El retrato de Dorian Gray

Libro que tuve durante años sobre la repisa de casa, pecando de asumir el saber de qué se trataba, solo por el clásico y breve resumen: «Dorian Gray, ese que se mantenía joven mientras su cuadro envejecía». Cuando en realidad era mucho, muchísimo más.

Hay que tener mucha suerte o ser un genio de la puta madre para que dos siglos más tarde tu obra (muchas) siga siendo considerada un clásico. Y Oscar Wilde se lo ganó.

El retrato de Dorian Gray para mí tiene muchas cosas cuestionables, pero antes de ponerme a romper los huevos con la moral de una novela escrita y ambientada en el siglo XIX, tengo que cerrar el hocico porque no tiene lugar acá.

La premisa es buena y adentrarte a la historia lo es todavía más. Sumergirse en una idea genial de cómo cada uno de tus pecados se ven reflejados en la pintura más perfecta que te ha retratado jamás, mientras físicamente te ves como hace veinte años atrás, cuando cada pincelada clamaba la pureza de tu alma que se fue deteriorando con una rapidez casi indescriptible. No me cabe ninguna duda la fascinación de Dorian y ese morbo de ver segundo a segundo cómo su cara se deformaba como si se tratase de un espejo.

Ser inmune al tiempo, ahogado en la belleza y el placer.

Pero como dice bien claro en el libro, el placer no es felicidad.

Una obra llena de significados y filosofías, trabajado de tal manera que llega a convencerte que el hedonismo es la verdad absoluta. Como dije antes, un clásico de clásicos que hasta podría decir que está adelantado a su época, y eso se ve reflejado en Henry Wotton. Personaje más cínico e hijo de puta, machista, cerrado, cabezota, egocéntrico, morboso en el peor plan, burlón, no es capaz de tomarse algo en serio, subestima a cada ínfimo ser vivo que lo cuestione, tratando a cada individuo que le es diferente como una rata de laboratorio con la que estaría encantado de poder analizar su comportamiento en profundidad, dueño un mal genio incomparable, con la facilidad de exponer cada uno de sus pensamientos como si fuese la verdad absoluta, falto de empatía, encantado con la pureza, excitado a corromperla, no es capaz de escuchar ni de ver la vida más que a través de sus propios ojos. Definitivamente, una persona que ni en pedo me gustaría tener en mi vida. Sin embargo, por lejos, por goleada y sin ningún tipo de contrincante que le roce los tobillos: mi personaje favorito.

Lord Henry Wotton, casi único culpable que, de las 262 páginas del libro, me vi obligada a marcar más de las que me gustaría admitir.

Una obra con maldades llenas de lujuria en la que no se necesitó ni una sola descripción explícita para poder comprender lo que estaba pasando. Deja volar la imaginación sin dejarte ni un cabo suelto. Una preciosidad.

Pero –siempre hay peros–, a gusto personal me hubiese gustado saber mucho más sobre las cosas que iba haciendo el Señor Gray, quizá un poco más de explicación sobre quién era quién y qué les había hecho exactamente a esas personas que de repente lo odiaban tanto. También una buena explicación con lujo de detalles sobre cómo llegó a cumplirse ese deseo tan profundo de Dorian. Y ni hablar de ese terrible capítulo 11 en el que divaga por 11 páginas sobre cómo Dorian estaba fascinado por las cosas materiales sobre las que el tiempo parecía no pasar, entre esas cosas las joyas. Fascinado por la cantidad que tenía la realeza. Que la Reina Elizabeth II, Enrique VIII, Carlos III, Marco Polo, María Antonieta y su hermanita. No terminaba más, casi me tiro por el balcón. Les juro que era Ross con la carta de Rachel: “And you had rambled on for eighteen pages... FRONT AND BACK”.

Por otro lado, puede ser un poquitito pesado de leer debido a su léxico algo arcaico y de la época, pero no es para tanto, el contenido lo vale. En mi caso personal se me hizo más largo de lo que creí, pienso que es porque subestimé la longitud en base a la cantidad de páginas.

Adoré el final de la novela, siendo super simple me dejó embobada releyendo el último párrafo como si necesitase entender algo más, no lo podía soltar, como si no quisiese aceptar que se había terminado.

Amé todavía más la manera en la que quedó por sentado lo imbécil que era Henry Wotton en realidad, creía que lo sabía todo y no sabía nada. Vivía tan en su propio mundo que ni siquiera se daba cuenta de las cosas cuando se las escupían en la cara. Lamentablemente me dejó un sabor amargo el hecho de que él no supiese lo idiota que era. Me hubiese encantado que se quede estúpido después de descubrir que las cosas no eran tanto como él pensaba. Pero bueno, se la vie, hay gente que nace y muere creyéndose rey o reina del mundo sin tener la más puta idea de lo que pasa a su alrededor.

Tristemente es otra obra que en su tiempo también fue censurada, es muy obvio el motivo y me parece una porquería. Si no lo saben no se los wa decir para que la lean.

Religiosamente, apenas terminé de leer me fui a ver la película del 2009 y la verdad... un desastre. Pero no estamos acá para juzgar a nadie (? Me gustó solo por sus detalles en tintes góticos. Y rescato nada más que dos cosas: El cementerio Highgate que en cuanto lo vi, grité, pues #historiapersonal con ese bellísimo cementerio. Y una escena que estuve deseando (deseando con muchísima fuerza) en todo el libro pero que nunca ocurrió y sí lo pusieron en la película.

Estuve leyendo por ahí que la versión original de 1945 está mucho mejor, tal vez debería darle una oportunidad.
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Un clásico como es el retrato de Dorian Gray nos presenta dilemas morales, es una novela filosófica que representa la obsesión sobre el poder de la juventud y la belleza y al mismo tiempo, una reflexión sobre la naturaleza del arte y la estética. La influencia que ejerce, la profundidad y oscuridad que esta lleva consigo .
Mas que un libro es una experiencia.

Clásico entre los clásicos. Llevaba años con él pendiente y no ha sido hasta conseguir esta edición que me he animado a ponerme con él.

Ha sido una lectura fascinante. Wilde refleja a la perfección el conflicto existencial y moral que sufre Dorian a lo largo de los años, consecuencia de su obsesión por la juventud y la belleza. Además es un libro cargado de reflexiones y de crítica social a la burguesía de la época.

Si no se lleva esa última estrella es porque ha habido un capítulo que me ha costado horrores leer, pero de aquí a un tiempo tengo claro que me encantaría hacerme con la versión sin censura y volver a leerlo.

Cada uno de nosotros tiene un cielo y un infierno dentro, Basil —exclamó Dorian con un ardiente ademán de desesperación.

Es una novela clásica que narra la vida de un hombre cuya juventud y belleza son de sus características más sobresalientes, conoce a un pintor que cambiará su vida drásticamente sin darse cuenta, con el sólo hecho de pintar su retatro. El personaje principal irá descubriendo que ese retrato es quién va tomando las apariencias del tiempo que deberían suceder en él y no en la pintura. Su juventud seguirá intacta pero extrañamente el retrato irá sufriendo cambios. Todo eso genera emociones encontradas que lo llevarán a cometer actos atroces. Sin duda, esta novela recuerda lo peligroso que puede ser el exceso de placer por la belleza superficial.

El Retrato de Dorian Gray parece ser una simple historia de una persona obsesionada con la belleza y juventud, y el miedo aterrador a perder los privilegios que estas dos virtudes le otorgan a una persona, el libro en realidad va mucho más allá, intenta quitarnos esos estereotipos de que al ser bello, no podríamos encontrar crimen o pecado alguno en una persona.

El autor otorga a los eventos y descripciones de personajes una larga explicación, de esta forma nos queda bastante claro, que es lo que nos está narrando, habla de una sociedad de clase alta, que está bastante aburrida de las cosas ya conocidas, desarrollando a cada uno de los personajes de una manera tal, que nos hacemos una completa descripción de ellos, desde su imagen física, hasta su estilo de pensar, y el por qué de cada una de sus acciones.
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Delicioso y perturbador, el retrato de Dorian Gray ejerce, como un espejo, un efecto fascinador y terrorífico que fuerza a reflexionar sobre la caducidad de la vida, el carácter pasajero de la belleza y el placer, y el deterioro irreversible que produce la crueldad y el egoísmo sobre cualquier persona.
Con una prosa bellísimamente recargada, detallada e insistente, empuja al lector a acompañar al protagonista hacia su destino fatal. La tentación es un hecho inevitable y sus razones son más cautivadoras y poderosas que la seriedad y temperanza del bien.
Como bien anticipa el autor, "la única manera de librarse de la tentación es ceder ante ella".

Me gusto el libro, lo comencé a leer por cultura general para conocer un poco más de este personaje, me impresiono esta un poco alejado de la película que también ya vi, pero no me desilusionó , una mezcla de aventura y traicion a tu propio pensamiento, te deja un sabor de boca de algo nuevo y fantasioso, también algunas interrogantes no resueltas, con ganas de volver a leerlo para resolver.

Vuelvo otra vez a esta singular obra, la única novela del paladín del esteticismo decadente del fin de siècle. Cuajada de ingeniosísimos aforismos retorcidos hasta el retruécano en boca de Lord Henry y rebosante de manifestaciones de insolente Belleza, se representa en ella una asombrosa vuelta de tuerca al anhelo fáustico y una audaz reflexión sobre el arte (que no la bolsa) y la vida; en palabras de su contemporáneo y hermano: "un libro para todos y para nadie".

A veces empalaga, a veces asquea, más frecuentemente asombra esta narración que transmuta todo valor moral que estimamos de modo más sólido. Resulta chocante ver este libro en tantas ediciones juveniles, pero en absoluto el constatar que el interés y apreciación que despierta es patente, siempre creciente y, a mí parecer, totalmente justificado. Lord Oscar Fingal O'Flahertie Wills Wilde, líbranos de todo mal.


"El propósito de la vida es la autorrevelación. Descubrir perfectamente la propia naturaleza (esto es, para qué estamos aquí cada uno de nosotros). La gente tiene miedo de sí misma hoy en día. Ha olvidado su más alto deber, el deber que uno tiene consigo. Por supuesto, es caritativa. Da de comer al hambriento y viste al pordiosero. Pero su propia alma sufre hambre y desnudez. El coraje ha desaparecido de nuestra raza. Tal vez, en realidad, nunca lo tuvimos. El terror a la sociedad, que es la base de la moral; el terror a Dios, que es el secreto de la religión… Esas son las dos cosas que nos gobiernan."

"El hombre cuidadosamente instruido: ese es el ideal moderno. Y la mente del hombre cuidadosamente instruido es una cosa terrible. Es como una tienda de curiosidades llena de monstruos y polvo y con todos los precios por encima del valor real."

Sin dura el retrato de Dorian Gray es un libro que aunque no lo parezca te deja con mucho que pensar; más allá de la historia, el misterio y la gran trama, la forma en que te hace querer replantearte todo lo que hasta ahora creías correcto es magnífica. Es un libro que me marcó increíblemente y creo que lo hará con cualquiera que lo lea.

Sería más bien un 3'5 pero como me ha sabido a poco la presencia de los personajes secundarios y lo denso que se me ha hecho el principio, no puedo ponerle el 4.

Ha sido un clásico que llevaba años queriendo leer, lo gracioso es que, hasta que no he abierto el libro por primera vez, no sabía muy bien de qué iba y quién era Dorian Gray, he oído muchas veces cómo el personaje se va corrompiendo, envenenándose con su propio deseo que ser siempre joven, olvidando su alma dentro de un cuadro... pero leerlo en primera persona ha sido mucho más interesante de lo que pensaba. Lo curioso es que comienza muy lento, pero eso es a la vez perfecto y denso, porque nos pone en situación, nos presenta a Dorian, su exquisita belleza y las palabras que le susurra Henry, que a veces me ha parecido un pequeño demonio llevando al chico al lado oscuro, pero en realidad solo le ha ido dejando caer detalles acerca de la vida, realidades y, bueno, Dorian decidió aferrarse a su juventud de esa manera.

La historia avanza lenta, pero ya desde el inicio tiene sus momentos oscuros, que son poco en comparación a la escalofriante locura que envuelve la segunda mitad de la novela. El pecado se enreda en Dorian, su eterna juventud le corrompe y aleja de todo lo que tenía, se entrelaza con su esencia para crear a un chico mucho más oscuro y perdido que antes, dejándose llevar por impulsos y sin ningún ápice de remordimientos. El miedo, la duda y la confusión se enroscan junto a los anteriores y, finalmente, llega a un desenlace que me ha maravillado, es la guinda del pastel de esta historia: macabra y cargada de corrupción y belleza.