La sospecha de Sofía

Mi instinto me decía, cuando leí la sinopsis, que esta novela no iba a ser para mi y es que, como he dicho al principio, no me gustan los libros sobre espionaje (porque no entiendo sus tramas, me lío con tantos enredos políticos) pero, a Dios gracias, no le hice caso a mi instinto.

Y es que esta novela no es una novela de espionaje al uso. Cierto que tenemos a la Stasi y a la KGB haciendo de las suyas (y destrozando las vidas de todos los que pueden) y tenemos a un singular espía, Klaus. Este, no es un espía por vocación, sino un simple superviviente que hará lo que sea para vivir y asegurar el bienestar de los suyos (aunque irónicamente también haga daño a los suyos).

Sin duda, La Sospecha de Sofía es una novela bien escrita y bien documentada (por fin he conseguido entender lo que supuso el muro de Berlín, las diferencias entre las dos Alemanias y lo que sufrieron sus habitantes) donde vemos cómo los personajes evolucionan, aprenden y son dolorosamente humanos. Ya me gustó la pluma de Paloma en Mi recuerdo es más fuerte que tu olvido pero ahora me ha encantado. He disfrutado mucho con esta historia y he sufrido mucho, muchísimo con los personajes. Y es que Paloma ha sabido perfectamente plasmar los sentimientos de estos para conseguir que el lector empatice con todos y cada uno de ellos.

Además, y aunque yo lo descubrí tarde, podéis acompañar la lectura con la música que Javier de Jorge, hijo de la autora, ha creado especialmente.

Me alegro mucho de haber pasado olímpicamente de mi instinto (igual a partir de ahora le hago aún menos caso) y haber leído así una novela que me ha gustado tanto y que os recomiendo encarecidamente. Sin duda, tendré que leer el resto de novelas de la autora.
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Primer libro que leo de esta autora... y no será el último!!
Me ha gustado todo: la trama, los personajes, la forma de narración, el estilo, la prosa, la ambientación.
La historia está ambientada en un período reciente de la historia mundial, concretamente en los años 60 y siguientes, el momento álgido de la guerra fría entre las dos grandes potencias mundiales. Por una parte, el telón de acero, personalizado por Berlín, con su muro que separaba familias, barrios, y, sobre todo, el modo de hacer política. Por otra parte, Madrid, donde en pleno régimen franquista, pululaban todo tipo de personajes seguidores de un bando u otro. Algunos intentaban solo sobrevivir; mientras otros lo que querían era enriquecerse a costa de cualquiera. Sin olvidar aquellos que, por intereses o ideologías, lo que querían era favorecer a su bando.
La narración, en tercera persona, es casi siempre desde el punto de vista de Sofía, un ama de casa típica de la época, casada con Daniel, el hijo de un franquista enriquecido, por lo que no le falta de nada; siempre y cuando esté dispuesta a que su vida esté totalmente regida por su marido y por los convencionalismos que imperaban en esos momentos. Pese a ello, parece que sea feliz, aunque en algunos momentos sienta que se están recortando sus libertades.
A lo largo de la novela, encontramos también los capítulos dedicados a Klaus, a su vida en el Berlín oriental, a su intención de instalarse en la parte occidental de la ciudad, a los cambios que tuvo que realizar cuando sus sueños se vieron truncados por la construcción del muro.
Y por si no bastara, la autora también describe magistralmente el mayo del 68 en París, donde se encontraba Sofía en aquellos momentos.
Poco a poco, nos adentramos en las vidas de los protagonistas, de Sofía, de Daniel, de Klaus, llegando a empatizar con todos ellos (al menos en mi caso); y seguimos sus vidas, que se unen y desunen a lo largo de la historia.
Muy recomendable.

Daniel y Sofía son una pareja que tras poco tiempo de matrimonio se ha instalado en la monotonía y la reglas marcadas por la sociedad franquista de los años sesenta en Madrid. David ha seguido la estela de su padre y es abogado en su bufete. Aunque le habría gustado estudiar física. A Sofía le toca el papel de buena esposa, madre y ama de casa. Pese a ser avanzada a su época y tener estudios universitarios, cuando se casó todo terminó. Cada vez se encuentra más ahogada en la vida que lleva, aburrida y sin alicientes ni estímulos.

Un mañana al llegar al bufete Daniel se encuentra en la mesa de su despacho un sobre sin remite con una nota. En ella le dicen que Sagrario no es su verdadera madre, y que si quiere conocer la verdad debe acudir a París esa misma noche. En el mismo sobre le adjuntan el billete de tren y el lugar y hora de la cita al día siguiente en la capital francesa. Lo primero que hace Daniel es preguntarle a don Romualdo, que le aconseja no remover el el pasado. Pero la curiosidad y la incertidumbre por sus orígenes pesaran más en Daniel, que emprenderá un viaje mucho mas largo de lo esperado, que cambiará su vida, y la de Sofía y su familia para siempre.



La sospecha de Sofía está divida en siete partes escritas con una prosa elegante y sencilla con la que viajaremos desde Madrid a París, pasando por Berlín occidental y atravesando el muro hasta Berlín este, una ciudad mucho más gris y triste. Viviremos acontecimientos como el mayo del 68 en París, la construcción del muro que dividió a Berlín, y sabremos cómo funcionaban servicios secretos como la Stasi y el KGB. Un narrador omnisciente en tercera persona será el encargado de guiarnos a través de la trama inicial que derivará en otras, en que cada uno de los personajes principales recorrerá un camino con un mismo fin, encontrar su identidad y su sitio en el mundo.

Lo que me gusta de las novelas de Paloma Sánchez-Garnica es lo fácil que resulta entrar en la historias, apenas llevas un capítulo ya estás absorbido y no puedes salir hasta terminar; y seguirías más y más. Te atrapan de tal forma la narración y los personajes que es imposible librarse del influjo que desprenden sobre el lector. Además no se recrea en la trama, sino que avanza a buen ritmo, consiguiendo que no hayan páginas de más.



Los personajes son maravillosos. Perfilados con esmero y con la profundidad necesaria. Es muy sencillo empatizar con ellos, pese a poder no estar de acuerdo en algunas de las decisiones que toman, los puedes entender. Eso te hace conectar mucho con la historia. Sofía es una mujer encerrada en una sociedad enmarcada en la dictadura franquista que no le permite ser la mujer a la que aspiraba en sus sueños de juventud. Una mujer trabajadora, con sus propias ideas y pensamiento. Por otro lado Daniel vive en otro encierro, el de una herencia y una familia que ha marcado el trabajo y la vida que deberá llevar, sin opción a escoger.



Qué decir de la magnífica ambientación. La escena en que dos de los personajes viajan desde Berlín occidental hasta Berlín es excelente. El viaje desde una ciudad moderna y viva que se transforma de repente en calles grises, en la que sobrevuela el miedo y la tristeza, es tan real y está descrito de una forma tan certera que me pareció que yo estaba viajando en ese tren. Desde luego las partes que más me han gustado son las que tratan sobre Berlín, el muro y la Stasi. La forma en qué controlaban a los ciudadanos, y como actuaban para mantenerlos a raya. La parte del franquismo como la conozco más no me ha resultado tan interesante. Pero lo más sobrecogedor de todo es ver como estar en una parte u otra de Berlín cuando se dividió, marcó la vida de cada uno de sus ciudadanos.



Para finalizar son mucho los temas y las reflexiones que se hacen y se pueden hacer durante la lectura, cómo el feminismo, el papel de la mujer en la sociedad, ese empeño en que la mujeres valen para lo que valen, o cómo el nacer o vivir en un sitio y no en otro te condena o te eleva a una vida u otra. Aunque me quedo con una. Las dictaduras y los gobiernos impuestos son dañinos sean de la índole que sean. Es algo sobre lo que los personajes discuten en más de una ocasión comparando la dictadura franquista con la RDA comunista, dos sistemas opuestos, a la vez que impuestos.



En definitiva, La sospecha de Sofía es una novela maravillosa que recomiendo a todo el mundo. Con una historia magnífica, una prosa elegante y bonita, y unos personajes que no olvidarás.
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Nos encontramos en España, terminada hace años la guerra, en plena época franquista. Sofía y Daniel forman un matrimonio joven como tantos otros que vive en Madrid. Daniel es abogado (por imposición paterna, no por vocación) y trabaja en el bufete de su poderoso padre. Sofía es licenciada en Químicas, una de las pocas mujeres universitarias de la época. Una mujer muy inteligente y válida a la que, no obstante, su matrimonio y sus dos hijas le han cortado las alas. Ella querría dedicarse a la investigación, como su propio padre, pero su marido no le deja. No estaba bien visto que las mujeres de cierta posición trabajasen, para eso ya estaba el marido.

La vida de este matrimonio cambiará radicalmente cuando Daniel recibe una carta sin remite. En ella se le conmina a ir a París para conocer a su verdadera madre. Extrañado, le pregunta a su padre (al que hasta entonces creía su padre) y éste le cuenta que ellos no son sus verdaderos padres. En un impulso Daniel va a París y allí se encontrará con su destino.

“La sospecha de Sofía” es una novela que nos llevará desde el Madrid franquista, al París de la revolución de los estudiantes y al Berlín dividido por ese infame muro. La ambientación espacio-temporal es magnífica: Paloma nos dibuja un fresco muy exacto de aquellos años aún convulsos. Terminadas la guerra civil española y la segunda guerra mundial, había que reconstruirse. Dictadura por un lado, guerra fría por el otro, no fueron tiempos fáciles de vivir. Sobre todo para algunas personas o en ciertos lugares de Europa.

Me ha encantado toda la parte “histórica” pero la que más me ha gustado ha sido, sin duda, la situada en el Berlín oriental, en la RDA. Sin quitarle mérito a la parte situada en la España franquista (que también me ha gustado mucho pero que ya conozco más o menos), la parte situada en Alemania, al otro lado del muro, me ha parecido fascinante. Saber cómo se llevó allí la separación ya no del país sino de la propia ciudad de Berlín, de alguno de sus barrios, incluso de algunas calles en dos, me ha parecido tremendo. Por supuesto, es algo que se sabe (incluso tuve ocasión de ver parte de ese muro) pero una cosa es saberlo y verlo y otra muy distinta “vivirlo” a través de los personajes de una novela. Porque sí, los personajes están tan bien caracterizados que el lector puede vivir la historia a través de ellos. La situación de Markus y de Bettina, tan parecida a muchos otros alemanes a los que la suerte o la desgracia hizo que vivieran en el lado oriental del muro con esa ausencia total de la más mínima libertad, pone los pelos de punta.

Los personajes, como digo, son magníficos. No es algo que me extrañe, siempre ocurre así con esta autora. Son personajes muy bien caracterizados, muy reales, que transcienden el papel. Personajes con los que empatizas, a los que llegas a entender (a unas más que a otros, sin duda, pero al final entiendes a todos si te pones en su piel y en la época en la que vivieron). Les pasan muchas cosas que les harán evolucionar como personas. El lector sufrirá con esa evolución y sufrirá también con ellos pues, como podéis entender, su vida no es un camino de rosas.

La trama es interesantísima y no da tregua al lector. En la novela pasan muchísimas cosas; hay amores y desamores, espionaje, confusiones, persecuciones, buenos y malos… No os cuento gran cosa de la trama porque es mejor que la descubráis por vosotros mismos pero ya os digo que pasan tantas cosas que la novela resulta muy entretenida. A pesar de ser un buen tocho, también es un libro para devorar.

La manera de narrar de Paloma Sánchez Garnica es preciosa. Su prosa es muy pulcra, cuidada y elegante. Cuenta las cosas con mucho cuidado, tras una profunda documentación y reflexión. Se para en los detalles a la hora de dibujar escenas y personajes. Y, sin embargo, sus novelas no son farragosas o difíciles de leer sino todo lo contrario: enganchan como un buen thriller, son fáciles de leer y dejan un fantástico sabor de boca.


Conclusión final

“La sospecha de Sofía” es un novelón con todas las letras y Paloma Sánchez Garnica una de las mejores autores actuales. Si la habéis leído, ya sabéis de lo que hablo y estoy segura de que estaréis conformes conmigo. Si no la habéis leído, no sé a qué estáis esperando. Coged cualquiera de sus novelas, ésta o alguna de las anteriores: ninguna os defraudará

Nota: esta novela tiene banda sonora. El hijo de la autora la ha compuesto y podéis oírla gratuitamente en Spotify.


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Fue con Mi recuerdo es más fuerte que tu olvido, novela ganadora del Premio Fernando Lara 2016, con la que la que conocí a una autora que a día de hoy, y después de acabar La sospecha de Sofía, es para mí es la reina de las letras españolas. Aun con una sola novela leída de ella, la autora era suficiente aval como para intuir que cumpliría mis expectativas. Esperaba mucho y he encontrado más. Da igual lo que os diga de esta historia porque siempre será poco en relación a lo que merece. Compradla, buscadla en la biblioteca, leedla con calma, disfrutadla. No os arrepentiréis.

Madrid, 1968. El día en que Daniel, un joven abogado integrante del bufete que lidera el poderoso Romualdo Sandoval, recibe un sobre anónimo en el que se le insta a viajar a París para conocer a sus verdaderos padres se encienden en él todas las alarmas. El joven no dudará en plantear abiertamente el asunto a su padre, ese hombre de carácter dictatorial con el que chocaba una y otra vez, quien aun reconociendo la veracidad del contenido de la nota anima su hijo a dar carpetazo al asunto y seguir con su vida. Pero hay puertas que una vez abiertas son imposibles de cerrar. Y Daniel, a pesar de estar felizmente casado, contar un futuro brillante y una posición acomodada, necesita respuestas a ese maremágnum emocional que ha provocado el hecho de saber que las certezas sobre las que se asentaba su vida no son tales. Sin informar siquiera a su esposa de su decisión, decide volar a París, emprendiendo un viaje del que jamás alcanzaría calcular las consecuencias. Y aunque solo él sabe qué pasó en su ausencia, Sofía, su mujer intuye que algo muy grave debió ocurrir porque su marido no es el mismo desde su regreso.

Con este potentísimo punto de partida la autora logra arrastrarnos a una lectura donde derrocha talento literario; una historia compleja que se enmaraña por momentos para llegar a un desenlace tan brillante como inesperado. Estamos ante una de esas novelas donde lo que prima es la intensidad de las emociones que despliegan sus páginas, entre las que con mesura y un ritmo cadencioso se irá abriendo paso una trama que nos envolverá a la par que a sus personajes en una vorágine de amor, dolor y traición. Unos personajes tan carnales, tan atrapados por sus propias circunstancias, que rebosan veracidad y cautivan a un lector ávido de saber y que no puede más que caer rendido ante la potencia de la trama y el despliegue de emociones. No es esta una historia de buenos y malos sino de supervivientes y cada uno lo hará con las armas que tenga a su disposición. Y lo curioso de toda la historia es que nuestra percepción de ellos irá cambiando constantemente porque nada aquí será blanco o negro sino que habrá una gran variedad de matices de los que ni siquiera os voy a hablar para que los viváis vosotros mismos con toda la pasión que merecen .

Tres serán los escenarios por los que transiten los personajes de una novela que abarca casi dos décadas y atrapa desde las primeras páginas y en el que no solo logra un retrato impresionante de la España franquista o, remontándose varias décadas atrás, lo que la Guerra Civil significó para unos y otros dependiendo de su ideología. Madrid será uno de ellos, pero poco a poco se irán introduciendo personajes, escenarios, y saltaremos a París para adentrarnos en el seno de las revueltas del 68, y desde allí a Berlín, una ciudad dividida por un muro y en la que, centrándonos en la vida de la RDA viviremos el contrapunto a la dictadura española y conoceremos los horrores de la comunista: la devastación de la guerra, el gris omnipresente, el temor y la desconfianza de unos ciudadanos que son meros peones al servicio de un país que presiona y controla todos y cada uno de sus movimientos, el aislamiento de la población, las torturas y el espionaje.

Qué sello tan personal imprime esta autora a sus novelas y qué fácil es caer en sus garras. Esa elegancia en la prosa, esa cadencia que parece mecer al lector, lo va enredando cada vez más hasta atraparlo por completo entre sus páginas. Y a pesar de no ser La sospecha de Sofía una novela de ritmo trepidante, se lee con avidez, necesitamos avanzar y a la vez queremos deleitarnos en esa historia que va trenzando la vida de sus personajes, unos personajes con los que vamos a sufrir muchísimo. Y es que el sentirlos tan nuestros hará que nos impliquemos totalmente. Después, una vez cerrada la novela, un poso se quedará en nosotros y pensaremos en lo fácil que es juzgar desde la comodidad del sillón y nuestra libertad los actos de los demás. La sospecha de Sofía no es una novela más, es una historia impresionante que no puedes ni debes dejar escapar. Impecable trabajo el de la autora, impecable la historia.

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He tenido serias dificultades para realizar estas reseñas, para no contaros ni anticiparos nada que no debiera, especialmente en esta novela en la que la editorial en su sinopsis y contraportada ha sido muy cuidadosa al respecto.
Es cierto que hay algunas cosas que no tardarán mucho en saberse y otras que como lector puedes imaginar que van a pesar. En cierto modo, hay cosas de la novela que son predecibles, lo cual no quita interés por la misma, porque la gran duda es cómo va a resolver la autora el embrollo que sabes que va a tener lugar.

Probablemente La sospecha de Sofía es, de las cuatro novelas que he leído de la autora, la que más ritmo tiene de todas, si bien es verdad que hay un momento de la misma, bastante al principio de la novela, cuando nos habla del mayo francés, en que el ritmo decae bastante (por lo menos a mi gusto), pero superado ese bache, la acción va permanentemente a más, tanto en ritmo como en intriga.

Sería un buen momento para hablar de los personajes, algo que no he hecho antes, pero ahí tropiezo con el problema os comentaba. Lo cual no es óbice para decir que, como en todas las novelas de la autora, es sin duda uno de sus puntos fuertes. Y aunque el libro se llame La sospecha de Sofía y Sofía sea uno de sus personajes más importantes, no podemos dejar atrás a Daniel, que es el personaje que mayor evolución presenta a lo largo de la novela y que conseguirá que pasemos desde una posición en la que casi nos resulta indiferente o por lo menos nos cueste empatizar con él, a ser el personaje que más sufriremos en toda la novela.

Puedo afirmar que La sospecha de Sofía, a pesar de alguno de los peros que le he puesto, me ha convencido y me parece que es una de las mejores novelas de Paloma Sánchez-Garnica. A mí por lo menos, me ha gustado más que la anterior, tal vez porque la historia de amor que en ella nos cuenta me ha emocionado mucho. Aunque me imagino que cada uno tendrá sus preferencias, pero si os gustaron las anteriores, ésta no os defraudará.
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