—Bromas aparte, creo que para conocer el amor es necesario equivocarse y luego enmendar el error (...)
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—Bromas aparte, creo que para conocer el amor es necesario equivocarse y luego enmendar el error (...)
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«Perdóneme, si es usted capaz —decía su mirada—. Soy tan feliz». «Odio al mundo entero, incluyéndola a usted y también a mí mismo», le respondió la de Levin. |
Las reglas determinaban con toda precisión que había que pagar a los tramposos, pero no a los sastres; que no se debía mentir a los hombres, pero sí a las mujeres; que no se debía engañar a nadie, excepto a los maridos; que no se debían perdonar las ofensas, pero que se podía ofender a los demás, etcétera.
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“ES MUCHO MEJOR HACER EL BIEN DE MANERA QUE NADIE SEPA NADA AL RESPECTO”. — León Tolstoi, Anna Karenina |
«No puedo vivir sin saber lo que soy y para qué estoy aquí. Y, como no puedo saberlo, no puedo vivir», se decía. «En la infinitud del tiempo, en la infinitud de la materia y en la infinitud del espacio surge la burbuja de un organismo, que dura un instante y después estalla. Esa burbuja soy yo». |
«¿En qué estaba pensando? En la posibilidad de encontrar una situación en que la vida no sea un tormento, en que todos hemos sido creados para atormentarnos, en que todos lo sabemos y buscamos medios para engañarnos. Pero ¿qué puede hacer uno cuando ve la verdad?».
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No puedo hacer nada, no puedo emprender nada, no puedo cambiar nada. Procuro dominarme, espero, me invento entretenimientos: la familia inglesa, el libro que estoy escribiendo, la lectura, pero todo eso no son más que engaños, no muy diferentes de la morfina.
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—Mire —dijo Levin, y escribió las siguientes iniciales: «c, m, r: e, i, q, d, n, o, s, e», que significaban: «Cuando me respondió: es imposible, ¿quería decir nunca o sólo entonces?».
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«No —se dijo Levin—, por bella y sencilla que sea esa vida de trabajo, jamás podré adoptarla. La amo a ella».
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Sin renunciar a todo lo que había aprendido, reconoció que se había engañado al pensar que podría llegar a convertirse en la persona que le habría gustado ser. Era como si hubiera despertado de un sueño.
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Es un poema épico griego compuesto por 24 cantos, atribuido al poeta griego Homero. Narra la vuelta a casa, tras la guerra de Troya, del héroe griego Ulises