Algo pasó en 1989. Renata vuelve a ese año una y otra vez. El presente para ella no existe. El tiempo quedó detenido en Otaberra. Si me preguntasen de qué va Otaberra me costaría contestar. Quizás de cómo sucesos traumáticos llevan a la disociación. Quizás de la toma de consciencia de las propias emociones. de cómo cuesta recomponerse cuando algo se rompe. de la culpa. de un viaje hacia dentro de la vida de Renata. Un viaje a ninguna parte. Poco más que decir, porque es un libro sorprendente en su estructura (me sentí perdida en varios momentos), profundo y algo oscuro (los recovecos más recónditos de nosotros mismos lo son). Y sobretodo, es un libro que, a pesar de tenerte algo desorientada, te atrapa. |