En 1989, en pleno despertar de la adolescencia y de la vida, Renata tiene que afrontar hechos traumáticos que marcarán toda su existencia. Ya en su adultez, intentando sobrevivir en la vorágine del día a día, su mente sigue regresando a Otaberra para intentar sanar y avanzar, pero es difícil escapar del pasado. Un viaje de la mano de una historia que nos llevará por la España de los años 80, las problemáticas de sus jóvenes, las drogas, la salud mental y la marginalidad social. Otaberra es una atrevida apuesta de la autora Elisa Victoria que tan buenas críticas recibió ya con sus anteriores obras Voz de Vieja y El evangelio. Con esta novela, da un giro radical a su estilo con un salto al vacío de estructura y trama totalmente experimental, saltos temporales, elementos oníricos, objetos humanizados… todo ello para recrear lo que una confusa mente anclada en el dolor puede contener. Un arrebato lector, como muy bien enuncia el título de la novela al revés. He de reconocer que me ha costado adentrarme en este mundo narrativo, y que he sucumbido en momentos por hallarme totalmente desconcertada con lo que leía. Sin embargo, al final todo encaja más o menos coherentemente y lo que no lo hace, no me ha hecho falta y ha quedado como punto a favor de la originalidad del texto. Un viaje alucinante para el lector, que, sumergido en este mundo onírico, acompaña a su protagonista en este camino de dolor y recuperación. Otaberra no es solo un lugar, es un recuerdo, es una vida feliz que se torna pesadilla, es un estado de ánimo que nos envuelve, es un ser independiente que absorbe nuestras energías. No busquéis lógica, ni explicaciones, tan solo dejaos envolver en este viaje, que es también el vuestro personal. Y es que todos tenemos un Otaberra en nuestra vida, se llame así o se llame como vosotros lo sintáis. + Leer más |