Anna Karenina

Llegué a Anna Karenina a partir de una adaptación cinematográfica de los 90s, mucho mejor a decir verdad de la última.

Es la historia en verdad de digamos dos parejas Anna Karenina y Vronsky y de Lyovin y Kitty, que a mi parecer le quita mucha intensidad y ritmo a la obra, pues la considero un poco aburrida.

Es seguro que mediante esta última relación Tolstoi pretendió hacer un contraste con la historia principal pero no creo que llegue a conjugar o hacer de la obra algo mejor.

La historia de Anna Karenina es fascinante, romántica y realista. Es como el desencantamiento de un sueño muy deseado, que al final te deja una triste impresión.

Un clásico que hay que conocer. Es una historia mucho más compleja de lo que parece a la primera vista. El drama de Anna es sólo una excusa para describir la sociedad rusa y sus enfermedades, por otro lado Levin es lo que Tolstoi creía que sería su cura.

Veamos qué me sale...
En principio voy a hablar de las cosas malas de la edición de Edimat en concreto, de menor a mayor, que es la que he leído. En primer lugar esta es una adaptación, y hasta que no lea la obra original no sabré si está bien o mal adaptada; en segundo lugar, tiene errores ortográficos, no son insoportables pero en algunos momentos molestan; en tercer lugar, y lo que más me ha enojado de este libro, la disque introducción puede ser muy buena en ambientación pero también desvela el final de la historia, cosa que me enojó bastante, porque había tenido la suerte de no saberlo con anterioridad.
Ahora vamos en general al libro, soy de la opinión de que Anna Karenina y su drama realmente no aportan gran cosa, no creo que esté excepcionalmente desarrollado el adulterio y sus consecuencias, y hubieron más bien pocos momentos en que la historia de Anna y Wronsky llegara a gustarme, por ello, lo que más me ha conquistado de la historia es la visión del campo que se presenta a través del personaje de Levin, y él mismo como personaje definitivamente ha sido mi favorito.
El contexto social que se refleja a lo largo de la obra se me hizo pesado mayormente cuando los personajes se encontraban en la ciudad, y más soportables cuando estaban en ámbitos rurales, seguramente por las fantásticas descripciones de estos últimos.
Me parece que el autor ha sabido darle la importancia justa a la ambientación, pero no así a los personajes, que en muchos momentos se me hicieron inconsistentes, sin mucho que ofrecer a los hechos, por lo que dejando de lado a mi favorito, los demás no me llegaron en demasía.
La vida familiar, y especialmente la de pareja, se presenta en sus mínimos rasgos, haciendo apreciables las costumbres propias de la Rusia zarista, también me llamaron mucho la atención ciertos debates filosóficos y políticos que muestran la base del cambio sociocultural acaecido más adelante en la historia.
En definitiva, me he quedado con un buen sabor de boca, y en algún momento espero leerme la versión completa de este gran clásico. Recomendable.
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Aunque “Anna Karenina” es una obra calificada en su día como de romance en la alta sociedad rusa, el libro va mucho más allá de unos simples amoríos para retratar perfectamente la sociedad de la Rusia decimonónica, en la que las apariencias en las altas esferas eran lo más importante, los matrimonios obedecían a una serie de convencionalismos y la hipocresía estaba en el centro de todas las relaciones sociales. León Tolstói tampoco olvida en este libro aludir a los cambios ideológicos que estaban sacudiendo a Rusia en esta época, ni las condiciones en el ámbito rural al que pertenecían gran parte de la población rusa.
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Me ha parecido una lectura más amena y entretenida de lo que esperaba, con un trasfondo profundo bastante interesante. El libro narra la historia de varios personajes ficticios en la Rusia aristocrática del siglo XIX, centrándose sobre todo en la vida de Anna Karenina, la esposa de un importante funcionario llamado Karenin. En uno de sus viajes a Moscú para ayudar a su hermano Stiva a salvar su matrimonio con Dolly debido a las infidelidades de éste, conoce a Vronsky, un oficial y conde que se encapricha de Anna, olvidando pronto a Kitty (la hermana de Dolly a la que estaba cortejando) para seguirla hasta su hogar en San Petesburgo. Anna es incapaz también de evitar las insinuaciones de Vronsky y acaba enamorándose del conde, lo cual supone romper su matrimonio con una serie de desagradables consecuencias.

Aunque “Anna Karenina” es una obra calificada en su día como de romance en la alta sociedad rusa, el libro va mucho más allá de unos simples amoríos para retratar perfectamente la sociedad de la Rusia decimonónica, en la que las apariencias en las altas esferas eran lo más importante, los matrimonios obedecían a una serie de convencionalismos y la hipocresía estaba en el centro de todas las relaciones sociales. León Tolstói tampoco olvida en este libro aludir a los cambios ideológicos que estaban sacudiendo a Rusia en esta época, ni las condiciones en el ámbito rural al que pertenecían gran parte de la población rusa.

La psicología humana también juega un papel predominante en “Anna Karenina” pues las dudas, los celos, la lucha entre lo que se desea y lo que es correcto en la moralidad aceptada socialmente y el miedo, marcan el día a día de los protagonistas de esta obra. Aspectos como el existencialismo, que interesaron muchísimo a León Tolstói, tienen mucha presencia sobre todo a través del personaje de Levin, que se plantea serias reflexiones sobre la finalidad de su existencia y que piensa a menudo en otras cuestiones trascendentales como la muerte o la utilidad de la religión.

Los críticos colocan a “Anna Karenina” en la cumbre del realismo ruso en la literatura y no es de extrañar debido a la naturaleza de sus personajes con una psicología muy real y a sus relaciones en una sociedad que el propio Tolstói conoció. Sobre todo el personaje de Anna es tremendamente realista, pues no es en absoluto perfecto, se trata de una mujer que sufre por estar atada a unos convencionalismos que no le permiten elegir a quién amar libremente, pero tampoco quiere dejar de formar parte de esa sociedad repleta de lujos y comodidades y a veces se comporta de manera irracional, otras se deja llevar por sus deseos y emociones y en ocasiones actúa de manera más bien egoísta, dejando incluso de lado a sus propios hijos por estar con su amante.
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