestros datos, comportamientos y preferencias voluntariamente en las redes sociales y somos nosotros quienes nos controlamos entre todos, reportamos los comportamientos diferentes, rechazamos los que no piensan como nosotros y le demostramos nuestra aceptación a los demás a través de “me gusta” y “compartidos”. El principal atractivo de la era de la psicopolítica es que nos sentimos más libres que nunca, pero estamos más vigilados y controlados de lo que alguna vez hemos estado. De allí que la gran distopía de Gran Hermano haya pasado de un líder que todo lo controla, a un aparato que todo lo oye y analiza para generar patrones de comportamiento y canalizar preferencias que luego serán aprovechadas por el marketing y por la política misma. En la era de la psicopolítica, todo es un bien de consumo, por ello, la política misma se alimenta del comportamiento humano, de las preferencias evidenciadas en las redes sociales y de aquellas cosas que se buscan en la red. La política ahora también busca “Me gusta” conectar con aquel mundo digital en el que se mueven los votantes, generar cadenas de información (o desinformación) para apelar a los sentimientos y convencer así a las personas de que su elección, más que racional, obedece a unos estímulos pasionales que los llevan a las urnas pensando en un sentimiento. La solución a esta era de psicopolítica, según Byung-Chul Han, es apelar al idiotismo, un idiotismo basado no en el desconocimiento, sino en la capacidad de autoexpresión e individualidad que pueda generar una identidad que rompa los patrones, que no tema no ser lo que los demás quieren ser. El idiota representa aquello que no está influido por los demás, la fortaleza de llevar la contraria en un mundo que tiene como norma seguir ciegamente órdenes y comportamientos predeterminados para crear armonía e igualdad. En un mundo donde todo se mide en “Me gusta” y el éxito está dado por el número de seguidores en redes sociales, aceptar ir contra la corriente es la mejor manera de mantener la cordura y salir del círculo vicioso de autoexplotación y búsqueda de aceptación que lleva a la gente a renunciar a sus deseos para mantenerse como parte de la sociedad. En conclusión, el texto, aunque corto, es una muy buena reflexión sobre la sociedad actual. Con el paso del tiempo, las teorías y reflexiones de Byung-Chul Han se van convirtiendo en una voz de alarma para la humanidad, en esa voz sensata que cuestiona la dirección de la turba cuando presiente que todos nos acercamos a un precipicio pero nadie ha querido detenerse. La voz de Byung-Chul Han debe ser escuchada y tenida en cuenta, pues cada vez se afirma más esa falsa ilusión de libertad y nos damos cuenta que siempre hemos estado controlados y lo peor es que aceptamos y cooperamos con ese control. ¿Qué haremos ahora que sabemos que siempre nos han estado vigilando y vamos por el camino que ellos quieren? Enlace: https://cosimoenlosarboles.w.. + Leer más |
Me declaro fan de Byung Chul Han. Y me da temor pensar que su profecía se haga real algún día. Pero mientras eso ocurre, es interesante encontrarte con una propuesta que choque de frente con el sistema y te vuele la cabeza. Hay mucho de cierto en que el individuo se está convirtiendo en patrón y trabajador y al mismo tiempo, aunque el detalle pernicioso de que todo ello responde a una maquinaria perfectamente construida nos deja en una situación de debilidad y destruye cualquier referente artístico de valores al anestesiarnos como sociedad. Psicopolítica (Herder, 2014) reúne conceptos de Orwell y Huxley y otros literatos y filósofos del control político de las masas. Foucault es una presencia constante durante toda la obra, y la teoría de este coreano se completa con el resto de su bibliografía, que trata de la decadencia de valores y el hedonismo generalizado que nos atonta desde distintos planos (el eros, la transparencia, el cansancio social, la falta de belleza, la intolerancia). En este caso, la libertad se vuelve una libertad fingida. Una máscara bajo la cual creemos ser libres siendo esclavos de nuestra propia autocensura. No quedan mecanismos visibles de control. Ya no hace falta que Bentham nos vigile desde su panóptico. La vigilancia es transversal, ejercida y consentida por todos y practicada desde cada casa, lo cual nos conduce hacia la introversión, la autocensura y la productividad privada e individualista. Del librito se desprende que lo que decimos, pensamos, hacemos y consumimos libremente es una pequeña parte del pensamiento, el discurso, la realidad y el consumo libre de una sociedad tabulada en común acuerdo que vive pasivamente una falsa realidad y compite por la constante publicación de lo íntimo como un gesto de autoliberación y completa transparencia, sin saber —o inconscientemente conscientes— de que todas las vidas quedan registradas digitalmente en algún lugar lejano y abstracto, pero accesible, y nos dominará y perseguirá como un pasado que se niega a marcharse. El principio de negatividad de Orwell ha cedido ante el panóptico digital; el dominio se ejerce ahora con libertad, porque nadie se siente ya observado ni vigilado, y es cada individuo el que da su permiso para ser vigilado, con un simple click. Individuo como panóptico. El poder ya no impone, seduce. El poderoso no prohíbe, invita, y es la aceptación la que engorda su poder, porque cuanto más conoce, más controla, más resta la capacidad de elección libre del ciudadano. Tenía ganas de escribir sobre Byung Chul Han, aunque sabía que escribir sobre una distopía tan ácida (¿de verdad es ácida?) es complicado, en tanto que cuestiona toda la estructura sobre la que navega la sociedad occidental. El afán de ser más transparentes, más competitivos, más eficientes, más abiertos, más libres, más, siempre más, es para el autor una maniobra orquestada por la mano invisible que se alimenta de almas que han vendido gratis su vida a cambio de sentirse libres en una sociedad de iguales. El coaching es una disciplina para vencer resistencias humanas y empujar a las personas a ser más productivas. Las redes sociales y el Big Data son la piscifactoría humana. El dolor y la negatividad son más estimulantes que la positividad, pero la represión, la censura, la hiperprotección ya no son necesarias para lograr el objetivo. Lo eficaz ahora es crear la sensación, la emoción, de ser libres, de inocular en la psique del ciudadano la idea moderna de que está incompleto, que es débil, que necesita impulsar su ascenso personal, y que un coach de vida le está esperando (previo pago) para guiarle hacia la realización colectiva a la que aspira la sociedad. Ese camino es la trampa para Han. Frente al discurso imperecedero de la razón, la emoción se revela mutable, cambiante; adquiere nuevos puntos de vista y muta para seguir ganando adeptos. Es más atractiva, y se vende mejor. Por eso, el objetivo es que el individuo sea proactivo, atento, proclive al cambio, a la moda, a lo que dicte el Cerebro del neoliberalismo de consumo y nula autorrealización. Sin normas, solo sensaciones, para que los límites del ser y el deber ser se borren para siempre y no exista nada más que el cambio constante, la continua liberación, la válida interpretación de todos, la ruptura de la norma como dogma o pilar básico. La rueda de la nada girando hacia ningún sitio. Digan adiós a la dictadura de la razón, y sean bienvenidos a la dictadura de la emoción. Enlace: http://manifiestorevolver.co.. + Leer más |
Moby Dick, Herman Melville