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Yuna, la protagonista de esta historia, nos cuenta en primera persona las experiencias vividas en su adolescencia hasta conseguir el reconocimiento social, progresar y crecer como persona. Su vida desde el nacimiento se verá envuelta en incontables dificultades. Rodeada de una familia disfuncional, con un padre ausente, una madre distante y una genética que predispone tanto a su hermana como a sus primas a una serie de discapacidades, deberá luchar por superar su dislalia y demostrar su valía en la pintura como artista exitosa. La autora utiliza la falta de puntuación en la narración, la alusión al uso del diccionario o al cansancio que le supone escribir, como recurso literario para hacer evidentes las dificultades de expresión y léxico con las que se encuentra Yuna para comunicarse. Un recurso que funciona muy bien, que hace que este libro sea muy especial y que impacte al inicio. A la vez que veamos su mejoría a medida que vamos avanzando en la lectura y podamos entender mejor a la protagonista. El lenguaje es directo, seco, cortante e irónico. Yuna nos habla sin filtros, expresa sus sentimientos con crueldad y rudeza, pero sin drama. Nos habla sin tapujos del despertar de la sexualidad y de las experiencias que percibe a su alrededor envueltas de violencia y fatalidad. Los abusos, las violaciones, la prostitución, el aborto y el asesinato formarán parte de ese entorno del que ella deseará apartarse. El desapego, la falta de afecto y la traición la acompañaran hasta su madurez y la expresión a través del arte será su única vía de escape, su forma para comunicarse y su canal para limpiar tanta negatividad acumulada. Una narrativa diferente, original e ingeniosa que a la autora le supuso el reconocimiento como escritora a la edad de 85 años y en su escritura plasmó trazos de sus propias experiencias vitales. + Leer más |
Aurora Venturini irrumpió en el horizonte de la literatura argentina a sus 85 años al ganar un premio llamado “Nueva Novela”. Pero ¿quién había sido antes?; ¿por qué no la conocíamos? Dueña de un estilo irrepetible, alejada de los circuitos literarios de la época, Venturini cultivó una vida misteriosa entre su ciudad natal, La Plata, y sus viajes a Europa en busca de una estirpe. Tanto en entrevistas como en ficciones se ocupó de construir una biografía fabulosa y equívoca que incluye fechas falsas de nacimiento y de defunción.
Liliana Viola, elegida por la misma autora como albacea de su obra, emprende la búsqueda de sus infinitas verdades a través de entrevistas a quienes la conocieron y trabajaron con ella, confesiones y manuscritos inéditos.
Aparecen aquí la niña víctima de la Década Infame, la joven enamorada de un hombre imposible, la pionera de la psicología, la peronista de Evita, la profesora excéntrica, la esposa y nunca madre. Esta no soy yo es una biografía literaria que se lee como una de las mejores novelas de Aurora Venturini.