La otra gente

Una historia obsesiva y siniestra. Desde que leí su inquietante opera prima, El hombre de tiza, me quedé con ganas de repetir con esta autora. Esta novela trata un tema escabroso tras otro y empaqueta algunas escenas virulentas.

Desde la desaparición de una niña en violentas circunstancias hasta la lenta tortura del duelo de sus familias, desgrana una tragedia en formato de varias voces. Los capítulos rápidos envuelven de misterio al lector, presentan varios personajes en apariencia desvinculados entre sí y se rematan con frases reveladoras que engrosan el enigma reinante con pequeñas dosis de horror.

Resulta convincente esa mezcla de cotidianidad, incluido el drama más hondo, con una visión agónica de la vida y un vistazo al abismo del que nadie se salva. Porque de eso trata la novela en realidad. de la promesa de que el salvoconducto de la felicidad tiene fecha de caducidad. Bien lo sabe el protagonista, Gabe, que pierde a su familia en fatales circunstancias pero sigue absorto en la búsqueda del culpable por una única pista inverosímil. Acompañamos a Gabe en su cruzada desquiciada al volante de su coche y de su vida malgastada, mientras se cruza con otros personajes quizás inocuos o quizás no.

Con unas pinceladas muy psicológicas, conocemos a las otras voces narrativas que de algún modo están ligadas al exasperantemente obscuro misterio. Poco a poco convergen sus caminos a lo largo de capítulos cada vez más adictivos, en los que la oscuridad humana toma muchas formas y la muerte campa a sus anchas.

Creo que la autora ha sido capaz de generar una intriga constante. Cada vez que terminaba un capítulo, necesitaba pasar al siguiente.

He empatizado con la angustia de los personajes, que es mucha, y he disfrutado con las conexiones que se desvelaban estratégicamente a medida que avanzaba la trama. Y es una trama de misterio, de dobleces, de terror psicológico, de capas que se van desenvolviendo hasta que queda a la intemperie la médula desnuda de una conspiración que se hace más inquietante por su verosimilitud.

Me encontraba a mí misma preguntándome si los personajes iban a cruzarse en el momento crucial o por el contrario iban derechos a su condena. ¿Conseguiría el padre encontrar a su hija? ¿Está relacionada con el caso la mujer que trabaja en la cafetería de paso? ¿Y quién es ese hombre de negro que domina el lado oscuro de la carretera?

Hay muchos interrogantes, muchos cabos sueltos que atar. La parte de suspense se cierra en varias etapas que culminan a cada cual más retorcida. Por otro lado, cuenta con un elemento paranormal que casi parece paralelo. Aunque me ha gustado en sí mismo, no le hago ascos al suspense paranormal, tiene una resolución algo sensacionalista que ya se ha visto demasiadas veces en películas de susto fácil. Sin embargo, los dos hilos enlazan a la perfección sin detrimento el uno del otro.

Me ha gustado mucho esta historia. Me da que la autora tiende a usar la infancia como hilo conductor de sus novelas y lo enhebra muy bien. He consumido este libro como si fuera agua, con una fluidez pasmosa.
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Primer libro que leo de esta autora.

Cómo disfruto cuando un autor consigue "marearme" -en el buen sentido 😉- y atraparme en una historia que sé cómo arranca, pero no como termina. Y esa sensación he tenido durante casi toda la lectura: distintas escenas, varios personajes que se relacionan con Gabe apareciendo y desapareciendo de sus páginas, narraciones paralelas de otros personajes que te hacen dudar ¿esta persona es la misma qué...?, ¿quién es esta otra? ¿qué conexión tiene con ...? ¡Pero si yo creía que ...!, ... mientras una lucecita en tu cabeza te dice que algo tienen que tener en común con esta historia, la de Gabe, un padre desesperado buscando a Izzy, su hija de 5 años desaparecida y dada por muerta.

Personajes variopintos se entrelazan con personajes "normales", unos huyen, otros persiguen y otros intentan sobrevivir, pero todos llevan una mochila a cuestas, secretos de un pasado que marcó y comprometió de algún modo sus vidas.

El punto paranormal complementa ese aura de misterio/desconcierto durante su lectura. Necesario para cerrar el círculo.

La trama mantiene la intriga hasta bien avanzado el libro pero llega un momento en que empieza a ser previsible el final, quizás, para mi gusto, se desvelan algunas cosas un poco pronto o tal vez sea mi mente perversa la que se adelante al autor. Por ello, el final no ha terminado de sorprenderme y es lo que me ha faltado para considerarla una novela de 10. Aún así, he disfrutado con su lectura y rescataré del cajón de libros traspapelados El hombre de tiza y tal vez me anime con La desaparición de Annie Thorne.

Valoración: 8,25/10
Lectura: julio 2021

Este libro es el último de la autora y ha sido algo diferente a lo que son sus thriller.

En este vamos a tener un toque de paranormal, un suceso que es leve pero que le da mucha importancia a la novela.

Gabe, el padre de Izzy, se queda en un atasco justo el día que prometió que volvería a su hora, en ese atasco le parece ver a su hija, hija que después sabrá que ha desaparecido, pero entre unas cosas y otras todos le harán pensar lo contrario, incluso que murió. Pero lo bueno de Gabe es que nunca se rinde. Va por todas las estaciones de servicio día sí y día también buscando y preguntando. Allí conocerá en un segundo plano a una camarera, una chica que sin saber nada hará mucho en la vida de Gabe.

Por otro lado tenemos a Fran, una mujer que sabe más de lo que dice y que lucha hasta el final.

Es una novela muy completa, muy bien escrita, engancha muchísimo, se lee super rápido.

La trama es brutal, porque te sorprende por todos lados, y el final es algo que no te esperas y que te explota en la cara.

Lo recomiendo 100%.

Primer libro de C.J. Tudor que cae en mis manos y creo que no será el único, aunque la parte de "es la Stephen King británica" no me convence. Que es un thriller que te mantiene en vilo todo el tiempo es cierto, que es angustioso porque la muerte está siempre al acecho, también, pero la parte paranormal/fantástica no me la creo ni un poquito. Si la suprimimos de la novela se lleva las 5 estrellas.

Diré que todos los personajes son sólidos y están bien construidos, también decir que todo está muy bien hilado, capítulo a capítulo las subtramas parecen ir encajando y cuando llega al punto álgido de la historia todo se resuelve coherentemente, pero, siempre hay un pero, la parte de los guijarros se me queda floja, demasiado. Y tal y como se resuelve creo que no le aporta nada al libro.

Ojalá Netflix decida adaptarla y darle ese punto tenebroso que le falta al libro.

C. J. Tudor es una mujer polifacética y una escritora brillante, que nos tiene acostumbrados a verdaderas joyas y éxitos editoriales, como fueron sus anteriores novelas y .
En esta ocasión, Tudor lo vuelve hacer. Nos sumerge en una trama que nos atrapa desde la primera página. Como una maraña que se va desenredando poco a poco, a medida que la historia nos va dando información y avanza la novela. Lo maravilloso de es que la autora nos va presentado varias historias paralelas con personajes diferentes , para luego unirlas y darle sentido a una historia que sorprende y encaja a la perfección.
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Ambientada en Inglaterra, la novela nos presenta a Gabe, un hombre con un gran sentimiento de culpa y rencor por el pasado. Gabe vive devastado por doble asesinato de su mujer y de su pequeña hija. Sin embargo, tiene la certeza de que nada es lo que parece y que su pequeña Izzy no está muerta. Ello lo llevará a una incansable búsqueda de su hija y a querer averiguar qué fue lo que pasó realmente. Lo que no sospecha Gabe es que esa búsqueda lo llevará al límite en todos los sentidos y lo conducirá a las partes más oscuras del ser humano.
es una historia que nos habla del rencor y de como la sed de venganza es capaz de destruir a las personas.
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En definitiva, es un enigmático thriller con tintes sobrenaturales, lo que le aporta mayor misterio a la historia. Una novela con unos personajes con los que conseguimos conectar y un final sorprendente. Una novela y una autora, que cualquier amante del género no se debe perder.

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La lectura de este libro me ha dejado que ni si ni no, seguro que os ha pasado con más de uno alguna vez. Es un libro con una sinopsis bastante atrayente para los que nos gusta este género, y su comienzo ha sido muy bueno, ágil, con enganche, pero he sentido que se desinflaba un poco la historia hacia el final, quizá porque este, es descubierto demasiado pronto, lo que hace que pierdas un poco el interés y no sea tan “misterioso”.

Tiene todo lo bueno que esperas leer en este tipo de libros, suspense, misterio, crimen, secretos… pero no está bien unido todo, no hay un círculo cerrado, una resolución completa, he notado pequeños cabos sueltos que me han decepcionado un poco. Da la sensación que fuera el primer libro de la autora, en vez de su tercero, y para mí el más flojo de todos. Devoré “El hombre de tiza” y me lancé a leer “La desaparición de Annie Thorne”, que me gustó aunque no lo esperado, pero este es muy flojito. Quizá para los que quieran iniciarse en el género si sea un buen libro, ya que es ligero y llevadero.

Tiene una parte paranormal, que le da su toque y un halo de terror a la historia, aunque algo extraña al encajarla en el conjunto. Sí que tiene algunas reflexiones bastante buenas y verdaderas. En definitiva un libro que podría haber llegado a más, pero se ha quedado en agua de borrajas.

Siempre nos han atraído las fuerzas misteriosas, esas que han estado asociadas a los sueños, allá donde la imaginación no tiene límites ni nuestro control de los hechos tampoco. de pequeña me atraían las vidas de santos, a quienes les sucedían hechos tan extraordinarios que se acercaban a lo paranormal. Es la base de la religión, donde las aguas pueden levantarse y provocar tragedias horribles para algunos mientras que otros son beneficiados. Las historias del Antiguo Testamento son fabulosas. Ahora, de vez en cuando, me gusta leer sobre sucesos oníricos paranormales. En el fondo siempre he creído que podría comunicarme con el más allá. O lo he deseado.

Por eso agradezco a Juani, una exalumna, ahora amiga, que me regalase La otra gente, una novela de ambientación siniestra, desoladora, amenazante que te engancha desde la primera página porque en su trama oscura, donde ¡cómo no! la religión está muy presente, «Éxodo 21: 23-25», no dejan de aparecer datos que modifican lo anteriormente expuesto, «Vivimos en un estado de negación permanente»; por ello el argumento se hace adictivo desde el principio.

El narrador, en tercera persona juega como quiere con la narración, contando lo que va sucediéndoles a los diferentes protagonistas, de manera que cuando venimos a darnos cuenta tenemos tres historias eje que, si bien parecen distintas, al final quedarán enlazadas a la perfección, y dotadas (las tres) de sentido. La historia de Gabe parte in medias res y, mediante oportunas analepsis vamos conociéndolo mejor. La historia de Katie, en principio anodina, va cobrando importancia con la trama hasta que ella es protagonista fundamental del argumento. Por otro lado está la historia de la chica en coma, de la que vamos obteniendo datos muy poco a poco. Unidas a ellas aparecen otras no menos inquietantes como la de Fran y Alice que, por momentos, nos corta la respiración, o la del Samaritano, de la que sólo conoceremos lo que él nos deje conocer, «Su blanca dentadura emite un destello. —Tengo muchos nombres». Entre todas las historias surgen otros personajes que van conformando y agrandando el misterio y, por supuesto, la historia de la otra gente, esa que circula entre nosotros sin que sospechemos nada.

Gabe circula por la autopista, en dirección a su casa, cuando cree ver en el coche que va delante a su hija. No puede alcanzar a ese coche que lo precede y, como lleva el móvil descargado, para en una estación de servicio para llamar a su casa. Desde allí, descuelga el teléfono la policía y le dice que su mujer y su hija han sido asesinadas. Una vez termina con el juicio, y sale absuelto, se dedica a recorrer la autopista en su caravana, una y otra vez, en busca de Izzy, parando de vez en cuando para descansar en estaciones de servicio.

Por otro lado, Fran y Alice también viajan constantemente, pero no buscando sino huyendo de alguien a quien no conocemos. Sólo sabemos que ambas tienen miedo y que Alice sufre episodios de narcolepsia, lo que en ocasiones dificulta su huida.

Las dos historias confluirán con facilidad en la de una chica cuyo cuerpo descansa, en coma, durante más de veinte años y su mente viaja sin descanso, atemorizada, en busca de alguien que le aporte paz.

La autora, C. J. Tudor, ha escrito una novela que parece impulsada por el cine americano de terror, donde lo paranormal planea por el argumento hasta posarse definitivamente en la resolución, por lo que el caso queda en realidad, sin resolución racional, envuelto en el misterio. Algunos personajes actúan como ángeles para otros personajes, pero desafían su condición al vivir fuera de lo considerado común, mostrando un lado oscuro, tanto para sí mismos como para el resto. La base de la historia no es sino una cadena de perjuicios perfectamente posibles, en la que somos conscientes de que si se rompe, el odio puede multiplicarse y las posibilidades de salir ileso son casi inexistentes. Aun así entramos en la cadena. Todos los personajes sienten en algún momento la emoción más ancestral: el miedo. Cuando este se produce por algo inexplicable, el protagonista no intenta entenderlo, por eso deja abierta una posibilidad a las fuerzas sobrenaturales que escapan de cualquier explicación y control «Alice sonrió y un escalofrío de miedo le bajó a Fran por el espinazo […] Cada vez que a Alice le daba un ataque despertaba con un guijarro en la mano».

El espíritu de la chica casi muerta vaga por la mente de Izzy, alguien que, debido quizás a la narcolepsia, tiene una sensibilidad especial para conectar con la chica a través de espejos. El espejo se encarga de cuestionar los elementos reales y la traslada al mundo de los sueños, donde puede detener el tiempo; Izzy abandona su cuerpo para ir tomando consciencia de quién es y cuál es su situación. Probablemente esta huida corpórea la ayude a proveerse de lo que más tarde le servirá como salvación.

Las mentes torturadas confluirán para ayudar al espíritu de la chica en coma a liberarse por completo «Algunos empleados empezaron a hacer conjeturas sobre fantasmas […] Miriam no quería oír hablar de estas tonterías […] Deslizó la palma sobre las sábanas […] No era suciedad. Era arena».

Para analizar la novela de Tudor es necesario evadirnos de lo cotidiano, olvidarnos de cualquier argumentación racional e intentar conectar con el más allá. Si no lo conseguimos experimentaremos cierto desasosiego ante Gabe y un estremecimiento absoluto ante la chica en coma.

La otra gente nos sitúa como posibles receptores de una violencia terrenal, fruto del odio desmedido y la venganza y recapacitamos, alarmados, sobre nuestra responsabilidad ante las desgracias que se ciernen sobre nosotros y creíamos fruto del destino. C. J. Tudor escribe una novela envuelta en una atmósfera de ansiedad y temor ante lo desconocido y el más allá, pues un personaje real posee poderes imposibles en un entorno real. El relato sugiere la existencia de lo sobrenatural, de lo fantástico. Aunque, claro, esto es relativo. Antes, imaginarnos en un mundo redondo que daba vueltas era fantasía y conformar un ser humano con órganos de diferentes seres, también…

En La otra gente, los personajes no son buenos ni malos. Es fácil ponernos en la situación de cada uno y entender sus actos «Pero no es lo mismo ser pobre cuando eres blanco que cuando eres negro». Si somos capaces de planear las venganzas más frías e inhumanas, debemos ser capaces de creer en dimensiones alternativas. Como ocurrió con el Boom hispanoamericano, es fácil pasar del realismo mágico al realismo trágico.

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Si queréis leer un libro que os enganche desde la primera linea, con una trama perfectamente hilada, con personajes con sus luces y sus sombras, que no quieres parar de leer hasta conocerlo todo, que sea ágil y dinámica, con giros en cada momento en el que crees saber por donde va a ir la historia, que envuelva y entretenga... Este es.

Como veis me ha encantado, lo he devorado, no me ha durado nada. Porque la historia me ha gustado. Un padre que conduce hacia su casa y en el coche que tiene delante ve a su hija Izzy de cinco años. Aunque todos la dan por muerta, tres años después él se pasa los días y noches buscándola.
Fran y Alice también viajan, pero no buscan sino que huyen. Porque Fran sabe lo que pasó con Izzy y tienen que escapar para que no las encuentren.

Me han gustado los personajes, como he dicho con sus luces y sombras, sus vidas nada perfectas y sus secretos y mentiras que nos van desvelando a lo largo del libro . Y al conocerlos, conocemos desde varios puntos de vista la historia.

Y me ha gustado esta forma de escribir ágil, fluida y dinámica que va trenzando los distintos hilos hasta llegar a un final que deja todo atado y bien atado sin un hilo suelto.

Me ha gustado. Porque La otra gente es a la que les pasa las tragedias, a ti nunca. O si??? Y si te pasa, que harías??? Perdonar, olvidar....o qué???
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Hace tres años Gabe va al volante de su automóvil; para no variar, llega tarde a casa. Encima, un gran atasco hace que no pueda avanzar. de repente, una niña se asoma por la luna trasera del coche que va delante suyo y resulta que es Issy, su hija de cinco años. No puede ser, Issy está en casa con su madre, pero es. Gabe intenta alcanzar el coche pero éste encuentra un hueco y sale de la carretera; él no puede seguirlo. Cuando llama a casa, la policía le informa de que su mujer y su hija han sido asesinadas.

Han pasado tres años y la vida de Gabe ya no es ni vida. Efectivamente, su mujer y su hija fueron asesinadas no se sabe por quién; su propio suegro reconoció los cadáveres. Él ya no puede vivir en esa casa así que la vendió y se compró una autocaravana en la que vive desde entonces. Una autocaravana con la que recorre de un lado a otro la carretera donde vio a su hija; no cree o no se resigna a la idea de que Issy haya muerto, piensa que alguien se la llevó y que él tiene que buscarla. ¿Tiene razón o es una fantasía a la que se aferra para seguir viviendo?

Me ha gustado mucho esta novela que tiene una trama realmente compleja. Creo que es muy difícil adivinar qué es lo qué ha pasado y quién, si lo hay, es el culpable. Además, lo que en un principio parece ser una historia relativamente convencional acaba cogiendo unos derroteros que, al menos yo, no me esperaba en absoluto. Así que, sí, me ha sorprendido y mucho.

Me ha gustado que la autora te mete de lleno en la intriga desde el minuto uno; no se anda con circunloquios, va directa al grano y eso hace que con sólo unas páginas leídas ya estés enganchada y no puedas parar de leer. Me ha parecido una historia muy intrigante, un enigma tremendo cuya solución veía casi imposible. Y eso ha hecho que leyese ávidamente.

Aunque sólo os he hablado de la trama de Gabe, hay otras tramas paralelas de las que no os hablaré para no desvelar nada. Sí que os diré que la autora alterna entre una y otras, cambiando continuamente de escenarios y personajes y eso contribuye a aumentar la intriga. Primero porque esas tramas tienen su propio misterio, tan intrigante como el de la trama principal. Segundo porque es difícil imaginar qué puedan tener que ver con la principal (bueno, hay una parte que sí se puede imaginar, claro, pero no todo). Una de las tramas es bastante diferente a las otras, incluso la grafía en cursiva lo es y en ésta ni siquiera tenemos claro cuándo ocurre. Las otras sí, pues el capítulo comienza señalando el lugar y la fecha en la que estamos. Es siempre un narrador omnisciente quien nos va contando la historia. Lo hace con un estilo claro y directo en el que abundan los diálogos y que mantiene el ritmo a lo largo de toda la novela, acelerándose según va llegando al final. Me ha gustado y me ha convencido todo salvo una escena que pasa en una habitación (creo que los que han leído el libro me entenderán a lo que me refiero) ya llegando al final. Por suerte, no era el final final y tras esa escena hay todavía bastantes hojas que vuelven a centrar el asunto de una manera más “mundana”, como a mí me gusta.

Los personajes me han gustado mucho, especialmente Gabe. Un hombre atormentado que no ceja en la búsqueda de su hija por más que todo el mundo piense que está loco. La autora ha sabido trasladarme su angustia y su tormento. También me han gustado los demás personajes de la historia y las conexiones que se establecen entre ellos.

Conclusión final

Me ha gustado “La otra gente”. Una novela interesante y bien contada con un alto nivel de intriga y unos derroteros imposibles de imaginar. Recomendable.

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Declaro oficialmente que he devorado este libro y no me arrepiento en absoluto.
El argumento no puede ser más interesante, y nada más empezar te atrapa de lleno para no soltarte hasta que lo terminas.
Aunque el personaje principal es Gabe, la trama se separa ofreciendo diferentes perspectivas en capítulos muy cortos, que te pican presentándote nuevas pistas y
consiguiendo así, que siempre acabes leyendo uno más.
Cada personaje de esta historia esconde algo que anima a elaborar mil teorías sobre lo que puede estar ocurriendo. Los hilos están tan bien entretejidos, que no llegas a vislumbrar la verdad hasta casi llegar al final, el cual se cierra perfectamente sin ningún tipo de agujero.
La pluma de la autora hace que el libro se lea prácticamente solo, sabe perfectamente como medir los tiempos y graduar la intensidad, metiéndote por completo en esta increíble historia.
Si tengo que decir algo “malo” es simplemente por gusto personal. Hay una subtrama con cierto toque sobrenatural que, a mi particularmente, no me termina de convencer. No porque esté mal estructurada o no venga a cuento, simplemente, como buena Holmesiana, me gusta que todo tenga una explicación racional en este tipo de libros.
Ha sido un auténtico placer descubrir a esta autora, no tengo la más mínima duda de que en cuanto pueda leeré sus anteriores obras.